domingo, 24 de mayo de 2020

Maneras de educar - Los desayunos de TVE - Sabado -30- Mayo - La tierra de Alvargonzález, . / El larguero La Ser - El Transistor Onda Cero - Un nuevo concepto de patrocinio para humanizar el atletismo ,. / La Paisana - Cobos: «La condición física no será una excusa»,.

TITULO: Maneras de educar - Los desayunos de TVE - Sabado -30- Mayo -   La tierra de Alvargonzález, .


















Maneras de educar - SABADO -30- Mayo ,.













 Programa que descubre los proyectos educativos más innovadores del país de la mano del profesor James Van der Lust. El espacio recorre diferentes colegios . El sabado -30-Mayo  ,.  a las 10:15 por La 1, etc.








Los desayunos de TVE ,.
 
  Los desayunos de Televisión Española es un programa de televisión que se emite en La 1 de Televisión Española desde el 8 de enero de 1994, de lunes a viernes, en horario matinal.
Desde el 3 de septiembre de 2018, el programa de divide en dos partes. Primero, a las 08:25 horas, Los desayunos de TVE, siguiendo el formato clásico con noventa y cinco minutos de duración. Más tarde, alrededor de las 11:55, comienza Más desayunos, un debate político que cuenta con el mismo presentador y dura alrededor de noventa minutos., etc.


 La tierra de Alvargonzález, . 


foto / La tierra de Alvargonzález, de Antonio Machado, pertenece a Campos de Castilla. Este romance muestra el deseo del poeta de acercase al hombre popular y poner en valor la voz del pueblo y su folclore.
La tierra de Alvargonzález, de Antonio Machado - ZendaI
  Siendo mozo Alvargonzález,
dueño de mediana hacienda,
que en otras tierras se dice
bienestar y aquí, opulencia,
en la feria de Berlanga
prendóse de una doncella,
y la tomó por mujer
al año de conocerla.
Muy ricas las bodas fueron
y quien las vio las recuerda;
sonadas las tornabodas
que hizo Alvar en su aldea;
hubo gaitas, tamboriles,
flauta, bandurria y vihuela,
fuegos a la valenciana
y danza a la aragonesa.
            II
  Feliz vivió Alvargonzález
en el amor de su tierra.
Naciéronle tres varones,
que en el campo son riqueza,
y, ya crecidos, los puso,
uno a cultivar la huerta,
otro a cuidar los merinos,
y dio el menor a la Iglesia.
            III
  Mucha sangre de Caín
tiene la gente labriega,
y en el hogar campesino
armó la envidia pelea.
  Casáronse los mayores;
tuvo Alvargonzález nueras,
que le trajeron cizaña,
antes que nietos le dieran.
  La codicia de los campos
ve tras la muerte la herencia;
no goza de lo que tiene
por ansia de lo que espera.
  El menor, que a los latines
prefería las doncellas
hermosas y no gustaba
de vestir por la cabeza,
colgó la sotana un día
y partió a lejanas tierras.
La madre lloró, y el padre
diole bendición y herencia.
            IV
  Alvargonzález ya tiene
la adusta frente arrugada,
por la barba le platea
la sombra azul de la cara.
  Una mañana de otoño
salió solo de su casa;
no llevaba sus lebreles,
agudos canes de caza;
  iba triste y pensativo
por la alameda dorada;
anduvo largo camino
y llegó a una fuente clara.
  Echóse en la tierra; puso
sobre una piedra la manta,
y a la vera de la fuente
durmió al arrullo del agua.
  EL SUEÑO
I
  Y Alvargonzález veía,
como Jacob, una escala
que iba de la tierra al cielo,
y oyó una voz que le hablaba.
Mas las hadas hilanderas,
entre las vedijas blancas
y vellones de oro, han puesto
un mechón de negra lana.
            II
Tres niños están jugando
a la puerta de su casa;
entre los mayores brinca
un cuervo de negras alas.
La mujer vigila, cose
y, a ratos, sonríe y canta.
—Hijos, ¿qué hacéis? —les pregunta.
Ellos se miran y callan.
—Subid al monte, hijos míos,
y antes que la noche caiga,
con un brazado de estepas
hacedme una buena llama.
            III
  Sobre el lar de Alvargonzález
está la leña apilada;
el mayor quiere encenderla,
pero no brota la llama.
—Padre, la hoguera no prende,
está la estepa mojada.
  Su hermano viene a ayudarle
y arroja astillas y ramas
sobre los troncos de roble;
pero el rescoldo se apaga.
Acude el menor, y enciende,
bajo la negra campana
de la cocina, una hoguera
que alumbra toda la casa.
            IV
  Alvargonzález levanta
en brazos al más pequeño
y en sus rodillas lo sienta;
—Tus manos hacen el fuego;
aunque el último naciste
tú eres en mi amor primero.
  Los dos mayores se alejan
por los rincones del sueño.
Entre los dos fugitivos
reluce un hacha de hierro.
  AQUELLA TARDE…
I
  Sobre los campos desnudos,
la luna llena manchada
de un arrebol purpurino,
enorme globo, asomaba.
Los hijos de Alvargonzález
silenciosos caminaban,
y han visto al padre dormido
junto de la fuente clara.
            II
  Tiene el padre entre las cejas
un ceño que le aborrasca
el rostro, un tachón sombrío
como la huella de un hacha.
Soñando está con sus hijos,
que sus hijos lo apuñalan;
y cuando despierta mira
que es cierto lo que soñaba.
            III
  A la vera de la fuente
quedó Alvargonzález muerto.
Tiene cuatro puñaladas
entre el costado y el pecho,
por donde la sangre brota,
más un hachazo en el cuello.
Cuenta la hazaña del campo
el agua clara corriendo,
mientras los dos asesinos
huyen hacia los hayedos.
Hasta la Laguna Negra,
bajo las fuentes del Duero,
llevan el muerto, dejando
detrás un rastro sangriento,
y en la laguna sin fondo,
que guarda bien los secretos,
con una piedra amarrada
a los pies, tumba le dieron.
            IV
  Se encontró junto a la fuente
la manta de Alvargonzález,
y, camino del hayedo,
se vio un reguero de sangre.
Nadie de la aldea ha osado
a la laguna acercarse,
y el sondarla inútil fuera,
que es la laguna insondable.
Un buhonero, que cruzaba
aquellas tierras errante,
fue en Dauria acusado, preso
y muerto en garrote infame.
            V
  Pasados algunos meses,
la madre murió de pena.
Los que muerta la encontraron
dicen que las manos yertas
sobre su rostro tenía,
oculto el rostro con ellas.
            VI
  Los hijos de Alvargonzález
ya tienen majada y huerta,
campos de trigo y centeno
y prados de fina hierba;
en el olmo viejo, hendido
por el rayo, la colmena,
dos yuntas para el arado,
un mastín y mil ovejas.
  OTROS DÍAS
I
  Ya están las zarzas floridas
y los ciruelos blanquean;
ya las abejas doradas
liban para sus colmenas,
y en los nidos, que coronan
las torres de las iglesias,
asoman los garabatos
ganchudos de las cigüeñas.
Ya los olmos del camino
y chopos de las riberas
de los arroyos, que buscan
al padre Duero, verdean.
El cielo está azul, los montes
sin nieve son de violeta.
La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza;
muerto está quien la ha labrado,
mas no le cubre la tierra.
            II
  La hermosa tierra de España
adusta, fina y guerrera
Castilla, de largos ríos,
tiene un puñado de sierras
entre Soria y Burgos como
reductos de fortaleza,
como yelmos crestonados,
y Urbión es una cimera.
            III
  Los hijos de Alvargonzález,
por una empinada senda,
para tomar el camino
de Salduero a Covaleda,
cabalgan en pardas mulas,
bajo el pinar de Vinuesa.
Van en busca de ganado
con que volver a su aldea,
y por tierra de pinares
larga jornada comienzan.
Van Duero arriba, dejando
atrás los arcos de piedra
del puente y el caserío
de la ociosa y opulenta
villa de indianos. El río
al fondo del valle, suena,
y de las cabalgaduras
los cascos baten las piedras.
A la otra orilla del Duero
canta una voz lastimera:
«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra.»
            IV
  Llegados son a un paraje
en donde el pinar se espesa,
y el mayor, que abre la marcha,
su parda mula espolea,
diciendo: —Démonos prisa;
porque son más de dos leguas
de pinar y hay que apurarlas
antes que la noche venga.
Dos hijos del campo, hechos
a quebradas y asperezas,
porque recuerdan un día
la tarde en el monte tiemblan.
Allá en lo espeso del bosque
otra vez la copla suena:
«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».
            V
  Desde Salduero el camino
va al hilo de la ribera;
a ambas márgenes del río
el pinar crece y se eleva,
y las rocas se aborrascan,
al par que el valle se estrecha.
Los fuertes pinos del bosque
con sus copas gigantescas
y sus desnudas raíces
amarradas a las piedras;
los de troncos plateados
cuyas frondas azulean,
pinos jóvenes; los viejos,
cubiertos de blanca lepra,
musgos y líquenes canos
que el grueso tronco rodean,
colman el valle y se pierden
rebasando ambas laderas
Juan, el mayor, dice: —Hermano,
si Blas Antonio apacienta
cerca de Urbión su vacada,
largo camino nos queda.
—Cuando hacia Urbión alarguemos
se puede acortar de vuelta,
tomando por el atajo,
hacia la Laguna Negra
y bajando por el puerto
de Santa Inés a Vinuesa.
—Mala tierra y peor camino.
Te juro que no quisiera
verlos otra vez. Cerremos
los tratos en Covaleda;
hagamos noche y, al alba,
volvámonos a la aldea
por este valle, que, a veces,
quien piensa atajar rodea.
Cerca del río cabalgan
los hermanos, y contemplan
cómo el bosque centenario,
al par que avanzan, aumenta,
y la roqueda del monte
el horizonte les cierra.
El agua, que va saltando,
parece que canta o cuenta:
«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».
  CASTIGO
I
  Aunque la codicia tiene
redil que encierre la oveja,
trojes que guarden el trigo,
bolsas para la moneda,
y garras, no tiene manos
que sepan labrar la tierra.
Así, a un año de abundancia
siguió un año de pobreza.
            II
  En los sembrados crecieron
las amapolas sangrientas;
pudrió el tizón las espigas
de trigales y de avenas;
hielos tardíos mataron
en flor la fruta en la huerta,
y una mala hechicería
hizo enfermar las ovejas.
A los dos Alvargonzález
maldijo Dios en sus tierras,
y al año pobre siguieron
largos años de miseria.
            III
  Es una noche de invierno.
Cae la nieve en remolinos.
Los Alvargonzález velan
un fuego casi extinguido.
El pensamiento amarrado
tienen a un recuerdo mismo,
y en las ascuas mortecinas
del hogar los ojos fijos.
No tienen leña ni sueño.
Larga es la noche y el frío
arrecia. Un candil humea
en el muro ennegrecido.
El aire agita la llama,
que pone un  fulgor rojizo
sobre las dos pensativas
testas de los asesinos.
El mayor de Alvargonzález,
lanzando un ronco suspiro,
rompe el silencio, exclamando:
—Hermano, ¡qué mal hicimos!
El viento la puerta bate
hace temblar el postigo,
y suena en la chimenea
con hueco y largo bramido.
Después, el silencio vuelve,
y a intervalos el pabilo
del candil chisporrotea
en el aire aterecido.
El segundo dijo: —Hermano,
¡demos lo viejo al olvido!
  EL VIAJERO
I
  Es una noche de invierno.
Azota el viento las ramas
de los álamos. La nieve
ha puesto la tierra blanca.
Bajo la nevada, un hombre
por el camino cabalga;
va cubierto hasta los ojos,
embozado en negra capa.
Entrado en la aldea, busca
de Alvargonzález la casa,
y ante su puerta llegado,
sin echar pie a tierra, llama.
            II
  Los dos hermanos oyeron
una aldabada a la puerta,
y de una cabalgadura
los cascos sobre las piedras.
Ambos los ojos alzaron
llenos de espanto y sorpresa.
—¿Quién es?  Responda —gritaron.
—Miguel —respondieron fuera.
Era la voz del viajero
que partió a lejanas tierras.
            III
  Abierto el portón, entróse
a caballo el caballero
y echó pie a tierra. Venía
todo de nieve cubierto.
En brazos de sus hermanos
lloró algún rato en silencio.
Después dio el caballo al uno,
al otro, capa y sombrero,
y en la estancia campesina
buscó el arrimo del fuego.
            IV
  El menor de los hermanos,
que niño y aventurero
fue más allá de los mares
y hoy torna indiano opulento,
vestía con negro traje
de peludo terciopelo,
ajustado a la cintura
por ancho cinto de cuero.
Gruesa cadena formaba
un bucle de oro en su pecho.
Era un hombre alto y robusto,
con ojos grandes y negros
llenos de melancolía;
la tez de color moreno,
y sobre la frente comba
enmarañados cabellos;
el hijo que saca porte
señor de padre labriego,
a quien fortuna le debe
amor, poder y dinero.
De los tres Alvargonzález
era Miguel el más bello;
porque al mayor afeaba
el muy poblado entrecejo
bajo la frente mezquina,
y al segundo, los inquietos
ojos que mirar no saben
de frente, torvos y fieros.
            V
  Los tres hermanos contemplan
el triste hogar en silencio;
y con la noche cerrada
arrecia el frío y el viento.
—Hermanos, ¿no tenéis leña?
—dice Miguel.
            —No tenemos
—responde el mayor.
              Un hombre,
milagrosamente, ha abierto
la gruesa puerta cerrada
con doble barra de hierro.
El hombre que ha entrado tiene
el rostro del padre muerto.
Un halo de luz dorada
orla sus blancos cabellos.
Lleva un haz de leña al hombro
y empuña un hacha de hierro.
  EL INDIANO
            I
  De aquellos campos malditos,
Miguel a sus dos hermanos
compró una parte, que mucho
caudal de América trajo,
y aun en tierra mala, el oro
luce mejor que enterrado,
y más en mano de pobres
que oculto en orza de barro.
  Diose a trabajar la tierra
con fe y tesón el indiano,
y a laborar los mayores
sus pegujales tornaron.
  Ya con macizas espigas,
preñadas de rubios granos,
a los campos de Miguel
tornó el fecundo verano;
y ya de aldea en aldea
se cuenta como un milagro,
que los asesinos tienen
la maldición en sus campos.
  Ya el pueblo canta una copla
que narra el crimen pasado:
«A la orilla de la fuente
lo asesinaron.
¡qué mala muerte le dieron
los hijos malos!
En la laguna sin fondo
al padre muerto arrojaron.
No duerme bajo la tierra
el que la tierra ha labrado».
            II
  Miguel, con sus dos lebreles
y armado de su escopeta,
hacia el azul de los montes,
en una tarde serena,
caminaba entre los verdes
chopos de la carretera,
y oyó una voz que cantaba:
«No tiene tumba en la tierra.
Entre los pinos del valle
del Revinuesa,
al padre muerto llevaron
hasta la Laguna Negra».
  LA CASA
I
  La casa de Alvargonzález
era una casona vieja,
con cuatro estrechas ventanas,
separada de la aldea
cien pasos y entre dos olmos
que, gigantes centinelas,
sombra le dan en verano,
y en el otoño hojas secas.
  Es casa de labradores,
gente aunque rica plebeya,
donde el hogar humeante
con sus escaños de piedra
se ve sin entrar, si tiene
abierta al campo la puerta.
  Al arrimo del rescoldo
del hogar borbollonean
dos pucherillos de barro,
que a dos familias sustentan.
  A diestra mano, la cuadra
y el corral; a la siniestra,
huerto y abejar, y, al fondo,
una gastada escalera,
que va a las habitaciones
partidas en dos viviendas.
  Los Alvargonzález moran
con sus mujeres en ellas.
A ambas parejas que hubieron,
sin que lograrse pudieran,
dos hijos, sobrado espacio
les da la casa paterna.
  En una estancia que tiene
luz al huerto, hay una mesa
con gruesa tabla de roble,
dos sillones de vaqueta,
colgado en el muro, un negro
ábaco de enormes cuentas,
y unas espuelas mohosas
sobre un arcón de madera.
  Era una estancia olvidada
donde hoy Miguel se aposenta.
Y era allí donde los padres
veían en primavera
el huerto en flor, y en el cielo
de mayo, azul, la cigüeña
—cuando las rosas se abren
y los zarzales blanquean—
que enseñaba a sus hijuelos
a usar de las alas lentas.
  Y en las noches del verano,
cuando la calor desvela,
desde la ventana al dulce
ruiseñor cantar oyeran.
  Fue allí donde Alvargonzález,
del orgullo de su huerta
y del amor a los suyos,
sacó sueños de grandeza.
  Cuando en brazos de la madre
vio la figura risueña
del primer hijo, bruñida
de rubio sol la cabeza,
del niño que levantaba
las codiciosas, pequeñas
manos a las rojas guindas
y a las moradas ciruelas,
o aquella tarde de otoño,
dorada, plácida y buena,
él pensó que ser podría
feliz el hombre en la tierra.
  Hoy canta el pueblo una copla
que va de aldea en aldea:
«¡Oh casa de Alvargonzález,
qué malos días te esperan;
casa de los asesinos,
que nadie llame a tu puerta!»
            II
  Es una tarde de otoño.
En la alameda dorada
no quedan ya ruiseñores;
enmudeció la cigarra.
  Las últimas golondrinas,
que no emprendieron la marcha,
morirán, y las cigüeñas
de sus nidos de retamas,
en torres y campanarios,
huyeron.
          Sobre la casa
de Alvargonzález, los olmos
sus hojas que el viento arranca
van dejando. Todavía
las tres redondas acacias,
en el atrio de la iglesia,
conservan verdes sus ramas,
y las castañas de Indias
a intervalos se desgajan
cubiertas de sus erizos;
tiene el rosal rosas grana
otra vez, y en las praderas
brilla la alegre otoñada.
  En laderas y en alcores,
en ribazos y en cañadas,
el verde nuevo y la hierba,
aún del estío quemada,
alternan; los serrijones
pelados, las lomas calvas,
se coronan de plomizas
nubes apelotonadas;
y bajo el pinar gigante,
entre las marchitas zarzas
y amarillentos helechos,
corren las crecidas aguas
a engrosar el padre río
por canchales y barrancas.
  Abunda en la tierra un gris
de plomo y azul de plata,
con manchas de roja herrumbre,
todo envuelto en luz violada.
  ¡Oh tierras de Alvargonzález,
en el corazón de España,
tierras pobres, tierras tristes,
tan tristes que tienen alma!
  Páramo que cruza el lobo
aullando a la luna clara
de bosque a bosque, baldíos
llenos de peñas rodadas,
donde roída de buitres
brilla una osamenta blanca;
pobres campos solitarios
sin caminos ni posadas,
¡oh pobres campos malditos,
pobres campos de mi patria!
  LA TIERRA
I
  Una mañana de otoño,
cuando la tierra se labra,
Juan y el indiano aparejan
las dos yuntas de la casa.
Martín se quedó en el huerto
arrancando hierbas malas.
            II
  Una mañana de otoño,
cuando los campos se aran,
sobre un otero, que tiene
el cielo de la mañana
por fondo, la parda yunta
de Juan lentamente avanza.
  Cardos, lampazos y abrojos,
avena loca y cizaña,
llenan la tierra maldita,
tenaz a pico y a escarda.
  Del corvo arado de roble
la hundida reja trabaja
con vano esfuerzo; parece,
que al par que hiende la entraña
del campo y hace camino
se cierra otra vez la zanja.
  «Cuando el asesino labre
será su labor pesada;
antes que un surco en la tierra,
tendrá una arruga en su cara».
            III
  Martín, que estaba en la huerta
cavando, sobre su azada
quedó apoyado un momento;
frío sudor le bañaba
el rostro.
          Por el Oriente,
la luna llena, manchada
de un arrebol purpurino,
lucía tras de la tapia
del huerto.
          Martín tenía
la sangre de horror helada.
La azada que hundió en la tierra
teñida de sangre estaba.
            IV
  En la tierra en que ha nacido
supo afincar el indiano;
por mujer a una doncella
rica y hermosa ha tomado.
  La hacienda de Alvargonzález
ya es suya, que sus hermanos
todo le vendieron: casa,
huerto, colmenar y campo.
  LOS ASESINOS
I
  Juan y Martín, los mayores
de Alvargonzález, un día
pesada marcha emprendieron
con el alba, Duero arriba.
  La estrella de la mañana
en el alto azul ardía.
Se iba tiñendo de rosa
la espesa y blanca neblina
de los valles y barrancos,
y algunas nubes plomizas
a Urbión, donde el Duero nace,
como un turbante ponían.
  Se acercaban a la fuente.
El agua clara corría,
sonando cual si contara
una vieja historia, dicha
mil veces y que tuviera
mil veces que repetirla.
  Agua que corre en el campo
dice en su monotonía:
Yo sé el crimen, ¿no es un crimen,
cerca del agua, la vida?
  Al pasar los dos hermanos
relataba el agua limpia:
«A la vera de la fuente
Alvargonzález dormía».
            II
  —Anoche, cuando volvía
a casa—  Juan a su hermano
dijo—, a la luz de la luna
era la huerta un milagro.
  Lejos, entre los rosales,
divisé un hombre inclinado
hacia la tierra; brillaba
una hoz de plata en su mano
  Después irguióse y, volviendo
el rostro, dio algunos pasos
por el huerto, sin mirarme,
y a poco lo vi encorvado
otra vez sobre la tierra.
Tenía el cabello blanco.
La luz llena brillaba,
y era la huerta un milagro.
            III
  Pasado habían el puerto
de Santa Inés, ya mediada
la tarde, una tarde triste
de noviembre, fría y parda.
Hacia la Laguna Negra
silenciosos caminaban.
            IV
  Cuando la tarde caía,
entre las vetustas hayas,
y los pinos centenarios,
un rojo sol se filtraba.
  Era un paraje de bosque
y peñas aborrascadas;
aquí bocas que bostezan
o monstruos de tierras garras;
allí una informe joroba,
allá una grotesca panza,
torvos hocicos de fieras
y dentaduras melladas,
rocas y rocas, y troncos
y troncos, ramas y ramas.
En el hondón del barranco
la noche, el miedo y el agua.
            V
  Un lobo surgió, sus ojos
lucían como dos ascuas.
Era la noche, una noche
húmeda, oscura y cerrada.
  Los dos hermanos quisieron
volver. La selva ululaba.
Cien ojos fieros ardían
en la selva, a sus espaldas.
            VI
  Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas.
¡Padre!, gritaron; al fondo
de la laguna serena
cayeron, y el eco ¡padre!
repitió de peña en peña.


TITULO:  El larguero La Ser - El Transistor Onda Cero - Un nuevo concepto de patrocinio para humanizar el atletismo  ,.











El larguero La Ser ,.

El larguero es un programa deportivo radiofónico español, dedicado en su mayoría al fútbol, que se emite en la Cadena SER todos los días, a partir de las 23:30 horas. Su director y presentador principal es Manu Carreño.1​ El programa es presentado los viernes y sábados por Yago de Vega, y excepcionalmente lo presenta Francisco José Delgado o Álvaro Benito en ausencia de ambos., etc.

El Transistor Onda Cero ,.

El Transistor es el programa deportivo creado y dirigido por José Ramón de la Morena. Inició su primera emisión el 4 de septiembre de 2016.
Su horario es de lunes a domingo a partir de las 23.30 horas.
José Ramón de la Morena inicia esta andadura deportiva en Onda Cero con colaboradores de su anterior etapa en el Larguero de la Ser: Carlos Bustillo, David Alonso, Eduardo Pidal, Ana María Rodríguez, Aitor Gómez , Ángel Rubiano, Jorge Valdano, el ciclista Perico Delgado, el ex subdirector de As Juanma Trueba, Sebastián Álvaro Lomba , el alpinista que creó y dirigió en TVE Al filo de lo imposible, los doctores José González y Antonio Escribano ., etc.


 

Un nuevo concepto de patrocinio para humanizar el atletismo,.


Nick Willis, tras lograr la medalla de bronce en los Juegos de Pekín 2008. /Valery Hache (Afp)
fotos /Nick Willis, tras lograr la medalla de bronce en los Juegos de Pekín 2008. / Valery Hache (Afp)

El medallista olímpico Nick Willis y Mary Cain competirán para Tracksmith mientras trabajan a jornada completa en su área de marketing, «aliviando la ansiedad producida por contratos basados en los resultados»,.


A principios de año, a punto de cumplir los 37, Nick Willis le daba vueltas a un pensamiento en su cabeza: se acercaba la hora de retirarse y volver al 'mundo real' después de 15 años viviendo del atletismo, nómada durante seis meses de cada doce. Tenía que decidir si renovar su contrato con Adidas o abrirse en el mercado, cuando le surgió la idea: ¿y si aprovechaba para iniciar esa transición hacia la vida fuera de las pistas mientras agotaba sus últimas millas en el tartán?
Después de pasar un calvario por los abusos psicológicos de Alberto Salazar y dejar el atletismo en 2016 sin lograr clasificarse para los Juegos Olímpicos, Mary Cain decidió a finales de 2019 volver a competir. La niña prodigio del 'track and field' estadounidense todavía tenía 23 años y el sueño de correr en los mejores estadios del planeta. Lo que no quería era sufrir de nuevo las presiones del pasado.
Fue entonces cuando Matt Taylor se cruzó en el camino de Willis y Cain. Graduado en psicología y biología por la prestigiosa Universidad de Yale, la carrera de Taylor se ha alejado de la ciencia en la última década. En 2013 creó en Boston la marca de ropa Tracksmith, centrada en «honrar el espíritu aficionado sobre el que se fundó el deporte», y desde ese momento se ha convertido en una figura activa e influyente en los círculos del 'running' estadounidense. En los 'trials' olímpicos de maratón del pasado 29 de febrero, los más multitudinarios de la historia, un 20% de los participantes (138) corrió con una camiseta 'vintage' creada por Tracksmith para la ocasión. Ahora, Taylor se ha propuesto cambiar el concepto de patrocinio en el atletismo.
Para ello, Tracksmith ha contratado a Willis y Cain como empleados a jornada completa. Ambos buscarán una plaza en los 1500 metros para los Juegos de Tokio 2021 defendiendo los colores y el emblema de la liebre de Nueva Inglaterra. La novedad es que en el acuerdo no se menciona la palabra competir. Tampoco aparecen bonus en función del rendimiento, ni mucho menos cláusulas de reducción en caso de lesión o malos resultados. Ubicados en el departamento de marketing, su valor dentro de la empresa no es mayor ni menor que el de los otros 21 trabajadores. El cargo de Willis es 'athlete experience manager' y el de Cain, 'community manager'. Claro que pasear la marca por los principales mítines del planeta facilitará que las ventas crezcan, sobre todo en Europa, donde su presencia ahora es mínima.

Mary Cain, durante una competición en 2013.
Mary Cain, durante una competición en 2013.
La jornada laboral de los atletas es flexible y les permite compatibilizar el trabajo con sus entrenamientos y competiciones, pues trabajan en función de proyectos y objetivos. El neozelandés, que seguirá viviendo junto a su familia en Ann Arbor (Míchigan), «usará su experiencia para construir programas que inspiren, motiven y profundicen en la conexión de nuestra comunidad con el deporte», indica Tracksmith en un comunicado. La norteamericana residirá en Nueva York, como hasta ahora, «ayudando a crecer nuestros esfuerzos en una de las escenas del 'running' más vibrantes del mundo».

Libertad sin presión

Este nuevo modelo de patrocinio, indica la empresa, busca «aliviar la ansiedad producida por contratos basados en incentivos por resultados». Willis y Cain, añade, «tendrán libertad para competir sin más expectativas y presiones que las que ellos mismos se pongan». Ambos se decidieron a aceptar la oferta no solo por eso, sino por el carácter innovador de la marca para con el atletismo: «Creemos que para que nuestro deporte prospere en el futuro necesita contribuciones apasionadas en áreas que se extiendan más allá de la pista».
Willis abraza este nuevo trabajo para sentirse realizado fuera del deporte. «Correr está vacío si no se trata de algo más. Puede sonar contradictorio, pero mis mejores resultados llegaron en momentos de mi vida en los que correr era, digamos, secundario», asegura el doble medallista olímpico, plata en Pekín 2008 y bronce en Río 2016. Además, celebra la libertad que le permite el amateurismo para explorar otras distancias: «Me encantaría hacer algún trail, probarme en 200 metros en categoría máster, participar en carreras de relevos de varios días, e incluso correr un maratón».
Cain también disfruta más del atletismo cuando no es su única preocupación. «Formar parte de la comunidad de corredores de Nueva York ha revitalizado mi amor por este deporte; me han recordado que correr no tiene que ser una carga, sino el momento más feliz del día», afirma la doble campeona norteamericana y seis veces plusmarquista nacional juvenil. Por último, rompe una lanza en favor de esta nueva forma de profesionalizar el atletismo: «La relación tradicional entre atleta y patrocinador es defectuosa. En lugar de valorar a un atleta por su personalidad, se le considera un producto, enviando el mensaje de que el objetivo final es más importante que el viaje».

«Tal y como está el atletismo, el camino tiene que ir por ahí»,.
El ya de por sí debilitado músculo económico del deporte olímpico por excelencia se está viendo aún más mermado con la crisis del coronavirus. Cada vez son menos las marcas que invierten millonadas en los patrocinios. ¿Está el futuro del atletismo profesional en iniciativas como la de Tracksmith con Nick Willis y Mary Cain? «Tal y como está el deporte en general, y el atletismo en particular, el camino tiene que ir por ahí», analiza Miguel Ángel Mostaza, mánager de algunos de los españoles más laureados, como Fernando Carro y en su día Fermín Cacho y José Luis González.
«Nos tenemos que reciclar porque cualquier cosa del pasado no va a tener nada que ver con el futuro. O te reciclas y te adaptas con ideas y creatividad, o estás muerto», sostiene Mostaza, que excluye de este proceso a las grandes figuras. «Siempre serán estrellas y las marcas les tratarán de manera excepcional. Este tipo de atletas no necesita acudir a otros nichos de mercado», añade el representante.
«A los atletas de segundo nivel, que antes vivían de sus patrocinios, ahora las marcas les exigen más, tienen que crear nuevas ideas, colaborar más en el día a día del negocio», explica Mostaza, y desvela que, desde que aparecieron las redes sociales, «muchas marcas se fijan más en el número de seguidores de un atleta que en sus valores deportivos». Aunque poco a poco, «las empresas están metiendo a los atletas en campañas, actos publicitarios y convivencias con 'runners' populares». Y es que, según su visión, «el mercado va a cambiar radicalmente en los tiempos que estamos viviendo».
Recuerda el agente sanabrés que en España ya hay empresas que trabajan de forma similar a Tracksmith. «Ese modelo, aunque no llevado a tal extremo, lo está haciendo Bikila (una tienda de material de atletismo), creando un equipo y utilizando la imagen del atleta, haciéndole protagonista en muchos casos del negocio», asegura. Alguno, incluso, ha llegado a regentar franquicias de la marca una vez retirado.


TITULO:   La Paisana -   Cobos: «La condición física no será una excusa»,.



La paisana - Cobos: «La condición física no será una excusa»,.


    Viernes -22- Mayo a las 22:05 horas en La 1 / foto,.

 

Cobos: «La condición física no será una excusa»,.


Julio Cobos, durante un entrenamiento de esta temporada con el Cacereño. / J. REY
Julio Cobos, durante un entrenamiento de esta temporada con el Cacereño.

El entrenador del Cacereño sostiene que si se juega la fase de ascenso habrá tiempo suficiente para prepararla con garantías,.


Todavía a expensas de que Sanidad dé el visto bueno a la disputa de los playoffs de ascenso a Segunda B, el Cacereño ya tiene entre ceja y ceja una fecha, la del próximo 19 de julio. Será entonces cuando, siempre que exista aprobación gubernamental, el equipo verdiblanco se enfrente al Coria en el estadio Romano de Mérida. Todo ello en una suerte de duelo fratricida en el que los de Julio Cobos estarán obligados a ganar al equipo de la ciudad episcopal si quieren pasar a la final del día 25 del mismo mes contra el vencedor del Villanovense-Extremadura B, pues un empate favorecería a los intereses del equipo del Alagón.
El míster del Cacereño celebra que por fin haya unas fechas en las que poderse fijar «después de tanta incertidumbre» y sostiene que dentro de su cuerpo técnico ya está activada la maquinaria por si hubiese que volver a los entrenamientos en los próximos días. «Mantenemos contacto continuo y hemos intentado que los jugadores no dejasen de hacer cosas, pero la condición física se pierde rápido porque por mucho que quieras moverte no tiene nada que ver con lo que trabajas en el campo».
Cobos sostiene que, a pesar de estos más de dos meses de parón, habrá tiempo más que suficiente para que el plantel pueda recuperar un tono óptimo: «Ahora tendremos tiempo para que los jugadores adquieran una buena condición física, por lo que esto no va a ser una excusa para nosotros. Además, en el mejor de los casos, solo vamos a jugar dos partidos. Será una preparación diferente a la de una pretemporada, en la que hay que trabajar al equipo para que te aguante 38 jornadas».
Tanto el Cacereño como sus rivales inmersos en esta fase de ascenso contarán con el hándicap de que no podrán jugar encuentro preparatorio alguno antes de entrar en competición a las primeras de cambio. «Lo ideal hubiera sido poder jugar partidos amistosos para tener una piedra de toque antes de jugarte tanto en 90 minutos, pero no solo será importante la condición física, sino también la mental, porque es mucho lo que nos estamos jugando. Hay que estar preparados y tomarlo como un partido de Copa, donde sabes que uno va a seguir y otro va se a quedar en el camino».
Aunque antes del parón liguero el Cacereño dependía de sí mismo para ser segundo, teniendo en cuenta que contaba con un partido menos y podría haber dado caza al Coria, la clasificación por coeficiente ha dejado a los verdes en el tercer puesto, justo por debajo de los celestes. Es por ello por lo que, en una fase de ascenso en la que no habrá prórroga ni penaltis, el equipo de Cobos necesitará ganar a los caurienses dentro de los 90 minutos para acceder a la final. ¿Habrá que cuidar también ese punto de ansiedad que pueda surgir en la plantilla por este hecho? «Es algo que tendremos que trabajar para hacerle ver al jugador que tiene que ganar el partido en 90 minutos. Es un poco injusto, pero, dentro de todo lo que se ha dado, era difícil contentar a toda la gente. Tenemos que estar preparados para que no nos afecte psicológicamente porque también hay que tener en cuenta que si ganamos los dos partidos estaremos directamente en Segunda B y eso es una de las cosas positivas».

Calendario oficioso

En el calendario oficioso del Cacereño ya se baraja la semana del 1 al 5 de junio para regresar a los entrenamientos. Teniendo en cuenta que el escenario de la fase de ascenso será el estadio Romano, de césped natural, Cobos aboga por realizar la preparación íntegramente en el propio estadio Príncipe Felipe, que en la actualidad está perfectamente acondicionado tras los trabajos que se han venido realizando: «Si podemos, vamos a hacer todos los entrenamientos en el Príncipe Felipe», asegura.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario