sábado, 30 de mayo de 2020

Órbita Laika - ¿Quién será el nuevo Schuman? ,. / Zona indie - Cine - Cadena perpetua,. / + Cotas - Una perra salva a un bebé de morir de frío ,. / Generaciones - La bandera de dos caras

TITULO: Órbita Laika - ¿Quién será el nuevo Schuman? ,.

Lunes -25- Mayo a las 22:00 en La 2 / foto,.

 

Quién será el nuevo Schuman?,.

Setenta años ha cumplido la declaración por la que se construyó Europa,que vuelve a vivir una situación que precisa de una reconstrucción,.


¿Quién será el nuevo Schuman?Proclama el viejo Libro de los Salmos (90:10) que «setenta años son los días de nuestra vida; cuando más, ochenta años en los muy robustos; lo que pasa de aquí, achaques y dolencias».
Viene esta referencia bíblica al tiempo y a su caducidad porque el 9 de mayo hemos conmemorado el septuagésimo aniversario de la declaración pronunciada por Robert Schuman (1886-1963) en el Salon de l'horloge del Quai d'Orsay en París. Ese texto, conciso y nada emocionante, supuso la puesta en marcha de un camino de reconciliación y de futuro, el arranque del proceso de construcción europea mediante una apuesta arriesgada. A su lado se encontraba Jean Monnet (1888-1979), auténtico inspirador junto con sus colaboradores del contenido de la declaración. El plan Schuman era en realidad el plan Monnet, quien nunca reivindicó para sí la autoría. Próximos en el sentimiento europeísta se encontraban también Konrad Adenauer (1876-1967) y Alcide de Gasperi (1881-1954). Todos ellos tenían algo en común: habían vivido las dos guerras mundiales, habían ostentado responsabilidades en sus gobiernos nacionales y por ello, de algún modo, pertenecían a una generación de fracasados, de dirigentes políticos que habiendo sufrido los desastres de la primera guerra fueron incapaces de evitar otra aún mayor sólo dos décadas después. Fieles ejemplos del único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
Cinco años después de terminar la Segunda Guerra Mundial, Europa seguía manchada con la sangre que había empapado sus campos. Las heridas físicas, morales y materiales que había provocado el conflicto aún no se habían curado. La cuestión era si dejarlas cicatrizar o cauterizarlas, cualquier tratamiento antes que dejarlas abiertas. Europa latía en 1950 al compás que marcaba su ansia de reconstrucción, dubitativa entre diversas opciones posibles: la supremacía del vencedor o la misericordia para con el vencido; Versalles o Nuremberg; la unión de fuerzas o la ley del más fuerte; el sometimiento a una potencia extranjera o el inicio de un camino propio e incierto; la memoria o el olvido, que es aún más doloroso que la muerte. Europa se encontraba por tanto, en palabras de Schuman escritas en su libro Pour l'Europe (1963), en «una encrucijada de caminos». Fue aquel uno de los momentos estelares de la Humanidad, un instante de la historia en el que se cruzan dos cometas que o bien se saludan o bien se estrellan provocando un caos estelar.
Seguramente muchos se preguntarán por qué el inicio de un proceso histórico como este lo encarna un texto aburrido, prosaico, carente de mordiente, sin grandes afirmaciones patrióticas –nacionales o supranacionales–, sin palabras grandilocuentes, del que sólo se recuerdan unas frases que son las que constantemente se repiten como una salmodia. Por qué no pudo redactarse un texto solemne como el que contiene la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, que proclama como evidentes las verdades de que todos los hombres son creados iguales, que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables entre los que están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Por qué un mal orador y peor comunicador como fue Robert Schuman adquirió la relevancia histórica que obtuvo aquel día en una rueda de prensa que concluyó apresuradamente ya que tenía que tomar el tren. Quizás fuese el don de la oportunidad, el estar en el lugar preciso en el momento adecuado. Algo tuvo que ver, posiblemente, el que Schuman no fuera una estrella política al uso –lo que le otorgaba un marchamo de credibilidad– o quizás fuese que era un hombre esencialmente honrado y reconocido como tal; o pudiera ser que él y Jean Monnet tuvieran la clarividencia de ver donde otros sólo miraban: que la unión de Europa se forjaría a través de la producción conjunta de carbón y de acero.
Setenta años son los días de nuestra vida, ochenta quizás, y después achaques y dolencias, canta el salmo. Setenta años ha cumplido la Declaración Schuman. ¿Hemos de entender que a partir de ahora sólo queda la decrepitud? La respuesta no es fácil o quizás sí. Sólo me atrevo a apuntar que Europa vuelve a vivir una situación que precisa de una reconstrucción. Al igual que lo ocurrido después de la Segunda Guerra Mundial, Europa está achacosa y débil. Aún no se había restablecido de la enfermedad originada por la crisis económica iniciada en el año 2008 cuando se vio inmersa en la dolorosa crisis de los emigrantes y refugiados. Desde hace pocos meses ha sufrido una grave recaída provocada por la pandemia sanitaria que, a diferencia de las dos crisis anteriores, afecta a todos por igual. Hay quienes pueden decir que la crisis económica no les afectó porque poseían recursos suficientes; otros, que los refugiados y emigrantes, por hallarse lejos, no son de su incumbencia; pero nadie podrá asegurar que el virus va a pasar de largo por su puerta sin marcarla con el estigma de la muerte.
Europa se pensó como un espacio de paz y hoy tiene que repensarse como un espacio de paz y de vida. Europa se ha ido construyendo durante décadas con el anhelo de estar unidos en la diversidad pero hoy también tiene que estar unida contra la adversidad.
Tenemos el problema, ahora busquemos la solución. ¿Quién será el nuevo Schuman que la lidere? ¿Dónde están los Monnet, Adenauer y De Gasperi que le acompañen? ¿Quién será el fracasado que, lejos de lamentarse, sepa extraer conclusiones de los errores cometidos? Seguramente no está pero se le espera, alertas, no vaya a ser que al igual que sucedió con Diógenes de Sinope que, con una lámpara encendida, recorría las calles de Atenas buscando una persona honesta, tengamos que andar por las calles de Europa buscando un hombre o una mujer que quiera empuñar la bandera que hace 70 años alzara Robert Schuman.



TITULO:  Zona indie -Cine - Cadena perpetua,.

Este lunes -25- Mayo a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto.

 

 

Reparto
Cadena perpetua
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Acusado del asesinato de su mujer, Andrew Dufresne (Tim Robbins), tras ser condenado a cadena perpetua, es enviado a la cárcel de Shawshank. Con el paso de los años conseguirá ganarse la confianza del director del centro y el respeto de sus compañeros de prisión, especialmente de Red (Morgan Freeman), el jefe de la mafia de los sobornos.
 
 

TITULO: + Cotas  - Una perra salva a un bebé de morir de frío ,.

El Sabado -23- Mayo a las 9:30 por La 1, foto,.
 

Una perra salva a un bebé de morir de frío,.

El niño fue abandonado en el patio de una casa en la localidad argentina de Virrey del Pino dentro en un cochecito donde se introdujo el animal junto a sus crías,.


Una perra salva a un bebé de morir de frío
Una perra de nombre Puti salvó la vida en Argentina de un bebé de solo un mes, al resguardarlo de las bajas temperaturas junto a su camada después de ser abandonado por su madre.
El niño, de nombre Santino, fue abandonado en el patio de una casa en la localidad de Virrey del Pino dentro de un cochecito donde se introdujo el animal. La perra cobijó al bebe con su cuerpo de la misma forma que a sus crías, salvándolo de morir del frío.
La madre ha sido detenida
De acuerdo al portal FM Radio Tres de Virrey del Pino, el hecho ocurrió la madrugada del 12 de julio, y en la mañana siguiente el niño fue encontrado por los dueños de la perra, quienes lo alimentaron y lo llevaron al Hospital Materno Infantil Doctor José Equiza de González Catán, donde recibió atención médica.
Dos días después de que el pequeño fuera encontrado, su madre apareció, y fue detenida. Santino y sus hermanos fueron llevados a un hogar maternal por orden del juez que interviene en la causa.

  TITULO: Generaciones - La bandera de dos caras,.



Resultat d'imatges de La bandera de dos carasLa bandera de dos caras,.


foto / AMAINA la voracidad de la 'viremia', al tiempo que arrecia el conflicto de las banderas, que incluso Pablo ordenó a la Guardia Civil retirarlas del entorno de su humilde mansión. El conflicto, iniciado en Madrid, ya ha llegado hasta Cáceres: el otro día agredieron a uno que portaba una enseña de España, camino que iba de la cacerolada ambulante. Le habrían insultado/increpado/agredido, si en lugar de la bandera constitucional, hubiese llevado la bandera de la república? Claro que sí. Lo habrían echado a patadas los propios cacerolistas. De nada le hubiese valido decir: «¡Oiga, que yo vengo a protestar contra el gobierno!». Estamos, sí, ante un problema irresoluble (hasta cierto punto).
Como diría Umbral, 'tengo escrito' que el culpable (de esto también) es Franco, por lo que bien merecido se tiene lo que han hecho con sus huesos. ¿A quién se le ocurre imponer durante cuarenta años la bandera rojigualda? «La bandera es tu madre», nos decían en la mili. A lo que yo respondía pensando: «Lo que ha crecido mi madre» (mi madre era bajita). Pero hombre, si hasta la colocaron en el frontispicio de los estancos, con el resultado conocido: que los republicanos durasen siete años más que los nacionales, fumadores empedernidos.
Lo dijo Areilza, 'intelectual' de la Falange, hombre educado, conciliador, moderado: «Franco era un táctico, no un estratega». Ahí está. En efecto, Franco gobernó como si no hubiese un mañana (expresión muy de moda), cosa que les sucede a todos los dictadores, que mucho hablar de la patria, pero lo único que les interesa es resolver el día a día, que no es otro que mantenerse en el poder, no como los demócratas de verdad, Pedro Pablo por ejemplo, cuya única mira no es el poder, ¿o no?, sino el bien de España (Pedro Pablo es la versión actualizada de Jano, dios romano: un ser con dos caras, la de Pedro y la de Pablo). Si Franco hubiese pensado en España, como Pedro Pablo, insisto, habría tenido en cuenta, sí, el sentir de todos los españoles: vencedores y vencidos. Para lo cual tendría que haber ordenado ondear, si no simultáneamente, al menos en meses alternos, sendas banderas: la bicolor y la tricolor (de haber ganado, los republicanos lo habrían hecho, seguro). Así nos hubiésemos ahorrado el arduo conflicto actual, que, no obstante, tiene solución: excepcional, pero solución.
Se me ocurrió el otro día, viendo lo de Moratalaz, en donde se produjo la primera agresión: a un lado, las banderas constitucionales; al otro, un joven ondeando la bandera republicana, como si sacudiese un mantel postprandial; en medio, la policía local y/o nacional. Pues bien, de haber sido yo uno de los policías, habría agarrado un estandarte (así dice el grandioso Rubén Darío) de cada lado y los hubiese anudado por las cuatro esquinas. Hecho lo cual, habría puesto la enseña bifronte al frente de la manifestación: «¡Hala, a protestar!».
Señorías: vayan tomando nota (de nada).

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