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Las estadísticas salvan al Mérida
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Desde que la victoria se premia con tres puntos en el grupo IV, solo el Poli Ejido, en 1997, descendió con 44 puntos. Y con esa puntuación, que es la del Mérida hoy, jugaron la promoción de descenso nueve equipos en las últimas veinte temporadas. Es decir, que muy mal se le tiene que dar al conjunto de Antonio Gómez, aunque no arañe ni un punto más de los doce que quedan, para terminar el curso llorando. El punto del domingo ante el Linares lo aleja aún más del descenso, del que le separan seis puntos y seis equipos.En veinte años, solo un equipo en el Grupo IV descendió a Tercera con los 44 puntos que ahora tienen los emeritenses, que aún así no se fían,.
La temporada del Mérida, que fijó en verano su objetivo en la permanencia, está siendo de notable. Sin embargo, dos matices la están desluciendo estas últimas jornadas. Uno, comenzó tan bien y, en ocasiones, se vio tan arriba, que el actual bajón le está restando méritos. Y dos, si a domicilio, donde pocos lo ven, es el cuarto mejor equipo del grupo, en el Romano, como local, es sin embargo el quinto peor.
Aún así, no se espera de este vestuario una caída similar a la que protagonizó el año pasado El Palo (líder en octubre y descendido como penúltimo tras seis puntos de los último 33), o hace dos años el Algeciras (que solo arañó dos puntos de los últimos quince y, de estar virtualmente salvado en mitad de la tabla, acabó jugando la promoción) o hace seis el Toledo (que perdió sus últimos seis partidos y descendió en la promoción) y el Roquetas (que jugó la promoción con 50 puntos tras sumar cinco puntos de los últimos dieciocho).
«No sé cuántos puntos vamos a necesitar para salvarnos, pero hay que aprovechar los dos partidos que nos quedan en casa», insistió tras el partido Antonio Gómez. «Hasta que no sea matemático, hay que sumar», continúa Bernardo Plaza, director general y deportivo. «Llevamos con las cuentas mucho tiempo y no somos capaces de cuadrarlas. Hay que espabilar porque si no vamos a tener problemas. Yo creo que necesitamos, mínimo, tres puntos más para estar tranquilos».
Su próximo rival del sábado, el Cádiz, llega al partido en plena crisis deportiva. El conjunto gaditano destituyó ayer a Claudio Barragán y colocó en su lugar a Álvaro Cervera, otro exinternacional con la selección española que en su currículum como entrenador cuenta, entre otras aventuras, con un descenso a Segunda con el Racing de Santander en 2012 y un ascenso a Segunda con el Tenerife en 2013. «Un entrenador me dijo hace tiempo que jugar bien es llegar a puerta y marcar gol. Hay que llegar y que te lleguen poco, y si lo haces bonito muchísimo mejor, para que la gente disfrute», manifestó ayer en su presentación.
Además, a su vuelta de Almería, donde perdió 2-1 ante el colista del grupo, los jugadores amarillos se encontraron sus coches en la Ciudad Deportiva del Rosal arañados y llenos de pintadas, insultándolos con términos como 'yonki' o 'mercenario'. «Vamos a ir contra ellos para sacarlos del fútbol. Estos no son aficionados del Cádiz, son vándalos», resaltó ayer Manolo Vizcaíno, presidente del Cádiz.
El club emeritense prevé un buen desplazamiento de su afición el sábado, tanto por el rival como por el escenario. Viajes así, deslizan, era lo que pretendía el proyecto cuando comenzó su andadura hace ya tres temporadas.
The ballad of the sad café. Carson McCullers Penguin Books.TITULO:EL BAR DE LA ESQUINA , LA BALADA DEL CAFÉ TRISTE. Carson McCullers,.
EL BAR DE LA ESQUINA - foto,.
A balada do café triste. Tradución de Salomé Rodríguez Vazquez. Edicións Barbantesa
Una balada era un canto cortesano en el siglo XIV. La musicalidad la creaba la propia escritura del poema repitiendo un estribillo al final de cada tres estrofas. Los anglosajones la convierten en una canción que cuenta la vida de una persona o de algún hecho concreto.
Carson McCullers cuenta cómo nació y murió un café en un deprimente pueblo del sur de los Estados Unidos. Lo cuenta con la voz de un narrador distanciado que oye las historias de la buena gente del campo y que imagina lo que ocurre en el interior de la casa donde existió el café. No sabe qué sintieron los personajes, simplemente narra los hechos, describe los escenarios, reconstruye la forma de vida de los protagonistas.
¿Qué tiene un pueblo alejado de la civilización? ¿Cómo viven los habitantes de un lugar sin conciencia de cultura, sin posibilidad de habitar? La literatura de Carson McCullers es de las resumidas, narradora del alcoholismo, la homosexualidad, el racismo. Sin embargo, aunque escriba alrededor de estos temas, profundiza en las pulsiones del ser humano, construye grandes metáforas para entender los mecanismos que nos mueven.
En este caso, empieza creando una atmósfera desoladora, muerta, una calle vacía de gente y llena de polvo cuya casa principal está tapiada. El lector se pregunta cómo es posible que exista un pueblo así. Y ella lo va a contar, eso es lo que dice durante todo el relato, que lo va a contar, pero que antes hay que conocer a Miss Amelia, la dueña de esa casa tapiada, a la buena gente del campo ávida de algún acontecimiento dramático que rompa el ciclo del tiempo, los cambios de turno en la fábrica de algodón, la densidad pegajosa del pantano. Sólo un jorobado, capaz de mover las orejas, envuelto en un chal verde para sobrevivir a su naturaleza fría, sería capaz de abrir una brecha en un universo tan cerrado.
El narrador cuenta ese acontecimiento, el momento en que con el pueblo en máxima tensión, esperando a que el cielo y la atmósfera den la señal para un linchamiento, se ve preguntado a nivel individual, ¿tú cómo te llamas?, ¿tú estás casado? Ese tú deshace la masa y la contestación necesariamente lleva a sentarse y compartir. Una casa cerrada a los de fuera se convierte en un café donde los desheredados de repente sienten que son alguien.
¿Pero qué dirige la historia? Una pulsión irracional, incontrolable, el amor. Y el narrador avanza que va a contar el amor como una relación imposible entre el amado y el amador.
En personajes cargados de emociones, pero sin sentimientos por su falta de humanidad, el amor como pasión y como respuesta a la soledad impuesta es lo único que puede hacer cambiar las cosas, como montar un café en la casa que representa la propia intimidad.
Carson McCullers canta la comunicación como la única forma de ser humano. Por supuesto la falta de dignidad, el no ser nadie por el color de la piel o por sólo sobrevivir están denunciados en esta balada que cuenta el hecho extraordinario, la gesta de crear un café en la nada.
Carson McCullers escribe literatura si atendemos a la diferencia que ya hacen algunos entre narrativa y literatura.
EJERCICIO DE LECTURA CREATIVA
Leer este relato apuntando los rasgos físicos, los objetos personales, la forma de vestir, la forma de hablar, los miedos, los deseos, las habitaciones, la forma de moverse de los tres personajes principales: Miss Amelia, primo Lymon y Marvin Macy. Con estos rasgos que utiliza Carson McCullers para construir los personajes, definirlos, cómo son, qué les pasa, qué resortes los mueven en la vida.
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