¡Buenos días, Javi y Mar!, CADENA 100
Lo mejor del programa ¡Buenos días, Javi y Mar! que se emite cada mañana en CADENA 100 de 06:00 a 11:00 y que presentan Javi Nieves y Mar Amate.
EN PRIMER PLANO - A FONDO - EL RIESGO EXISTE LA HUMANIDAD PUEDE LLEGAR A SU FIN,.
El riesgo existe. La humanidad puede llegar a su fin" / foto.
El hombre está desarrollando tecnologías con un poder sin precedentes. ¿Pero evaluamos los peligros? Un grupo de científicos y programadores sí.
¿Sabe quién es Stanislav Petrov? “Pues es probable que usted y yo le debamos estar aquí, vivos, quiero decir”, asegura Sean O’Heigeartaigh. El 26 de septiembre de 1983, Stanislav Petrov -teniente coronel en las fuerzas de defensa aérea soviéticas- estaba de servicio en un búnker, con la misión de supervisar el servicio de alerta ante ataques nucleares. De repente, la alarma saltó. Informaba del lanzamiento de un misil de Estados Unidos. Y luego otro, y otro… hasta cinco luces parpadeando en el ordenador. Pese a la tensión del momento, Petrov pensó que aquello no tenía mucho sentido. Para empezar una guerra nuclear, cinco misiles eran pocos; y para ser un accidente, eran muchos. Debía de ser un error informático. Y así lo comunicó por radio. No era una decisión fácil de tomar. Unos días antes, los soviéticos habían derribado un avión de pasajeros coreano, y Ronald Reagan había hablado de represalias. Pero Petrov mantuvo la calma. Si no lo hubiera hecho, hoy no estaríamos aquí, en el Centro para el Estudio del Riesgo Existencial (CSER) en Cambridge, Inglaterra.Sean O’Heigeartaigh, director del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial (Universidad de Cambridge)
En este centro se estudian las amenazas que pueden llegar a acabar con la humanidad. Y lo que resulta aún más inquietante es que quienes lo integran son precisamente algunos de los científicos e ingenieros implicados en el desarrollo de tecnologías potencialmente ‘peligrosas’, empezando por la inteligencia artificial. El CSER está financiado por uno de sus promotores, Jaan Tallinn, físico y programador estonio, a quien debemos Skype; pero también por varias fundaciones científicas, medioambientales y tecnológicas, la más conocida de las cuales es la de Elon Musk, famoso tanto por crear los coches eléctricos Tesla como por su empeño en ir a Marte.Al frente del centro está Sean O’Heigeartaigh, uno de los autores del libro El próximo paso. La vida exponencial, que se acaba de publicar. O’Heigeartaigh nos cuenta la historia de Petrov antes de abordar los desastres que, potencialmente, nos esperan en un futuro no muy lejano.“Es más amenazante para la humanidad nuestra propia actividad que el impacto de un asteroide”
Petrov estaba en lo cierto cuando dijo que se trataba de una falsa alarma. Más tarde se supo que el destello del sol en un ángulo inusual había disparado el sistema. Pero aquel no fue un incidente aislado. Durante la Guerra Fría, la humanidad estuvo al borde de la guerra nuclear en varias ocasiones. Y sobrevivió a ello por pura suerte. Ahora, la amenaza nuclear es solo una de nuestras preocupaciones…
XLSemanal. ¿Hemos llegado ya a un punto en el que necesitamos un centro para estudiar el riesgo existencial, es decir, enfrentarnos al fin de la humanidad?
Sean O’Heigeartaigh. Yo creo que sí. Es cierto que hay muchas otras cosas de las que preocuparse a corto plazo, pero debe haber gente que piense en cosas más ‘grandes’. Estamos desarrollando tecnologías muy poderosas, que lo van a ser aún más, y deberíamos ser capaces de analizarlas antes de que se conviertan en un problema. O incluso plantearnos si hay algún tiempo de ciencia o tecnología que sencillamente no deberíamos desarrollar.
XL. Antes de entrar en materia, ¿de qué plazo hablamos? ¿50 años, 500…?
S.O. De los próximos 100 años. Pero algunas de las cosas podrían suceder en los próximos 20 años y otras pueden no ocurrir nunca… Lo que está claro es que es más probable que la humanidad se vea amenazada por nuestras propias actividades que por el impacto de un asteroide contra la Tierra.
XL. ¿Quiere decir que es más fácil que los robots gobiernen la Tierra que ser exterminados como los dinosaurios?“No hay que legislar, sino concienciar a los científicos. ¿Cómo se regulan las ideas?”
S.O. La posibilidad de que un asteroide choque contra la Tierra en este siglo es muy baja. En cuanto a los robots, los expertos discrepan, pero muchos consideran que en 20 o 30 años podríamos ser capaces de desarrollar inteligencia artificial a nivel humano, es decir, capaz de hacer todo lo que nosotros hacemos. Si no desarrollamos esa inteligencia con mucho cuidado, podría ser una catástrofe para la humanidad. Si lo hacemos con cuidado, puede ser lo mejor que hayamos hecho nunca porque nos ayudará a resolver muchos de los problemas a los que nos enfrentamos.
XL. ¿Y cómo se regula el desarrollo de la inteligencia artificial?
S.O. Es complejo. Una tecnología se puede regular cuando ya se ha desarrollado. Por ejemplo, se puede regular el uso de armas inteligentes. Decidir si se pueden usar robots en el campo de batalla. Esto ya se debate en la ONU. Igual que se estudia la responsabilidad derivada de las decisiones que toma un coche sin conductor. Pero una investigación es mucho más difícil de regular. ¿Cómo se regulan las ideas? No es tanto una cuestión de regulación como de concienciación de los científicos.
XL. De hecho, hablan incluso de concienciar a los hackers…
S.O. Sí, pero me gustaría dejar claro que aquí nadie está hablando de hacer ‘el mal’. Casi todo el mundo que trabaja en inteligencia artificial realmente quiere hacer un mundo mejor. Lo que ocurre es que incluso lo se hace para ‘el bien’ puede ir mal si no se planea con cuidado.
XL. Pues no quiero ni pensar en la manipulación de virus o la biología sintética…
S.O. Bueno, eso no es nuevo. Las armas biológicas existen desde hace tiempo. La viruela exportada por los ingleses a América ya era un arma biológica… pero del siglo XVIII. Por supuesto, hay que controlar que nada de lo que se investiga en ese campo se use para hacer el mal, pero es un enemigo conocido.
XL. Más novedosa es la geoingeniería. Cita usted experimentos inquietantes, como la ingeniería de aerosoles estratosféricos para reducir la cantidad de luz solar que llega a la Tierra. Un sistema para enfriar el planeta si fuese necesario, pero que en malas manos…
S.O. Sí, existen esos estudios, pero que quede claro que todavía no hay ensayos reales. En Google hay cientos de teorías de la conspiración sobre esto y no son verdad. Lo que es cierto es que hay científicos que creen que la geoingeniería es tan peligrosa que no deberíamos ni siquiera acercarnos a ella. Otros, en cambio, creen que se deben explorar todas las opciones que nos permitan frenar el cambio climático.
XL. Pues hay gente que sigue sin creer que el cambio climático esté ocurriendo, por ejemplo, el presidente de Estados Unidos. ¿Alguna sugerencia para convencerlo?
S.O. Francamente no veo cómo hacer que el actual presidente de Estados Unidos entienda nada.
XL. Bueno, admitamos que hay mucha gente que no ‘cree’ en el cambio climático. ¿Qué les diría?
S.O. Nosotros, más que a la gente, nos dirigimos a la comunidad científica. No es fácil que los riesgos tan a largo plazo calen en la población en general. Es difícil que alguien que está en el paro y tiene problemas para mantener a sus hijos se preocupe por la inteligencia artificial o la biología sintética. Por eso, yo creo que, más que ‘convencer’ a la gente, lo que tenemos que hacer es que las medidas para combatir el cambio climático sean efectivas y accesibles a todos.
XL. ¿A qué se refiere?
S.O. Por ejemplo, cuando la energía solar cueste lo mismo que el petróleo, entonces no importará si es limpia o no, la usaremos. Y lo mismo pasará con los coches eléctricos.
XL. Y aún queda pendiente el ‘problemilla’ de las armas nucleares…“Es el momento de actuar como un planeta y no como un puñado de países individuales”
S.O. Sí, ahí están. Y hay gente con acceso a esas armas que podría tomar decisiones equivocadas. Esta situación en la que una sola persona puede tomar una decisión que nos afecta a todos debería erradicarse. Problemas como el cambio climático o el desarrollo tecnológico no pueden abordarlos un país por sí solo. Se necesita cooperación internacional y a largo plazo. Hay que actuar como un planeta y no como un puñado de países individuales.
XL. Me temo que corren malos tiempos para la colaboración internacional… ¿Ha visto las noticias últimamente? No es solo Trump, aquí han votado a favor del brexit…
S.O. Conste que yo soy irlandés. No me culpen a mí… Pero el brexit no solo es malo para este país, es malo para la ciencia, para el planeta… En la comunidad académica no hay duda sobre esto. Por otro lado, cuando trabajas en riesgos globales desarrollas la perspectiva a largo plazo. Y piensas: ¿es el brexit peor que la Guerra Fría?
XL Entonces es usted optimista…
S.O. Absolutamente. No podría trabajar en esto si no lo fuese.
XL. Vamos, que usted no cree que la humanidad vaya a desaparecer.
S.O. Lo que yo creo es que si damos por hecho que la humanidad no va a desaparecer, entonces es cuando desaparecerá. Así que trabajemos juntos para que no ocurra. Porque, una vez abierta, la caja de Pandora es difícil de cerrar.
El centro del CSER (Centro para el Estudio del Riesgo Existencial), cuyo director es Sean O’ Heigeartaigh, fue creado por el filósofo Huw Price, el programador Jaan Tallinn y el astrofísico Martin Rees. La idea surgió ‘por casualidad’ en 2011, cuando Huw coincidió con Tallinn en un taxi. El filósofo se sorprendió al ver a un informático joven alarmado por el desarrollo de la inteligencia artificial. Y decidió hacer de mediador con otros científicos. Varios encuentros después, el centro se constituía en Cambridge.
TITULO: REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA -¡ ATENCIÓN Y OBRAS! CINE - EN BUSCA DE LOS DOCUMENTOS SECRETOS DE LOS NAZIS,.
¡ATENCIÓN Y OBRAS! CINE -
¡Atención y obras! es un programa semanal que, en La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.
REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - EN BUSCA DE LOS DOCUMENTOS SECRETOS DE LOS NAZIS,.
En busca de los documentos secretos de los nazis, fotos.
Las galerías inexploradas de un búnker de Brandemburgo esconden importantes documentos y pruebas del poder bélico de los nazis. Lo asegura un polémico historiador alemán que se ha adentrado en él.
Pocos días antes del fin de la guerra, un enorme estruendo sacudió Genshagen, en Brandemburgo. Aunque el Ejército Rojo ya se encontraba prácticamente a la vista, la explosión no la causó el enemigo que avanzaba imparable desde el este, sino las SS. ¿Qué querían ocultar?Ocho años atrás, los nazis habían decidido convertir Genshagen en un gran centro de producción de armamento: Daimler-Benz levantó una planta de fabricación de motores de avión en este pequeño pueblo situado junto a Ludwigsfelde. A comienzos de los años cuarenta, cuadrillas de trabajadores excavaron un búnker subterráneo al lado de las instalaciones. Las mujeres empleadas en la fábrica buscaban refugio bajo sus bóvedas de hormigón cuando había ataques aéreos.
El ministro de Correos Wilhelm Ohnesorge (en la foto con Hitler, en 1937) montó un sofisticado laboratorio para crear nuevas armas cerca del búnker
En abril de 1945, con las tropas aliadas acercándose rápidamente al lugar, un comando de las SS voló los cinco accesos del búnker. Utilizaron un despliegue excesivo para un búnker que, en principio, solo servía para proteger de las bombas a un puñado de trabajadoras… o así lo ve el historiador berlinés Rainer Karlsch.¿Es posible que el túnel excavado bajo la superficie fuese algo más que un refugio antiaéreo? ¿No podría ser que sus constructores lo hubiesen utilizado, además, para almacenar documentos secretos? Resulta llamativo que no se hayan encontrado planos del búnker ni en los archivos de Daimler ni en otros registros oficiales.
Objetos encontrados en la parte despejada del búnker. Una buena parte de las instalaciones sigue sin explorar
Karlsch también encuentra sospechoso que un búnker normal y corriente fuera vigilado por las SS.El historiador Rainer Karlsch, que ‘patinó’ cuando sostuvo que los físicos alemanes habían logrado construir tres bombas nucleares antes de que terminara la guerra, se ha zambullido de lleno en la búsqueda de un laberinto subterráneo cuya posición exacta no figura en ningún mapa y que no se ha encontrado ni en los años cincuenta, cuando se escavó en el lugar con el pretexto de extraer grava para el mantenimiento de las carreteras, ni en los ochenta, cuando una nueva cuadrilla volvió a intentarlo.
En 2011, el historiador contrató a unos especialistas de Leipzig para que realizaran mediciones geomagnéticas en el lugar. Este procedimiento por fin permitió localizar uno de los accesos al búnker casi siete décadas después de que fueran volados por las SS.
El historiador descubrió un sistema de corredores bastante ramificado, aunque inicialmente había supuesto que el búnker era un único espacio de gran tamaño. La exploración se complicó por la falta de seguridad. «Los crujidos nos hacían temer que la estabilidad de las paredes no estuviera del todo garantizada», afirma Torsten Klaehn, vicealcalde de Ludwigsfelde, que se adentró en las galerías con el historiador.Las SS custodiaban el búnker, pero, curiosamente, no se han encontrado planos de él en los archivos oficiales
Antes de que los rusos llegaran al -en apariencia inofensivo- búnker de Brandemburgo, un comando de las SS voló la entrada de este enigmático lugar
Dejaron sin explorar buena parte del complejo subterráneo. Pero lo que vieron les bastó para calificar el diseño de las instalaciones de «simplemente genial». También Daimler-Benz encargó, a comienzos de los años cuarenta, a una empresa minera que excavara el intrincado complejo en el suelo arenoso de la Marca de Brandemburgo. El túnel se construyó con piezas de hormigón prefabricadas que solo había que unir entre sí, una técnica muy moderna para la época. Todo apunta a que los operarios trabajaron en unas instalaciones que finalmente quedaron inconclusas.A pesar de todo, los investigadores no han hallado en estos espacios subterráneos ni el oro oculto de los nazis ni tampoco los documentos secretos. La voladura de las entradas en los instantes finales de la guerra afectó enormemente al sobrio interior del complejo. En las pocas zonas del búnker ya recorridas no hay nada de valor, solo soportes oxidados de viejos catres, botellas de vino, botes de medicinas… y puertas de acero arrancadas de sus goznes por la explosión.
El ministro de correos
El historiador Rainer Karlsch ha reconstruido una cadena de indicios que apuntan a que allí se escondió documentación crucial. Poco antes del colapso final se ordenó un cambio en la producción. En la fábrica empezaron a montar motores para el Messerschmitt 262, el primer caza a reacción fabricado en serie de la historia. Hitler decidió incluir el caza a reacción entre las llamadas ‘armas milagrosas’ nazis en el último año de la guerra.En marzo de 1945 se puso a Hans Kammler, un hombre de las SS, al frente de la producción del reactor. Kammler consiguió generar entre los aliados la sensación de que el nuevo avión era un prodigio tecnológico. Por lo tanto, sería razonable pensar que Kammler hubiera querido poner los planos de construcción en un lugar secreto, quizá para usarlos como moneda de cambio en las inminentes negociaciones de paz con los enemigos.Según varios testigos, en abril de 1945 las SS llevaron al búnker un cargamento sospechoso
El ministro de Correos llevó a su suntuoso castillo de Hakeburg, a 15 kilómetros del búnker, a un ejército de científicos para inventar armas
El historiador Rainer Karlsch no lo cree probable. Inmediatamente antes de la caída del régimen se cargaron vagones de ferrocarril con material procedente de la fábrica con la intención de trasladar la producción al sur de Alemania. Además, los detalles técnicos de estos motores no tuvieron un carácter especialmente reservado. Tras la guerra fueron muchos los ingenieros que contaron a los militares aliados todo lo que sabían sobre la tecnología de los reactores. A la luz de estos datos, tomarse tantas molestias para esconder información relativa a la planta de producción de motores no parece tener mucho sentido.Se dice que en el castillo se hicieron los planes para fabricar una supuesta bomba atómica
El historiador berlinés apunta en una dirección diferente. Cree que lo que se escondió en el bunker procedía del castillo de Hakeburg, a unos 15 kilómetros de distancia.Wilhelm Ohnesorge, ministro de Correos del Reich, eligió esa antigua mansión señorial como residencia a partir de 1938 tras casarse y recibir de parte de Hitler 250.000 marcos como regalo de bodas. Parece ser que Ohnesorge hizo construir en la misma finca unas completas instalaciones de investigación y un centro de pruebas, en cuyos laboratorios había científicos trabajando en la construcción de material militar, como aparatos de infrarrojos para visión nocturna y cohetes teledirigidos. Pero sus experimentos armamentísticos encontraron poco entusiasmo por parte de Hitler. Conforme se prolongaba la guerra, Ohnesorge se dirigía con mayor frecuencia al Führer para hablarle de las maravillosas creaciones que salían de sus laboratorios secretos. Hitler lo ignoraba. En su círculo más íntimo llegó a comentar: «Hasta ahí íbamos a llegar, que ahora la guerra me la tenga que ganar el ministro de Correos…».
Imagen tomada en 1940 de uno de los investigadores en el laboratorio secreto del ministro de Correos
Al final de la contienda quedó patente lo innovador que en realidad había sido el trabajo realizado en los laboratorios armamentísticos de ese simple ministro de los carteros. Por ejemplo, bajo las órdenes de Ohnesorge se fabricaron misiles antiaéreos que podían guiarse a distancia a través de monitores de televisión. Sus científicos también desarrollaron diminutas cámaras que podían instalarse en los cohetes para convertirlos así en bombas dotadas de visión.Un buen trabajo
Si nos atenemos al potencial destructor de estas armas, Wilhelm Ohnesorge habría tenido que sentarse en el banquillo de los acusados en los juicios de Núremberg, junto con compañeros de partido como Hermann Göring y Rudolf Hess. Sin embargo, una vez finalizada la guerra, el antiguo ministro vivió sin que nadie le molestara durante años y falleció poco antes de cumplir los 90. Una buena parte de los informes que podrían arrojar luz sobre el laboratorio de armas de Wilhelm Ohnesorge están en paradero desconocido. ¿El ministro se deshizo del material en abril de 1945 antes de que el Ejército Rojo pudiese poner sus manos sobre él?Ohnesorge contaba con excelentes contactos en las SS; por lo tanto, un posible transporte de la documentación podría haberse organizado sin problemas. Los indicios apuntan a que el búnker de Genshagen bien podría haber sido el destino de esa última misión.
El vicealcalde de Ludwigsfelde asegura haber sabido por testigos de la época que al menos un transporte procedente de Hakeburg habría llegado al búnker de Daimler-Benz. El historiador Rainer Karlsch también cree plausible que, en los apuros propios del final de la guerra, los científicos de Ohnesorge optaran por esconder el material en las instalaciones subterráneas de Ludwigsfelde, posiblemente sin el conocimiento de su jefe. Sea como fuere, hasta su muerte, en 1962, Ohnesorge no dijo ni palabra sobre la documentación escondida.Se cree que los nazis fabricaron misisles antiaéreos guiados a distancia a través de monitores de televisión
El historiador Rainer Karlsch descarta que las fuerzas aliadas se hicieran con los documentos nada más terminar la guerra, en el caso de que hubiesen estado escondidos en el búnker. No lo cree porque en uno de los túneles descubrió muchos ladrillos amontonados. «Al final de la guerra, este material de construcción era extremadamente codiciado. Cualquier ejército se habría apoderado de él», asegura.
En cualquier caso, si alguien ocultó documentos valiosos en ese búnker, hizo un buen trabajo: 70 años después de la guerra, nadie los ha encontrado.
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