domingo, 22 de marzo de 2015

DESAYUNO - CENA - DOMINGO - OUKA LEELE,./ VIAJANDO CON CHESTER, " ARBEIT MACHT FREI ",. / COCINA DOMINGO, JABALI CON SALSA LASARTE,.

TÍTULO: DESAYUNO - CENA - DOMINGO - OUKA LEELE,.
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-foto-Ouka Leele "Los colaboradores de 'Sálvame' son muy parecidos a los personajes de Goya"

Madrileña del 57. Fotógrafa y artista de la Movida. 'A donde la luz me lleve' reúne 10.000 fotografías. Más de 180 dan forma al libro del mismo título. Y 50 de ellas se exponen en el Centro Conde Duque hasta el 22 de abril.
XLSemanal. Algunas fotos tienen sonido y movimiento...
Ouka Leele. Sí, me gusta que se vean más cosas que un cuadro colgado. Hay una foto de una ventana por la que entran humo y bruma dentro de la sala. Es una exposición muy divertida.
XL. ¿Y son todas fotos sobre Asturias?
O.L. Sí, es un encargo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson. Y busca acercar Asturias a otros países.
XL. De niña quería ser como Velázquez, ¿en qué punto del camino se perdió?
O.L. Cuando me choqué con la fotografía [risas]. Me apasiona la idea de que la gente que sale sea de verdad. Los pintores pueden inventarlo todo.
XL. Empezó a firmar como Ouka Leele para ocultar su procedencia, su sexo...
O.L. Siempre me gustaron los personajes míticos, tipo Robin Hood. Me divertía esconderme y que nadie supiera quién soy, pero... mi verdadero nombre empezó a salir en la prensa. Una pena.
XL. Antes pintaba fotos muy agresivas; hoy, un rollo más zen, lleno de ninfas...
O.L. La enfermedad que tuve y ver la muerte de cerca me marcó un antes y un después. Salí de aquello mucho más tranquila, consciente del valor de la vida.
XL. Es celiaca, vegana, no prueba el azúcar... ¿Hay quien la invite a comer?
O.L. ¡Mis amigos me aguantan, sí! Hace poco fui a una fiesta donde solo había vino y jamón. Me llevé unos aguacates en el bolso y fui la envidia de muchos.
XL. Después de fuertes tratamientos de quimioterapia tuvo una niña...
O.L. Nadie me dijo que podía haberme quedado estéril. De haberlo sabido, a lo mejor no me hubiera quedado embarazada. Un milagro [ríe].
XL. Educada en colegios de monjas y del Opus... y terminó de copas con su tío Jaime Gil de Biedma por Barcelona.
O.L. El colegio de monjas me dejó mucho poso, había más misticismo y más milagrería; el del Opus me atraía menos y me dejó el amor al trabajo. Y con mi tío Jaime me lo pasaba muy bien.
XL. Ha equiparado la foto que hizo a los colaboradores de Sálvame con la familia de Carlos IV. ¡Ya le vale!
O.L. No sabía nada de estos tertulianos, no veo la tele, pero sabía que existían porque están hasta en la sopa. Cuando los retraté, los vi muy parecidos a los personajes del cuadro de Goya. Quería hacer una foto a los reyes del pueblo, como diosecillos en el Olimpo.
XL. ¿Le han llovido críticas por hacerla?O.L. Algunos dicen que se les ha caído mi imagen. A mí, la foto me encanta y me sigue sorprendiendo al mirarla.

Su desayuno: 'Movido', pero sano «Tomo batidos de fruta y mucho plátano. Y si voy a salir pronto, añado una tostada para celiacos con miso, tahini o aceite de linaza y brotes de alfalfa o brócoli».

La cena dos huevos fritos con patatas fritas, pan, beber agua, postre una pera,.

TÍTULO: VIAJANDO CON CHESTER, " ARBEIT MACHT FREI ",.
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VIAJANDO CON CHESTER, foto,.

Hace un mes, dos parejas amigas nos fuimos de fin de semana a Múnich. Hubo nieve, cerveza, alimentación aerofágica, un castillo cursi en el que parecía que ibas a escalar una trenza, y muchas risas, como corresponde a gente que se lleva bien. El último día, casi como una improvisación porque sobraba tiempo y estaba en el camino del aeropuerto, decidimos pasarnos por el campo de concentración de Dachau, a apenas dieciséis kilómetros del bullicio de la Marienplatz y de las enormes cervecerías en las que habíamos visto confraternizar y chocar jarras a hombres que hasta tocaban el acordeón vestidos y emplumados al modo tirolés. A dieciséis kilómetros. Supongo que la escena festiva de la cervecería era idéntica a la de cualquier domingo de los años treinta, cuando, a dieciséis kilómetros, Dachau funcionaba.
Aún reíamos y hacíamos chistes mientras conducíamos hacia Dachau. Al salir, tardamos mucho rato en hablar siquiera. Y eso que Dachau no es Auschwitz, ni por tamaño, ni por el propósito casi exclusivo de exterminación del campo polaco, que en Dachau fue algo más paulatino. Dachau fue el primero de los campos nazis, el que sirvió como temprano modelo del Lager, y de hecho lo único que ahí dentro puede hacer un alemán para calmar la conciencia es recordar que fue abierto precisamente para encerrar a otros alemanes -disidentes políticos, homosexuales, católicos- a los que fueron incorporándose con el tiempo todas las etnias de los países conquistados. Con lo que ningún alemán puede aliviar la culpa es con la pregunta de cómo alegaron no haberse enterado de nada si el campo está encastrado en el pueblo, un muro con sus torretas orilla la carretera de ingreso, y el humo esparcido por la chimenea del crematorio debía de llenar las calles de un pésimo olor. El mantenimiento del campo es polémico. Algunos denuncian la banalización, la conversión en atracción turística. Otros, que se trata de un recordatorio inútil que prolonga el castigo en un país que ya hizo la penitencia. Lo cierto es que, para los escolares bávaros, la visita es obligatoria. Y, por tanto, el enfrentamiento brutal con lo que fue capaz de hacer la generación del abuelo. O del bisabuelo ya. Es como si continuara el castigo al que los soldados de la Vigésima División Acorazada y de la 42 Arcoíris, los liberadores, sometieron a la población de Dachau en la primavera de 1945, cuando los obligaron a limpiar con sus propias manos el campo de cadáveres esqueléticos y a pasarse por turnos por el cuartucho que aún existe en el que los nazis apilaban los cuerpos para la cremación en los hornos contiguos: se les agotó el carbón y dejaron decenas de ellos pudriéndose ahí dentro en una montonera espantosa, sólo superada en horror por el contenido de los vagones que encontraron en la terminal del campo y que transportaban cautivos remitidos desde los campos ya liberados. Murieron hacinados, con los cerrojos puestos, mientras los guardias huían. A los soldados americanos les brotó tal rabia que permitieron el linchamiento de algunos SS rezagados a los que alcanzaron los prisioneros capaces de mantenerse en pie. Más de mil morirían por enfermedad o agotamiento en los días posteriores a la liberación.
Vimos la reja de la puerta de ingreso al campo, de la que hace pocos años robaron la inscripción de 'Arbeit Macht Frei'. Vimos la sala de recepción de prisioneros, donde ya empezaba el trato brutal con el que hombres eran animalizados. Vimos los barracones con las literas de madera, el ala de los sádicos experimentos médicos sobre cobayas humanas. Vimos el enorme patio en el que los internos formaban con música a diario, a veces obligados a soportar durante horas el frío del invierno sin derecho a mover un músculo, y el soporte de madera y los ganchos que servían para practicar tortura. Estuvimos dentro de la cámara de gas, claustrofóbica con su techo bajísimo. Ahí dentro, una chica se arregló el pelo y posó para su novio sonriendo como si tuviera detrás el palacio de Sisí,.

TÍTULO: COCINA DOMINGO, JABALI CON SALSA LASARTE,.

Tiempo de preparación: 20 minutosIngredientes para: 4 personas
Ingredientes: 300 g de cabeza de jabalí. / foto,.
Para la salsa Lasarte: 3 huevos, 1 cucharada sopera de mostaza de Dijon, 45 g de aceite de oliva virgen extra, 3 cucharadas soperas de vinagre de Jerez, 3 pepinillos en vinagre, 1 cucharada sopera de alcaparras, 1 cucharada sopera de perejil picado, 1 cucharada sopera de estragón picado, sal, pimienta, brotes de espinaca y hojas de perifollo.
Elaboración: se corta la cabeza de jabalí en finas láminas. Se cuecen los huevos en agua fría con sal, diez minutos a partir de que el agua hierva. Se refrescan en agua con hielos, se pelan y se separan las claras de las yemas. Se aplastan las yemas con la mostaza, ayudándonos de un tenedor. Se incorporan el vinagre y el aceite en forma de hilo, como si se tratara de una mayonesa. Se salpimienta y se añaden las alcaparras y los pepinillos picados y se mezcla. Se agregan las hierbas y la clara de huevo finamente picada. Se mezcla bien y se mantiene en frío, cubierto con papel film que quede e/ n contacto.
Acabado y presentación: se montan en un plato grande y plano la cabeza del jabalí extendida, se agregan unas lágrimas de salsa Lasarte por encima y algunos brotes de espinaca y hojas de perifollo.
El vino
Rueda 2014. La fuerte apuesta de Marqués de Cáceres por la D. O. Rueda se manifiesta en su nueva bodega en la finca de Serrada, que dispone de 125 hectáreas de viñedo propio. Íntegramente elaborado en la propiedad, este nuevo vino de color pajizo, fragante nariz (entre cítrica y mineral) y un paso de boca fresco y voluminoso posee un largo y agradable posgusto. Ideal como aperitivo, es gran compañero de la cocina mediterránea. 6 ¬. J. L. RECIO
REINOS DE HUMO Por Benjamín Lana
De media hora para comer
Me está entrando complejo de Robin Hood de lo castizo. Me veo, cada vez más, defendiendo costumbres de esas que los modernos llaman 'viejunas'. No me refiero a cuestiones como la estigmatización del mondadientes, sino a temas serios como la cultura de los dos platos y postre o el vaso de vino reglamentario en las comidas. Comprendo la necesidad patria de racionalizar los horarios laborales, de conciliar en casa e irnos a dormir a la hora de los noruegos. Pero, como somos un pueblo dado a pasar de un extremo al otro, me da miedo. Traigo este cuento porque, en una de las empresas mejor valoradas por sus empleados en España y en el mundo, una tecnológica de campanillas, con cocinas de restaurante de vanguardia, comida gratis y zonas de descanso, está mal visto reservarse en la agenda más de media hora para comer. No lo he leído por ahí, me lo dijeron en persona y con testigos. Es verdad que su cultura empresarial es americana y ningún europeo entiende bien cuál es la relación de los gringos con la comida. Pero todo ese despliegue para tener que almorzar en media hora... da un poco de pena. Serán un ejemplo de eficiencia y conciliación, pero mi madre siempre me ha dicho que coma despacio y mastique más. Que las prisas son de mala educación y sientan mal al estómago. ¿Media hora? Me suena a cita con el dentista y a ese deseo de que se acabe cuanto antes.

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