viernes, 13 de marzo de 2015

UN PAIS PARA COMERSELO,El museo de la Hija de Churchill . / ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! , EL MAS DIFICIL TODAVIA DEL DEPORTIVO, .

TÍTULO: UN PAIS PARA COMERSELO, El museo de la Hija de Churchill ,.

246 familias de Garrovillas han recuperado, en un empeño colectivo, su cultura campesina,

Leandro Monroy pela a José María González, en la recreación de la peluquería garrovillana de Leoncio Burgueño. :: E.R.foto,.

La Hija de Churchill tiene un museo en Garrovillas. Para ser más precisos, el museo no es solo de ella, sino también de la Pichona, de la Ratona y de 246 garrovillanos que han donado enseres, detalles y vestigios del pasado para conformar entre todos uno de los museos colectivos más interesantes de Extremadura.
En Garrovillas, en el antiguo almacén del silo, a un paso de la Cruz Mentirosa, donde los viejos del lugar se han sentado desde siempre a contarse mentiras, hay un museo etnográfico que es toda una sorpresa. Se trata de una instalación muy pedagógica y sugerente que ocupa varias naves y se puede visitar los fines de semana todo el año y casi todos los días durante el verano.
La primera fase de este museo se inauguró en el año 2012 y su origen está en la revista Alconétar, fundada en el año 1977, que se convirtió después en la asociación cultural del mismo nombre. El año 2003, la asociación empezó a recolectar las piezas que se expondrían en el museo.
En la entrada del local, una lamentación del escritor Luis Landero resume la filosofía del empeño: «La mayor tragedia de este siglo es la pérdida de la cultura campesina». Al lado, los nombres de los 246 héroes anónimos, con sus respectivos motes al lado, que han hecho posible este museo.
Lo visitamos en compañía de Leandro Monroy, un maestro jubilado de 66 años que preside la asociación Alconétar, responsable de la iniciativa museística, y de José María González, secretario de la asociación y funcionario de Justicia. En la Asociación Cultural Alconétar hay una treintena de voluntarios que se encargan de atender el museo. A cada uno le toca abrir tres días al año. En verano, suele ser el presidente quien abre a diario.
Este museo explica cómo era la vida cotidiana en Garrovillas de Alconétar antes de que el pantano de Alcántara acabara con una cultura ancestral basada en la autosuficiencia: en Garrovilllas se producía todo lo que se consumía y hasta los años 60 estaba viva la economía del trueque.
Recorriendo el museo, se puede admirar la última barca que se construyó en el pequeño astillero de carpintería de ribera del tío Daniel. Era una barca de pesca, actividad de la que vivían 30 familias en Garrovillas.
Otra sección del museo está dedicada al queso y a las queserías artesanas de los pastores del pueblo. Las diferentes actividades artesanas y comerciales tienen su correspondiente sala (zapateros, herreros, carpinteros y cesteros, tahonas, comercios) y el visitante se suele emocionar recordando objetos y ambientes que formaron parte de su infancia y ahora reviven gracias a este proyecto de todo un pueblo. Recorriendo las dependencias del viejo silo de Garrovillas, uno puede visitar una antigua peluquería, sentarse en un pupitre como el que ocupó siendo niño o escarbar en su memoria para recuperar imágenes familiares, que ahora, en el museo, reviven en forma de narración visual: la cocina donde la madre calentaba el puchero, la habitación donde dormíamos y soñábamos, el comedor que cada tarde se convertía en sala de estudios para hacer los deberes.
En este museo se exponen la primera lavadora y la primera olla exprés que hubo en Garrovillas. Hay, incluso, una máquina clasificadora de huevos, que hoy es arqueología industrial, pero en su momento revolucionó la comercialización de los huevos que recogían los recoveros garrovillanos por los campos.
Se exponen también los cachivaches del último turronero del pueblo y las ruletas del vendedor de golosinas y se preparan espacios para las nuevas secciones de una segunda fase del museo, que se espera acabar esta Semana Santa. En la inauguración estarán la Hija de Churchill, la Ratona, la Pichona y los 246 garrovillanos que han hecho posible este empeño colectivo.

TÍTULO: ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! , EL MAS DIFICIL TODAVIA DEL DEPORTIVO, .

Macarro observa desde el banquillo una carrera de Parri ante el Atlético Pueblonuevo. :: c. morenoMacarro teme pagar los platos rotos del reciente pinchazo del Mérida, pero avisa de que no quieren ponerlo fácil, foto,.

Si cada encuentro que disputa el joven plantel del Deportivo Pacense es una larga y empinada cuesta, el de este domingo puede catalogarse de auténtico infierno. El más difícil todavía del colista se disputa en el Romano, feudo del sólido líder. Dos mundos bien distintos y el mayor presupuesto de la categoría contra el menor. Experiencia y calidad ante juventud y bisoñez, aunque al final el fútbol es un juego y cualquier cosa puede suceder. Incluso lo más insospechado.
Y lo más insospechado sería que los deportivistas sacaran algún punto del coliseo emeritense. Los de Alcázar vienen de un inesperado pinchazo en Santa Amalia y sienten ya el aliento de un Extremadura dispuesto a pelearle su primer puesto. Dato importante y que es tenido en cuenta en el club pacense, donde se temen que puedan pagar los platos rotos del empate ante el Iberitos. «Puede que ellos salgan con cierta rabia, es verdad, pero siguen siendo tres puntos. Es verdad que puede no venirnos bien que hayan pinchado, pero deben saber que no se lo pondremos fácil. Queremos sacar algo positivo de Mérida y tenemos el mal recuerdo de la primera vuelta, que fue uno de los peores partidos que hemos hecho. Jugamos niños contra hombres, sufrimos con la expulsión, pero no queremos que se repita algo así. No vamos de paseo. Queremos dar otra sensación aunque sabemos que será uno de nuestros partidos más duros», apunta el entrenador Juan Antonio Macarro.
Otra liga
En la memoria de sus futbolistas estarán los ocho goles con los que el Mérida les sometió en la jornada 14 (0-8) en las instalaciones de El Vivero. Se trata de la peor goleada sufrida por el Deportivo. Un Deportivo renovado por el mercado invernal pero que sigue conservando algunas de sus carencias, pese a que incorporaciones como Javi Pérez o Sito han ayudado un poco. Se antoja insuficiente ante un Mérida que quiere asegurarse los tres puntos y esperar a lo que sea capaz de hacer el sorprendente Azuaga (sexto en la tabla) en su visita al Francisco de la Hera. «Está claro que ellos son de otra liga. Es una lucha entre David y Goliat. Ellos aspiran a terminar primeros la liga y a ascender y tienen jugadores fantásticos que podrían estar en categorías superiores», sigue el preparador.
Los pacenses comparecen justo después de desperdiciar una buena oportunidad el pasado domingo en su propio campo ante el Atlético Pueblonuevo, y más tras gozar de superioridad numérica la media hora final. De haberle ganado (1-1) habría salido del 'farolillo rojo' e incluso del descenso dados los resultados de la última jornada en la zona conflictiva. «Lo tuvimos en la mano, pero no fuimos capaces de ganar por pequeños detalles y sobre todo por nuestra falta de acierto. En lo que es el juego estuvimos bien. Una pena porque teníamos a tiro la decimosexta posición», concluye Macarro.

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