martes, 29 de diciembre de 2020

Cartas Olvidadas - ¿Es contagioso el 'brexit'? ,. / Cartas en el Cajon - ¿Destruir o sostener la monarquía?,. / REVISTA TENIS - El año en el que cambió todo, menos Nadal en Roland Garros ,.

 

TITULO: Cartas Olvidadas - ¿Es contagioso el 'brexit'?,.

 

¿Es contagioso el 'brexit'?,.

La compleja excisión británica contiene otros seismos similares, aunque desde países como Noruega ya se pide revisar los acuerdos, foto,.

Partidarios del 'brexit' ondearon banderas británicas el 31 de enero pasado en una fiesta de celebración en Warrington, coincidiendo con la salida oficial de la Unión Europea./AFP
 
Partidarios del 'brexit' ondearon banderas británicas el 31 de enero pasado en una fiesta de celebración en Warrington, coincidiendo con la salida oficial de la Unión Europea.

Los 47 años de permanencia de Reino Unido en la UE ya son una etapa histórica más. El acuerdo trenzado en la última semana, con una negociación de vértigo que culminaba en torno a las 15.00 horas del día de Nochebuena y que toma cuerpo en alrededor de un millar de folios con un sinfín de detalles técnicos (los últimos en incorporarse, ligados a esos cinco años y medio de moratoria para el acceso de la flota europea a los caladeros británicos), ya corre contra el crono para completar un proceso de tramitación que culminará avanzado el mes de enero. Esto es, con retraso respecto al momento fijado para la desconexión definitiva, las 23.00 horas (GMT) del próximo jueves día 31.

Tras el anuncio oficial de Boris Johnson y Ursula von der Leyen, el acuerdo se llevó a la mesa del Colegio de Comisarios (una suerte de Consejo de Ministros de la Comisión Europea) y a la del Coreper, el órgano que reúne a los embajadores permanentes de los Veintisiete en Bruselas. La presidencia alemana renunciaba primero el jueves a una convocatoria de urgencia, pidiendo a los altos diplomáticos europeos «que estén disponibles durante el periodo navideño». Horas después fijaba el encuentro para las 10.30 horas del día de Navidad. Los embajadores, en cualquier caso, ya conocían para entonces gran parte de su contenido, lo que permite pisar el acelerador con un procedimiento que en circunstancias normales podría demorarse semanas.

El 'ok' de las capitales debería avanzar la voluntad de una firma. El «sí se acepta» llevará a que el Consejo Europeo (la institución que coordina a los Gobiernos nacionales) formalice esa rúbrica esencial. Y con ella, según plantearon fuentes diplomáticas, quizás también la autorización de su «aplicación provisional» a partir del 1 de enero.

Porque (se insiste) el consentimiento del Parlamento Europeo, que ha reclamado tiempo para analizar el «colosal» acuerdo a través de sus comisiones parlamentarias, no llegará hasta una sesión plenaria que podría celebrarse a mediados del próximo mes. Y esa es la ratificación final; la luz verde imprescindible a todo el 'paquete', que al otro lado del Canal de la Mancha debería activar también Westminster y que según algunas fuentes se encendería el día 30.

«El futuro está en Europa»

Con o sin esa 'provisionalidad' total, e incluso parcial -de solo el articulado que cubre los aspectos más sensibles del arreglo comercial y que evitaría el colapso fronterizo-, la era postBrexit está a punto de arrancar. «Es hora de dejar el 'brexit' atrás, nuestro futuro está en Europa», clamó Von der Leyen nada más anunciar el jueves lo que definió como un «acuerdo justo y equilibrado».

Pero queda aún una incógnita por despejar. ¿Habrá efecto contagio? El apoyo en el seno de la UE ha aumentado en toda Europa desde el referéndum del 'brexit' en 2016. De hecho partidos de signo populista, alineados con la ideología ultraconservadora tanto de Italia como de Austria, Francia, Alemania e incluso Suecia, mantienen en suspenso la idea de replicarlo en sus países. De hecho la temible marejada de euroescepticismo que amenazaba a Europa quedó neutralizada en las elecciones a la Eurocámara de mayo de 2019.

Queda la duda de si la gestión de la pandemia reforzará los mensajes de autoexclusión, aunque una reciente encuesta revelaba que los europeos apostaban por una mayor implicación de la UE en la lucha contra el patógeno letal.

La otra vía que ya ha comenzado a abrirse es la de los países asociados al proyecto comunitario. Noruega, que ha rechazado en dos ocasiones (1972 y 1994) una adhesión efectiva a la Unión, mantiene un acuerdo especial (como también lo tienen Islandia o Liechtenstein) que le permite participar plenamente en el mercado único, sometida eso sí, a las regulaciones que rigen para todos.

«Las decisiones que afectan a Noruega y a los recursos noruegos deben ser adoptadas en Noruega», aseguraba esta semana Emilie Enger Mehl, representante del Partido del Centro, formación de origen agrario, que pide «actualizar» las relaciones con la UE al albor de los resultados del pacto comercial con Londres

Defensor del campo y de las barreras aduaneras agrícolas, la formación también debe su éxito a la popularidad de su jefe, Trygve Slagsvold Vedum, agricultor jovial reputado por sus risotadas y su capacidad para mencionar a Noruega y a los noruegos en cada una de sus frases. Recientemente, este cuadragenario se saltó todas las reglas de la comunicación política disfrazándose de espantapájaros en un programa en la televisión.

Tiempo al tiempo. En cualquier caso, miniconvulsión. Nada inquietante. De momento, el 'acuerdo de Nochebuena' consigue parar al menos un primer golpe del país escandinavo. Al haberse logrado un arreglo antes del 31 de diciembre, a priori, mantendrá abiertos los caladeros noruegos a la flota pesquera, tanto europea como de Reino Unido. Oslo ya había avisado a Bruselas de que sin ese pacto a tiempo echaría el cierre.

Sánchez adelanta que las negociaciones sobre Gibraltar se mantendrán

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, celebró de inmediato el principio de acuerdo sobre el 'brexit' y adelantó que sus términos serán analizados por los Estados miembros. Además, afirmó que España seguirá dialogando para un pacto sobre Gibraltar.

En un breve comunicado publicado en Twitter, el jefe del Ejecutivo dio la enhorabuena al jefe de negociaciones de la Comisión Europea, Michel Barnier, y a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y a sus respectivos equipos.

Otros líderes de la UE coincidieron en sus mensajes de alivio, confiados en que el acuerdo aporta certidumbre y permitirá seguir avanzando a las dos partes. La canciller de Alemania, Angela Merkel, aseguró que el 1 de enero arranca «un nuevo capítulo» en las relaciones y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, apeló a «la unidad y la firmeza europeas».

TITULO:  Cartas en el Cajon  -¿Destruir o sostener la monarquía?,.

 

¿Destruir o sostener la monarquía?

¿Destruir o sostener la monarquía?

Desde aquel Catón el Viejo que, machaconamente, acababa sus discursos en el Senado con la hipercitada frase contra Cartago, ese gerundivo latino «delenda» (y perdonen la pedantería) se ha hecho famoso para representar el empecinamiento ideológico de cualquiera. También es muy conocido el final del no menos famoso artículo de Ortega y Gasset, foto.

El presidente del PP, Pablo Casado, ha tendido la mano al Gobierno para aprobar cualquier medida que sirva para reforzar la Monarquía y fortalecer a Felipe VI frente a los ataques de sus socios de Unidas Podemos, pero sin tocar la Constitución. El líder de los populares no es partidario de abrir «la caja de Pandora de una crisis contituyente que se sabe cómo se empieza y no cómo se acaba». «No es el momento, ni hay interlocutores, ni mayoría que lo aconseje», ha aseverado.

En un balance de 2020, calificado como «horribilis», Casado ha vuelto a hacer una defensa cerrada del papel del Rey en estos seis años y medio de reinado, que ha estado marcado por su compromiso de «transparencia y ejemplaridad». «La Jefatura del Estado se está desarrollando de manera impecable, y no hay necesidad leal de reforzar un reinado ejemplar», ha subrayado. Ahora bien, cualquier cambio que sirva para «reforzar» la institución frente a la campaña de ataques y descrédito por parte de Podemos y los separatistas sería «bienvenido». «Si considera que no debe haber un resquicio para las críticas de sus socios -ha añadido-, estamos de acuerdo en estudiarlo».

El problema, según el líder del PP, «no es la monarquía, es el Gobierno, la división, la radicalidad y su incompetencia». En todo caso, Casado ha reivindicado que una ley de la Corona, que afecta a la Jefatura del Estado «sólo se puede llevar a cabo si hay un gran acuerdo entre el PP y el PSOE».

«Mentiras, incompetencia y arrogancia»

El jefe de la oposición se ha mostrado muy duro con el «peor Gobierno de la historia de la democracia y su presidente al que ha acusado de actuar en este año tan difícil marcado por la pandemia con «mentiras, incompetencia y arrogancia» y de no haber estado «a la altura». «Eso de que nadie se iba a quedar atrás es falso. Nadie ha quedado en pie», ha remarcado.

Casado ha desgranado las «cinco crisis superpuestas» que, en su opinión, han empeorado visiblemente la vida de los españoles, bajo la batuta del 'Ejecutivo Frankstein': sanitaria, social, económica, institucional y política. Respecto a la primera, el dirigente conservador ha recordado a los «70.000 seres humanos» a los que se ha llevado por delante el coronavirus y ha reclamado al Gobierno que dé las «cifras reales» de fallecidos.

De la crisis social, ha destacado el problema creado con la llegada masiva de inmigrantes por el «efecto llamada» que supuso la actuación realizada con el Open Arms mientras que de la económica ha denunciado la mala gestión del Gobieno y ha advertido a Sánchez de que el PP vigilará muy de cerca la gestión de los fondos europeos. De ahí, la decisión de los conservadores de crear una comisión de seguimiento dentro de Génova, formada por exministros, ex altos cargos, eurodiputados, diputados y senadores, que vigilarán muy de cerca para denunciar si se producen irregularidades, clientelismo y actuaciones arbitrarias.

Cesiones al soberanismo

Dentro de esa crisis institucional, Casado ha dedicado un apartado a las «cesiones al independentismo», y ha arremetidocongra el jefe del Ejecutivo por haber pasado de prometer tipificar como delito los referéndums ilegales, a revisar a la baja el delito de sedición, a indultar a los condenados por sedición y a «blanquear a la mesa de negociación». Tambíen se ha mostrado muy crítico con el «blanqueamiento de Bildu» y que ha servido para acercar a medio centenar de presos a cárceles próximas al País Vasco.

Sobre la renovación del Consejo General del Poder, el líder de los populares se ha mantenido firme en su postura y ha reiterado que mantiene las tres condiciones que ya ha puesto encima de la mesa y que hacen imposible un acuerdo, ya que sigue condicionándolo a que Podemos se quede fuera del acuerdo.

La última de las crisis, la política, Casado la achaca «al radicalismo y sectarismo» de Sánchez que se inició con el 'pacto Frankstein« que selló con Unidas Podemos y que ha generado división dentro del PSOE. El líder del PP ha arremetido también contra el »cesarismo« del socialista, que ha gobernado en este año desde la »unilateralidad« desechando los pactos de Estado ofrecidos por los consevadores.

TITULO: REVISTA TENIS - El año en el que cambió todo, menos Nadal en Roland Garros ,.


El año en el que cambió todo, menos Nadal en Roland Garros,.

El 2020 de los torneos cancelados, los partidos a puerta cerrada y el ranking congelado termina con el mismo ganador en París. foto,.

El año en el que cambió todo, menos Nadal en Roland Garros

Cuando Rafael Nadal levantó el ATP 500 de Acapulco en febrero, el que era su título número 85, nada hacía presagiar el terremoto que sufriría el tenis apenas unas semanas después. A medida que la pandemia se abría paso, los torneos se fueron blindando. Primero se anunciaron medidas preventivas, como guantes, mascarillas y puestos con gel hidroalcohólico, y más tarde fue la suspensión total del circuito el 12 de marzo.

Nadal hasta entonces había jugado la ATP Cup con España, donde cayó en la final contra Serbia, alcanzado los cuartos de final de Australia (derrota con Dominic Thiem) y alzado el título de Acapulco. Justo antes de la disputa de los primeros Masters 1.000 de la temporada, el tenis bajó su telón. Al principio de forma provisional durante seis semanas y luego permanente, durante cinco meses.

Nadal, ubicado en el número dos del mundo, se marchó a su casa de Manacor, donde permaneció toda la cuarentena. Sin poder entrenar, por la falta de una pista de tenis en su casa, el español trabajó en lo físico y no fue hasta la relajación de las restricciones para los deportistas que pudo marchar a su academia para empezar a tocar pista. Lo hizo con la incertidumbre de qué ocurriría en los próximos meses, puesto que uno a uno iban cayendo todos los grandes torneos, ya fueran cancelados, como el caso de Wimbledon, o suspendidos hasta nuevo aviso, como hizo Roland Garros.

Casi en un ejercicio contrarreloj, la ATP y los jugadores se movilizaron para crear burbujas que permitieran la disputa de torneos en condiciones de pandemia y, pese a las galopantes cifras de casos, el circuito volvió en agosto en Nueva York, con la disputa del Masters 1.000 de Cincinnati y el US Open, ambos en las instalaciones de Flushing Meadows, convertida en fortaleza contra la covid. Nadal, sin embargo, declinó la invitación. La congelación del ranking provocaba que no perdiera los puntos de campeón (los descontará en 2021), por lo que su ausencia solo afectaba a la carrera por ser el que más Grand Slam ha ganado en la historia.

Temporada de tierra

Sin Roger Federer, que solo jugó Australia tras suspender el año por una lesión de rodilla, y sin Nadal, el camino se abrió para un Novak Djokovic que lo tiró todo por la borda al pegarle un pelotazo a una juez de línea y ser descalificado. Mientras Dominic Thiem conquistaba su primer US Open, Nadal puso su punto de mira en la reubicada gira de tierra. Volvió a la pista en Roma, con muchas dudas y pese a pasar por encima de un agotado Pablo Carreño (semifinalista en Nueva York), no pasó de cuartos, apartado por un gran Diego Schawrtzman.

Había dudas sobre su estado para Roland Garros, un torneo que además estaría marcado por el frío, la lluvia y el techo de la pista central. Se vendió como el más complicado para Nadal y este se encargó de aplastar los pronósticos. Tuvo un camino plácido hasta semifinales, donde se vengó de Schwartzman, y en la final, contra un Novak Djokovic camino de convertirse en el primer tenista en la Era Abierta en ganar dos veces todos los Grandes, Nadal fue el mejor Nadal. 6-0, 6-2 y 7-5 fue el marcador con el que el balear sumó su décimo tercer Roland Garros e igualó en 'majors' a Federer, reabriendo un debate que amenaza con romperse en 2021.

Nivelado el termómetro Federer, Nadal se tomó un descanso, vio desde su casa cómo Djokovic aseguraba el número uno a final de año en Viena y volvió para la temporada de pista cubierta, su superficie más dañina. Jugó París y las Finales ATP de Londres y ambas las cerró de manera amarga. Semifinales en ambos torneos y con la espinita clavada de Londres, donde tuvo muy cerca la final, exactamente a un saque de distancia.

Unas breves vacaciones precedieron a lo que ya es una realidad, los entrenamientos en su academia de cara a la temporada 2021. Como Nadal ya avisó, «hay que estar preparado para enero. Si no se juega Australia, se jugará otra cosa. Hay que trabajar». Y con ese objetivo encara Nadal otro año tenístico que va a nacer entre las garras de la pandemia y cuyos inicio, nudo y desenlace son por ahora solo especulación.

 

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