DIA -8- SEPTIEMBRE - EXTREMADURA - POESIA ,./ LA BICICLETA - Contador anuncia un fin de semana «divertido»,.
TITULO: DIA -8- SEPTIEMBRE - EXTREMADURA - POESIA ,.
EXTREMADURA - POESIA , foto.
Paz a España, paz segura.
Canten abiertos los campos
dichosos de Extremadura.
Lean los niños, las flores,
y entre las negras encinas,
todos los trabajadores.
¡Lejos tanta noche oscura!
¡Para siempre en primavera
la tierra de Extremadura!
Yo os traigo en este pregón,
el libro, fuente de gracia,
que ilumina el corazón.
Agua tranquila, agua pura,
agua que riegue la sangre
del alma de Extremadura.
Libros de amor, luz, ensueño.
Alta vida y viento en calma
en todo el pueblo extremeño
TITULO: LA BICICLETA - Contador anuncia un fin de semana «divertido»,.
LA BICICLETA - Contador anuncia un fin de semana «divertido», fotos.
Vuelta a España
Contador anuncia un fin de semana «divertido»
Trentin celebra su tercera victoria en la Vuelta.
En vísperas de La Pandera y Sierra Nevada, Trentin da el quinto triunfo al Quick Step, que ha dejado huérfano a De la Cruz,.
Tras
el tercer triunfo del italiano Matteo Trentin en esta Vuelta, a Chris
Froome le preguntaron si era supersticioso. «¿Cuando se vio dos veces en
el suelo el jueves pensó que le persigue una maldición en esta
carrera?». El líder, sonrisa de Tintín, negó tajante. «Yo nunca miro
atrás. Esas caídas son del pasado». Se siente a salvo, blindado por un
equipo «fantástico», pero sabe que la Vuelta es una «prueba difícil de
predecir». Solo tiene una certeza: «Sé que Contador y Nibali van a
atacarme». Los tres hablan el mismo idioma, el que pronuncian en voz
alta los ganadores del Tour.
En el complicado sprint de
Tomares, con Sevilla al otro lado del río Guadalquivir, Trentin rellenó
aún más su zurrón y el de su equipo -el Quick Step suma cinco triunfos
en 13 etapas- antes de afrontar dos días a través de la montaña
andaluza. Vienen La Pandera y Sierra Nevada. Más dinamita. Contador,
noveno a 3 minutos de Froome, amenaza con la prender la mecha. Pirómano.
«En Sierra Nevada se puede perder la Vuelta», avisa el madrileño, que
le guiña el ojo a esa etapa tan explosiva como él. Froome es el
favorito. Nibali, su rival. Contador es el juez. «Me encanta cambiar el
guion de las carreras», dice. Advertidos están.
«Va a
ser un fin de semana divertido», convoca. Quiere que el público le vea
en su última actuación. Una locura más, como la de Fuente Dé o la de
Formigal el año pasado. «No», zanja Froome al escuchar ese recuerdo tan
doloroso para él. En Formigal perdió la Vuelta 2016 por culpa de
Contador. «No veo cómo puede volver a pasar eso. Mi equipo es diferente.
Vamos líderes. Estamos preparados para responder». Froome habla en
plural, en nombre del Sky. Contra eso tendrán que arremeter Nibali,
Contador y también David de la Cruz, quinto en la general. El catalán es
el candidato invisible.
Ni su equipo, el victorioso
Quick Step, parecer verle. Y por eso, porque corre solo mientras su
compañeros protegen la velocidad de Trentin, en Tomares perdió otros 7
segundos. Cortado. El conjunto belga amontonó gregarios en la cabeza del
pelotón desde la salida en Coín. Al galope tras la huella de Gougeard,
Courteille, De Gendt y De Marchi, que se aliviaba con bolsas de hielo en
la nuca. A casi 40 grados. Ciclismo en el microondas. Menos para uno.
En la cola del grupo, el vizcaíno Omar Fraile
temblaba. Escalofríos. Ni pudo cenar, ni desayunar. En la tripa solo
llevaba un virus, el mismo que había laminado a casi todos sus
compañeros en el Dimension Data. No pudo más. Se mareaba. Corría el
peligro de caerse. Se bajó. No vio el sprint.
Tomares es
uno de los municipios más ricos de Andalucía. Y puso un precio alto a
su meta. Revirada, alborotada por un repecho previo. El Quick Step
encontró una solución para cada problema. A los ataques rivales,
respondió con Jungels. Y para lanzar a Trentin eligió a Alaphilippe. No
dieron opción. Es el equipo más rico en victorias de esta Vuelta.
Lo
sufren las demás escuadras y también uno de sus propios corredores, el
huérfano De la Cruz, que sin nadie para echarle una mano se dejó siete
segundos. Un pasito atrás del aspirante solitario que sueña con asaltar
la nave del Sky. «Tengo buenas piernas», insiste. Pero sólo dos. Las
suyas. Son firmes, completas. Valen para la bicicleta y valieron para el
atletismo. Lo suyo eran los 3.000 metros obstáculos. Así es su vida, un
recorrido con vallas. A De la Cruz le gusta resumir su biografía en una
frase: «Del supermercado al Tour en seis años».
Es de
Sabadell, serio y fuerte, pero le falta mal genio cuando la carrera se
le encara. «Me ha costado mucho estar bien colocado. Se te mete gente y
luego se cortan», lamentó. No tiene ese colmillo. Con Trentin, Moscon y
Andersen, los tres primeros, sí estuvieron Nibali, Froome, Kelderman,
Aru, Chaves y Contador. A 7 segundos entró De la Cruz, con Zakarin y
‘Superman’ López. «Bueno -se consoló el catalán-, vienen dos etapas que
me van bien. Espero poder demostrarlo».
Quinto en la
general a 2 minutos y 23 segundos de Froome, De la Cruz cierra los
puños. Listo para la pelea. Para saltar tres mil obstáculos. Es su
historia. Con 18 años era mal estudiante de formación profesional y
trabajaba a las tardes en un supermercado. Ni tenía bicicleta. La vio en
un escaparate, una BH Iseran. Costaba 500 euros. Una mañana, mientras
se aburría en clase, lo tuvo claro. Se levantó, dejó al profesor con la
palabra en la boca y fue a reservar aquel tesoro. «No la quería para
competir, sino para ser libre», cuenta. Un pinchazo le llevó a Ciclos
Trujillo. Ahí cambió su brújula vital. Descubrió el ciclismo. En dos
años, y con ‘Purito Rodríguez como cicerone, ya era profesional. En
seis, estaba en el Tour. Récord mundial en precocidad.
Aquel
pinchazo resultó un golpe de buena suerte. Eso le falta en esta Vuelta.
En el alto del Garbí, cuando Contador reventó la etapa de Sagunto, se
cayó. En la subida a Calar Alto se le partió el desviador de su
bicicleta. No deja de remontar ante las vallas que le levanta el
infortunio. En 2018 correrá en el Sky, un equipo hecho como él para las
grandes vueltas. Pero hoy corre en el Quick Step, rey de las clásicas y
coto de velocistas tan fértiles como Trentin. A la montaña andaluza, De
la Cruz irá solo. Aunque confía en tener un aliado: «Espero que la
fortuna me venga de cara a partir de ahora». En la Pandera y en Sierra
Nevada.
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