DESAYUNO CENA FIN SABADO -«Debemos ganar los tres próximos partidos para ir a la Copa» , fotos.
Debemos ganar los tres próximos partidos para ir a la Copa»
Bruna Paixao, brasileña del Extremadura Arroyo, se muestra satisfecha por la condición de líderes, pero quiere cerrar cuanto antes la participación copera cacereña,.
La jugadora brasileña del Extremadura Arroyo Bruna Paixao, ha afirmado este miércoles que se siente «muy satisfecha» de la actual condición de líder del Grupo A de Superliga Femenina 2 (SF2) del equipo y de su provisional clasificación para la Copa de la Princesa, pero advierte de que «para no depender de terceros, y por lo disputado de los dos primeros puestos, debemos ganar los tres partidos que nos quedan de la primera vuelta».Paixao llegó el pasado mes de septiembre al club extremeño procedente de la liga universitaria norteamericana y, hasta ahora, su rendimiento solo se puede calificar de sobresaliente. En la actualidad es, estadísticas en mano, la tercera mejor receptora-atacante de SF2, la máxima anotadora de su equipo y una de las receptoras más técnicas y de mayor fiabilidad de la categoría.
La brasileña reconoce que, al principio, la relación con sus compañeras «fue un poco complicada, ya que apenas hablaba español, pero ahora todo es mucho más fluido», y añade que se siente plenamente integrada en Arroyo de la Luz, «aunque confieso que creo que no estoy preparada para el frío que tiene que llegar».
En cuanto al alto nivel de juego de la formación cacereña, que le ha llevado a sumar seis victorias de forma consecutiva, señala que «se nota que estamos creciendo como equipo, trabajando muy duro, tanto dentro, como fuera de casa, y por eso los resultados están llegando».
Pasos hacia el objetivo
Por su parte, en relación a la provisional clasificación para la competición copera asevera que, «todas estamos muy contentas, pero la realidad es que nada está garantizado todavía, por lo que tenemos que seguir dando pasos, partido a partido, y ganar los tres que nos quedan para no depender de nadie».En declaraciones publicadas por el club cacereño, la brasileña Bruna Paixao concluye manifestando que la felicidad «marca mi día a día, me encantó Arroyo de la Luz y sus gentes desde el primer día, el trato que me dispensan el club y mis compañeras es fenomenal, estoy muy satisfecha con mi juego en la cancha aunque debo mejorar, creo que todo va muy bien, y si no fuera porque pienso que hará mucho frío dentro de algunas semanas, todo sería perfecto».
TITULO: DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - María Tena recupera su paraíso perdido,.
DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - María Tena recupera su paraíso perdido , fotos.
María Tena recupera su paraíso perdido,.
Confronta la libertad que respiró en el Montevideo de su infancia con la asfixia del franquismo al que regresó en los sesenta,.
«Como he matado a mis padres miles de veces, les adoro y me he acabado reconciliando con ellos», dice Tena, que ha sido carne de diván. «El psicoanálisis no es para enfermos mentales, sino para replantearte tu infancia en un momento dado de tu vida; es sanísimo y con él me enfrenté a unos padres muy atractivos y seductores, pero de los que tenía que desprenderme».
Y es lo que hace con esta novela ambientada en el Uruguay de los primeros sesenta: la búsqueda de unos progenitores que son unos desconocidos hasta que la hija reconstruye su vida cosmopolita, libre y desprejuiciada en un lugar insólito en viaje literario en busca del paraíso que para ella fue Montevideo y Uruguay. «Un país laico, muy culto, un crisol de etnias y culturas dónde se vivía una libertad que que no se podía soñar aquí».
«Volver de aquella Suiza de América al Madrid de la dictadura de Franco, viajar de la luz a penumbra, fue un verdadero shock para unas crías que, como mis hemanas y yo, veníamos con minifalda y maquilladas», recuerda. Regresaban del país y la ciudad de Ida Vitale, última ganadora del Cervantes y «una mujer maravillosa y muy inteligente».
'Nada que no sepas', su novela «más madura», procuró a la escritora el premio Tusquets
«No es una historia real, pero es una gran
verdad literaria. Todo lo que pasa en la novela no pasó, pero podría
haber pasado», dice la escritora. Aclara que su madre murió en en su
casa de Madrid con 80 años, mientras que la de la novela fallece muy
abruptamente en Montevideo cuando la narradora tiene doce años.En plena crisis de pareja, la protagonista regresará a un Uruguay idealizado. A un tiempo en el nada nada turbaba una vida que transcurría entre sofisticadas fiestas al aire libre, días en la playa o excursiones a las estancias. Se verá con amigas de la infancia, con las mujeres que conocieron a su padre, «un fascinante seductor», y con quienes puedan contarle por qué ella y su hermano tuvieron que partir para España tras el fallecimiento de la madre.
Está Tena «más que orgullosa» de haber obtenido el Tusquets y publicar en este sello. «Después de muchos años de soledad como autora es un honor. Por primera vez tengo la sensación de haber acertado», dice. «Siento que he dado con mi tema. Que he madurado. Todos somos lo que fuimos a la infancia, lo que comemos, lo que leemos, las broncas de nuestros padres, y ahora he sentido que es un tema definitivo», resume.
Hija de diplomático, Tena pasó su infancia entre Dublín y la capital uruguaya. Licenciada en en Filosofía y Letras, su vida profesional siempre ha transcurrido en la administración y vinculada proyectos culturales. 'Tenemos que vernos', su primera novela, fue finalista del Premio Herralde en 2003. Público después 'Todavía tú' (2007), 'La fragilidad de las panteras' (2010) y 'El novio chino', premio Málaga de novela en 2016.
TITULO: Las rutas Capone - Un día de caza con rehalas,.
Un día de caza con rehalas,.
Ángel Hurtado Nogales | Ingeniero de Montes
El día comenzó temprano, como siempre que vamos al campo a disfrutar de nuestra afición, pero esta vez de una forma distinta, ya que acompañar a un perrero a recoger sus canes antes de una cacería es una experiencia única. Cuando sienten el ruido del motor acercándose a la perrera sus ladridos comienzan a sonar con un timbre especial que no te deja indiferente.
Montarlos en el carro es todo un ritual, y más en días como el pasado sábado en el que iban de estreno. Mi compañero no paraba de darme explicaciones sobre cada uno de los compartimentos que había estado preparando hasta bien entrada la noche, pero su cara de cansancio cambió rápidamente cuando sus compañeros de faena comienzan a subir; unos saltan solos al segundo piso, otros se hacen los remolones y se arriman a su pierna para que los suban. Cada uno tiene su propia rutina, como una familia cuando se sienta a la mesa.Los viajes hasta las fincas siempre son lentos en un vehículo que transporta animales, ya sea un camión o un todoterreno que arrastre un remolque. Por suerte para nosotros esto se convirtió en una oportunidad para ponernos al día de todos los temas que teníamos pendiente, ya que no nos vemos con la frecuencia que nos gustaría.
Eran las doce de la mañana cuando soltamos a los podencos que, a pesar de formar una sola rehala, superaban la treintena (muchos deberían tomar nota.). En estos tiempos que corren en los que cualquier sonido se transforma en un politono para la alarma del teléfono, alguien debería grabar la suelta de estos maravillosos animales. ¡Seguro que nos levantaríamos con más energía!Tras casi cuatro horas de caza, en las que las ladras se sucedieron sin descanso, tomamos camino de regreso. Hizo demasiado calor para mediados de noviembre. A pesar de que los perros llevaban más de 15 días de caza en esta temporada, les costó mantener el nivel todo el tiempo.
Creo que en ese momento empieza la parte más dura de la jornada de un rehalero; en ese instante aprecias algo que los cazadores de puesto fijo no solemos sufrir; la incertidumbre, el malestar por no tener controlados a todos tus compañeros de faena. Unos que no han llegado, otros que se pueden haber quedado en algún agarre con un jabalí, el que se despista y te obliga a buscarlo por todas las sueltas de la finca. No se descansa hasta que no están todos subidos al carro.
Pero tampoco en ese momento bajan la guardia, ahora tocaba ayudar a los compañeros. En el mundo de la rehala todavía sigue viva esa hermandad entre cazadores que respetan al perro por encima de todo y que ponen los medios a su alcance para ayudar a los demás, sabiendo lo mal que se pasa cuando eres tú el que sufre la pérdida. Se localizan los perros de los compañeros, se les avisa por las emisoras si no los puedes coger, y se ayuda a trasladar a las personas que incansablemente recorren la mancha caracola en mano hasta que el último perro está a buen recaudo.
Durante el transcurso de la tarde, cuando el monte te deja coger cobertura y conectar con el mundo que hay ahí fuera, recibimos desde distintos grupos de Whatsapp un vídeo que no nos dejó indiferentes. El famoso vídeo que lleva toda la semana copando minutos en informativos de televisión, radio, prensa y sobre todo en las redes sociales.
Mi compañero tuvo que apartar la mirada en varias ocasiones y le costó verlo completo. Rápidamente comprendimos la desgracia que había sufrido el conductor de la rehala, y comentamos la que se nos vendría encima con semejantes imágenes. Las estremecedoras imágenes de los perros cayendo al vacío siguen dando vueltas en mi cabeza, y de algún modo han dejado un sabor agridulce a una jornada inolvidable.
Pero no debemos olvidar que, a diferencia del perro de presa, el perro de caza no ha sido entrenado para perseguir y dar caza a su presa. Se trata de un instinto primario que ha conservado desde los tiempos previos a su domesticación, algo que conservan todas las razas en mayor o menor medida y que debemos respetar y conservar como parte de nuestra cultura.
Es muy triste ver cómo ciertos grupos animalistas y medios de comunicación sin escrúpulos han tratado de criminalizar tanto al propietario de los perros como al propio sector cinegético partiendo del pleno desconocimiento de la montería, del carácter combativo de estos animales y del amor que les profesan las personas que dedican su vida a la rehala.
Sin embargo, no debemos sentir vergüenza por todo lo ocurrido. El sector debe mostrarse más unido que nunca y de este desafortunado accidente aprender lecciones que nos ayuden a mejorar nuestra forma de mostrarnos ante la sociedad. Debemos actuar como esos podencos que cada jornada salen de nuevo del camión, con la misma fuerza, ilusión y ganas de demostrar que la caza no solo es nuestra pasión sino una parte muy importante de nuestra vida.
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