domingo, 20 de julio de 2014

A QUEMARROPA, CRISTINA CIENFUENTES./ EL MONOPATIN, Un cacereño en la élite de la investigación

TÍTULO: A QUEMARROPA, CRISTINA CIENFUENTES,.

Resultado de imagen de Cristina Cifuentes,NO LIGO NADA, PERO TAMPOGO QUIERO,

En mi vida solo me he tomado un lexatin y no me hizo nada. Me tranquilizo escuchando música o desconectando un poco",.

foto, Cristina Cienfuentes,

La de apodos que tiene desde que es delegada del Gobierno en Madrid: dama de hierro, la oveja descarriada, la roja del PP.
¡Madre mía! Algunos no los había oído y son graciosos. Los del 15-M me llaman Cifu.
¿Cómo va de ambición rubia?
Rubia, sí, pero ambición, no. Nunca he tenido y sigo sin tenerla. Es una suerte, porque así disfruto más del trabajo al no estar pensando en lo que tenga que llegar.
¿Y se ha tenido que hacer mucho la rubia?
Mucho. Es lo bueno de ser rubia, eso viene muy bien.
Pero usted es una mujer de armas tomar, ¿no?
Bueno, eso según a quién se le pregunte. A mí no me gustan las armas, prefiero convencer con las palabras y los argumentos si puedo. Pero eso dicen algunos.
¿Cómo lleva la erótica del poder?
Quizás el caso de las mujeres sea diferente al de los hombres, donde a lo mejor puede que sí exista la erótica del poder. Creo incluso que los hombres no se atreven a acercarse a ti.
¿Da miedo entonces?
Probablemente. Yo no ligo nada, pero tampoco quiero, he de decir. Bastante tengo yo con lo que tengo como para dedicarme a otras cosas.
¿Se toma muchos lexatines para lidiar con «lo que tiene»?
Para nada. En mi vida solo me he tomado un lexatin y no me hizo nada. Me tranquilizo escuchando música o desconectando un poco.
¿A quién mandamos a la porra?
Ufff. A la persona que más he mandado a la porra es a mí misma. Soy muy autocrítica conmigo.
¿Y sus padres qué le dicen? ¿Le siguen lavando la boca con jabón?
A ellos todo lo que yo hago les parece bien; son un apoyo incondicional. Y hace ya mucho tiempo que no me la lavan con jabón. Ahora yo se la lavo a mis hijos de vez en cuando (risas).
¿Sigue siendo tan rebelde como de joven?
Sí, pero he aprendido a controlarlo. Me he vuelto mucho más disciplinada.
¿Si se muerde la lengua explota?
Me la muerdo muchas veces y no explota.
¿Cómo vamos de ego?
Lo justo y necesario. Ni más de la cuenta ni menos de lo necesario. Intento tener los pies muy en la tierra.
Lleva tatuada una rosa. ¡Pero eso es del PSOE!
Me la hice hace más de veinte años cuando nació mi hija.
¿Y para cuándo la gaviota del PP?
Tengo cinco tatuajes, pero ninguno es una gaviota. Los tatuajes tienen que ser personales y nunca por política.
De la gaviota a los toros. ¿Es de las que va a la plaza en minifalda?
No, en los toros no te puedes poner la minifalda. Y menos aún en el callejón, donde me gusta verlos. Pero yo ya no llevo minifalda nunca, ya no tengo edad.
Lo que sí puede es presumir de cicatrices como los toreros...
Pues sí, presumo de cicatrices porque demuestran, al menos en mi caso, que estoy viva. Hay mucha gente que me pregunta por qué no me hago la cirugía plástica para quitarme la cicatriz de la traqueotomía, que es muy antiestética, pero no me la pienso quitar.
¿Y entraría en un reality? Porque juego seguro que daría...
Uno en la vida nunca puede decir esto no lo haré, pero hoy por hoy no. Si lo hiciera sería seguramente por una causa como gente que verdaderamente lo necesitara o algo así. Pero en principio ni me lo planteo. ¡Bastante reality tengo yo en el día a día en el trabajo!
Alguno se sorprendería si la viese haciendo.
Cosiendo y bordando. Bordo muy bien e incluso hago tapices. De jovencita me compré una máquina de coser y me hacía la ropa.
Se da un aire a Carmen Lomana. ¿Tiene tantos armarios como ella?
¡Ya me gustaría! Ni tantos ni tan buenos.
Fue vestida de mercadillo aquel día que...
Muchísimas veces. He llevado trajes de mercadillo hasta en cenas de gala.
¿Y tiene muchos chándales en su armario?
Ni uno. Tengo algún pantalón de deporte para ir al fisio, pero el concepto chándal no entra en mi armario.
¿Qué nota se pone como ama de casa?
No me pongo muy buena nota. Quizás un aprobadillo raspadito, pero no porque no sepa, que sé, sino por falta de tiempo.
¿Por qué político se metería en la cocina para hacerle la comida?
Con muchos. Con Rajoy, sin duda. Yo de pinche y el de cocinero, que es de alguna manera como estoy en mi responsabilidad como delegada.
¿Cuánto le debe al banco?
Mucho, como todos.


  1. Álvaro Inglés, en el Instituto Ciencia y Tecnología de Austria. :: hoy 
    Y tras decantarse por Europa, aterrizó en uno de los más pioneros institutos investigadores. Desde abril de 2013, el cacereño Álvaro Inglés ...

    Con tan solo 30 años Álvaro Inglés forma parte del Instituto de Ciencias y Tecnologías de Austria,.

    Con un cum laude en su tesis doctoral sobre ingeniería de proteínas, a la que dedicó cuatro años en la Universidad de Granada, decidió que el postdoctorado sería bueno hacerlo en el extranjero. Y tras decantarse por Europa, aterrizó en uno de los más pioneros institutos investigadores. Desde abril de 2013, el cacereño Álvaro Inglés forma parte del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria.
    A sus 30 años, este bioquímico formado en la Universidad de Salamanca, donde llegó desde las Josefinas de Cáceres, lleva a cabo una importante labor investigadora ideando nuevas armas contra el alzhéimer, el cáncer y el párkinson, entre otras enfermedades. Para eso ha dado el primer paso. Ha diseñado unas proteínas artificiales llamadas 'quimeras'. Su apuesta es inyectarlas en el cerebro, activarlas con luz y así lograr la regeneración de las neuronas.
    «Ya contamos con la herramienta, pero para su aplicación en enfermedades concretas aún queda mucho tiempo; por el momento hemos logrado dar el primer paso», afirma Álvaro Inglés.
    Aun le queda tiempo para dar otros más. Llegó al instituto austriaco en abril de 2013, lleva poco más de un año y aún le quedan otros tres para terminar el postdoctorado. Después le gustaría regresar a España. «Fui becado durante cuatro años para realizar mi tesis doctoral en la Universidad de Granada, lo que me permitió adquirir conocimientos de la misma forma que mi formación sigue adelante con el postdoctorado que estoy realizando ahora, y todo esto me gustaría devolverlo a mi país», afirma.
    Le gustaría regresar a España para continuar su labor investigadora y también para empezar a desarrollar una labor docente en la Universidad. «Me encantaría porque creo que la Universidad de España está a un gran nivel, pero todo dependerá de si encuentro después trabajo o no». Por eso tampoco descarta realizar un segundo postdoctorado o conseguir ser profesor en una Universidad del extranjero.
    De momento y durante tres años más su residencia continuará en Viena. Allí vive con su mujer, una andaluza que es ingeniera química y que también trabaja en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria, aunque en un proyecto diferente al suyo.
    «Aunque la vida que llevamos aquí es diferente, estamos encantados con la experiencia». No solo con su labor investigadora, también con su día a día en el instituto y en Viena. Se levanta a la siete de la mañana y empieza a trabajar a las ocho y media, después de 45 minutos en un autobús gratuito que le lleva cada día al instituto. Trabaja hasta las seis de la tarde, pero después se queda una hora más en el propio centro, donde hay clases de yoga, pub, gimnasio, sala de televisión, masajes, peluquería... El Centro de Ciencia y Tecnología de Austria es pionero en todo. Regresa a casa antes de las ocho de la tarde.
    «A esa hora ya poco se puede hacer en Viena, porque las tiendas por ejemplo cierran a las siete, pero es una ciudad preciosa, con una riquísima oferta cultural y de ocio; la verdad es que estamos encantados», zanja Álvaro, contento por poder continuar su enriquecedora experiencia durante tres años más.

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