miércoles, 26 de diciembre de 2018

DESAYUNO CENA FIN SABADO - En FP te forman un perfil muy interesante para acceder mejor a las empresas,./ DESAYUNO CENA FIN DOMINGO -Alfredo Relaño - Paz a los hombres de buena voluntad ,./ Las rutas Capone -El bodegón de las cebollas,.

TITULO: DESAYUNO CENA FIN SABADO - En FP te forman un perfil muy interesante para acceder mejor a las empresas,.
 

DESAYUNO CENA FIN SABADO - En FP te forman un perfil muy interesante para acceder mejor a las empresas  , fotos,.

En FP te forman un perfil muy interesante para acceder mejor a las empresas,.

Roberto González, en el Instituto Sáenz de Buruaga de Mérida, donde se ha formado. :: j. m. romero/
Roberto González, en el Instituto Sáenz de Buruaga de Mérida, donde se ha formado.

Aunque es arquitecto técnico, se ha formado en Mecatrónica Industrial y, tras hacer las prácticas, ha conseguido trabajo en CLH en Lleida,.

Resultat d'imatges de taza cafe con galletas de crema
La Consejería de Educación y Empleo ha concedido recientemente los premios extraordinarios de Formación Profesional (FP) de Grado Superior Correspondientes al curso 2017/2018 a 17 alumnos, tres de ellos de Mérida. Javier Valiente Beltrán, del IES Albarregas, ha obtenido Premio Extraordinario en Comercio y Marketing. Rosa María Guerrero Alonso, también del IES Albarregas, obtuvo una mención honorífica también en Comercio y Marketing. Y Roberto González, del IES Sáenz de Buruaga, también recibió un Premio Extraordinario en la modalidad de Instalación y Mantenimiento.
Resultat d'imatges de veigo con patatas fritasRoberto, que tiene 29 años, explica a HOY que desde su centro, sabedores de su buen currículum y expediente académico, le animaron a que presentara la documentación necesaria para acceder a estos premios. Así fue. Y se lo dieron.
Además de sentirse orgulloso por el reconocimiento y el prestigio que esto supone para él en el plano personal, y un premio en metálico de 800 euros, Roberto dice que esta distinción supone una gran satisfacción en el plano profesional y académico.
Después de finalizar las prácticas en una compañía logística de hidrocarburos lo contrataron
Aún queda saber el día en el que se celebrará el acto institucional de entrega de todos estos premios. Se darán conjuntamente con los que distinguen también a estudiantes de Primaria o Secundaria.
Roberto González es en realidad arquitecto técnico. Cuando llegó la crisis a España, sobre todo al sector de la construcción, a Roberto le afectó como a otras tantas miles de personas. Por eso decidió reinventarse. Unos lo hacen por vía oposición y otros con estudios alternativos como es su caso.
«Me hablaron muy bien del ciclo superior de Mecatrónica Industrial, que es en lo que yo me he formado en el IES Sáenz de Buruaga de Mérida. Me dijeron que te trataban muy bien, que había muy buena formación, que el ciclo tenía bastantes salidas y posibilidades de prácticas en empresas. Por eso me decidí. Abarcaba muchos ámbitos como neumática, hidráulica, electricidad, automatismo, mecanizado... Muchos puntos que te dan diversas herramientas. En FP te forman un perfil muy interesante para acceder mejor a las empresas. Por eso me decidí, aunque al principio no lo tenía muy claro».
Formándose ha estado dos años. Roberto terminó en abril y las prácticas en el mes de junio.
Al final salió muy contento del centro educativo. Justo inmediatamente después de hacer las prácticas ha conseguido trabajo, precisamente, en la empresa en la que estaba desarrollándolas. CLH, la compañía logística de hidrocarburos, le contrató para Mérida. Pero después le trasladaron a Lleida, donde reside y trabaja actualmente. «Estoy muy contento tanto con el trabajo como por las condiciones en las que presto mis servicios».

Empezar ciclos formativos

Roberto aconseja a los jóvenes que estén pensado en estudiar algo que primero empiecen por una rama del ciclo formativo. «Por ejemplo, si le gusta informática, creo que debería empezar por un grado superior o grado medio. Y cuando quiera ampliar pues que estudie la carrera. Ahora con el tiempo yo veo que lo hice al revés. Porque en aquel momento tenía otras expectativas. Yo vengo de una familia tradicionalmente unida a la construcción y todo ha sido muy diferente. Pero recomiendo ahora que se haga lo que considero que es normal que debería ser. Creo que lo que es la formación en carrera es muy teórica. Y cuando sales a la calle y consigues trabajar de lo tuyo te das cuenta de que lo que te aporta la práctica son los ciclos formativos. Es lo que pone a los alumnos en conexión con las empresas y con lo que te vas a encontrar en tu día a día laboral».
Sus profesores, tutores y compañeros están muy orgullosos de él. Roberto dice que también tiene mucho que agradecerles a todos ellos. «Todo lo que me han exigido y me han enseñado en el centro sobre el tema del trabajo y la constancia ha merecido la pena. Porque cuando he salido al mercado laboral me han sabido valorar por el esfuerzo que he hecho».

TITULO:  DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - Alfredo Relaño - Paz a los hombres de buena voluntad   ,.

  DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - Alfredo Relaño - Paz a los hombres de buena voluntad, fotos,.

 Alfredo Relaño - Paz a los hombres de buena voluntad  ,.



Resultat d'imatges de alfredo relaño paz a los hombres de buena voluntad
Resultat d'imatges de taza cafe con barras bizcocho
La noria del fútbol tiene hoy a Marcos Llorente en todo lo alto, como tiene a Isco en todo lo bajo. Lo mismo podría decir de Solari y Lopetegui. El del fútbol es un oficio difícil, más que otros, porque en cada esquina te espera una sorpresa. Admiro a la gente del fútbol porque vive, mucho más de lo que pensamos, en un clima duro y cambiante, algo así como la cumbre de un ocho mil, donde cualquier cambio de dirección del viento puede trastocar tus posibilidades de supervivencia. Y eso vale también para los clubes. Miren si no al Real Madrid, con cara de crisis todo el trimestre, y ahora, ¿qué? ¿Otra vez campeón del mundo, no?
Resultat d'imatges de jamon y felite de pollo con patatas fritasA todos nos hace felices lo de Llorente como lamentamos lo de Isco. Llorente, mejor jugador de la final, trae sangre de Gento y de Grosso, con un esqueje Llorente que lo mejora todavía más. Era un mal extremo al que Morientes encontró lugar como medio centro. Zidane y Lopetegui desconfiaron de él, quizá porque esa vigorexia de los Llorente le hacía perder la posición con frecuencia. Hasta Solari tardó en confiar en él. Pero ahora lo ha hecho y él ha demostrado, sobre todas, una cosa: que ha sabido ser suplente sin abandonarse. Cuando le han señalado con el dedo, estaba listo. Eso ya lo hizo Isco una vez, con Ancelotti. Ahora le toca de nuevo.
Esperar sin desesperar, ese es el secreto, porque el fútbol siempre da revancha. Yo, en estos días seráficos, espero sin desesperar un acercamiento entre dos hombres valiosos, sólidos y tercos, a los que tengo un afecto y una admiración que no se tienen entre sí. Hablo, claro, de Rubiales y Tebas, que están tironeando del fútbol cada uno para su lado de una manera que me empieza a parecer peligrosa. Vivimos días propicios para pensar en mensajes de paz y acercamiento. No tienen por qué quererse, no serían capaces, pero sí tolerarse y colaborar a fin de no dejar un mal legado. Que tengan ustedes una feliz Nochebuena.

TITULO:  Las rutas Capone -El bodegón de las cebollas,.

El bodegón de las cebollas,.

La gente acude al bodegón a llorar, lo que en otro contexto y gratis no podrían hacer,.

 foto / En la novela El tambor de hojalata, del escritor alemán Günter Grass, se puede leer un pasaje que merece la pena rescatar no tanto por su carácter disparatado, sino más bien por lo mordaz y lapidario de la fábula. Grass describe la existencia de una suerte de bar llamado Bodegón de las Cebollas donde no se sirve ni comida ni bebida, sino el bulbo que da nombre al establecimiento; un local angosto y sin ventanas que cobra una cantidad desorbitada de dinero a los clientes por ofrecerles apenas tres cosas: una tabla de madera, un cuchillo de cocina y cuantas cebollas estén dispuestos a pagar. El sitio, frecuentado por la clase burguesa e intelectual de la Alemania occidental en torno a 1950, tiene descuentos los lunes para estudiantes. Durante varias páginas, el libro narra el ritual –consistente en pelar, desengranar y cortar el fruto cuidadosamente, a veces también los propios dedos– cuyo último objetivo es conducir a los participantes al llanto. La gente acude al Bodegón a llorar, lo que en otro contexto y gratis no podrían hacer. Ese planto que libera y detenta propiedades curativas es tan colectivo como individual, puesto que, como se indica, esa gente “lograba lo que el mundo y el sufrimiento de este mundo no lograban: lágrimas redondas y humanas”. En el paisaje moralmente y físicamente degradado heredero de la Segunda Guerra Mundial, la Alemania acaudalada es la única que puede permitirse quizá una búsqueda de dignidad, casi de redención, negada a los deshumanizados. Ahora que el 2018 se acaba y el año venidero no trae perspectivas demasiado halagüeñas, me pregunto, tras releer el pasaje: ¿quién llorará en 2019?, ¿cuántas cebollas harían falta para lamentar el año que se va?
Es difícil escoger un tema que ejemplifique la catástrofe, y tampoco resultan muy efectivas las analogías históricas, que suelen esconder más de lo que iluminan. La historia no se repite, y el aclamado historia magistra vitae es, cuanto menos, falaz, ya que no se puede aprender de lo que no se ha vivido; en otras palabras: para cuando se desprende de la historia cierta moraleja, si lo hace, los sujetos que la construyen ya son otros. Y aún así, muchos encuentran terribles semejanzas entre la era Trump y el nazismo, desde la meticulosa burocratización de la muerte, hasta el racismo y la xenofobia implícitos en la política, pasando por los recuerdos escalofriantes que evocan los campos donde se concentra a menores inmigrantes. Fuera de Estados Unidos, el auge de la ultraderecha a nivel internacional, las masas de desplazados sin asilo y la extendida precarización nos devuelven ecos desoladores. De Laura Luelmo a Ana Orantes, pasando por las masivas violaciones perpetradas a mujeres durante cualquier conflicto bélico, la agresividad de género que suscitan los momentos de crisis ha seguido vigente hasta nuestros días. Sin embargo, entre lo mucho que ha mudado desde que Grass publicara su libro, allá en 1959, se encuentra el llanto, que ha descendido socialmente hasta permear cada portal, cada plaza o calle, sin necesidad de que sea autoinducido.
el otro día fui a ver un documental que amalgamaba las biografías de varios supervivientes de La Shoah con las de un exiliado de Siria, huido del conflicto tras haber sido encarcelado y torturado. La obra intercalaba planos aéreos de distintas ciudades sirias con imágenes de Sachsenhausen y el Monumento al Holocausto de Berlín, una explanada poblada de bloques rectangulares de hormigón entre los que el visitante puede sumergirse. El filme se esforzaba por elaborar una serie de correspondencias que negaban a los dos eventos cualquier particularidad histórica y los subsumían en un magma apesadumbrado y memorialista de fácil asimilación. Hubo algo que me llamó la atención: la cantidad de lágrimas que soltaban casi todos los entrevistados, sin importar la edad o el país de procedencia. En efecto, entre la Guerra Civil siria y la Segunda Guerra Mundial han ocurrido muchas cosas, algunas importantes como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o el nacimiento de la Memoria Histórica. Ha ocurrido lo que Grass no podría haberse imaginado cuando redactaba su novela: que ahora lloramos todos, sin pagar por ello; que ahora gemir, protestar, reivindicar y quejarse es asunto de las masas. Sin que medien cebollas, la conquista del derecho al llanto quizá constituya el mayor logro de nuestra época.

No hay comentarios:

Publicar un comentario