martes, 25 de diciembre de 2018

La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - Cuatro institutos de Cáceres tienen casas de apuestas a menos de 200 metros,. / RADIO - TELEVISION - Asamblea de cuñadas ,./ EL TRANVÍA DEL TIEMPO - CANCION - Pasos de Cero,.

TITULO: La hora de los Fósforos -  La Cope - CARLOS HERRERA -Cuatro institutos de Cáceres tienen casas de apuestas a menos de 200 metros ,.
 

  La hora de los Fósforos -  La Cope - CARLOS HERRERA -Cuatro institutos de Cáceres tienen casas de apuestas a menos de 200 metros   , fotos.


Cuatro institutos de Cáceres tienen casas de apuestas a menos de 200 metros,.

Casa de apuestas situada en Gil Cordero, a poco más de 200 metros de las Josefinas. :: jorge rey/
Casa de apuestas situada en Gil Cordero, a poco más de 200 metros de las Josefinas.

Los siete salones de juego restantes sí superan la distancia mínima que contempla la propuesta aprobada por la Asamblea para las nuevas autorizaciones.-

Resultat d'imatges de La hora de los Fósforos  La Cope  CARLOS HERRERAEl mantra de la cercanía de las casas de apuestas a los institutos o centros educativos concertados donde se imparte Bachillerato tiene en la ciudad de Cáceres su parte de verdad, aunque no todos los salones están cerca de las instituciones formativas. De hecho, solo cuatro de las 11 casas de apuestas son las que están situadas a menos de 200 metros de este tipo de centros, según datos facilitados por el servicio municipal Opendata Cáceres. El resto sí cumpliría la distancia mínima que se contempla en la propuesta aprobada en octubre por la Asamblea de Extremadura. Un documento a través del cual el parlamento regional insta a la Junta a que elabore un plan autonómico de acción para la prevención y el tratamiento de la ludopatía.
Los colegios Sagrado Corazón, Licenciados Reunidos y Josefinas, así como el instituto Ágora, son los que conviven con salas de juego a menos de 200 metros. Si se amplía la distancia de estudio a medio kilómetro, la radiografía evidencia que son 10 los centros que aparecen en escena. Es el caso, entre otros, de las Carmelitas, el Paideuterion, el Brocense o el Norba. Tan solo el Al-Qazeres, la Universidad Laboral y el Colegio San Antonio, todos ellos con distancias que sí superan el kilómetro respecto a la casa de apuestas más cercana, viven su día a día ajenos a este tipo de negocios.
Hay quien alerta de un creciente problema de ludopatía entre los jóvenes, toda vez que los perfiles de quienes comienzan a padecer esta adicción están cambiando a un ritmo vertiginoso. Lo sabe bien el cacereño Javier Ponce de León, secretario de la Asociación de Jugadores de Azar en Rehabilitación. «Es una enfermedad silenciosa que causa estragos. Es algo que destroza familias». En su caso, son ya 11 los años que lleva sin jugar y asegura que así es la única forma de no recaer: «Hay quien intenta controlar el juego y acaba recayendo. Es imposible. En la actualidad, a lo único que juego es al ajedrez con mis hijos».
Ponce de León observa desde la barrera, y no sin cierta impotencia, la proliferación de las casas de apuestas cerca de los centros educativos: «No deja de ser algo que tienen bastante estudiado, pero no debemos equivocarnos con esto. La cercanía a estos centros es algo muy significativo, pero no es lo más importante. Cualquier joven puede caer en la adicción desde su teléfono móvil, tableta u ordenador sin necesidad de acudir físicamente a alguna de estas casas de apuestas».
El ya exjugador cree necesario que las casas de apuestas físicas cumplan con la obligación de pedir el DNI «no solo para demostrar que eres mayor de edad, sino para que los jugadores que se han autoprohibido la entrada no puedan hacerlo. El problema es que esto último no siempre es así, por lo que puede haber un alto riesgo de recaída para los jugadores que están en pleno tratamiento», considera.

Publicidad

El principal caballo de batalla con el que han de bregar los profesionales que trabajan en la neutralización de la ludopatía es la «agresiva publicidad». Así lo entiende el psicólogo Javier González, quien también presta su servicios a los colectivos que acuden en auxilio de las familias con hijos adolescentes que tienen que hacer frente a un problema de ludopatía. «Constantemente aparecen elementos como el éxito, la diversión y la posibilidad de ganar dinero fácil. Todo ello a través de mensajes reforzados con figuras de moda para los jóvenes», mantiene. Del mismo modo, considera preocupante la figura de los intermediarios, a través de los cuales los menores de edad consiguen satisfacer, mediante tretas, el propósito de apostar, a pesar de que por su edad no les esté legalmente permitido.
¿Cuándo tienen que comenzar a preocuparse los padres ante un posible caso de ludopatía? ¿Cuáles son los indicios que pueden dar la voz de alarma? «Los padres tienen que comenzar a preocuparse cuando ven que sus hijos se encierran en sí mismos y dejan de realizar otras actividades que antes les daban placer, como hacer deporte. A nivel económico, el hecho de que habitualmente falte dinero de casa puede ser otro síntoma. Muchas veces los jóvenes están en sus hogares, pero los padres no saben lo que hacen con sus teléfono móviles. Si comienzan a estar irritables y su actividad tiene que ver casi exclusivamente el móvil, ahí es donde los padres tienen que intervenir».
Desde su experiencia profesional como psicólogo, González aboga por mantener la calma una vez detectado un posible caso de ludopatía en el entorno familiar: «Las familias suelen estar un poco a la expectativa y no saben cómo encarar el problema, hasta el punto de que cuando quieren intervenir ya están metidos de lleno en el mismo. En estos casos es importante tranquilizarse y acudir a las diferentes asociaciones existentes en cada comarca. Existen tratamientos validados científicamente que demuestran que de la ludopatía se puede salir», espolea con tono esperanzador.
Habitualmente puestos en tela de juicio, e incluso criminalizados socialmente, algunos de los empresarios que gestionan las casas de apuestas prefieren no salir a la escena del escrutinio público. No obstante, fuentes del sector consultadas por este diario y que piden permanecer en el anonimato inciden en las «rigurosas medidas de control de acceso» existentes para evitar la entrada de los menores de edad a este tipo de locales, así como de las personas que previamente han solicitado una autoprohibición para el uso de determinadas máquinas.

   TITULO: RADIO - TELEVISION - Asamblea de cuñadas ,.

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Asamblea de cuñadas,.

Plato de pollo en pepitoria. :: l. v./
Plato de pollo en pepitoria.

Cómo preparar un pollo en pepitoria sin que la suegra intervenga,.

Resultat d'imatges de RADIO - TELEVISIONTodo estaba preparado para el pollo en pepitoria. En la asamblea de cuñadas, presidida por mi suegra, se había decidido que, en Nochebuena, una cuñada traería un entrante, otra prepararía el postre, una tercera se encargaría del marisco, mi suegra cocinaría un sopicaldino y mi mujer haría un pollo en pepitoria.
Logrado el consenso y disuelta la asamblea, en casa nos pusimos manos a la obra. Cuando digo nos pusimos, estoy mintiendo. En realidad, se puso mi mujer, que fue quien compró los cuatro pollos camperos, las almendras, el azafrán y, en fin, los ingredientes del pollo en pepitoria. A mí me hubiera gustado colaborar en la intendencia porque me divierten mucho las compras y más las navideñas, pero entre los líos en el trabajo y que mi madre estaba hospitalizada y debía hacer turnos para cuidarla, no me vagaba y colaboré poco.
En este lío de las cenas navideñas colaborativas (una cuñada trae esto y la otra cuñada trae aquello), he notado que a los hombres nos dejan poco margen de actuación. Como mucho, nos permiten comprar el embutido y la bebida, pero en los platos fundamentales, nos marginan sutilmente. Es como si no confiaran en nosotros a la hora de la verdad. Es decir, nos permiten preparar durante el año algún arrocito, unos espaguetis, unos huevos rotos... Que nos entretengamos cocinando. Pero cuando llega una cena de verdad y mi suegra toca la corneta, la cocina nos está vedada y quedan abolidas las proclamas de igualdad de género. Pero surgió lo imprevisto. No había pasado ni un día desde que mi madre había salido del hospital, cuando mi mujer se cayó tontamente, se fracturó la tibia y el peroné y fue ingresada en la «Residencia» de Cáceres para ser operada; tras la intervención, fue escayolada, nuestra casa se ha llenado de muletas, andador, taburete de ortopedia y medicinas y la vida ha cambiado. Nada diferente a lo que le pasa a cualquiera cuando sucede un imprevisto con fractura, pero en mi caso se añadía un elemento nuevo y trascendental: el pollo en pepitoria.
¿Quién hace ahora el pollo en pepitoria? Mientras mi mujer estaba en el hospital, y un servidor con ella, la pregunta revolucionó a la familia, provocando asambleas de cuñadas, debates, dudas e inquietud hasta convertirse en una cuestión de estado. Pero lo peor sucedió cuando llegamos a casa, mi suegra apareció dispuesta a tomar las riendas de la cocina y yo irrumpí en el salón, demacrado, somnoliento y sin afeitar, para anunciar, solemne, tajante y enérgico: «El pollo en pepitoria lo hago yo».

Cuestión de principios

¡Madre mía la que se lio! Mi suegra se negaba espantada, mis cuñadas se llevaban las manos a la cabeza y mi mujer se partía de risa por primera vez desde que salió del quirófano. Hubo intentos de pacto, enmiendas transaccionales e incluso amenazas. Pero no cedí. «El pollo en pepitoria lo hago yo», repetía tras cada intervención de mi suegra, que, en un intento de consenso, propuso cocinar ella dos pollos y yo, los otros dos, convencida de que así, al menos, una parte de la familia podría comer ave en pepitoria. Pero me negué: «El pollo es cosa mía».
Para mí, esto de cocinar la pepitoria es una cuestión de principios. Si no hiciera el pollo, estaría reconociendo mi incapacidad, sería una derrota en toda regla y la constatación de que mi mujer va a pasar un mes tremendo escayolada, sin poder hacer casi nada y en compañía de un marido inútil. Pero si hago el pollo y me queda rico, quedará claro que pueden confiar en mí tanto ella como mi suegra y la asamblea de cuñadas.
Además, qué demonios, mi suegra propone echarle ciruelas al pollo. ¿Dónde se ha visto una pepitoria con ciruelas? Ella dice que lo ha aprendido en la tele y yo le he respondido que los máster-chef esos están haciendo mucho mal a la cocina española. Así que he cogido el libro de las 1.080 recetas de Simone Ortega y en cuanto acabe de escribir este artículo, me voy a poner con el pollo y que sea lo que dios quiera.

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  Pasos de Cero,.
Resultat d'imatges de pablo alborán pasos de cero 
Resultat d'imatges de el tranvia del tiempo Entre tu boca y la mía
Hay un cuento de hadas que siempre acaba bien
Entre las sábanas frías
Me pierdo a solas pensando en tu piel
Que curiosa la vida
Que de pronto sorprende con este loco amor
Y es que todo se acaba
Y termina si dejo de ser lo que soy

Bésame no dudes ni un segundo de mi alma
Alteras mis sentidos, liberas mis alas

No cabe tanto amor en esta cama
Si me dejaras
Qué bueno es sentir que suspiro de nuevo
Que tu roce y mi roce juntos forman fuego
Delicada llama, que nunca se apaga

Sin ti yo me pierdo
Sin ti me vuelvo veneno
No entiendo el despertar sin un beso de esos
Sin tu aliento en mi cuello
Sin ti yo me pierdo
Sin ti me vuelvo veneno
No entiendo el despertar sin un beso de esos
Sin tu aliento en mi cuello

Qué futuro más bello
Qué plan más perfecto presiento
No tendremos que estar batallando
Buscando siempre el momento

Por dar pasos de cero y un camino certero de sueños
Liberamos el llanto vacío que tanto provocan los miedos
Bésame no dudes ni un segundo de mi alma
Alteras mis sentidos, liberas mis alas
No cabe tanto amor en esta cama, si me dejaras
Qué bueno es sentir que suspiro de nuevo

Que tu roce y mi roce juntos forman fuego
Delicada llama, que nunca se apaga
Sin ti yo me pierdo
Sin ti me vuelvo veneno
No entiendo el despertar sin un beso de esos
Sin tu aliento en mi cuello
Sin ti yo me pierdo
Sin ti me vuelvo veneno
No entiendo el despertar sin un beso de esos
Sin tu aliento en mi cuello

Sin ti yo me pierdo
Sin ti me vuelvo veneno
No entiendo el despertar sin un beso de esos
Sin tu aliento en mi cuello

Sin ti yo me pierdo
Sin ti me vuelvo veneno
No entiendo el despertar sin un beso de esos
Sin tu aliento en mi cuello,.

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