lunes, 20 de enero de 2020

Un país en la mochila - De descampado junto al río a barrio con universidad en Mérida, . / AQUI HAY TRABAJO - Vamos a trabajar a la Plaza Mayor de Cáceres con miedo,.

TITULO: Un país en la mochila - De descampado junto al río a barrio con universidad en Mérida, .


De descampado junto al río a barrio con universidad en Mérida,.

De izq a dcha, Casimiro Zama, hijo de Zacarías Zama, Tomás Liberal González, Manuel Jiménez, Vicenta Martínez, José Saquete, José Vinagre, Gaspar Morillo, Tomás Liberal Bachiller y Manuel Larios. :: romero/
De izq a dcha, Casimiro Zama, hijo de Zacarías Zama, Tomás Liberal González, Manuel Jiménez, Vicenta Martínez, José Saquete, José Vinagre, Gaspar Morillo, Tomás Liberal Bachiller y Manuel Larios.  foto,.

La asociación de vecinos de la Zona Sur cumple 40 años desde que se configuró para dar impulso a esta barriada | A lo largo de estas cuatro décadas han pasado por la presidencia de esta asociación nueve presidentes, todos ellos muy activos,.


José Saquete Lozano, Manuel Larios Mendía, Gaspar Morillo Morcillo, Manuel Jiménez Martínez, José Vinagre Guzmán, Tomás Liberal Bachiller, Tomás Liberal González, Vicenta Martínez Galán y, de nuevo, Tomás Liberal González. Son los nueve presidentes que ha tenido la asociación de vecinos de la Zona Sur a lo largo de sus 40 años de existencia, que cumple ahora.
Una asociación que ha aportado mucho a esta barriada de Mérida y que ha conseguido mucho de lo que hoy es y tiene. «Lo que hoy es la Zona Sur es, en parte, gracias a los 40 años de asociacionismo que ha habido y a toda la gente que se ha partido el pecho por la barriada haya sido vocal, tesorero, secretario o vicepresidente». Así de contundente lo afirma su actual presidente, Tomás Liberal González. El último elegido después de abandonar el cargo por motivos personales Vicenta Martínez, la anterior presidenta.
Cada legislatura es de 3 años y no puede repetir ningún presidente más de dos legislatura seguidas. Salvo que la asamblea diga lo contrario al no haber candidato, según los estatutos. La asociación la integran actualmente 200 unidades familiares que pagan 10 euros al año.
Según su actual presidente, en este barrio viven unas 3.000 personas
En la actualidad, la Zona Sur es una zona privilegiada. Cuenta con un par de colegios, un centro de salud y numerosas tiendas de alimentación y otros servicios como bancos, farmacias... Además de tener el Centro Universitario de Mérida a escasos metros, en pocos minutos sus vecinos están en el centro de la ciudad si se dan un paseo. Y tienen la Isla para relajarse y disfrutar de la naturaleza y el río Guadiana nada más salir de casa.
Y por si fuera poco, un Hogar de Mayores que, hasta que se abrió, dio numerosos quebraderos de cabeza y disgustos a la asociación de vecinos. Pero hoy es una realidad. Todos están muy contentos con este lugar que ya tiene más de 500 socios.
Pero cuando la asociación de vecinos echó andar, esa zona de Mérida, según recuerdan algunos de sus primeros presidentes, «era un auténtico descampado, con calles sin asfaltar, sin iluminación viaria y con un barrio separado y dividido entre la parte de arriba y la de abajo. Cuando llovía era prácticamente imposible andar por ella».
Allá por 1978 se formó una gestora con varios miembros. Un grupo de personas que consiguió que la gente del barrio se involucrara de alguna manera para hacer algo por la zona. Poco a poco se fue avanzando. Hasta que el 1980 se logró hacer la primera junta directiva.
Durante los primeros años de la asociación, la barriada cambió mucho de aspecto. Fue una de las épocas más brillantes de esta zona de Mérida, según recuerdan algunos de sus primeros presidentes. Se consiguieron logros importantes, estando Antonio Vélez como alcalde, como el asfaltado de las calles, el saneamiento y la iluminación.
La asociación también consiguió disponer de un local social. Un espacioso inmueble que se dotó de contenido pensando que, en un futuro, sería un local social de distrito. Ahora en él se desarrolla el 80% de las actividades de la asociación.
Actualmente, según Tomás González, en la Zona Sur viven alrededor de unas 3.000 personas. Gente trabajadora, de clase media y sencilla. «Es un lugar con buena gente, donde nunca ha habido problemas grandes de robos o vandalismo».
Otro de los recuerdos que tiene uno de los primeros presidentes es que la barriada ha tenido dos épocas bastante diferenciadas en cuanto a la participación de los vecinos en la vida y actividades del barrio. «Durante los primeros años la gente era muy participativa. Gente de todas las edades. Pero con los años esta participación ha ido descendiendo. Ya no es lo mismo. Ha cambiado, como todo».
También achacan la bajada de participación a que, muchos de los vecinos que viven en la barriada son personas mayores. Los niños y jóvenes que antes vivían en la Zona Sur se han ido a otras zonas de Mérida. Allí solo han quedado sus padres o abuelos y muchos pisos alquilados a estudiantes, población que no está arraigada al barrio y a la que no le interesa lo que se organiza en él.

Un par de peticiones

Tomás dice que si algo tiene que pedir para su barriada es que el centro de salud Urbano III, el Obispo Paulo, esté abierto las 24 horas.
Actualmente este centro sanitario atiende urgencias hasta las diez de la noche. Pero Tomás va más allá. Asegura que su sueño sería irse de presidente y ver el centro de salud abierto las 24 horas, como el de Mérida Norte. «Este es el centro de salud más antiguo de Mérida. Y creo que con un segundo centro de salud 24 horas abierto se descongestionaría mucho el hospital. Además, el Cedex y Planificación familiar, que también están aquí, se podrían trasladar a Mérida Norte, porque dan servicio a población joven y aquí apenas hay».
Anhela el pasado y asegura que también estaría bien recuperar algunas de las orillas del Guadiana, cercanas a su barriada, y hacerlas aptas para el baño. «Nos gustaría que estuviera como hace años y que se recuperara para el baño. Que se adecentara para que volviera a ser una zona de recreo. Aunque no sabemos si el camalote lo permitiría», bromea Tomás.

 TITULO: AQUI HAY TRABAJO - Vamos a trabajar a la Plaza Mayor de Cáceres con miedo,.


«Vamos a trabajar a la Plaza Mayor de Cáceres con miedo»,.

Guías de varias asociaciones de la ciudad reclaman que se regule su actividad profesional. :: jorge rey/
foto / Guías de varias asociaciones de la ciudad reclaman que se regule su actividad profesional.

La mayor parte del sector de guías turísticos pide al Ayuntamiento que frene el «acoso» al visitante | Dos asociaciones lamentan la «inacción» de la Concejalía de Turismo para regular la actividad de las empresas que operan en la ciudad,.


Dan la cara, pero lo hacen con miedo y después de pensárselo mucho. Son guías turísticos de Cáceres, una profesión con encanto que se desarrolla en un entorno idílico pero que últimamente se ejerce casi con el machete entre los dientes. Miembros de la asociación Pasearte y de la de Guías-Historiadores de Extremadura lanzan una llamada de emergencia ante lo que califican como una situación insostenible a la hora de ejercer su profesión. También se suma a este SOS otra guía de una empresa de 'free-tours' que prefiere no dar su nombre «por miedo a represalias», pero que comparte al 100% las demandas de estos dos otros grupos.
Javier Sánchez Clemente, Marco Mangut, Milagros Rivas, Tomás Vivas, y Arturo Domínguez, de Pasearte y, Antonio Cancho de la asociación Guías-Historiadores de Extremadura se ha puesto en marcha para que se cree un nuevo marco que regule la práctica de su profesión en el centro histórico y se termine con el «mercadeo» imperante, que a su juicio repercute negativamente en la imagen de la ciudad, por lo que puede considerarse un «asedio» no solo al turista, sino incluso a cacereños que transitan el espacio más noble de la ciudad. Su propuesta es muy clara: que a corto plazo se apruebe un bando similar al de Guadalupe para que se prohiba que abordar a los viandantes y venderles paquetes turísticos. A medio plazo aspiran a que se pueda regular la normativa de publicidad exterior del año 1995, que evitaría que tanto guías como miembros de otros sectores (restauración, tiendas de artículos típicos) puedan abordar a los turistas para que compren sus productos o servicios.
Estos guías turísticos apuntan a una empresa en concreto que, a su juicio, vulnera el derecho del resto del sector y ha instalado un mal clima en la plaza desde su llegada hace dos años. Entre la mala praxis que denuncian se encuentra la de «confundir al turista». Alegan que en no pocas ocasiones se han hecho pasar por miembros de otras empresas para «llevarse» a turistas que buscaban a su guía tras haber comprado el tique en una oficina o concertado la visita por Internet. «Nos suplantan», indica Marco Mangut. También lamentan que determinados guías se pongan delante de la Oficina de Turismo de la Plaza o de las oficinas de otras empresas turísticas e intenten captar a los visitantes de una forma poco respetuosa. Ha habido no pocos encontronazos verbales entre guías por cuestiones de este calado. El ambiente es complicado, y estos guías aseguran que van a trabajar a la Plaza Mayor «con miedo», y que en ocasiones intentan evitar este entorno para esquivar las tensiones.
Desde Pasearte (con local en la Plaza) argumentan que la presión ejercida por esta empresa ha hecho que muchos de ellos también hayan tenido que salir a buscar al turista fuera de sus oficinas y a hacer una labor «cara a cara» con el turista. «Hasta que no se regule, si no entramos en esa guerra no comemos», destacan. La asociación de Guías-Historiadores no ha tenido que llevar a cabo esta práctica porque sus reservas son por Internet, desde donde se fija el punto de encuentro.

Compromiso oficial

Llevan los dos últimos meses reuniéndose con responsables municipales y con representantes de todos los grupos políticos de la ciudad. Han elaborado un dossier en el que adjuntan todos los escritos presentados en el Ayuntamiento para dejar constancia de la situación que se vive en la Plaza y los alrededores. Han recopilado comentarios de Tripadvisor donde se plasman malas prácticas que generan una opinión muy negativa sobre Cáceres. Adjuntan también artículos periodísticos y publicidad engañosa.
Son muy críticos con el concejal de Turismo, Jorge Villar, y lamentan su «inmovilismo». A pesar de que Villar ha reconocido en este mismo periódico que la situación debe resolverse y que es necesario establecer un nuevo marco, ellos creen que no se está haciendo lo necesario. «Nos dijo que ni el alcalde ni el resto de los partidos estaban por la labor de cambiar la normativa y establecer un bando porque les parecía una medida dictatorial, pero cuando hemos hablado con los partidos hemos visto que sí, y nos han dicho que el tema no se ha tratado en ninguna ocasión y que no han sido consultados», explican. «No hay voluntad política y nos parece una inacción interesada».
Para contextualizar la situación hay que decir que desde el año 2016, en que arrancaron los primeros guías free-tours, se ha multiplicado exponencialmente el número de empresas y asociaciones que ofrecen servicios para conocer la ciudad. Aunque es difícil precisar cuántas son con exactitud, al menos hay siete organizaciones con las que desentrañar la riqueza patrimonial de Cáceres. Durante casi 20 años, desde 1997, la Asociación de Guías de Turismo de Cáceres trabajó sin competencia.
Marco Mangut, que formó parte de esta asociación aunque ahora está integrado en Pasearte precisa que no es la libre competencia lo que les inquieta. «No queremos que no haya competencia, pero sí queremos trabajar de forma armónica», indica Mangut. «Hace unos dos meses ha llegado una nueva empresa de free tours que salen incluso con grupos más numerosos que nosotros, te pueden gustar más o menos, pero no tenemos nada que decir», indica Javier Sánchez dejando claro que hay una línea divisoria entre la competencia leal y la desleal.

«El Ayuntamiento se tiene que limitar a cumplir la ley»,.


Javier Redondo, responsable de la empresa I-Turismo, que antes se llamaba Turismo Singular, implantada en Cáceres desde 2018, considera que no sería apropiado que el Ayuntamiento trate de regular una actividad que se toparía con la normativa europea y con la ley de Turismo de Extremadura. «El Ayuntamiento se tiene que limitar a cumplir la ley y hacerla cumplir», señala, indicando que algunas nuevas empresas turísticas funcionan sin licencia de apertura.

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