sábado, 7 de diciembre de 2013

ENRÉDATE LA FICCIÓN COMO CEBO,./ UNA HISTORIA DE 2000 AÑOS,./ SI TIENES MINUTOS Y 5 COSAS,.

TÍTULO; ENRÉDATE  LA FICCIÓN COMO CEBO,.

El retorcido juego del estado-cebo de Facebook: cuando la verdad supera la ficción

por Curro Malo

Queridos amigos de Facebook:
   Últimamente se os ve la mar de entretenidos publicando estados que se podrían catalogar de ¿escandalosos? Sí, ‘escandalosos’ es el término correcto -bueno, ‘escandalosos’ para vosotros, claro-, y eso me tiene muy preocupado.
   No hace falta que diga que esos estados que os causan tanto rubor publicar (seguido de una risita de colegiala japo y de un “¡qué fuerte lo que he puesto, tía!”) son fruto de un ‘entretenido’ y manido juego, comparable a las engorrosas invitaciones a toda esa suerte de juegos, calendarios de cumpleaños, ‘toques’ y demás perejiles ‘facebookeros’. Sí, amigos, sabéis de lo que hablo: esas invitaciones que tanto os jeringan y que, incluso, algunos habéis llegado a dejar constancia de vuestro ofuscamiento en repetidas ocasiones (estados).
   Ah, ¿que os hacéis los suecos? ¿No sabéis de que hablo? Claro, supongo que así se rompería la magia del juego, ¿no? Vale, de acuerdo; aunque he evitado jugar, después de veintitrés “Caíste en la trampa…” creo que ha llegado el momento de participar.
Eso sí, voy a participar con mis normas.
   Según las reglas originales, tras comentar o dar a ‘me gusta’ a alguno de esos estados tramposos, inmediatamente, la persona que escribió ese estado te envía un mensaje privado que consiste en un ‘copia/pega’ de las susodichas reglas originales e incluyendo una lista de siete estados tramposos, a elegir uno entre esos siete para tu posterior publicación.
   Por desgracia, el grado de escándalo que me producen esos estados es cero. Menos que cero. Son tan blancos como los programas de 13tv. Pero “Mayra, hemos venido a jugar”.
   Empecemos:
1.   “He tenido 50 relaciones y todas han sido sexualmente satisfactorias.“:
   Perdí la cuenta al cumplir los diecinueve , pero no tengo duda de haber superado la cifra con creces. Y sí, todas muy satisfactorias. Con hombres.
2.   “Creo que me gusta alguien, ¿qué debo hacer?“:
   No es que me guste alguien, es que yo quiero a todo el mundo, osea, te quiero a ti, quiero a éste, quiero al otro… Yo quiero a todo el mundo. Yo soy una persona que quiero a todo el mundo. Yo soy una…  tengo un no sé, soy una cosa, soy muy humana. Soy como Nati.
3.   “Mi madre me ha organizado una cita a ciegas con una estrella del porno”:
   Ni mi madre me ha organizado una cita a ciegas ni nada de nada.  Pero si hay un par de ‘sex tapes‘ rodando por ahí.
No probéis en Xvideos, que ya lo he intentado yo y nada, que no las encuentro.
4.   “Me acaban de ofrecer 3000€ por sexo…. Qué hago?”:
   Ojalá, amigos. Como mucho -igual que a Holly, que le daban cincuenta dólares para el tocador-, me han dado cincuenta pavos para el taxi.
5.   “No llevo ropa interior, me gusta ser libre”:
   Sí, es un gustazo. Pero más gustazo es ir a la facultad con un cockring.
6.   “Debo confesar: apoyo a los gays”:
   Tengo muchos amigos gays.
7.   “Hoy me he meado en la cama… ¿qué pasa?”:
   Lo que pasa es que me he pasado la tarde jugando con cerillas y luego pasa lo que pasa.
   Ea, ya está.Adiós.

TÍTULO: UNA HISTORIA DE 2000 AÑOS,.

Una historia de 2000 años,

- Los comerciantes han decidido este año adelantar la Navidad. Por eso desde noviembre se asoman a los escaparates motivos navideños, ...
 
Los comerciantes han decidido este año adelantar la Navidad. Por eso desde noviembre se asoman a los escaparates motivos navideños, en un intento desesperado de animarnos a preparar la Navidad y a hacer el esfuerzo de comprar regalos. Y es que la crisis y el buen tiempo han supuesto que muchas tiendas no hayan ganado ni para mantenerse. Hay a quienes les molestan luces, belenes y abetos, y argumentan que las navidades se han convertido en una fiesta consumista. Yo no estoy de acuerdo, creo que, aunque a veces gastamos más de lo que debemos, necesitamos treguas para seguir afrontando la cotidianidad. 

Que durante unos días nos dejemos envolver por un ambiente festivo y repitamos rituales que nos confortan es una válvula de escape en tiempos difíciles. Y sí, hay miles de familias que no tendrán ni un euro, y muchas otras acudirán a comedores sociales. Pero, aún así, sé de muchas que intentarán que el 25 de diciembre no sea un día más y que sus hijos aguarden ilusionados a los Reyes Magos. Por eso, es más necesario que nunca arrimar el hombro y compartir con quienes lo necesitan. Ojo, hablo de solidaridad, no de caridad.  Luego están los “antinavidad”. Unos alegan que estas fiestas no tienen más objetivo que el consumo; otros sienten añoranza por personas fallecidas; y hay quienes no soportan la alegría cuando lo pasan mal. Son legión los que, si pudieran, suprimirían la Navidad. Comprendo que quien acaba de perder a un padre, un hermano o un hijo no esté para fiestas. Igual que quien está pasando un momento difícil –una separación, una enfermedad, la perdida del trabajo...–.
Pero me ponen de los nervios aquellos a los que les molestan las connotaciones religiosas de estas fiestas. Hay quienes quisieran que celebráramos la Fiesta del Invierno, como hacían en la Unión Soviética. Suprimirían cualquier signo que recordara que, en Occidente, hace muchos siglos que celebramos el nacimiento de Jesús de Galilea; para algunos el Hijo de Dios; para otros, cuanto menos, un ser excepcional por su mensaje de amor al prójimo, por su lucha contra los fariseos, por tender la mano a los desheredados y regalarles el sueño de la esperanza.
No hay nada en el mensaje de Jesús que pueda molestar a alguien, creyente o no, de manera que no debería ser objeto de discusión alegrarnos de que hace 2000 años llegó al mundo un hombre bueno que tendió la mano a los más necesitados. A mí me encanta la Navidad. Incluso en los momentos más tristes de mi vida, cuando he tenido que afrontar la ausencia de las personas a las que más he querido, la he celebrado acordándome de las compartidas con ellos. Tengo amigos que reniegan de los encuentros familiares; otros que consideran hipócrita llamar o quedar con gente de la que apenas se acuerdan el resto del año.
A mí, sin embargo, me encanta la excusa para ver a amigos a los que tengo descuidados durante el resto del año. En todo caso, no soporto a quienes abominan de la Navidad y quieren sustituirla por la Fiesta del Invierno. Quienes no encuentran ningún significado a ella, deberían ser consecuentes y trabajar esos días ajenos a la alegría de los demás, pero sobre todo no darnos la tabarra a quienes queremos seguir celebrando una historia que tiene 2000 años.

 TÍTULO; SI TIENES MINUTOS Y 5 COSAS,.

1--3 Minutos--Vesrsión original,.
2--10- Minutos- Vidas Pasadas,.
3--30-Minutos--¡ Al agua, patos!
4--40-Minutos--Esta foto es puro teatro,.
5--2--Horas-------De repente esclavo,.


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