martes, 24 de diciembre de 2013

EL DIVÁN DE OLGA VIZA, Nadal, del infierno al paraíso,./ HOY LE TOCA A, SITO LE COGE GUSTO AL NUEVO VIVERO,.

  1. Nadal, del infierno al paraíso
    Del Djokovic que celebra eufórico su cuarto Open de Australia al que revalida la Copa Masters pasan diez meses. Un tiempo en el que Andy ...

    TENIS

    Nadal,-foto

    Nadal, del infierno al paraíso

    El tenista balear firma la mejor campaña de su carrera en un año que en principio parecía de transición
    Del Djokovic que celebra eufórico su cuarto Open de Australia al que revalida la Copa Masters pasan diez meses. Un tiempo en el que Andy Murray hace historia y se convierte en leyenda en Gran Bretaña tras alzarse con Wimbledon. Unos meses en los que Federer se muestra más vulnerable que nunca y en el que Ferrer se estabiliza entre los grandes. Pero sobre todo es una temporada en la que reaparece un tenista que completa el mejor año de su carrera, según el propio Rafa Nadal. No en vano es el jugador que más Grandes ha ganado en el 2013 -ha levantado dos Roland Garros y US Open- y más torneos de Masters 1.000 -cinco: Indian Wells, Madrid, Roma, Montreal y Cincinnati-. En total son 10 los títulos que ha levantado por los siete de Djokovic.
    Sin embargo, ese camino hacia el éxito comenzaba en una senda repleta de incógnitas. El número uno del mundo es un tenista que sufrió en Viña del Mar en febrero cuando la rodilla todavía no estaba a punto y que meses más tarde saboreó el éxito. Disfrutó en Madrid, en Roma, en Cincinnati -ganó el primer torneo que jugó sobre pista dura, un Masters 1.000- o en la Copa Davis salvando a España del descenso. Y sobre todo se agigantó tras ganar su octavo Roland Garros a Ferrer, especialmente en una semifinal memorable ante Djokovic.
    En Wimbledon, el temprano desplome de Nadal en primera ronda incrementaba las posibilidades de un Murray que hizo historia en la Catedral del tenis. 77 años después, un británico reinaba en el jardín del All England Tennis Club. Tras la hierba, la gira norteamericana trajo de nuevo el éxito a Nadal. Campeón en Montreal y Cincinnati, el US Open es el colofón a su brutal temporada en la que ha llegado a ganar 26 partidos seguidos en pista dura. Un año que finalizaba para él con una derrota en la Copa de Maestros, el único título que se le resiste, ante un Djokovic que a pesar de perder el número uno, ha completado un magnífico año.
    Mucho más gris que los dos principales tenistas del momento ha sido la campaña de Federer, que a duras penas ha conseguido ganar un torneo -Halle, de categoría 250- y ha visto como derrotar a Nadal y Djokovic se convertía en una quimera. Por eso ha acabado el sexto en la clasificación, su peor ranking desde el 2002. El declive de Federer contrasta con la regularidad de Ferrer, que esta temporada ha subido un peldaño y ha terminado el número tres del mundo. Desfondado al final de año, el balear ha hecho una campaña en la que por primera vez jugó una final de Grand Slam -Nadal fue mucho Nadal en París-, como mínimo ha disputado los cuartos en los otros tres y estuvo cerca de ganar dos Masters 1.000 -unos centímetros en una bola de partido pedida al 'Ojo de Halcón' le separaron del triunfo en Miami-. Pero todo en el año de Nadal.
    TÍTULO:  HOY LE TOCA A, SITO LE COGE GUSTO AL NUEVO VIVERO,.

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    Sito le coge gusto al Nuevo Vivero

    El mediapunta del CD Badajoz ha marcado en los tres partidos que su equipo ha jugado en el estadio pacense

    Si hay alguien a quien le ha sentado de maravilla el traslado al Nuevo Vivero ese es a Sito. El mediapunta del CD Badajoz ha explotado esa exquisita clase que se le intuía, pero que ofrecía a cuentagotas y también se destapa como goleador. Ha marcado en los tres partidos disputados por su equipo en el coliseo pacense. Una racha que sorprende hasta al propio protagonista que antes de abandonar las IDM El Vivero sólo había anotado un tanto, en Cheles, y que cerró la pasada campaña con los mismos registros que ya ha alcanzado en la jornada 14. «La verdad es que no esperaba llegar a 4 goles antes de Navidad. Si me lo dicen no me lo hubiera creído. Me costó mucho el año pasado llegar a 4», expone.
    Alfonso De la Morena Mora (Badajoz, 1992) reconoce que la suerte le ha cambiado desde que pasaron del césped artificial al natural. Su juego luce mejor con espacios. «Era preocupante mi faceta goleadora, estaba negado y no me entraba ni una. Ahora mi objetivo es intentar estar entre los máximos goleadores de mi equipo a final de temporada». En el Nuevo Vivero ha encontrado la inspiración. Puebla, Talavera y Sporting Club Cerro de Reyes han sido sus víctimas. «Ojalá fueran todos los partidos en el Nuevo Vivero. Hay que reconocer el esfuerzo del club porque es complicado hacerse cargo de los gastos que conlleva este campo».
    Sito no sólo recupera su olfato, sino que desde hace varias jornadas exhibe esa calidad que atesoraba y mantenía oculta. Ese estilo gusta a la masa social y se llevó el reconocimiento de la grada. «La afición se portó muy bien conmigo. Estuvo de 10. En la primera parte no nos salieron bien las cosas, pero siguieron animando. Era el derbi ante el Cerro y había que ganar sí o sí. Esta afición es un lujo. Se lo debemos todo».
    El mediapunta blanquinegro pasa quizás por su mejor momento. «Hace 4 cuatro años que no meto 4 goles con un equipo. Los compañeros me buscan y me arropan, especialmente Copito. Es más fácil jugar en el Nuevo Vivero. El Vivero es más pequeño y cuesta más. A Copito y a mí nos gusta jugar en el Nuevo Vivero». Pero tiene una espina clavada y quiere reivindicarse. «Sólo he jugado en casa y me gustaría marcar también jugando fuera. Es la cuenta pendiente que tengo. Únicamente he jugado de titular en Oliva. Sigo trabajando para convencer al entrenador de que también puedo jugar fuera», sostiene Sito.
    Su padre, Alfonso de la Morena, fue jugador del CD Badajoz y es su mayor crítico. «Estuvo 2 años y luego jugó en el Aceuchal y el Santa Marta. Era un lateral derecho de mucha fuerza, lo que contrario que yo. Intenta inculcarme su experiencia y me da consejos. Cuando acaban los partidos siempre tiene algo que corregirme, pero nunca me va a decir que lo hice bien».
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