foto--LA CENA DEL SABADO
-foto.Curro Romero: «Ha sido un visto y no visto»
El extorero cumple 80 años rodeado de amigos: Los del Río, La Duquesa de Alba, Ainhoa Arteta...
Le da tanto asco el olor de la sangre que no quiere ni
pisar las carnicerías; ¡odia que mutilen al toro! y por eso en vez de
enarbolar orejas, los trofeos de su faena, prefería una ramita de
romero, símbolo que lucen en su pechera los 'curristas'; fue vegetariano
estricto durante cinco años; acabó en comisaría en más de una ocasión
por negarse a matar al animal... Vamos, que podría ser un antitaurino de
manual. Pero no, es Curro Romero (Camas, Sevilla, 1 de diciembre de
1933), una leyenda viva. Acaba de cumplir 80 años que han sido «un visto
y no visto», dice. «Cuando era un niño, hasta los 12, 13 años, la vida
transcurría muy despacio, tenías la cabeza muy limpia, pero desde que me
hice torero eso se acabó, le das mil vueltas a todo. Se me ha pasado
volando».
- Y cuánto han cambiado las cosas, Curro... Cataluña se ha
quedado sin plazas y la crisis azota un espectáculo caro, en el que te
juegas al 50% que salga mal por los toreros, los toros, la lluvia...
¿Qué futuro le espera a la fiesta?
- Esta crisis afecta a todo y a los toros más, porque la
entrada es más cara que en el fútbol. Los chavales no tienen dinero para
ir a menudo. Los aficionados de mañana son los chavales de hoy, y si no
van no se aficionan... Pero toreros sigue habiendo, y la gente sale
contenta de las plazas... Aun así, yo creo que lo superaremos, sí.
- ¿Ve más peligro en la crisis que en el movimiento antitaurino?
- Sí. No son más que un grupito, que hace daño, sí, pero no una mayoría que pueda ganar la batalla.
- ¿No les entiende algo más hoy, desde la distancia?
-Mmm, sí les entiendo. Vamos, no les entiendo, pero les
respeto... Bueno, en realidad son unas personas muy ignorantes de lo que
es el toro... que vive de maravilla hasta que se lidia. Otros animales
ni ven la luz del día y se los cargan muy chiquitos, ni un año tienen, y
los cuatro años del toro son muchos. Estos que protestan se comerán
también la carne de esos animalitos, ja ja, creo yo que sí.
Difícil decir algo sobre el Faraón que no se sepa ya. Tanto
ha sido lo que se ha escrito sobre él... A favor y en contra, porque a
ningún aficionado ha dejado indiferente y porque ningún otro torero ha
sumado tanto amor y tanto odio a la vez. Cosa que a él se la trae al
pairo: «Es importante que haya gente en contra, tener polémicas, que yo
no las montaba, pero en el fondo es muy bueno. Ahora, me he sentido muy
querido, de lo malo yo me olvido. De una tarde buena te acuerdas más que
de una fea». Cuenta Francisco López Barrios en su libro 'Mágica
ceremonia' que un 'currista' rompió una botella en la cabeza de un
aficionado que estaba criticando a su ídolo. Tras la correspondiente
denuncia, el juez absolvió al agresor con el insólito argumento de que
ser 'currista' es como practicar una religión, y que estaban atacando
sus creencias. Añadiendo que todo esto ocurría en Sevilla, no hace falta
dar muchas vueltas para concluir que el magistrado también era seguidor
del diestro de Camas. Anécdotas de estas, a miles, pero de pronto
sorprende con su etapa vegetariana. ¿Un matador de toros que no come
carne? Esto ya es demasiado. El tema surge cuando se le pregunta por la
ramita de romero.
- Entonces, era porque le daba cosa coger las orejas cortadas.
- Pues sí, es muy desagradable porque el toreo es muy
bonito y si te manchas pareces un carnicero. Y las orejas... Un animal
tan bello que colabora con el torero, que se mate y lo mutilen, que le
corten el rabo y las orejas... pues no lo veo. Muchos pueden pensar
'claro, como él cortó pocas', jaja. Pero no, cuando me las han dado no
me ha gustado llevarlas en la mano y por eso lo del romero.
- Ahora dirá que es vegetariano...
- Pues a finales de los 70 fui vegetariano por mi madre,
que pasó así 30 años. Ella me decía 'esto es muy bueno, Curro, hazlo
aunque sea por temporadas'. Lo probé y me gustó, y estuve cinco años sin
carne, ni pescado ni huevos...
- ¿Por qué lo dejó?
- Pues no sé, ja ja ja, a lo mejor me cansaría. Pero comía
muchas legumbres, verduras, frutas, frutos secos... Estaba fortísimo y
delgado. Me sentía muy bien.
Su mujer, Carmen Tello, que le ha regalado, cuenta ella,
«dos corbatas y unos gemelos», le está preparando una comida para
celebrar su cumpleaños, que fue el pasado domingo. «Van a venir -añade-
unos cuantos íntimos, veinte: Los del Río, Cayetana de Alba, Ainhoa
Arteta, unos amigos médicos...».
La vaca que le comía el pie
Curro sale cada día a caminar con su esposa sobre las diez,
después de desayunar y leer los periódicos. «Solemos andar seis o siete
kilómetros diarios, que pienso que es el mejor deporte, lo que hacía yo
cuando toreaba. Si llueve, pues media horita de bici estática. Luego
llegas, te duchas, comes y a esperar la hora del dominó. El dominó
siempre me ha gustado, me distraigo mucho, voy casi todas las tardes al
Círculo Labradores, un club de Sevilla donde somos socios, y echamos la
partida de dos a tres horas, estoy con los amigos, me tomo un
cafelito...».
Vamos, como cualquier jubilado, aunque de vez en cuando
acompañe al tentadero a Pepe Ruiz, el nieto de su hermano, que quiere
ser torero. Dice otro Ruiz, Rafael, la mitad de Los del Río, grandes
amigos del diestro, que la gente no sabe en realidad cómo es Curro: «Es
un hombre sencillo, amable y con mucho sentido del humor, muy tímido,
pero te hace reír mucho. Y desde que se jubiló está más centrado y
sereno que nunca. Es que tiene mucho arte, este hombre es arte puro».
- ¿Curro, cree que la gente tiene una idea equivocada de usted?
- Hombre, pues a bote pronto quizá parezca serio, y sí,
pero me gusta reírme mucho y pasármelo bien. Me gusta estar con las
personas que te hacen la vida agradable.
- ¿Sueña con toros?
- No me ha pasado nunca. Bueno, una vez soñé que estaba con
una vaca en un tentadero. Me cogió, me tiró al suelo y ¡empezó a
comerme el pie! Lo pasé muy mal, porque se lo metió en la boca... ¡Y se
lo comía, se lo comía! No he vuelto a soñar más esas cosas.
En una ocasión le preguntaron por qué no toreaba miuras. Y
dicen que no es torero de frases lapidarias, pero esta es buena: «Los
miuras, ni de recién nacíos». Su gran amigo, el escritor y periodista
Antonio Burgos ha desgranado su vida paso a paso en libros y artículos. A
él le habló así sobre uno de esos momentos para olvidar: «Voy buscando
ese toro que me embista y ya quisiera que me embistiese más a menudo.
(...) Era un toro movido, toreado. Intenté matarlo por todos los medios,
con un peligro grande. El toro se venía a mí y a todos los toreros que
se ponían delante. Ya me di por vencido, porque aquel toro no se podía
matar. Y mis miedos fueron terribles porque veía que me cogía, y sin
pena ni gloria. Era una locura intentar matarlo».
Una tarde en la Maestranza, un aficionado enojado se
levantó y gritó: «Curro, otro día te va a venir a ver tu madre... y yo».
'Currista' al fin y al cabo. Porque si las cosas iban bien, iban muy
bien. Siete veces salió a hombros de Las Ventas. Valga esta frase de
Antonio Burgos sobre su despedida, en octubre de 2000: «Queda este
sentido del tiempo que se nos ha echado encima de golpe. Tú quizá no lo
sepas, Romero, pero a efectos de la historia del toreo, el domingo en La
Algaba, acabó de verdad el siglo XX».
TÍTULO: LOS CENICEROS,.
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