sábado, 15 de febrero de 2014

ENRÉDATE, SENTIR, DE VERDAD, UNA HISTORIA,.CANCIÓN,/ OTRA MOVIDA,.

TÍTULO: ENRÉDATE, SENTIR, DE VERDAD, UNA HISTORIA,.CANCIÓN,.

Quiero pensar que en la vida todo pasa..
Quiero crecer si estas cerca de mi piel..
Quiero volver a vivir toda esa magia...
la que a veces nos abraza y nos hace sentir bien...

Quiero llegar a querer con todo el alma...
Quiero poder dar de mi lo que no ves...
Quiero perder todo el miedo que acompaña...
Que bloquea y que me engaña y que no me deja ser...

Y cuidaré todo lo que me regalas...
Y me dejaré cada día sorprender...
Y viviré cada instante con la calma,
Gracias Vida por tus armas,
y aprender a usarlas bien...

Quiero mirar que pasa todo en la mirada...
Te quiero tocar y ver respuesta de tu piel...
Quiero quitar la barrera que separa,
la verdad lo que hace falta,
lo que muere por tener...

Y cuidaré todo lo que me regalas.
Y me dejaré cada día sorprender.
Y viviré cada instante con la calma.
Gracias Vida por tus armas,
voy a aprender a usarlas bien...

Y yo cuidaré todo lo que me regalas.
Y me dejaré cada día sorprender.
Y viviré cada instante con la calma.
Gracias Vida por tus armas,
voy a aprender a usarlas bien...

Quiero pensar que en la vida todo cambia.
Quiero crecer y contigo saldrá bien.
Quiero llegar a sentir con todo el alma.
Gracias Vida por tus armas,
voy a aprender a usarlas bien...

TÍTULO:  OTRA MOVIDA,.

No soy nada patriotera. Quizá por eso me gusta Madrid, esta ciudad que no pertenece a nadie porque es de todos. En Madrid, nadie te ..

No soy nada patriotera. Quizá por eso me gusta Madrid, esta ciudad que no pertenece a nadie porque es de todos. En Madrid, nadie te pregunta de dónde vienes ni si te vas quedar. La ciudad te acoge y pasas a formar parte de ella sin espavientos. Dirán ustedes que a qué viene esta loa: a lo mucho que me irritan nuestros gobernantes locales, que no son capaces de “vender” esta ciudad. Las cifras hablan por sí solas: Madrid está perdiendo visitantes, turistas, negocio. De haber sido una de las capitales más rompedoras y divertidas de Europa, está a punto de convertirse en irrelevante. 

Hace años, cuando el “viejo profesor” Tierno Galvan era alcalde, los jóvenes europeos hacían lo imposible por recalar en Madrid. La ciudad era transgresora, nunca dormía y estaba en permanente ebullición cultural. La movida puso a Madrid en el mapa de las principales ciudades europeas. Nunca fue tan ella misma como durante aquellos años. Y quienes la gobiernan tienen el reto de hacer que vuelva a aflorar su verdadero espíritu. No es que Madrid se nos haya aburguesado, convirtiéndose en una señorona insoportable. Continúa latiendo, pero es como si viviera un periodo de introspección. Algunos dirán que es por la crisis; otros, como yo, pondrán en el punto de mira a los gobernantes. El caso es que Madrid aparece desmejorada de cara al exterior. Para convencer a los turistas de que vuelvan, solo hay que recordarles cómo es la ciudad, cómo aquí se sentirán como en casa, porque los madrileños son de todas partes y este viejo pueblo manchego tiene vocación universal. Para eso hay que devolverle el lustre de antaño.
Nuestros gobernantes deberían darle a la imaginación y, por ejemplo, convertirla en una permanente capital cultural. Con museos como el Prado, el Thyssen o el Reina Sofía lo tienen fácil. Y no es tan difícil apostar por una buena oferta teatral, operística y musical. La ciudad también tiene que apostar por lo nuevo. Hay que hacer de ella un espacio donde la innovación y la transgresión sean permanentes. Claro que para eso hay que apostar de verdad por la cultura.
La crisis nos ha empobrecido pero, sobre todo, nos ha deprimido. Aun así, Madrid es una vieja resistente repleta de sorpresas. No es la ciudad la que se ha rendido: son quienes la gobiernan los que no aciertan a ponerla en valor. Y lo mejor de esta ciudad es su capacidad para seducir sin que el seducido se dé cuenta. Os lo digo yo, que me suelo sentir bien en casi todas partes, pero que siempre quiero regresar a Madrid, que se ensancha, abre los brazos y acoge a todo el que decide venir.
Necesitamos urgentemente una segunda movida –no una como la primera, nunca segundas partes fueron buenas–, que los de fuera se den cuenta de que las apariencias engañan y de que Madrid no es, como algunos han pretendido, ni repipi ni mojigata. Madrid tiene muchas caras: la canalla, la señorial, la burguesa, la cultural, la innovadora, la mágica... Se trata de que quienes nos gobiernan permitan que afloren todas. No es tan difícil, digo yo.

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