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La vida más allá del uniforme,.
Kamal, de origen árabe, y Juan, que busca a sus bisabuelos gitanos asesinados en la Guerra Civil, son los dos policías que protagonizan hoy 'Héroes, más allá del deber' (Cuatro),.
El programa se estrenó en 2017 y en su primera temporada se saldó con 875.000 espectadores y un 6,6 % de cuota de pantalla. En esta segunda se muestra tan solo una profesión por capítulo, y en vez de centrarse «en una sola persona, y contar su vida privada y su trabajo, son dos compañeros, «aunque uno de ellos suele tener una historia más relevante», comenta la directora del espacio, Marta Machuca. «Te haces una imagen de un policía, pero cuando hablas con ellos, cuando conoces su vida, ves lo que hay detrás y te das cuenta de que son personas, trabajadores, como todos, y que algunos cuando llegan a su casa tienen líos importantes. Después de estar protegiéndonos, se tienen que enfrentar a una serie de situaciones complicadas y, en algunos casos, muy extremas. Al final, todos somos iguales. Solo buscamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible y resolver nuestros dramas personales de la mejor manera posible», asegura la directora sobre un formato que contiene «acción trepidante en escenarios muy diferentes».
Por ello, encontrar a los protagonistas apropiados conlleva unas dificultades añadidas. Al proceso de 'casting' se le suma una labor de investigación, ya que «tampoco se presenta demasiada gente», según la propia Machuca. «Tienes que convencerle a él, a su jefe, a su compañero y a su familia. Son trabajadores, cada uno de su medio, y tienes que estar grabándoles en su trabajo y en su vida personal. 'Vamos a ponerte una cámara para ver cómo trabajas. Y luego vamos a ir a tu casa para que nos cuentes tu vida'. La propuesta impone respeto y da un poco de miedo. Mucha gente no está dispuesta a esto», se sincera Machuca.
Comisarías y hospitales
En su búsqueda de héroes, algunos miembros del equipo acuden a las comisarías o a los hospitales para hablar con ellos y para explicarles el formato y «que vean que es una cosa seria». «Hay que pasar por muchas fases hasta llegar a la persona adecuada, con la que puedas empatizar en lo personal y vivir algo de acción en lo laboral».Hay personas que estarían encantadas de participar, pero que no tienen detrás una historia interesante y televisiva que les respalde. Y también pasa lo contrario, gente con historias muy interesantes, pero con un trabajo de oficina».
Pese a las dificultades y a «doblar personajes» al incluir a los compañeros, el proceso de selección de la segunda edición ha resultado más sencillo, ya que «la carta de presentación de la primera temporada ayudó mucho». La directora está orgullosa de haber «conseguido un programa entretenido, con acción, drama y con historias que enganchan y conectan con el público»: «Si no te han pasado a ti, es muy probable que conozcas a alguien que sí».
TITULO: Documental - Los maestros del arroz,.
foto / El arroz es uno de los alimentos básicos de mayor consumo. Puede parecer un producto simple en apariencia, pero requiere un trabajo agotador. Viajaremos a través de la cultura del arroz, fuertemente arraigada en Asia, donde descubriremos las costumbres locales alrededor de este cereal.
TITULO: LIBRO - LA NIÑA ALEMANA ,.
Inspirada en un hecho poco conocido: la negativa de Cuba y otros países a recibir a los judíos que huían de la Alemania nazi a bordo del transatlántico St. Louis. Finalmente, solo a unos pocos se les permitió desembarcar. Antes de que todo cambiara, la vida de Hannah Rosenthal era de ensueño. Pero ahora, en 1939, las calles de Berlín están embanderadas de estandartes nazis, su familia ha sido desposeída de sus bienes y los judíos ya no son bienvenidos en los lugares que antaño frecuentaban. Hannah y Leo Martin, su mejor amigo, sellan un pacto: pase lo que pase, ambos compartirán un mismo futuro. La próxima partida del transatlántico St. Louis con rumbo a Cuba les proporcionará una chispa de esperanza. Tras una ardua gestión para obtener visados, los Rosenthal y los Martin se embarcan en la lujosa nave con destino a La Habana. La vida a bordo del St. Louis se asemeja a unas vacaciones surrealistas para esos refugiados, pero los rumores inquietantes desde Cuba no tardan en ensombrecer el ambiente festivo, y la nave que prometía ser su salvación parece a punto de convertirse en su sentencia de muerte. Hannah y Leo se ven enfrentados a una decisión desgarradora... Siete décadas después, en la ciudad de Nueva York, el día que cumple doce años, Anna Rosen recibe un paquete de Hannah, una tía abuela a la que nunca conoció pero que crio a su difunto padre. En un intento de reconstruir el misterioso pasado de su padre, Anna y su madre viajan a La Habana para reunirse con la anciana. Hannah les relatará el viaje en el St. Louis, les hablará de sus años en la isla y revelará, por primera vez, el modo en el que ella y Leo cumplieron con el solemne pacto que sellaron.
La niña alemana: el libro que rescata un episodio olvidado del Holocausto,.
A
través de la historia de dos niñas separadas por varias generaciones, el
periodista Armando Lucas Correa recuerda la tragedia de más de 900
judíos que huyeron de Alemania en un trasatlántico con destino a Cuba.
'La niña alemana' es la primera novela del
periodista cubanoamericano Armando Lucas Correa, reconocido por ser el
jefe de redacción de la Revista People en español.
Fotos:
El barco cumplió con su itinerario, pero cuando llegó a La Habana, el gobierno cubano les prohibió bajar. A pesar de que todos tenían los papeles en regla y habían pagado por sus permisos de entrada, solo 22 refugiados pudieron quedarse en la isla. El resto tuvo que vivir un humillante periplo que los llevó a ser rechazados en Estados Unidos y Canadá. Al final, cuando ya volvían a Alemania y muchos amenazaban con suicidarse, Holanda les abrió las puertas y algunos países de Europa los recibieron. Pero la dicha no fue completa: cuando Hitler invadió Europa, muchos cayeron en los campos de concentración y murieron en las cámaras de gas.
Esa historia real es la base sobre la que está construida La niña alemana, la primera novela del periodista cubanoamericano Armando Lucas Correa, reconocido por ser el jefe de redacción de la Revista People en español. “Este es un capítulo muy desconocido de la historia aquí en Estados Unidos y en Cuba, en donde los documentos relacionados desaparecieron del Archivo Nacional. Pero yo crecí escuchando esa historia porque cuando tenía ocho o diez años, mi abuela –hija de inmigrantes españoles que llegaron a la isla a comienzos del siglo XX– me la contó y me dijo que Cuba iba a pagar durante los próximos 100 años lo que les había hecho a los judíos”, le contó el escritor a Semana.
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La protagonista de la novela es Hannah, una niña de 12 años que hace parte de una de las familias judías más distinguidas de Berlín antes de la llegada de los Nazis al poder. Ella vive en carne propia la caída en desgracia de su familia y desde su ojo infantil –pero no tan inocente– toma forma la discriminación y el racismo comunes en aquella época. La otra protagonista es Anna, una niña de la misma edad que vive en Nueva York en el año 2014. Perdió a su padre en los atentados del 11 de septiembre y su única conexión con él es una familiar lejana que se llama igual que ella y que vive en Cuba, a donde llegó desde Alemania hace muchos años.
“En realidad la novela nació como la historia de una niña en Nueva York que quiere entender quién era su padre, fallecido en las torres gemelas. Y con el tiempo decidí unirla con la que siempre habría querido escribir del St. Louis. Fui armando un paralelo de dos niñas que estaban relacionadas, pero separadas en el tiempo y que físicamente eran iguales. La historia se va moviendo de un lado al otro”, cuenta Correa.
Aunque las dos historias centrales son producto de la ficción, Correa se tomó el trabajo de investigar a fondo el incidente del trasatlántico y todo lo relacionado con la vida en Alemania y en Cuba durante los años en los que transcurre la historia. Tuvo acceso a más de 1.200 documentos originales del St. Louis gracias al Museo del Holocausto en Washington DC, se leyó todos los estudios sobre el tema (algunos escritos incluso en idiomas que no maneja), consiguió los menús originales que ofrecieron en el barco durante los días que duró el viaje, investigó sobre los perfumes y las marcas que usaba la alta burguesía judeo-alemana, vio cómo eran los tapices y los diseños más comunes en esa época, compró artefactos que se usaban entonces y se hizo a una versión del diario del capitán del barco, publicado en 1949.
“No quise hablar con ningún sobreviviente y no viaje a los lugares que describo hasta después de entregar los manuscritos de la novela en marzo de 2015, porque quería que fuera una especie de cuento de hadas desde la voz de las dos niñas, y sabía que si me ponía a hablar con los sobrevivientes no iba a acabar nunca porque iba a encontrar historias mucho más dramáticas”, cuenta. Pero luego de terminar el libro sí habló con varios de ellos e incluso descubrió que la mamá de una de sus amigas mexicanas había estado en el barco y años después había sobrevivido a los campos de concentración en Holanda.
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Los horrores que no se pueden volver a repetir
La novela tiene tres partes definidas. En la primera se narra en paralelo la historia de Hannah en el Berlín de finales de los años treinta antes de viajar en el barco y de Anna en la Nueva York actual descubriendo que su papá muerto tiene una familiar en Cuba. La segunda es un diario del viaje en el trasatlántico –que incluye cables y titulares de periódicos reales– y la tercera retoma las historias en paralelo de Hannah creciendo en una tierra lejos de Alemania y de Anna conociendo la historia de su tía abuela.
Esa última fue la que más trabajo le costó a Correa. “Para mí Cuba es una realidad, pero yo quería que la isla se viera a través de los ojos de una niña judeo-alemana que la ve como algo irreal. Lo que para mí era cotidiano tenía que ser asombroso para ella. Eso me costó mucho trabajo, pero al mismo tiempo me divirtió”, recuerda.
La decisión de utilizar a protagonistas niñas fue para revelar el horror desde el punto de vista infantil. Por eso, además, decidió quitar todas las referencias directas a Hitler, a la esvástica y a la palabra judío, aunque quienes saben de historia podrán identificar la época y los antagonistas.
“Quería que la historia se moviera en un ambiente de discriminación, de rechazo al diferente, del odio y el miedo a los que no son iguales”, cuenta. Un ambiente que se está empezando a vivir nuevamente en el mundo, aunque con mucha menor intensidad que entonces. El triunfo del ‘Brexit’ en el Reino Unido, de Trump en Estados Unidos y el fortalecimiento de movimientos nacionalistas que critican y estigmatizan a los refugiados en Europa son el síntoma de que las cosas no están bien.
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Por eso, Correa no ha terminado con el tema del St. Louis. Desde ya está preparando dos novelas nuevas que hablarán sobre el viaje. La primera es El silencio entre nosotros, que tratará sobre los pasajeros del barco que no fueron aceptados en La Habana y que terminaron en Francia, en donde luego volvieron a enfrentar la pesadilla de la que habían huido. Y la tercera, que aún no tiene un título definido, hablará sobre los pasajeros que no pudieron subirse al barco y que tuvieron que sufrir el holocausto en Alemania. “Como me dijo una de las sobrevivientes: la historia es cíclica, aunque a veces se vive con intensidades y perspectivas diferentes”.
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