La Hora Musa - El banco más bonito de Cáceres,. ,. Martes - 12- Marzo,./ Cachitos de hierro y cromo - Cáceres fue ciudad industrial,.,. Martes -12- Marzo,.
TITULO: La Hora Musa - El banco más bonito de Cáceres ,. Martes - 12- Marzo,.
'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski , a las 22:55 horas, en La 2 martes - 12- Marzo,.
El banco más bonito de Cáceres,.
Vecinos de San Marquino improvisan un mirador con vistas a la parte antigua mientras piden más atención para este enclave
Ángela Reyes y Antonio García, junto a su nieta Sara, ayer en el banco que han bautizado como el más bonito de Cáceres. fotos,.
El banco más bonito de Cáceres está en San Marquino.
Al menos, así lo proclama el cartel que desde el domingo hay situado
junto a este asiento de madera, ubicado en la confluencia de las calles Venus y Martes.
Se encuentra sobre una zona verde y ofrece unas vistas de postal. Desde
aquí se puede fotografiar una imagen del casco viejo cacereño de
revista. En la instantánea no falta ningún detalle del 'skyline'
más representativo de la Ciudad Monumental: la torre de las Cigüeñas,
las de la Preciosa Sangre, el Palacio de las Veletas, el antiguo
convento de los jesuitas (ahora sede de la Esad, Escuela Superior de
Arte Dramático), la torre del Palacio de los Golfines de Abajo, la de la
Concatedral de Santa María...
Detrás de esta iniciativa
está un grupo de vecinos de San Marquino, el popular barrio de casitas
bajas que que hay en la carretera que sube al Santuario de la Virgen de la Montaña. La idea de instalar el banco, cuenta Antonio García,
uno de los promotores, surgió en el bar mientras compartía charla y
cerveza con unos amigos. Dieron vueltas al proyecto y, por fin, lo han
puesto en marcha.
Su inspiración, detalla Ángela Reyes, esposa de Antonio, ha sido el banco que hay situado en los acantilados de Loiba,
en el término municipal de Ortigueira, en Galicia. Este asiento se ha
hecho famoso debido a las maravillosas vistas que ofrece. Se ha
convertido en todo un fenómeno viral que arrancó con una anónima
inscripción en su respaldo en la que su autor o autores lo encumbraban
como el banco más bonito del mundo.
Su
fama se disparó después de que el proyecto 'Twan', que premia los
mejores cielos nocturnos del mundo, destacara una instantánea tomada
desde este banco como una de las imágenes más bellas de 2015. Ahora son
muchos los turistas que peregrinan hasta este punto para hacerse su foto
de rigor.
«Vimos que en Galicia había un banco que dicen que es
el más bonito del mundo por las vistas. A raíz de eso, pensamos que era
una buena idea hacer algo parecido aquí», detalla Ángela. La aceptación,
revela, ha sido muy buena desde el primer momento. «Estamos muy
contentos. Ya nos hemos hecho fotos de día y de noche. La gente nos está felicitando. Desde aquí tenemos las mejores vistas de Cáceres», presume la residente de San Marquino.
Antonio, Ángela, junto a otros dos vecinos, Martín y 'Wences',
colocaron el banco el pasado domingo. Con esta iniciativa, quieren
poner de manifiesto que no hacen faltas grandes inversiones ni proyectos
demasiado ambiciosos para llevar a cabo ideas bonitas. La aceptación,
relatan, ha sido muy buena. Y, de paso, quieren hacer una llamada de
atención sobre el estado de este enclave, donde paran a diario los
turistas que toman el 'tuk tuk' y donde muchas parejas de novios se
hacen las fotos el día de su boda. La zona, indican, necesita más mimo. Ahora hay contenedores que afean el entorno y fincas valladas con viejos somieres.
Precisamente
el Ayuntamiento presentó el pasado mes de febrero un proyecto que
contempla la construcción de un mirador en este mismo espacio, con una
inversión de 50.000 euros, procedentes de fondos europeos de la estrategia Dusi (desarrollo urbano sostenible integral) que lidera la Diputación.
TITULO:
Cachitos de hierro y cromo - Cáceres fue ciudad industrial, . Martes - 12 - Marzo,.
Martes - 12- Marzo a las 22:00 horas en La 2, foto.
Cáceres fue ciudad industrial,.
Vista de una de las calles del polígono industrial cacereño de Capellanías.
La cal, los fosfatos, Induyco, Waechtersbach y Catelsa son las claves de un pasado fabril,.
Elena
Nevado ha dejado claro que en Cáceres no habrá mina de litio. Vara se
ha manifestado con la misma claridad que la alcaldesa y Cáceres seguirá
apostando su futuro al turismo, a los servicios y a los milagros. Sé que
fuera de Cáceres nos miran extrañados, como si fuéramos una ciudad de
pirados que nos oponemos al progreso, a la minería y a la consiguiente
industria auxiliar.
Y puede ser que tengan razón, que
estemos un poco pirados por seguir querer viviendo en esta ciudad feliz y
tranquila en la que pasan pocas cosas y las que pasan, las controlamos
enseguida no vayan a desmadrarse y nos compliquen la vida. Como es
natural, nos quejamos de que nunca pasa nada y animamos a quien se
arriesga para que pase algo, por ejemplo, abrir una sala independiente y
privada de teatro y conciertos. Pero no pasamos de los ánimos porque
Cáceres no es la capital cultural de Extremadura, sino la capital de las
cañas de Extremadura. Aquí, lo que mola son los conciertos callejeros
que puedes escuchar tomando una birra, pero eso de sentarse en una sala
oscura, sin cerveza y atendiendo como que no.
Así
que la ciudad de las cañas y el turismo, la gran desconocida y todas
esas frases hechas que nos sueltan los escritores cuando vienen de
visita, se remueve inquieta porque este año está tardando la Semana
Santa y ya no sabemos qué hacer sin pretextos ineludibles para salir a
la calle. Luego vendrá todo seguido, con el añadido de las campañas
electorales y no nos vendrá mal este marzo tan soso para ahorrar y
prepararnos para el chute gastoso de Semana Santa, San Jorge, Virgen de
la Montaña (esa con la que querían acabar los del litio), Generales,
Feria del Libro, Womad, Municipales, Europeas, Autonómicas, Feria de San
Fernando, Festival de Teatro Clásico...
Pero esta ciudad no
siempre fue así. Hace 30 años, en Cáceres había industria. Sí señor,
entre Catelsa, la Waechtersbach e Induyco, en Cáceres había más de 2.000
obreros industriales. Y antes, Cáceres fue la ciudad de la cal y los
fosfatos, donde miles de trabajadores estaban empleados en los hornos de
cal y en las minas de Aldea Moret.
Cáceres vivió del subsuelo
antes de que los señores del litio quisieran venir a romper la Montaña y
el bienestar de una parte de la ciudad: la que trabaja o tiene pensión
(nunca olvidaré al señor que me paró en la puerta de un bar de Antonio
Hurtado y me dijo sin acritud, pero con fundamento: «Usted no quiere la
mina porque es funcionario, ¿verdad?, pero yo estoy en paro, tengo a mis
dos hijos trabajando en América y sí la quiero»).
Cáceres vivió
del subsuelo porque allí estaban los fosfatos y un calerizo del que se
extraía la mejor cal de España. No hace tanto tiempo de eso: en 1996,
dejó de funcionar el último horno, situado junto a la estación de
autobuses y a la espera de ser rehabilitado como monumento evocador de
aquel tiempo en el que Cáceres no dependía de los turistas ni de los
milagros, sino de la industria.
Aquella cal desinfectaba,
enjalbegaba, decoraba, aglutinaba y era la base del asperón, inolvidable
limpiador muy cacereño: polvo desprendido de las piedras calizas usado
para limpiar con el estropajo los útiles de cocina oxidados. Con la cal
morena se construyó la considerada en tiempos mejor plaza de toros de
España, el coso cacereño de la Era de los Mártires, hoy tan en desuso
como el asperón por razones complejas que convierten Cáceres en una
paradójica isla no taurina en la región más taurina.
Cuando en
Cáceres se cerraba el último pozo de cal, Induyco tenía más de mil
trabajadoras que no paraban: hacían desde los trajes de chaqueta de las
azafatas de Barcelona 92 hasta los uniformes de los carabineros
italianos. En la Waechtersbach trabajaban 138 personas haciendo tazas y
platos de diseño rompedor y en Catelsa llegaban a 400 empleados. Hoy
solo queda Catelsa y una Induyco testimonial.
Así que sin cal, sin
litio, sin fosfatos y sin industria tenemos la esperanza puesta en los
milagros y en unas escaleras mecánicas que van a instalar en Alzapiernas
y nos van a llevar al cielo.
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