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DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - El Ayuntamiento pierde 110.000 euros al olvidar conectar durante 20 meses las placas fotovoltaicas del Palacio de Exposiciones ,.
DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - El Ayuntamiento pierde 110.000 euros al olvidar conectar durante 20 meses las placas fotovoltaicas del Palacio de Exposiciones ,. , fotos,.
El Ayuntamiento pierde 110.000 euros al olvidar conectar durante 20 meses las placas fotovoltaicas del Palacio de Exposiciones,.
El último equipo de gobierno recibió la obra del Palacio de Exposiciones pero olvidó cerrar el acuerdo con Red Eléctrica para vender la energía generada | El Palacio genera 66.000 euros anuales en el mejor escenario muy lejos del medio millón de euros anunciado en su día,.
El Ayuntamiento de León ha dejado de ingresar en los últimos 20 meses un total de 110.000 euros en concepto de pagos por energía eléctrica generada a través de la techumbre fotovoltaica del Palacio de Exposiciones de la capital.
El actual equipo de Gobierno atribuye la pérdida a un ' descuido' de los últimos responsables municipales quienes, tras recibir la obra en febrero de 2018, olvidaron aprobar un acuerdo con Red Eléctrica Española (REE) para que ésta se hiciera cargo de la energía generada por los paneles solares. Un olvido que, en la valoración más realista, ha supuesto pérdidas de 5.000 euros mensuales.
Inicialmente, y según se aseguró desde el propio Consistorio, el Ayuntamiento tenía previsto ingresar por 'generación eléctrica' unos 500.000 euros anuales en un cálculo que hoy se demuestra absolutamente erróneo.
4.040 paneles
Los 4.040 paneles fotovoltaicos ubicados en la techumbre del edificio diseñado por Dominique Perrault se extienden a lo largo de una superficie de 10.000 metros cuadrados y generan 1.327 megavatios al año, según el proyecto inicial del arquitecto francés.
Ese volumen en paneles y fuerza generadora suponen hoy un ingreso anual por energía eléctrica que ronda los 66.000 euros anuales según las estimaciones del mercado eléctrico sometido a permanentes fluctuaciones.
Solución
Sin embargo fruto de un descuido o de la improvisación los paneles situados en la techumbre, una de las más modernas de Europa tras una inversión de un millón de euros, han cumplido con su papel de retener la energía solar pero jamás se ha podido aprovechar ésta ni para el autoconsumo de la instalación ni para la venta a REE, quien legalmente está obligada a su compra.
Será el nuevo equipo de gobierno municipal quien, tras corroborar la situación, apruebe en la próxima junta de gobierno el convenio para la venta de energía cortando así la pérdida económica acumulada hasta la fecha.
Nadie, sin embargo, asumirá responsabilidades por la pérdida acumulada hasta la fecha y que asciende a 110.000 euros.
TITULO: Las rutas Capone -«Una vez dentro del cine me di cuenta de una cita perfecta»,.
«Una vez dentro del cine me di cuenta de una cita perfecta»,.
Cine de estío
Una pequeña correspondencia que viaja por los tópicos de las vacaciones con los cines de verano como pretexto,.
foto / Querido: ¿Cuándo fue la última vez que ni hablaste, ni te hablaron, ni escuchaste de fondo, ni sonaba a lo lejos una sola palabra? 'La tortuga roja', de Michael Dudok de Wit, es una isla sin sílabas. Hay música, ambientes de mar y selva, efectos de pasos y chapoteos, y también varios ahh, ouch, uy, mmm, pero nadie habla durante ochenta minutos. La historia va de un naufragio que desencadena la vida o, mejor dicho, La Vida, desde el principio hasta el fin. Una gran metáfora animada que ocurre en mitad del océano, sobre un montículo de tierra. Al pase llegué por casualidad y una vez dentro del cine me di cuenta de que habría sido una cita perfecta para dos: para el proyeccionista y para mí. Ni era la mejor hora (una tarde de calor pegajoso), ni el mejor día (el sprint final del verano nunca se me ha dado bien), pero he vuelto a la calle con los oídos más atentos y la mente descansada. Dirás que me he vuelto tímida de repente, pero antes de abrir la boca he preferido coger el bolígrafo y reencontrarme con las palabras aquí, en nuestro espacio de 7,5x10 cm, donde cada caracter cuenta.
Hablar estásobrevalorado
Hablar más, más
Querida: En la charca éramos cuatro gatos. El cuarto era el proyeccionista casero, al que esta noche he puesto por fin nombre y cara. Le conozco desde hace siglos, toda la vida, cuando de niños en algún verano como este nos saludábamos de refilón. Y hasta puede que seamos primos, ya sabes, la endogamia que en épocas pasadas hizo crecer a este pueblo ahora vacío. Total, que es él, o lo fue, no estoy seguro: era arquitecto, galerista de fotografía, un par de casas en el mar, pasta, bastante, de la construcción y de negocios amparados por grandes contactos. Y acabó en la cárcel, sin un duro, desahuciado. Otro náufrago. Como el tuyo. Ahora ha venido aquí, a lo que queda de la vieja casa familiar, a curarse la depresión de los fracasos, las mudanzas, el divorcio y algún muerto cercano del que no quiere hablar. Y ha organizado este cine. Como terapia, dice. Otros mundos. Esta noche nos ha puesto 'Isla Bonita' que se inventó Fernando Colomo como una ilustración de su propio pasado de comediante verborreico y un poco patético. Quiere no estar aquí. Pero ya dónde. Eso dice. No estoy seguro. Tuyo.
TITULO: Un país mágico - Como Moisés, pero al revés .
El sabado -28- Agosto a las 18:30 por La 2, foto,.
Como Moisés, pero al revés .
En el Cañón del Río Lobos a veces el río aparece de repente y sin avisar,.
El Cañón del Río Lobos, un espacio natural que se extiende entre Burgos y Soria, es bien bonito de ver, con sus muros calizos de hasta cien metros de alto, con sus buitres que vuelan majestuosos, sus árboles verdes, su calor pegajoso... Hay un paseo precioso que va hasta la ermita de San Bartolomé y que sigue el cauce. A veces está seco. Qué suerte encontrarlo así. Siempre es interesante caminar por un río seco. Es como invadir un espacio que la naturaleza tiene reservado para otros asuntos mucho más relevantes que entretener a los humanos. Los cantos rodados se quedan polvorientos, marrones, áridos, y el espectáculo es aún más llamativo en contraste con la ribera vegetal, con las hierbas altas. No es cómodo caminar por piedras, pero gusta.
Un grupo de ciclistas de esos que llegan a cualquier rincón por tranquilo que sea baja en dirección contraria por el lecho seco, vibrando mucho sobre el manillar, y grita, «¡qué viene el río!». Menudos cachondos estos muchachos. Ay qué miedo. A lo pocos minutos se empiezan a escuchar como chasquidos. Como piedras rodando, chocando unas contra otras. Cada vez a más volumen. Y también hay un sonido líquido. Atención. Pues sí, viene el río. Una lengua de agua toma lentamente el espacio que le pertenece. Uno puede grabarse en vídeo caminando delante de ella, haciendo que escapa, que es perseguido por esa fuerza natural a cámara lenta. Esto es engañoso. Porque el agua va tomando velocidad, reconquistando distintas zonas del cauce, dejando como islitas que luego son anegadas. En unos minutos donde sólo había piedras hay ya un río imponente, caudaloso, limpísimo.
En la casa del parque explican que las lluvias de la noche anterior han cambiado el nivel freático y las cavernas subterráneas ya no daban más de sí, de modo que el río volvió a tomar la superficie a través de surgencias en el cauce. Es un poco como cuando Moisés abrió las aguas del Mar Rojo, pero al revés.
TITULO: Diario de un nómada -Las huellas de Gengis Khan - La sorpresa de Córdoba,.
El domingo-29-Agosto a las 19:00 por La 2 , fotos,.
La sorpresa de Córdoba,.
Con la casa a cuestas,.
O de nuevos pasajeros en La Temblorosa y maldiciones gitanas,.
Escribe Steinbeck en 'Viajes con Charley' que «no hacemos un viaje: nos hace él a nosotros». Y tanto. Estamos sujetos a los imprevistos, a los contratiempos, al azar. Y hasta a la familia política: el hermano de mi santo le llama por teléfono. «¿Podéis recoger a mi hija, que está en Córdoba capital?», le dice. Y a ver quién se niega, que mis cuñados son jueces y no quisiera yo que nos condenaran por desacato al tribunal, así que abandonamos la idea inicial de ir a Priego de Córdoba para pasar a por mi sobrina. La chiquilla ha terminado un máster y tiene que volver a casa arrastrando un baúl que ni la Piquer. Y allí estamos nosotros con La Temblorosa para acoger al peregrino, para dar de beber al sediento y de comer al hambriento. Aunque no sé qué va a comer, la pobre: nos ha salido vegetariana, y en la cocinita de Pin y Pon solo hay fiambres y alimentos procesados con todos sus colorantes, y sus conservantes, y sus saborizantes. Menos mal que nos queda Portugal y algo de la fruta que compramos allí.
Antes de abandonar Extremadura paramos en Azuaga para saludar a unos amigos. Un café reconstituyente, un paseo rápido por el pueblo que nos enseñan orgullosos y la alegría de encontrarnos con unas caras distintas a las nuestras: llevamos tantos días los tres metidos en seis metros cuadrados que estamos los unos de los otros hasta los amortiguadores. Será por eso por lo que, cuando vemos a nuestra sobrina, también nos entusiasmamos. Además, estamos en Córdoba, «romana y mora». Y eso siempre es motivo de celebración.
Vamos directos a la Mezquita. En la entrada, las vendedoras de romero se arremolinan a nuestro alrededor: una atrapa a mi santo, otra al heredero, la tercera a mí; mi sobrina, que conoce el truco, logra zafarse. Mi santo se resiste, pero no tiene nada que hacer. «¡No te vayas, payo, que te voy a echar la buenaventura!», le dice la tía. Yo me rindo a la primera y dejo que me lea la mano. «Morena, vas a tener una sorpresa en menos de una semana», me vaticina. Les damos unas monedas, pero no: quieren billetes, que las monedas traen mala suerte. Amárrame esos pavos. Aunque, para pavos, nosotros: la broma nos ha salido más cara que si hubiéramos ido a la consulta de Rappel.
Nada de monedas, billetes, que las monedas traen mala suerte, nos sueltan tras leernos la mano
Recién timados, entramos en la Mezquita. De repente, estoy dentro de una fotografía del libro de historia del arte del colegio. Recuerdo algunas cosas; pocas, menos de las que debería para las buenas notas que sacaba. Pero no me da tiempo a examinar si mi pérdida de conocimientos es culpa de la educación concertada o de mi frágil memoria: antes de darme cuenta, ya me he desorientado en un bosque de arcos blancos y rojos por el que caminamos sin prisa, recreándonos en los detalles, en la luz que entra por cúpulas y celosías como si Dios, o Alá, quisiera colarse por los resquicios del alma. Embelesada, la incapacidad para aprehenderlo todo y poder expresarlo con palabras me produce una reacción física, una suerte de fascinación ansiosa que me acelera el pulso.
La Mezquita, como Córdoba entera, se merece la prosa de un escritor de fuste, no la mía. Por ello no haré un encomio para cantar las alabanzas de la ciudad: para qué glosarla si puedes vivirla, comértela, sentirla. Disfrutar de los patios salpicados de macetas de colores. Del laberinto de callejuelas. De los olores a hierbabuena y a menta de las teterías árabes. Del paseo junto al Guadalquivir. Del Puente Romano. Es tan apabullantemente hermosa que podría ser feliz en Córdoba. Y hoy lo he sido. ¿Sería esa la sorpresa?
Círculo endogámico
Volvemos al camping. Está en el monte, a veinte minutos de la ciudad. Nos cuesta encontrar sitio para La Temblorosa; el terreno es irregular y las mejores parcelas están ocupadas, ocupadísimas: una familia ha construido un emporio urbanístico uniendo varias tiendas de campaña. Son al camping lo que los Matutes a Ibiza. Cenan alrededor de una mesa enorme presidida por una pantalla de cuarenta pulgadas. La familia que ve la tele unida permanece unida.
Fuera de ese círculo endogámico, hay charlas entre los vecinos de parcelas. Y si en las comidas se habla de más comida, en los campings se habla de más campings: que si el de Huelva, que si el de Valencia. Un matrimonio catalán retirado que se dirige al Algarve platica con un hombre que va en caravana «porque así la dejo aparcada y me muevo por cualquier lado con el coche». Mientras, su mujer mira el móvil. Lee en voz alta: «Casa de los abuelos: hotel de hijos, guardería de nietos». Se ríe.
Cenamos frugalmente. Mi sobrina da muestras de su buena voluntad: «No os preocupéis, que yo me como lo que sea», nos dice. Se apaña con un par de albaricoques, unas guindas y un queso tan delicioso como apestoso. Es educada, lista, juncal, de ojos enormes y sonrisa permanente. Es la chiquilla que me gustaría ser si volviera a los veintitantos. En todo menos en su gusto por el tofu.
Hace una noche preciosa, limpia, clara. A lo mejor la sorpresa no era conocer Córdoba, sino esa noche perfecta. O puede que tampoco: al ir a acostarme me he mirado en el espejo de aumento. ¡Jesús bendito, qué cejas! Soy la hija secreta de Fernando Simón y Paloma Segrelles. Y sin pinzas de depilar a mano. Definitivamente, va a ser eso. Aunque, más que sorpresa, es una maldición gitana.
fotos , Un trío en la cocina - Gazpacho de poleo (Atrio, Cáceres) ,.
Gazpacho de poleo (Atrio, Cáceres) ,.
El aperitivo,.
En él no falta agua, pan, ajo, aceite, vinagre de manzana, poleo fresco y un poco de jalapeño. Luego a dormir en la nevera,.
Una sopa fría, aromática y refrescante que transporta a la infancia. A los campamentos de verano, a los chapuzones en las gargantas del norte de Cáceres y, sobre todo, al Valle del Ambroz. En Hervás se crió Alberto Montes, cocinero del restaurante Atrio (dos estrellas Michelin) en la parte antigua de la capital cacereña. Cerca de los ríos de la zona aparece la menta poleo, y la planta se convierte en el mejor ingrediente para un gazpacho peculiar.
Nota:
Ingredientes: Agua, pan, ajo, aceite, vinagre de manzana, poleo fresco y jalapeño. Macerado durante doce horas.
En él no falta agua, pan, ajo, aceite, vinagre de manzana, poleo fresco y un poco de jalapeño. Luego a dormir en la nevera. A Montes le gusta macerarlo la noche anterior durante doce horas para que tenga un sabor más encajado. El huevo frito que se agrega al gazpacho aporta el toque distinto; se pone a punto de sal y se sirve en un plato con pequeñas rodajas de tomate con aceite (él emplea el que ahúman en los secaderos del pimentón de La Vera), hojas de berro y aros de cebolleta tierna. Un aperitivo apropiado tanto para tomar en casa o como en una excursión, aunque su autor lo prefiere para cenar y casi congelado.
También para sorprender en alguna comida especial. Un gazpacho diferente que sin embargo ya elaboraban los mayores en los pueblos de Extremadura. Ahora se mantiene sobre todo en la zona de Badajoz y el Alentejo portugués.
TITULO: Documentos TV - 'Cuidadores, los nuevos esclavos' ,.
Documentos TV,.
Documentos TV' -'Cuidadores, los nuevos esclavos' ,.
Martes -24- Agosto a las 00:00 horas en La 2, foto,.
'Cuidadores, los nuevos esclavos',.
La precariedad laboral de las personas cuidadoras de mayores,.
Documentos TV’ estrena ‘Cuidadores, los nuevos esclavos’, una denuncia de las condiciones en las que trabaja una gran parte de las personas que se dedican al cuidado de mayores. El envejecimiento de la sociedad en Europa ha traído a un primer plano la ingrata labor, mayoritariamente de mujeres inmigrantes, de vivir recluidas al servicio de nuestros mayores.
Una vida entregada, a cambio de noches en blanco y precariedad
Residen en las casas de sus empleadores en una especie de universo subterráneo, carente de una justa regulación y en ocasiones, bajo una fuerte presión física y psíquica. Son en una amplia mayoría mujeres inmigrantes. Llegaron a Europa desde los países del Este, Latinoamérica o Filipinas a cubrir una labor social, hasta hace pocos años irrelevante.
Estas mujeres viven en las casas de sus empleadores a su disposición 24 horas diarias, seis días a la semana, en muchos casos recluidas, al servicio de nuestros mayores. El envejecimiento de nuestra sociedad las ha convertido en esenciales, aunque a cambio de su entrega a los más vulnerables, no se les pague con el reconocimiento debido. Salarios míseros por una dedicación exclusiva.
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