jueves, 3 de marzo de 2022

Cena con mamá - Paco Sanz, exjugador del Real Madrid y expresidente del Granada. , Viernes - 4 -Marzo , . / Imprescindibles' estrena en La 2 - Preocupación por el estado de salud de Bernardo Pantoja ,. Domingo -6 - Marzo ,./ De seda y hierro - Noa volvió a caminar: el empeño de unos padres sana a una niña con una patología rara,. Domingo- 6-Marzo ,./ Noche Sexo - Monica y el sexo - ¿Por qué somos más atractivos con mascarilla? ,.

TITULO: Cena con mamá -  Paco Sanz, exjugador del Real Madrid y expresidente del Granada ,.  Viernes - 4  - Marzo ,.

 

Viernes  -  4- Marzo a las 22:00 en La 1, foto,.

 Paco Sanz, exjugador del Real Madrid y expresidente del Granada,.

El arte de calentar banquillo: algunos se cabrean, pero otros viven de lujo,.

 Paco Sanz, exjugador del Real Madrid y expresidente del Granada. /IDEAL

Hace unos días pudimos ver en el banquillo del Espanyol el rifirrafe entre Raúl de Tomás y Vadillo. El delantero andaluz negó el saludo y se encaró con RDT cuando este chocaba las manos con el resto de la plantilla, tras ser sustituido en el minuto 80. A Vadillo, que solo ha jugado 4 minutos en toda la temporada, le pudo la frustración y la pagó con quien sí juega. Chupar banquillo es una de las facetas ingratas de ser futbolista. Pero no todo el mundo lo lleva igual. De hecho, hay tantos tipos de jugadores como de suplentes.

Todo el que hace tiempo dejó de ser joven recuerda que Pedro Riesco estuvo en el Depor en un equipo de ensueño que incluía a Djukic, Fran, Mauro Silva, Donato, Claudio o Bebeto. Jugar de titular parecía misión imposible en aquella temporada (1993-94) en la que el Depor perdió el campeonato en el último partido: mientras Bebeto volvía locos a los defensas contrarios, en el banquillo, aún aguardaban su turno fenómenos como Manjarín. La cosa no fue más fácil al año siguiente, con un veterano como Julio Salinas saliendo de suplente. Así que Pedro Riesco tuvo que hacer las maletas en el mercado de invierno y recaló en el Valladolid.

Un amigo común, que no es futbolero, me dijo, cuando le conté lo mucho que había sufrido Pedro, que se cambiaría por él: «Buah, cobrar sin trabajar». Pero el jugador que calienta banquillo sí trabaja. De hecho, tiene lo peor de ese oficio —cuidarte obsesivamente, estar en casa a tu hora, entrenar duro para ganarte el puesto, devanarte los sesos sobre cómo puedes mejorar—, pero sin la recompensa de lo mejor del fútbol: jugar.

Lo normal, cuando el futbolista tiene que ver los partidos desde el banquillo —peor aún desde la grada— es que viva continuamente cabreado, algo que repercute en casa: «Cuando no jugaba, no se le podía ni mirar», me cuenta la mujer de un exfutbolista, recordando los malos tiempos. Pedro Riesco me ha dicho muchas veces que vivió algunos de sus mejores años en el Alavés. ¿Por qué? Porque jugó, pudo sentirse futbolista, dio a la afición lo que tiene dentro y esta se lo agradeció con calor. Después de seis años en Primera, recalar con 27 años en un Segunda parecía un paso atrás. Pero a veces más vale ser cabeza de ratón que cola de león. Porque no hay nada más triste que un delantero que no juega y, por lo tanto, no puede hacer lo que sabe: meter goles. En Vitoria, todo el mundo recuerda el gol de Riesco en el Bernabéu con el que eliminaron al Real Madrid en la Copa del Rey de 1997-98. «El Alavés humilla al Madrid», escribió Santiago Segurola. El gol fue un churro —le digo siempre a Pedro— pero entiendo que empujarla a la red no es lo mismo que ver desde la banda cómo tu equipo le gana a Seedorf, Redondo, Raúl, Hierro o Roberto Carlos.

Todo futbolista que se precie lleva mal lo de tener un asiento reservado en el banquillo. Algunos lo sobrellevan en silencio, pero otros irradian su frustración al equipo, avinagrando al vestuario. En mi etapa de futbolista, coincidí con uno que había jugado en el Albacete por delante del mismísimo Iván Helguera, así que, desempeñándose ahora en Tercera o Segunda B, creía que no estaba para banquillos. Cuando estás acostumbrado a un estatus y quieres hacer valer tu jerarquía, la suplencia no es una opción. Tal vez por ello Luis Enrique no llevó a Sergio Ramos a la Eurocopa. Si juega, lo podrá hacer bien o mal; pero si no juega, te desarma el vestuario.

Por el contrario, hay jugadores dóciles, que aceptan su lugar subalterno. Si Pepe Reina no hubiera tenido ese talante, es posible que algún seleccionador hubiera prescindido de sus servicios. Pero, como tercer portero, Reina daba lo mejor de sí mismo, creando piña, animando a sus compañeros, dando ejemplo ante los que debían armarse de paciencia en el banquillo.

Claro que, si hay suplentes sufridores, imposibles y sumisos, existen también suplentes profesionales. Lorenzo Sanz, el expresidente del Real Madrid, comparó a su hijo Paco con Míchel, pero Valdano, que no es tonto, se lo quitó de encima y lo traspasó al Oviedo. Allí, el menor de los Sanz jugó en toda la temporada 1995-96 un total de 222 minutos, divididos en siete partidos. A pesar de que solo en uno de ellos salió como titular, ese año supuso el mejor rendimiento de Paco Sanz en toda su carrera en Primera. Al año siguiente, su entrenador en el Racing de Santander, Marcos Alonso, no le consideró apto ni para jugar un solo minuto.

Dado que los presidentes del Madrid y del Mallorca eran consuegros, el pequeño de los Sanz aún pudo disfrutar de tres años en la isla en la élite del fútbol. En aquellas tres temporadas, Paco Sanz jugó ¡seis minutos! En total, culminó 5 temporadas en Primera, disputó 8 partidos, solo uno como titular y no vio puerta ni una sola vez. En el Mallorca, cobraba 40 millones de pesetas al año (lo que serían hoy unos 370.000 euros en términos de capacidad adquisitiva) por ver los partidos desde la grada. Con 27 años, y negándose a jugar en una División que no fuera la Primera, se retiró. Un año antes había reconocido en una entrevista: «Yo sé que soy muy malo; espera: malo no sé, pero peor que los que juegan». Mi colega anti-fútbol dice que en su próxima vida quiere ser como Paco Sanz. Un crack del banquillo.

 

 

TITULO:  Imprescindibles' estrena en La 2 -Preocupación por el estado de salud de Bernardo Pantoja ,. Domingo - 6- Marzo ,.

 

Domingo - 6- Marzo a las 21:30 horas en La 2, foto,.

 

Preocupación por el estado de salud de Bernardo Pantoja

Su hija, Anabel Pantoja, se ha traslado a Sevilla para estar a su lado,.

 Bernardo Pantoja./eUROPA PRESS

No corren buenos tiempos para Anabel Pantoja. Recientemente tomaba la decisión de separarse cuando todavía no llevaba tres meses casada y ahora se suma el delicado estado de salud de su padre que le ha obligado a permanecer ingresado. La joven, que reside en Canarias y trabaja en Madrid, ha hecho las maletas y se ha trasladado a Sevilla para permanecer al lado de su progenitor.

El semblante de Anabel a su llegada a la capital hispalense ha hecho saltar todas las alarmas. La sobrina de Isabel Pantoja no ha querido hacer declaraciones y solo se ha pronunciado para pedir respeto para su padre. De hecho, ha trascendido que a Bernardo le han tomado una serie de fotografías convaleciente, algo que ha hecho que la sevillana decida restringir las visitas a su padre en el hospital para protegerlo.

Su primo, Kiko Rivera, también ha ido a visitar a su tío, con quien siempre ha tenido una excelente relación. En los últimos días, el dj se había excusado en un ataque de gota para no ir a verlo, sin embargo, tras conocer el delicado estado de salud, ha preferido acudir en persona. A su salida del centro hospitalario procuraba evitar las preguntas de la prensa para no dar ningún tipo de explicación.

Al parecer, los propios facultativos se habrían puesto en contacto con la familia para recomendarles que estuvieran al lado de Bernado. «Hay veces que está y no está. Los médicos nos han dicho que mi padre tiene que estar muy, muy tranquilo», explicaba Anabel a la vez que recordaba que el diagnóstico «es privado». 

 

TITULO: De seda y hierro -    Noa volvió a caminar: el empeño de unos padres sana a una niña con una patología rara   ,.  Domingo -6 - Marzo  ,. 
 

 El Domingo -6- Marzo a las 20:20 por La 2, fotos,.

 

Noa volvió a caminar: el empeño de unos padres sana a una niña con una patología rara,.

Nació con una enfermedad muscular ultrarrara, de la que apenas se conocen un centenar de casos en el mundo,.

Noa volvió a caminar: el empeño de unos padres sana a una niña con una patología  rara | El Correo

Esta es la historia de un milagro, auspiciado –eso sí– por la ciencia. Lo que van a leer a continuación podría parecer el argumento de una película para la tarde de Navidad. Con la diferencia de que ésta es una historia real. Noa es una niña de San Sebastián que está a punto de cumplir 9 años y que muy pronto aparecerá en los libros de medicina. Nació con una enfermedad muscular ultrarrara, de la que apenas se conocen un centenar de casos en el mundo. Su pronóstico resultaba tan incierto que, de haber seguido su normal evolución, la pequeña hubiera fallecido con 6 o 7 años. Pero no fue así. El empeño de sus padres y el de la neuropediatra que le atendía no sólo la rescató para la vida, sino que le ha brindado una vida absolutamente normal. A veces ocurren cosas buenas... y sucedieron.

«Era una niña muy tranquilita, muy fácil, un bebé nada llorón ni peleón», explican sus padres, Lander Nogués y Cristina Herrero, que han aceptado contar su batalla personal con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Raras, que se conmemora este lunes. Como todos los críos, al año comenzó a hablar, a caminar y a hacer las delicias de toda la familia. Comía poco, pero tampoco les llamó demasiado la atención. Hasta que vieron que presentaba cada vez más dificultades para subir escalones y que para levantarse del suelo «apoyaba sus manos sobre las rodillas, como un viejito. Hacía lo que los especialistas llaman 'la maniobra de Gowers'».

A los padres de Lander, ambos médicos jubilados, lo que vieron en su nieta no les convencía. El abuelo, radiólogo pediátrico, pidió consejo a un colega, pediatra y amigo. «Sabían que algo no iba bien, pero no veían qué». En el verano de 2015, con 2 años recién cumplidos, Noa sufrió un episodio de fiebre y su degeneración a partir de entonces fue creciendo progresivamente. Apenas lograba caminar una distancia de un metro, se caía y cuando lo hacía se venía abajo «como un tablón, si doblar las rodillas», lo que le generaba siempre muchas heridas.

100 niños en el mundo se estima que viven con déficit de TK2, una enfermedad mitocondrial ultrarrara, que provoca disfunción muscular progresiva, daño respiratorio y en la deglución y muerte temprana. La Universidad de Columbia (EEUU) y el hospital Vall d´Hebron han diseñado una terapia que, en menores, no sólo la frena, sino que permite a los pacientes recuperar funciones perdidas.

Comenzó a tratarla en el hospital Donostia la neuropediatra Itxaso Marti. Había que saber de qué se trataba, porque el diagnóstico daría la clave para poder avanzar y calmaría la ansiedad de los padres. La especialista descartó otras enfermedades musculares y llegó a la conclusión de que se trataba de una miopatía mitocondrial. Son un grupo de patologías hereditarias que afectan a los músculos, el cerebro, los nervios y las retinas; y tienen su origen en las mitocondrias, que en las células son las auténticas fábricas de energía. ¿Pero cuál de todas las enfermedades mitocondriales era la de Noa? Solo saberlo podía permitir hacer algo por ella.

La madre de Lander acudió a un contacto en Barcelona, la reconocida genetista Pia Gallano, para ver si podía darle alguna referencia. De manera paralela, Itxaso Marti decidió contactar con el hospital Sant Joan de Deu, de referencia en España y Europa en el diagnóstico y abordaje en enfermedades raras. Ambos caminos llevaron al mismo nombre: el neuropediatra Andrés Nascimento, quien sugirió la necesidad de descartar la posibilidad de que se tratase de déficit de TK2. En internet puede leerse que hay unos seis casos en el mundo con esta patología, aunque en realidad son casi un centenar. Provoca disfunción muscular progresiva, afecta luego a la respiración, la deglución y, en niños, concluye con la muerte entre los 6 y 7 años.

Noa, en una imagen antigua, cuando era un bebé.

La sospecha se hizo cierta. Era la enfermedad de Noa. «Fue un mazazo, un susto tremendo», cuentan Lander y Cristina, que no se quedaron de brazos cruzados. Rápidamente contactaron con los padres de dos de los otros tres niños con esta enfermedad en España, uno de Almería y otro de Sevilla. En ambos casos estaban probando una terapia como uso compasivo desarrollada por la Universidad de Columbia, en Nueva York, y mejorada con posterioridad por un equipo de investigación del hospital Vall d'Hebron, de Barcelona. Al frente de ese trabajo figuraba el investigador Ramón Martí, jefe del grupo de Patología Neuromuscular y Mitocondrial del centro. La neuropediatra guipuzcoana contactó con él y con el pediatra sevillano Marcos Madruga, que llevaba en el Virgen del Rocío el caso del menor de la capital hispalense. Todo fue un acierto.

Noa no solo mejoró, sino que recuperó toda la movilidad y funciones perdidas. Su padre, Lander, participó después en una jornada médica internacional en Holanda para contar su caso y convencer a la industria farmacéutica de la necesidad de invertir en esta terapia. Lo logró. Ya hay un laboratorio –Modis Therapeutics (EEUU)– ensayándola con la mayoría de pacientes que hay en el mundo. «Había un riesgo entre mil millones de tener esta enfermedad. Era la peor lotería, pero se convirtió en la mejor. ¿Pero cuántas posibilidades había de que el déficit de TK2 tuviera un remedio y la industria se interesara por él?», se pregunta satisfecho el padre.

La mejoría de Noa fue espectacular. La enfermedad no sólo se detuvo, sino que la niña se recuperó prácticamente al 100%. En julio cumplirá 9 años. Su vida depende de su medicación diaria, pero como el resto de las crías de su edad nada, corre, salta, juega a baloncesto... Vive y es feliz.

«Hallar la solución fue como si nos abriesen las puertas del cielo»

Pocas veces un médico tiene el privilegio de asistir a pacientes con una enfermedad incurable y que, de repente, aparezca un remedio que lo cambie todo. A la neuropediatra donostiarra Itxaso Marti Jiménez le pasó. «'¿Qué puedo ofrecer a esta pobre familia?', me preguntaba». No cejó en su empeño y lo logró. «Todo el mundo al que llamamos respondió y lo hizo muy rápido. Fue superemocionante, y ver ahora lo bien que está la niña es una maravilla», relata la especialista. «Pasamos de la angustia a tener la solución;y fue como si se nos abriesen las puertas del cielo».

 

TITULO: Noche Sexo - Monica y el sexo -  ¿Por qué somos más atractivos con mascarilla?  ,. 

El viernes -  4- Marzo  0.40 / Cuatro, foto,.

 

¿Por qué somos más atractivos con mascarilla?

Las posibles asimetrías del rostro quedan ocultas bajo la tela,.

¿Por qué somos más atractivos con mascarilla?

No lo habrá dicho en voz alta, pero seguro que lo ha pensado. Alguien a quien jamás ha visto sin mascarilla de repente se la quita y la visión de ese rostro por primera vez le sorprende. Y no para bien, precisamente. ¿Le hacía más atractivo o atractiva? Seguramente sí. Es un hecho que las personas a las que hemos conocido con la cara medio tapada a causa de la pandemia tienen un aspecto que no se ajusta con el que nos habíamos imaginado tras el cubrebocas. En general, la gente nos parece un poco más fea cuando se quita la mascarilla, pero no es una cuestión de frivolidad, tiene su explicación científica.

Simetría 'versus' asimetría

La 'ventaja' de la mascarilla quirúrgica –en la que se basan la mayoría de los estudios realizados sobre este asunto– para hacernos parecer más atractivos es que solo deja al descubierto la parte del rostro que es simétrica, los ojos y las cejas, y cubre aquella donde se acumulan la mayoría de las asimetrías (nariz prominente, dientes torcidos...). «La simetría está fuertemente relacionada con los rostros atractivos, de ahí que al ver únicamente la mitad superior de la cara de una persona esta nos parezca más atractiva de lo que quizás sea», expresa Pamela Parada, miembro del Colegio de Psicólogos de Bizkaia y autora de un artículo sobre este tema publicado en la revista científica internacional 'Journal Personality and Individual Differences'.

Tiene que ver, además, con la dificultad de identificar las emociones aversivas, como el enfado, pues aunque los ojos tienen una gran carga expresiva, el resto de las facciones aportan mucha información que se pierde, o suaviza, bajo la mascarilla. «Desde un punto de vista evolutivo, es una consecuencia positiva, porque favorece el acercamiento sexual; pero también puede ser un hándicap, porque el reconocimiento de las emociones faciales tiene un valor importante en la comunicación y la respuesta ante un potencial peligro», sostiene Parada.

Por otra parte, el anonimato que otorga la mascarilla y la posibilidad de ocultar los posibles complejos faciales genera seguridad en uno mismo y esa imagen de autoconfianza también intensifica el atractivo.

Imaginación positiva

El hecho de tener que vivir con la mascarilla puesta también estimula la imaginación, pues nuestra mente completa el conjunto de la cara que estamos viendo de forma inconsciente y, puestos a imaginar, somos más proclives a ser positivos y pensar que esa persona tan atractiva con mascarilla tiene la sonrisa de Brad Pitt frente a la de Freddy Krueger. El problema es que ponemos nuestras expectativas tan altas que es habitual que la realidad nos resulte chocante. Además, «puede originar sesgos cognitivos. Es decir, atribuimos cualidades positivas a las personas simplemente porque nos parecen atractivas, incluso aunque no las tengan», advierte Parada.

Insinuar frente a mostrar

Esa capacidad que tiene nuestro cerebro de dejar volar la imaginación frente a lo que no ve también juega un papel importante a la hora de vestir. Así, «la máxima de la elegancia que sostiene que insinuar es más sexy que enseñarlo todo también se cumple, en este caso, con el uso de la mascarilla», asegura Eduardo de Frutos, médico estético vocal de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).

Sensación de seguridad

En un momento de crisis sanitaria en el que nos sentimos vulnerables, ver a una persona con la mascarilla puesta resulta tranquilizador, inspira confianza, aumenta la sensación de seguridad y, por tanto, adoptamos una postura más positiva hacia el portador.

«Podría pensarse lo contrario, que al llevar mascarilla perdemos encanto, porque damos sensación de enfermedad, pero la realidad es que ocurre lo contrario, y no solo por los tiempos que corren. Investigaciones realizadas antes de la pandemia ya observaron que esto es así», declara de Frutos.

Sea cual sea el motivo, ambos especialistas recuerdan que en la diversidad también hay belleza. Así que, aunque cuando nos quitemos la mascarilla definitivamente nos llevaremos más de una sorpresa, también tendrá su parte buena: «Al fin y al cabo, el atractivo no solo se construye, ni mucho menos, a partir de una cara bonita, también tiene que ver con los valores que transmite esa persona (nobleza, generosidad, simpatía…)», afirma Parada.

Más retoques estéticos

  • En las zonas visibles El uso de la mascarilla ha dado lugar a una mayor demanda de tratamientos estéticos del área que queda al descubierto. Se busca, en especial, resolver problemas de ojeras, bolsas o patas de gallo, así como suavizar las líneas de expresión de la frente y el entrecejo. Las principales intervenciones realizadas en el año 2020 fueron la remodelación nasal, la cirugía de párpados, el 'lifting' facial y la liposucción, según se indica en un informe de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos.

  • En las zonas no visibles Al mismo tiempo, «durante la pandemia, muchas personas se han atrevido a realizarse tratamientos estéticos en la nariz, los labios, los pómulos o el mentón porque, al tener esa zona oculta tras la mascarilla, podían disimular la hinchazón», afirma el doctor Eduardo de Frutos. Así ha ocurrido también en las consultas de los dentistas, donde se ha notado un aumento de la demanda de la ortodoncia en adultos para corregir la sonrisa.

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