jueves, 5 de septiembre de 2024

El paisano - Viernes - 13 - Septiembre - Visitamos la Cueva del Lobo Marino, uno de los rincones recónditos de Nerja ,. / VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Conil de la Frontera, un destino gourmet con sabor a mar, buena gente y alegría ,. / HOSPITAL - 241 personas han muerto en las carreteras españolas este verano, 3 más que en 2023,. / VUELTA AL COLE -La ruina familiar de estudiar castellano en Cataluña ,. / EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 11 - Septiembre - Juan Francisco Fuentes - El éxito de una modernización ,. / EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 13 - Septiembre - Isabel Coixet - Henri Grouès ,.

 

 TITULO: El paisano - Viernes -  13 - Septiembre - Visitamos la Cueva del Lobo Marino, uno de los rincones recónditos de Nerja,.

 

Viernes -  13 - Septiembre -   a las 22:10 horas en La 1 , foto,.

 Visitamos la Cueva del Lobo Marino, uno de los rincones recónditos de Nerja,.

 A toda costa | Visitamos la Cueva del Lobo Marino, uno de los rincones  recónditos de Nerja

La localidad malagueña de Nerja proyecta una de las postales más emblemáticas del litoral andaluz. Seguimos los pasos de la reportera Luisa Chamorro para descubrir los encantos de este municipio y disfrutar de las vistas de la Costa del Sol que ofrece su pueblo vecino, Frigiliana

Nuestra ruta se detiene en la Cueva del Lobo Marino, una cavidad repleta de galerías rocosas y brechas calcáreas. Este lugar mágico se formó por los continuos choques del agua en los acantilados de Nerja. A esta cueva sólo se puede acceder a través del agua, siempre y cuando esté en calma. 

Seguimos nuestro recorrido en Frigiliana. Una localidad llena de matices que desprende la impronta de las numerosas culturas que se han paseado por sus calles.

TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA -  Conil de la Frontera, un destino gourmet con sabor a mar, buena gente y alegría,.

  Conil de la Frontera, un destino gourmet con sabor a mar, buena gente y alegría,.

 Su afamada huerta, sus mariscos y pescados, y la calidad de sus productos hacen que Conil de la Frontera haya sido elegida 'Ciudad Gastronómica 2024'.

fotos / El reportero de "A toda costa" Antonio Montero comprueba de primera mano por qué Conil de la Frontera ha sido recientemente elegida como Ciudad Gastronómica 2024. La primera parada es pasear por sus playas y disfrutar del ambientazo con la alegría de su gente y el vendedor más auténtico: Miguel Ángel Jimeno. Este popular tendero tiene un puesto itinerante de más de 400 kilos. 

Ya en tierra firme, hace una ruta por el centro de Conil que parte desde la Puerta de la Villa, pasando por la Plaza de España y subiendo a la Torre de Guzmán desde donde disfruta de una panorámica espectacular.

De nuevo en la playa, Antonio se atreve con el paddel surf para descubrir nuevos rincones, colores y olores del litoral gaditano. Y lo hace con el mismísimo Obi-Wan Kenobi de Conil.

 

Sin olvidar el objetivo principal de su visita, corroborar el galardón de Ciudad Gastronómica, el reportero se da un festín de platos de atún y se sube en un barco para ser testigo de cómo se faenan las ostras, las únicas en el mundo que se cultivan en mar abierto ¡Un verdadero manjar! Su calidad es gracias a las corrientes del Golfo de Cádiz y la oxigenación. 

 

Como broche final, Antonio Montero se desplaza hasta Cádiz y despide el reportaje y la temporada de "A toda costa" con la compañía y la música de Andy y Lucas

TITULO: HOSPITAL -  241 personas han muerto en las carreteras españolas este verano, 3 más que en 2023,.

 

   241 personas han muerto en las carreteras españolas este verano, 3 más que en 2023,.

 

 241 personas han muerto en las carreteras españolas este verano, 3 más que  en 2023

foto / Andalucía, con 46 muertos, es la autonomía con más siniestralidad.

La salida de la vía sigue siendo la principal causa de los accidentes de tráfico con muertes.

Tráfico aumentará los controles de velocidad, alcohol y drogas.

 

241 personas han fallecido en las carreteras españolas durante los meses de julio y agosto, tres más que el año pasado, pero con un aumento histórico en los desplazamientos de largo recorrido.

Andalucía, con 46 muertos, 7 más que el año verano pasado, es la autonomía con más siniestralidad. La salida de la vía sigue siendo la principal causa de los accidentes de tráfico con muertes.

Este verano se ha alcanzado una cifra histórica en los viajes por carretera: casi 98 millones de desplazamientos, en los que han fallecido 241 personas, tres más que en los mismos meses de 2023. En lo que va de año han fallecido 783 personas en accidentes de circulación, 33 más que en 2023.

El colectivo con más muertes es el de los hombres de 45 a 54 años. La siniestralidad sigue siendo muy alta entre los motoristas y aumenta entre los peatones atropellados. La mayoría de siniestros ocurren en las carreteras convencionales. La salida de la vía es la causa que más fallecimientos provoca.

Estos son algunos de los datos desgranados por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la sede de la Dirección General de Tráfico (DGT), donde ha presentado el Balance de Siniestralidad Vial correspondiente a este verano junto al director general de Tráfico, Pere Navarro.

Para combatir esta siniestralidad, que Tráfico quiere reducir a la mitad en 2030, se seguirá incrementando el número de controles de velocidad, y también los de alcohol y droga. Las asociaciones de víctimas piden que se aumenten las penas para los infractores.

Además, se va a trabajar para lograr una mayor concienciación por parte de los conductores, con cursos de formación continuada, que permitirán sumar puntos.

 TITULO:  VUELTA AL COLE - La ruina familiar de estudiar castellano en Cataluña,.

La ruina familiar de estudiar castellano en Cataluña,.

Las familias temen que la llegada de Salvador Illa mantendrá viva la lucha lingüística, presionados por ERC,.

 Agustín Fernández y su mujer Mercé han pagado 75.000 euros para poder escolarizar a sus hijos en castellano

foto /  Agustín Fernández y su mujer Mercé han pagado 75.000 euros para poder escolarizar a sus hijos en castellano,.

Agustín Fernández: «Por cumplir un derecho constitucional he tenido que pagar 10.000 euros por cada hijo»,.

Aunque la Constitución avala el derecho de los padres a educar a sus hijos también en castellano en Cataluña, el actual sistema de inmersión lingüística en catalán les priva de esta opción desde hace décadas. Las familias que desean aumentar la cuota de español,.

“Decían a los niños que hablaran catalán entre ellos”

Hablan dos familias del bilingüismo: una solicitó el 25% individualizado, la otra acabó cambiando a sus hijos de colegio. Ambas celebran el histórico fallo

Manifestación de profesores y estudiantes por el centro de Barcelona para exigir al Govern que proteja la inmersión lingüística La RazónLa Razón

Alejandro es uno de los 2.000 padres que han solicitado el 25% de castellano de forma individualizada en los últimos años. Y Elena representa a una de aquellas familias que no han dado el paso por miedo al acoso, al señalamiento. Ambos, partiendo desde posiciones alejadas, reflejan el conflicto lingüístico en Cataluña y sirven para explicar lo ocurrido en la escuela en la última década.

Un pulso que esta semana debe llegar a su fin: el martes es el último día que tiene la Generalitat para aplicar el 25% de castellano en todo el sistema educativo por orden del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Todo tras la histórica sentencia que tumba la inmersión y abre la puerta al bilingüismo en las aulas avalada por el Supremo.

“Es la victoria de David contra Goliat”, asegura Alejandro. Su nombre y el de Elena son ficticios con el objetivo de preservar el anonimato, una petición expresa antes de las entrevistas para evitar problemas en sus entornos sociales. Y en la memoria reciente está el caso del niño de Canet de Mar y su familia, acosados por una parte del independentismo por pedir una asignatura más en castellano para el menor este invierno en la escuela del Turó del Drac.

Una lucha caso a caso, aula a aula –hasta la sentencia, las peticiones eran individualizadas y sólo se aplicaba el 25% en la clase del menor demandante– que ambos conocen en primera persona. Alejandro dudaba entre reclamar o no el bilingüismo por miedo a que estigmatizaran al pequeño. “Tomé la decisión cuando le escuché (al hijo) explicar que la profesora les pedía que hablaran en catalán entre ellos, con sus amigos”, relata. “Es habitual que ocurra, sobre todo cuando son más pequeños, antes de Primaria”.

“Pensé que no podía transigir”, recuerda. Entonces, empezó el periplo judicial de la mano de la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), la entidad presidida por Ana Losada que asesora y defiende los intereses de las familias que quieren más clases en castellano en la escuela desde su fundación en 2014. Su petición terminó sin más problemas añadidos, con la dirección del centro aceptando la resolución e impartiendo dos materias en español, la de Lengua y la de Matemáticas.

“Muchos niños y niñas son castellanohablantes, y para ellos es muy bueno aprender una asignatura como por ejemplo Matemáticas en su lengua materna. Es muy beneficioso, habría que tomar nota”, apunta Alejandro con la vista puesta en la sentencia pendiente de ejecutar en todo el sistema educativo después de que la propia AEB haya recurrido con el aval de más de 1.600 familias.

Completamente opuesto es el caso de Elena, madre de tres hijos escolarizados actualmente en un centro concertado trilingüe de Barcelona. “Nos fuimos del colegio y hasta del barrio, no podíamos más”, explica. Su historia empieza cuando decidió pedir a la dirección del centro –uno público de Montjuïc– que quería recibir las comunicaciones y los avisos relativos a sus hijos también en castellano. “Había mucha presión, también por el adoctrinamiento”. Se refiere a otoño de 2017, en pleno estallido del “procés”, con el referéndum ilegal del 1-O saltando de la calle a las aulas.

 En este caso, Elena se planteó solicitar el 25% de castellano por la vía judicial, aunque finalmente desistió después de toda la hostilidad que sufrió por haber reclamado más presencia del español y por pedir al colegio que la ideología se quedara fuera del aula y se mantuviera la neutralidad política. “Y, además, no quería que señalasen a mis hijos por la lengua”, añade.

 “Es un camino muy difícil, no conozco a nadie a quien no le hayan hecho la vida imposible”, señala sobre el viacrucis judicial del 25%. La decisión de Elena fue matricular a sus niños en un centro concertado de Barcelona que imparte las mismas horas de catalán, castellano e inglés, a partes iguales. «Nosotros hemos tenido la suerte y los recursos, pero muchas familias no pueden», advierte.

Y aquí entra en juego la histórica sentencia que la Generalitat debe aplicar sí o sí en todos los centros catalanes a partir de este martes. “Es una victoria, como no podía ser de otra manera. Aunque es una victoria lograda con mucho sufrimiento”, asegura Elena.

Un resultado que secunda Alejandro, pese a que su caso terminó sin tantos sobresaltos: “Sin duda es una batalla ganada, pero sale caro, es muy, muy complicado”, señala abriendo el mismo melón: el de los recursos económicos necesarios e invertidos en caso de solicitar por libre el bilingüismo. “En el fondo es una victoria muy triste, debería ser normal la presencia del castellano en las aulas”, resume.

Sobre si la Generalitat terminará aplicando el fallo pese a haber amagado con esquivarlo a través del pacto lingüístico entre ERC, Junts, PSC y Comunes, ambos se muestran cautelosos. Y ahora, en plena cuenta atrás, todos los focos apuntan hacia el Departamento de Educación en manos del republicano Josep González-Cambray, el consejero que deberá dar instrucciones claras a los centros educativos como muy tarde el martes.

Sobre este aspecto, la entidad Impulso Ciudadano ha publicado un informe en el que cuestiona el acuerdo alcanzado en el Parlament sobre las lenguas, avisa de que puede ser inconstitucional y sentencia: la política lingüística de la Generalitat “no solamente es contraria a la Constitución, sino que atenta contra el pluralismo lingüístico y la dignidad de las personas”.

 

 TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 11 - Septiembre - Juan Francisco Fuentes - El éxito de una modernización   ,.

En la tuya o en la mía  - Miercoles    - 11 - Septiembre    ,.

 En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles-  11 - Septiembre   , etc.

 EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 11 - Septiembre - Juan Francisco Fuentes - El éxito de una modernización,.
 
 Juan Francisco Fuentes - El éxito de una modernización,.
 
 Juan Francisco Fuentes: «Las emociones se han impuesto a la razón, es el gran fracaso del proyecto ilustrado»
 
fotos /  Juan Francisco Fuentes ,.
 
 

Subraya el catedrático de Historia Contemporánea de la Complutense Juan Francisco Fuentes (Barcelona, 1955) que la España del primer tercio del siglo XX no se puede entender sin la influencia cultural de los EEUU, quienes, tras darnos para el pelo, y de qué manera, en 1898, se convirtieron en el paradigma de la modernidad. No sólo de chotis, zarzuelas y toros vivían los paisanos nuestros, sino de bares en los que se sirven sofisticados cocktails, de bandas de jazz o de películas de Chaplin, quien triunfó como Los Chichos desde el primer minuto. Recientemente elegido académico de número de la Real Academia Española, el profesor cómo la cultura estadounidense “conformó decisivamente” la visión del mundo de las masas patrias en Bienvenido, Mister Chaplin (Taurus, 2024), un ensayo magnífico, documentado hasta las trancas, escrito con ritmo, claridad y, sobre todo, minado de sorpresas. Conversamos en el Círculo de Bellas Artes, refugiándonos del calor criminal madrileño de primeros de agosto.

—Profesor Fuentes, ¿cómo la cultura de un país que, agonizando el XIX, era tildado en el nuestro de “hedionda madriguera” o de “mercachifle ignorante”, conforma decisivamente, muy poco después, la visión del mundo de la sociedad de masas española?

"El tránsito de la yanquifobia a la pasión por lo americano se da en muy poco tiempo"

—El tránsito de la “yanquifobia” a la pasión por lo americano se da en muy poco tiempo. Tiene mucho que ver con una especie de sentimiento de vergüenza colectivo por la derrota de 1898, por la forma de sentir la derrota, por la campaña contra Yanquilandia, que es la expresión que inventa Unamuno en vísperas de la guerra, y por la dimensión de esta derrota. En segundo lugar, hay un proceso de modernización muy fuerte en España. Contrariamente a lo que se pensaba, tras el Desastre, en la vida nacional, hubo una recuperación económica rápida y, además, coincidió con el crecimiento demográfico, el crecimiento de las ciudades… Se desató una pasión por la modernidad, sobre todo, entre los más jóvenes.

—El libro tiene una clara dimensión generacional.

—EEUU pasa a ser el gran referente de esa nueva modernidad. En general, sobre todo, a partir de la Primera Guerra Mundial, que es una guerra civil europea. Y España, que empieza el siglo XX como un país atrasado y derrotado, hundido en su autoestima, se enamora de esa modernidad yanqui antes que otros países europeos.

—¿Hasta qué punto era aquella España, siguiendo la expresión de lord Salisbury, miembro de honor de las “dying nations”?

—Ese es un mito racial que tiene mucho éxito en la época, no sólo en Europa. También dentro de España, dentro de esa cultura racista que está en el Partido Nacionalista Vasco. Forma parte de una nueva irracionalidad que acompaña a esa modernidad del siglo XX. España representa un poco el paradigma de esas naciones moribundas del sur de Europa, entre otras cosas, por su derrota en 1898: es una nación europea derrotada por un país no europeo cuando, en principio, en el imaginario europeo había una línea divisoria muy clara entre los países civilizados, que eran los viejos imperios europeos, y, digamos, los nuevos bárbaros, que eran todos los demás. EEUU, a pesar de su crecimiento, de su enorme poder ya en el siglo XIX, no dejaba de ser una nación muy joven formada por aquellos que algunos llamaban desechos de la Vieja Europa. No se concebía que un país civilizado, cabeza de un viejo imperio, como España, fuera derrotado por un país como EEUU.

—Usted sostiene que en España, aun sin haber participado en la Primera Guerra Mundial, “el reloj de la historia iba mucho más deprisa en los últimos tiempos”.

"España no llega a colocarse en la cabeza, pero sí llega a recortar distancias"

—Primero, por contraste: el camino a la modernidad, tal como se entendía entonces, en España era más largo. Nuestro país venía de más atrás. Es el efecto remontada: si vemos a un atleta que arranca de atrás y empieza a recortar distancias, pensamos, ahora que estamos, precisamente, con los JJOO (la entrevista se hizo el viernes 9 de agosto), que va a acabar ganando la carrera. Eso no es exactamente así: España no llega a colocarse en la cabeza, pero sí llega a recortar distancias. Entonces, se produce un contraste muy llamativo. Y ese contraste depende mucho de la generación que haga esa lectura de ese momento histórico: para algunos sigue siendo un país refractario a la modernidad, y para otros se convierte en un país que se coloca entre los países punteros de Europa o, por lo menos, no tiene nada que envidiar a los países más desarrollados de Europa. Es lo que piensa la juventud urbana de los años veinte-treinta.

—También defiende que los felices veinte españoles no se entienden sin los bares americanos, el jazz o la pasión por el cine de Hollywood. Que no sólo de toros, cuplés y zarzuelas vivían aquellos españolitos.

—Ese es el gran cambio cultural. Hay una gran línea divisoria generacional: la que divide la España rural de la España urbana. Esa va a tener mucha trascendencia histórica: el gran cambio político es el resultado de unas elecciones municipales, las del 12 de abril de 1931, en las que las candidaturas republicanas ganan en la España urbana y pierden en la España rural. En segundo lugar, hay una línea divisoria que es, probablemente, más permeable de lo que parece: separa una concepción casticista y nacionalista de España, ideológicamente bastante transversal, encontramos mucha derecha y mucha izquierda, y una España cosmopolita, que es la que se siente fascinada por EEUU. Y, a partir del año 17, en parte también por Rusia. Sin que sean incompatibles esas fascinaciones…

—La izquierda española estaba enamoradísima de EEUU.

—Exactamente. Ese es uno de los elementos más sorprendentes de la historia que cuento en el libro. El proceso de americanización, la fascinación por lo yanqui, afecta probablemente más a la izquierda que a la derecha, y más a la izquierda obrera que a la republicana o liberal.

—Cuenta cómo, ya en la II República, el pueblo opta por Hollywood y que, en palabras de Iliá Ehrenburg, los “intelectuales avanzados” prefieren la última de Eisenstein. El periodista y escritor soviético guarda para ellos su peor reproche, porque esos intelectuales que saben de todo “lo único que no conocen es su país”. Igual no hemos cambiado tanto, ¿no?

"la izquierda obrera no ve a EEUU y a la URSS como dos mundos antitéticos"

—(Risas) La Historia nos trae sorpresas todavía. Paradojas o falsas paradojas. Las paradojas lo son, probablemente, porque no hemos sabido mirar bien al pasado. Pero cuando te encuentras con esa realidad y la reconoces… Otra cosa es que seas un historiador tan sectario que te niegues a reconocer esa realidad. Pero si la conoces y la admites, a partir de ahí ya es relativamente fácil explicarla. Desde luego, hay siempre un componente generacional. Y algo que es muy importante también: la izquierda obrera no ve a EEUU y a la URSS como dos mundos antitéticos. Lo que no entiende es la Vieja Europa, el liberalismo.

—César Arconada, escritor comunista, en 1928: “Un joven puede ser comunista, fascista, cualquier cosa menos tener viejas ideas liberales”.

—Esa es una verdad irrebatible, es así como lo ven ellos. El enemigo común, que es casi biológico, por eso ese rechazo tiene una dimensión generacional, es el liberalismo. ¿Por qué? Porque se considera que es la ideología de las viejas generaciones, y lo nuevo es el fascismo y el comunismo. Unos eligen el fascismo, otros el comunismo, muchos de ellos se acaban enfrentando en el campo de batalla, pero digamos que hay, si no una complicidad, una aceptación mutua. Pueden aceptar que, efectivamente, un joven pueda ser fascista si uno es comunista o socialista, o todo lo contrario. Lo que no pueden aceptar es que un chico de veinte años siga creyendo en el liberalismo y en el régimen parlamentario, una forma de gobierno del siglo XIX, que no ha superado el corte del siglo XX.

—Por cierto, no quería dejar pasar esto: las ciudades de provincias. No fueron meras comparsas: si no recuerdo mal, el primer bar americano, con muchas comillas, se abre en Guadalajara; la Coca Cola se bebe en Murcia antes que en Madrid…

"Ese concepto de España urbana llega hasta poblaciones relativamente pequeñas"

—Esto, para mí, ha sido un descubrimiento. Todo el mundo entiende el cambio sociológico que hay detrás del cambio político del año 31, pero no éramos tan conscientes de qué es exactamente la España urbana y hasta dónde llega. Creo que la novedad que aporta el libro es que ese concepto de España urbana llega hasta poblaciones relativamente pequeñas.

—El primer rascacielos se construye en Coruña…

—Cito también el caso de Alcañiz: a finales de los años veinte, un grupo de jóvenes, seguramente estudiantes, crea una banda de jazz, y es entrevistada en una revista de la época… Reus es la tercera ciudad de España, creo recordar, en la que se estrena Tiempos modernos… También es verdad que, en el caso de las grandes marcas comerciales americanas, con sus campañas publicitarias, que son interesantísimas, digamos que ensayan sus productos en pequeña escala, en pequeñas ciudades, antes que en grandes ciudades como Madrid o Barcelona.

—Esto también parece escrito en agosto de 2024. Francesc Cambó, en su libro Las Dictaduras (1929), muestra la paradoja de que en un mundo cada vez más globalizado, el apego a la identidad nacional estuviera cobrando tanta fuerza. ¿Se está repitiendo esta paradoja, profesor?

—(Risas) Es inevitable. Cambó observa cómo lo que hoy llamamos “globalización”, que, en realidad, es americanización, potencia un proceso contrario, una reacción de localización y nacionalización. Son dos fenómenos inseparables. En realidad, la palabra “nacionalismo”, prácticamente, no se usa en todo el siglo XIX en ninguna lengua occidental. En el siglo XIX, el concepto “nación” es muy importante, está muy asociado al concepto liberal de “soberanía nacional”, pero no “nacionalismo”. En cambio, “nacionalismo” surge, de una forma incontestable, a finales del siglo XIX. Tengo la teoría de que esto es así, en parte, como rechazo a la globalización que se produce con el cambio de siglo, es decir, la americanización, y en parte porque el concepto de nación que representa el nuevo nacionalismo no tiene mucho que ver con la nación liberal del siglo XIX. Es, más bien, todo lo contrario: la nación liberal es una nación de ciudadanos y derechos individuales; en cambio, el nacionalismo concibe la nación como sujeto de derechos colectivos basados en las identidades, la raza, la etnia, la religión, la lengua…

—Vamos acabando, profesor Fuentes. En la Historia, en general, ¿ganan los prietistas o los caballeristas?

"Antes del 33 y después del 37, Largo Caballero fue un socialista pragmático, más un hombre vinculado a la UGT que al PSOE, nada revolucionario y, por lo general, bastante anticomunista"

—Depende de cuándo nos hagamos esa pregunta. En el socialismo español de nuestros días, no se reconocen ni el prietismo ni el caballerismo. Hay una cierta tendencia, que es comprensible, pero que yo considero equivocada, a identificar el sanchismo, y antes el zapaterismo, con el caballerismo. Sinceramente, creo que no tienen nada que ver. Puede parecer que ese componente disruptivo del sanchismo, digamos, de poner patas arriba la Historia de España, se puede relacionar con el giro bolchevique del socialismo español en la época de Largo Caballero, pero ese giro a la izquierda del socialismo español y del propio Largo Caballero es un fenómeno muy acotado a unos años, entre el 33 y el 37, y, desde luego, no tiene absolutamente nada que ver con una aproximación del socialismo español a los nacionalismos periféricos y menos al nacionalismo catalán, salvo en la coincidencia táctica de buscar la amnistía después de la revolución de octubre del 34. Recordemos que antes del 33 y después del 37, Largo Caballero fue un socialista pragmático, más un hombre vinculado a la UGT que al PSOE, nada revolucionario y, por lo general, bastante anticomunista. El caballerismo en el que se suele emplear hoy en día, como la quintaesencia de un socialismo revolucionario radical, corresponde exclusivamente a los años 33-37. De hecho, poco antes de morir, no sé si en un discurso o en un texto publicado, dice: “Cuando en 1930 me preguntaron qué quería yo para España, dije: ‘República, república, república’; si ahora me hicieran esa pregunta, contestaría: ‘Libertad, libertad, libertad’, y luego, que cada cual le pone el nombre que quiera”.

—En El gran dictador, Chaplin lamenta: “Pensamos demasiado y sentimos muy poco”. ¿Estamos hoy en el punto opuesto: pensamos muy poco y sentimos demasiado?

—No estoy muy seguro de que esa cita, que es muy brillante, responda a la realidad del momento. La tendencia en el último siglo es la de anteponer las emociones a la razón. El mundo contemporáneo, desde la I Guerra Mundial, ha evolucionado exactamente al revés de como pensaban que iba a evolucionar el mundo los ilustrados, o de como pensaba en 1918 o 19 Max Weber, cuando habló del “desencantamiento del mundo”. Las emociones se han impuesto a la razón. Ese es el gran fracaso del proyecto ilustrado. Y del liberalismo.

 

TITULO :EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes  - 13 - Septiembre -  Isabel Coixet - Henri Grouès  ,.

MI CASA ES LA TUYA - VIERNES -  13 - Septiembre    ,.

MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne,.

acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco  a las 22:00, el viernes  -  13 - Septiembre  ,etc.

  EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes -  13 - Septiembre -  Isabel Coixet - Henri Grouès ,. 
 
  Isabel Coixet - Henri Grouès ,. 
 
 Isabel Coixet: 'Fuera de temporada' - XLSemanal - El Correo
 
  Isabel Coixet - foto  ,. 
 
 

Supe que aquella historia se me escapaba cuando entré en la armería. Esto es lo que más adelante, mucho más tarde, me confesaría Vasco el día que nos sentamos, él y yo, en la terraza de un café. Aquel día, quiero decir el día en que entró en la armería, Vasco había recibido amenazas tan serias como para sentir la necesidad de hacerse con un arma de fuego.

Era un viernes de octubre un poco antes de mediodía, cerca de la Gare du Nord. En el escaparate, aparte de carabinas y armas cortas, Colt, Browning, Beretta, Luger —nombres que le sonaban, pero de los que no hubiese sabido decir si se trataba de marcas o de modelos, si beretta, por ejemplo, era un nombre común, o si era una marca o un nombre propio que hubiera pasado al lenguaje corriente—, había armas blancas, dagas, espadas, cuchillos, puñales e incluso, me dijo Vasco, un sable para descorchar.

El armero estaba en el fondo de la tienda, sentado en un taburete delante de una pantalla de ordenador, con un bocadillo en la mano.

Levantó la cabeza: ¿Puedo ayudarle en algo?

Me gustaría inscribirme en un club de tiro, dijo Vasco, ¿podría aconsejarme?

Pues sí, farfulló el armero, si vuelve dentro de un año.

Y le explicó que no era tan fácil, que no era como en Estados Unidos donde se salía con un 9 mm en una bolsa de papel, como si acabaras de pedir media docena de donuts, no, en Francia era precisa una licencia, sujeta a diversas y acumulativas condiciones —ser mayor de edad y con carnet de un club de tiro, no tener antecedentes penales, no haber estado sin consentimiento en centros psiquiátricos, etc.—. Y luego había que hacer una solicitud en la prefectura, presentar un montón de documentos, formularios, justificantes, declaraciones, certificados, actas, informes, cartillas, todo esto podía durar meses, incluso un año y, aun así, le previno el armero, no era seguro que le dieran la autorización: ya sabe, con los atentados…

Y si estoy amenazado, objetó Vasco, y tengo que defenderme, ¿cómo hago?

Lo mejor, le sugirió el armero, es una porra telescópica, esta, por ejemplo. Y sacó del escaparate una porra negra, de acero niquelado, con un mango de caucho dentado antideslizante —el no va más por solo 59,90 euros—. Déjeme ver, le pidió Vasco. Plegada, la porra medía veintiún centímetros y abierta 15 cincuenta y tres, lo justo para mantener a un atacante a distancia.

Entre esto y nada, se dijo Vasco y salió con su porra telescópica en un estuche de nylon. Y durante casi un mes, no salió sin la porra, también con el miedo en el cuerpo, esperando que en cualquier momento apareciera Edgar debajo de su casa con un bate de béisbol, ya que era eso lo que, entre otras cosas, Edgar había escrito en su mail: te voy a descerrajar a batazos.

La porra, mi porrita, se tranquilizaba Vasco acariciándola: le bastaba con agarrarla por el mango, luego activarla, con un movimiento rápido de la muñeca, con un golpe seco de atrás hacia adelante, e inmediatamente se abría. Se convertía en un arma terrible, un golpe en la mandíbula, precisó el armero, y el atacante tendría que tomar puré durante seis meses. En esto pensaba Vasco cuando pensaba en Edgar, puré, como vengas, vas a tragar puré durante seis meses.

2

¡Ah!, exclamó el juez, esto lo explica todo:


Un haiku, dije. Solo tiene que contar las sílabas: cinco, siete, cinco. Diecisiete en total.

¿Diecisiete sílabas dice?, preguntó el juez que recitaba el haiku en voz baja contando con los dedos:


El último verso, dijo el juez, tiene seis sílabas y no cinco.

Cinco. Por la sinalefa: la vocal final se une a la contigua de la palabra siguiente. Este juez no es malo, por ejemplo, además de una zalamería es un hexasílabo. Es/te/juez/no es/ma/lo. Lo mismo sucede con To/ma/pu/ré Ed/gar, la é de puré se asocia con la e de Edgar, y el verso cuenta pues con cinco sílabas. Pero, vamos, no estoy aquí para una clase de versificación…

Así es, dijo el juez. Y luego: Vuibert, tráigame el precinto número 1.

Y mientras esperaba que el secretario judicial le trajera el expediente precintado nº 1, el juez encendió un pitillo. Me preguntó si quería uno, pero yo no fumaba, nunca en mi vida había fumado realmente, entonces, el juez se lo fumó solo, en silencio, con la ventana entreabierta y la mirada perdida a lo lejos hacia la fuente de Saint-Michel, con los cabellos despeinados por el viento; la corbata le colgaba, parecía un poeta, quizás en el fondo su vocación era esa: vivir como un poeta. A lo mejor, solo estuvo en los bancos de una facultad de derecho por azar, por azar en la Escuela Nacional de Magistratura, y luego completamente por azar en el palacio de justicia de París, haciendo investigaciones judiciales, examinando meticulosamente los expedientes, oyendo a los testigos, mientras que en el fondo de sí mismo solo aspiraba a ser poeta, a adoptar la pose, es decir a contemplar la puesta de sol en el Sena declamando sonetos, con la corbata del revés.

En esas cosas pensaba yo, mientras que él pensaba en ríos impasibles, en el príncipe de Aquitania de la torre abolida, en la carne que, ¡ay! está triste, en los interminables sollozos de los violines de otoño, o más prosaicamente en los niños que tendría que ir a buscar dentro de poco a la escuela, en su mujer que le había pedido que pasara por la tintorería para recoger su falda de cuero negro, en las medias de rejilla, en las ligas de encaje que a veces llevaba debajo; en nada, quizás. Apagó el pitillo en el alféizar de la ventana; se abrió la puerta y allí estaba el secretario judicial.

¿Lo reconoce?, preguntó el juez.

Salvo error por mi parte, dije, es el secretario judicial.

Este sonrió, el juez no.

El juez no, pero dijo, mostrándome el precinto nº 1 que le había traído el secretario: Y esto, ¿lo reconoce?

¿Cómo no reconocerlo? Lo había contemplado durante horas, había acariciado el cañón y la culata, lo había tenido entre mis manos con infinita precaución. Incluso había apuntado a Vasco, y en broma había apretado el gatillo, había oído el ruido que hace cuando se tira sin munición, cuando el martillo percute en el tambor. Hubiera podido reconocerlo entre mil.

Entonces, insistió el juez, ¿lo reconoce?

Hubiera podido decir que no, que nunca había visto aquel Lefaucheux de seis balas de calibre 7 mm, hubiera podido declarar, lo siento, no me dice nada, pero recordé que un poco antes había prestado juramento de manifestar toda la verdad, nada más que la verdad, e incluso levanté la mano derecha, recordé que estaba frente al juez, en el despacho del juez y que no parecía que el juez estuviera para bromas.

Espere, dije, déjeme ver.

Y de nuevo pude examinar muy de cerca aquel revólver, volví a ver, incluso a través de la bolsa de plástico transparente, los contrastes «ELG y estrella », las iniciales «JS» grabadas en la parte delantera del tambor y por supuesto el número de serie, el famoso nº 14096 que tanto ha dado que hablar en la historia de la literatura.

Y dije que sí, que lo reconocía.

Bien, se felicitó el juez. Sigamos con la relación entre el revólver y este cuaderno.

El cuaderno fue lo primero que me mostró el juez cuando entré en su despacho. Un Clairefontaine de cuadros grandes, formato 21×29,7. Noventa y seis páginas de las que solo quedaban un poco más de la mitad —el resto acabó en la papelera—. Bajo una cubierta flexible y transparente, se podía leer en rotulador negro:

MI DUEÑO Y MI SEÑOR

En las páginas siguientes había algunos poemas. Eso era lo que habían encontrado sobre Vasco: el revólver, un cuaderno garabateado con unos veinte poemas y, más adelante, después de un peritaje balístico, residuos de pólvora en las manos. Esto era lo que quedaba, pensé, de su historia de amor.

Vaya historia, dije. Y si el juez me había convocado era porque tenía buenas razones para creer que yo podía ayudarle a ver con mayor claridad. Un verdadero rompecabezas, me confesó: no hay testigos o, mejor dicho, se corrigió, doscientos cincuenta testigos de los que ninguno era de fiar, pues todos, que conocían de cerca o de lejos a la víctima, se habían puesto del mismo lado, todos cargaban contra el acusado que solo tenía un nombre en la boca: Tina. Vasco repetía constantemente Tina, Tina, como si salmodiar su nombre fuera a hacerla volver. Pregúntele a Tina, decía Vasco, pero la Tina en cuestión, se lamentaba el juez, se negaba a colaborar en la investigación en la que Vasco se contentaba con un lacónico: el cuaderno, todo está en el cuaderno, no tiene más que leer los poemas.

Entonces, preguntó el juez, ¿puede explicarme?

Yo estaba considerado como el mejor amigo de Vasco. Era uno de los amigos más cercanos de Tina. Dicho de otro modo, el juez esperaba mucho de mí. Y yo estaba de acuerdo en explicarle lo que él quisiera, si le apetecía podía hacer de exégeta de un volumen de poemas, pero de todas formas le había prevenido que tendría que armarse de paciencia, que todo aquello podía ser bastante largo. La historia era todo un lío.

Me pagan para que me cuenten, dijo el juez.

¿Por dónde empiezo?

Hábleme de ella. Hábleme de Tina.

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