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Objetivo La Sexta - SALVADOS LA SEXTA - La noche encendida - Oficina -
Economia - Récord de energía renovable en 2023: supera por primera vez el 50% de generación anual ,.
La noche encendida,.
'La noche encendida'
no será solo un programa de charlas, espectáculo, música, comedia,
sorpresas e invitados, presentado por Pedro Ruiz, por La 2,foto,. etc,.
Récord de energía renovable en 2023: supera por primera vez el 50% de generación anual,.
En enero de este año se superó el 51%, en febrero el 59% y hasta la fecha, el "65% de la producción eléctrica en España es renovable", según Red Eléctrica,.
La transición ecológica y verde avanza imparable en España, ya que las energías renovables han superado en 2023 todas sus marcas y han batido un récord histórico. El año pasado, el 50,3% de la electricidad generada en nuestro país provino de fuentes renovables, superando las cifras alcanzadas en 2022 (42,2%). De esta forma, 2023 se convierte así en el año más renovable de la historia, tal y como ha explicado este jueves Red Eléctrica –el operador del sistema eléctrico español y filial del grupo Redeia– en la presentación del "Informe del Sistema Eléctrico". Además, la producción renovable en el sistema eléctrico español se incrementó un 15% en 2023 respecto al año anterior, registrando el máximo histórico con 134.321 GWh.
"El haber alcanzado ese 50% no solo es un récord histórico, sino que nos sitúa en esa senda de alcanzar el 81% de generación renovable para 2030", explica la directora general de Operación de Red Eléctrica, Concha Sánchez. Además, la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor ha adelantado que en el mes de enero de este año se superó el 51%; en febrero, el 59%, y hasta la fecha, el "65% de la producción eléctrica en España es renovable". Así, se acercan de manera vertiginosa al objetivo de Red Eléctrica de conseguir que para 2026 el 67% de la producción del "mix" energético español sea renovable.
Por su parte, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, asegura que ese 50% es un "resultado maravilloso para la economía, que no solo posiciona a España como 'hub' de la energía renovable, sino también como 'hub' industrial". Además, Aagesen señala que esta apuesta por las renovables ha permitido crear un sistema energético "robusto" que abre las puertas a "asentar la industria que existe y que nuevas inversiones lleguen al territorio".
Desde el Gobierno, manifiestan que 2024 empieza siguiendo la tendencia del año anterior, lo que es una oportunidad para España, mientras que Corredor asegura que la red española está preparada, y ha asegurado que "va a seguir estándolo para alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y asegurar la seguridad del suministro".
Gran peso de la energía hidráulica y fotovoltaica
Para la obtención de estas cifras récord, la contribución de la energía hidráulica y fotovoltaica ha sido decisiva, ya que estas incrementaron su producción un 41,1% y un 33,8% en tan solo un año, respectivamente. "Ha sido un año marcado por las importantes aportaciones de la eólica y la solar fotovoltaica ya que ambas han superado los máximos tanto de producción como de participación en el mix nacional, como consecuencia de las condiciones meteorológicas y del aumento de potencia instalada renovable en el sistema eléctrico nacional", explican en su informe.
A pesar de estos aumentos, la eólica sigue manteniendo su posición predominante como la tecnología más importantes en el "mix" de generación nacional. Tanto es así, que en 2023 ha alcanzado una participación del 23,5% de la producción total, un nuevo récord histórico que supera en 1,3 puntos porcentuales las cifras del año previo.
Una menor demanda de energía eléctrica
La capacidad instalada del parque generador en España se incrementó un 5,2%, finalizando el año 2023 con 125.620 megavatios (MW); mientras que la potencia instalada renovable en el sistema eléctrico nacional aumentó en 6,3 gigavatios (GW), alcanzando un porcentaje de potencia instalada de fuentes de generación renovables del 61,3% del total de la potencia instalada.
Pese a este incremento del entorno energético, la demanda de energía eléctrica en España a cierre de 2023 presentó un descenso del 2,3% respecto al año anterior, alcanzando 244.665 gigavatios hora (GWh) demandados, el valor más bajo de toda la serie.
España ocupa la segunda posición europea
En Europa se ha realizado una "apuesta decidida" a favor de la energía renovable para favorecer la independencia energética y alcanzar la descarbonización de la economía. En esta línea, España avanza en esta apuesta y se posiciona como el segundo país con más potencia instalada tan solo por detrás de Alemania.
"Las renovables de España y Portugal son fundamentales para la Unión Europea. Somos el motor renovable europeo", explica Corredor. Y es que aunque Alemania sigue ocupando la primera posición en capacidad renovable instalada, la presidenta de Redeia asegura que este país "no tiene la capacidad de integrar renovables que tenemos nosotros". "Somos los mejores del mundo", sentencia.
TITULO:
La
hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los
bosques - Jardines, cultivar la felicidad,.
La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los bosques - Jardines, cultivar la felicidad, fotos,.
Jardines, cultivar la felicidad,.
En un mundo cada vez más acelerado, el jardín es un refugio donde la conexión con la naturaleza no solo se traduce en flores u hortalizas, sino también en beneficios físicos, emocionales y comunitarios.
«Planta tu propio jardín y decora tu propia alma, en lugar de esperar que alguien te traiga flores». Estos versos, que forman parte de un poema que la estadounidense Verónica Shoffstall se escribió a sí misma después de un desengaño amoroso, son una bonita metáfora del «cuidarse a uno mismo», pero también pueden tomarse como punto de partida para hablar de la relación entre los jardines y la felicidad.
Desde la prehistoria, el ser humano ha utilizado la naturaleza para la supervivencia, desde la domesticación de plantas en la agricultura, pasando por la elaboración de medicamentos, hasta el uso terapéutico del contacto directo con el medio natural. La jardinería como tal nace en los antiguos Egipto y Mesopotamia, cuando se busca la satisfacción corporal y espiritual inspirada por la presencia de la vida vegetal en un espacio recogido y tranquilo.
Y es que se ha demostrado que el acto de sembrar, podar y cosechar no solo da forma a un jardín, sino que también contribuye a nuestro bienestar físico y emocional. Aunque los estudios sobre los beneficios que la jardinería brinda a la mente y a las emociones no son nuevos, fueron más notorios a partir del confinamiento que originó la pandemia de covid-19. Durante la cuarentena, muchas personas hallaron así un espacio de terapia, que les permitía obtener una cierta sensación de control y de seguridad, mientras que cultivaban sus propios alimentos. Así lo señala un informe de la Universidad de California, que abarcó ciudades de Estados Unidos, Alemania y Australia, según el cual los jardineros encuestados expresaron sentir alegría, libertad y conexión con la naturaleza, a pesar del confinamiento.
La jardinería se ha convertido en una fuente probada de reducción del estrés y la ansiedad
La primera ventaja es la mejora de la salud física. Diversas investigaciones respaldan la idea de que la jardinería es una excelente forma de ejercitarse. Trabajar en el jardín, la terraza o el huerto implica cavar, trasladar pesos (razonables), sembrar y plantar, además de regar, segar, podar, abonar, cosechar… Estas actividades queman calorías, mejoran la fuerza muscular y fomentan la flexibilidad. Un estudio publicado por la Escuela Sueca de Deporte y Ciencias de la Salud observó que los adultos mayores que se ocupaban del jardín padecían menos derrames cerebrales, ataques cardíacos o muertes prematuras.
«El ejercicio es la mejor arma contra el envejecimiento y la jardinería se considera un ejercicio aeróbico: mejora el metabolismo, el estado cardiovascular y osteoarticular, promueve el bienestar físico, mental y afectivo», sostiene el doctor Javier Ortiz, jefe de Geriatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Sin olvidar las ventajas añadidas de pasar tiempo al aire libre, en un entorno natural que además se trabaja y se contribuye a cuidar.
Pero la conexión con la tierra va más allá de lo físico, nutre también la salud mental y emocional. La jardinería se ha convertido en una fuente probada de reducción del estrés y la ansiedad. El contacto con la naturaleza, el acto meditativo de cuidar las plantas y la simple observación del crecimiento y desarrollo de un jardín proporcionan un bálsamo para el alma.
Según la Universidad de Princeton, las personas que practican el cuidado de las plantas son más felices. Los investigadores fueron más allá: según sus resultados, el bienestar emocional era mayor entre los que tenían plantas vegetales que en los horticultores de plantas ornamentales. Esto podría deberse a la relación que se establece con las plantas vegetales a medida que se las ve crecer y madurar.
La jardinería como terapia social
Además, la jardinería ayuda a establecer vínculos con otras personas. Compartir consejos, semillas y experiencias con otros entusiastas y aficionados, crea una red valiosa. La jardinería comunitaria, en particular, ha demostrado ser una herramienta efectiva para la cohesión social y la construcción de comunidades más fuertes.
Según un ensayo aleatorizado y controlado de jardinería comunitaria dirigido por un equipo de la Universidad de Colorado Boulder en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), las personas que empiezan a cultivar un huerto comen más fibra y hacen más actividad física, y también disminuyen significativamente los niveles de estrés. Jill Litt, autora principal del estudio, señala: «Vayas donde vayas, la gente dice que hay algo en la jardinería que les hace sentirse mejor».
Iniciar un pequeño jardín en casa puede ser un primer paso. Desde macetas en el balcón hasta parcelas más amplias, cualquier espacio puede convertirse en un rincón terapéutico. Plantar en pequeñas macetas o germinar en latas son tareas de jardinería que ayudan a desconectar de la rutina. Además, la tendencia de los jardines de interior permite que incluso aquellos que viven en espacios urbanos disfruten de los beneficios de esta actividad.
En palabras del filósofo Santiago Beruete, autor de libros como Jardinosofía, Verdolatría y Aprendívoros: «Colaborar con el crecimiento de las plantas, de tu huerto, de tus maceteros, lo que sea, ayuda al propio crecimiento personal, a la renovación interior. Para cuidar un huerto, un jardín, o unas macetas, necesitas atender a otro ser vivo. Es una enorme escuela del cuidado. Ver crecer lo que plantamos nos brinda una fuente genuina de gozo y nos permite la introspección. Salir al jardín es entrar en uno mismo. Porque cuando nos ocupamos de otro, nos ocupamos de nosotros. Logramos romper la burbuja en la que vivimos atrapados. En un mundo cada vez más abrumado por las prisas, obsesionado con la productividad, ocuparse de un jardín es una forma de insumisión genuina que nos vuelve a reconectar con lo que fuimos»,.
TITULO: RADIO - TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO - EL BOTIJO - Cine Bigote - ¿Por qué Río Bravo es la quintaesencia del wéstern? ,.
RADIO - TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO - EL BOTIJO - Cine Bigote -¿Por qué Río Bravo es la quintaesencia del wéstern? ,. fotos,.
Aunque recuerdo perfectamente que vi por primera vez Río Bravo (Rio Bravo, 1959), de Howard Hawks, el 14 de junio de 1979, cuando solo tenía cinco años de edad (faltaban tres meses y un día para celebrar mi sexto cumpleaños), en un homenaje que Televisión Española le hizo al recientemente fallecido (en ese momento) John Wayne (11 de junio de 1979), no me di cuenta de que esta película era la quintaesencia del wéstern (y de la vida) hasta que volví a verla el 31 de diciembre de 1988. Su exaltación de la amistad, que pone especial hincapié en los sentimientos de los personajes, presentando a un grupo de amigos —el sheriff
John T. Chance (John Wayne), el alcohólico Dude (Dean Martin), el joven y hábil pistolero llamado Colorado (Ricky Nelson) y al viejo tullido Stumpy (Walter Brennan)— enfrentándose a todos los retos y dificultades existenciales, a sus circunstancias y a las circunstancias, condiciones y características esenciales para los profesionales verdaderamente virtuosos, me llevaron a esta conclusión. Howard Hawks, uno de los directores más poéticos que ha dado el cine y uno de los que mejor han sabido reflejar el alma humana junto a John
Ford, rodó una de las últimas obras maestras del cine clásico hollywoodiense el mismo año que se estrenaron Misión de audaces (The Horse Soldiers, 1959), de John Ford, Con faldas y a lo loco (Some Like It Hot, 1959), de Billy Wilder, Con la muerte en los talones (North by
Northwest, 1959), de Alfred Hitchcock, Ben-Hur (1959), de William Wyler, o Anatomía de un asesinato (Anatomy of a Murder, 1959), de Otto Preminger. ¡Casi nada! La época dorada de Hollywood, que había comenzado casi a finales de los años veinte del siglo XX con la introducción del sonido en el mundo del cine, estaba llegando a su fin, dejando atrás una corriente creativa inmensa, de grandes innovaciones y tramas con una construcción narrativa mucho más sólida.
Lo que hace la vida valiosa, convirtiéndola en una aventura digna de ser vivida, no es tanto lo exterior sino el contenido y significado que le damos a nuestras acciones. Si tienes amor y dedicación, lo más sencillo se puede volver extraordinario. Lo que te llena de esperanza, si lo piensas con detenimiento, está al alcance de todos los seres humanos. Me lo pasé otra vez de maravilla viendo encerrados en la comisaría de un pueblo llamado Río Bravo a cuatro
personas intentando impedir que un poderoso terrateniente libere por todos los medios a un preso encarcelado por asesinato, que resulta ser su hermano, antes de que llegue la autoridad estatal para llevárselo. Destacar la aparición de una esbelta y deslumbrante Feathers (Angie Dickinson), que me sigue dejando boquiabierto cada vez que la veo aparecer por el filme.
Cuando volví a ver Río Bravo durante ese invierno de 1988, comprendí que todo en la vida se puede contar a través de un wéstern, el género cinematográfico estadounidense por excelencia, pues resulta compatible con la verdad, la profundidad, la belleza y la potencia emocional. Si en 1979 Río Bravo se ganó un lugar privilegiado en lo más profundo de mi corazón, donde brotan mis sentimientos con sinceridad, en 1988 se convirtió, con permiso de El hombre tranquilo (The Quiet Man, 1952), Centauros del desierto (The Searchers, 1956) y El hombre que mató a Liberty Valance (The Man Who Shot Liberty Valance, 1962), las tres de John Ford, otro de los grandes directores de la historia de cine, en la película de mi vida, la que más veces he visto y una de las pocas que veo, al menos, una vez al año, el filme ideal para descubrir cosas nuevas y fantásticas que me permitan seguir creyendo en la magia del séptimo arte. Porque lo más importante para mí es seguir aprendiendo, mantener mi mente activa. Y lo mejor de todo es que todavía me faltan muchos detalles por descubrir en Río Bravo, que a menudo pasan desapercibidos y refuerzan aún más a una película inolvidable.
En ese periodo de más de nueve años tuve la oportunidad de ver muchos otros wésterns interpretados por John Wayne (La diligencia, Río Rojo, Fort Apache, La legión invencible, El Álamo, El hombre que mató a Liberty Valance, Los cuatro hijos de Katie Elder, Valor de ley…), pero Río Bravo seguía siendo aquella película entrañable que me había marcado profundamente de pequeño, la que seguía teniendo un significado especial en mi desarrollo personal y profesional.
Cuando Howard Hawks hizo Río Bravo, más de 30 años desde que dirigió por primera vez una película, se encontraba en el proceso de revisar su credo de círculo cerrado de profesionales donde se enfatiza la superioridad de las lealtades familiares a cualquier ética profesional. En Río Bravo, el grupo heterogéneo dentro de la cárcel se convierte en una familia en la cual el código de conducta estoico de los grupos hawksianos anteriores es reemplazado por algo similar a un vínculo familiar. La nueva «familia» celebra su unidad con el tiroteo final, que es una exhibición virtual de fuegos artificiales debido al uso de dinamita para vencer a los villanos que amenazan la supervivencia de la familia. El afecto que sienten los miembros del grupo el uno por el otro se resume de manera sublime en la escena en la que Walter Brennan, que interpreta a Stumpy, adjunto de John T. Chance, le dice a John Wayne que tendrá lágrimas en los ojos hasta que regrese a la cárcel. La capacidad de atacar a Wayne es indicativo del vínculo de amistad existente entre los dos hombres.
Río Bravo, un elogio a los que protegen la libertad de los tiranos y ponen límites a los poderosos que miran por encima del hombro a los menos privilegiados, me permitió adquirir y desarrollar valores que cambiaron mi vida (amistad, lealtad, solidaridad, justicia, tolerancia). Los valores se aprenden a lo largo de la vida, pero no solo de manera receptiva, sino que se van construyendo y viéndose influidos por el entorno social en el que nos movemos. Estos principios que guían el comportamiento humano, transmiten información sobre nosotros y nos dan una información valiosa sobre los demás. Los valores no son hereditarios, hay que descubrirlos, trabajarlos, construirlos y modificarlos todos los días. Con Río Bravo aprendí que el cine es una fuente inagotable de transmisión de valores de diversa naturaleza, tanto cultural y social como educativa y emocional.
En Río Bravo: La quintaesencia del wéstern vas a encontrar, cuando en 2024 se celebran 65 años de su estreno en Estados Unidos, todo lo que necesitas saber sobre uno de los mejores wésterns, si no el mejor (con permiso de Centauros del desierto), de la historia del cine y una de las más grandes e influyentes películas de todos los tiempos, que ha sido fundamental en la trayectoria profesional de cineastas tan famosos en la actualidad como Steven Spielberg, Peter Bogdanovich, Sergio Leone, John Carpenter o Quentin Tarantino. A pesar de tardar demasiado tiempo hasta alcanzar la categoría de obra maestra, Río Bravo, desde su estreno, ha sido homenajeada en decenas y decenas de películas. Quizá siga sin tener el reconocimiento de otros wésterns que cuestionan los arquetipos del género como Centauros del desierto (Steven Spielberg definió la película de John Ford como («la mejor de la historia del cine»), pero la dimensión humana de sus personajes y el drama que los acompaña la dotan de una hondura especial, prácticamente imposible de superar. Para José Luis Garci «Río Bravo es el cine de verdad» y este reputado cineasta puede que sea, junto a otros escritores y analistas cinematográficos (Fernando Alonso Barahona, Gerardo Sánchez, Luis Alberto de Cuenca, Eduardo Torres-Dulce), una de las personas que más saben sobre el mundo del cine que tenemos en España. Asimismo ha dicho que «Río Bravo es un wéstern, claro, aunque también es una comedia como La novia era él o La fiera de mi niña, y una reflexión sobre la amistad tan profunda como la de Sólo los ángeles tienen alas».
Tras haber escrito varios libros con otros autores, entre ellos Charlton Heston: Un héroe para la eternidad y Cecil B. DeMille: Un director de leyenda (Amarcord Ediciones, 2023), junto a Fernando Alonso Barahona, Río Bravo: La quintaesencia del wéstern supone, por fin, mi debut como escritor cinematográfico en solitario. En este estreno se dan dos datos súper curiosos: la película está dirigida por el segundo mejor director de la historia del cine (John Ford, lógicamente, ocupa el primer puesto) y protagonizada por mi actor favorito, el más importante y famoso de todos los tiempos: John Wayne. Me siento feliz y satisfecho por haber contribuido a que muchos cinéfilos tengan la oportunidad de descubrir y aprender cosas nuevas sobre un filme que se ha convertido en un título de culto con el paso del tiempo, principalmente, para los aficionados al wéstern, el género cinematográfico genuino estadounidense por excelencia, junto al de gánsteres y el de superhéroes. Apoyado a menudo en narraciones y novelas de grandes escritores, la huella del wéstern ha pervivido en otros géneros, desde el cine de ciencia ficción hasta las películas de acción pasando por el thriller o el suspense. Se ha dicho en infinidad de ocasiones que leer las obras del escritor argentino Jorge Luis Borges por primera vez es como descubrir una nueva letra en el alfabeto o una nueva nota en la escala musical. Eso y mucho más fue lo que sentí aquel caluroso 14 de junio de 1979 cuando vi Río Bravo.
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