sábado, 9 de noviembre de 2024

La Hora Musa - Guillermo Bárcenas, cantante de Taburete: "No teníamos pensado dedicarnos a la música",. Martes - 19 , 26 - Noviembre ,. / Cachitos de hierro y cromo - Guille Milkyway (La Casa Azul): "Para nada me considero un intelectual" ,. Martes -19 , 26 - Noviembre ,./ Locos por las motos - Jorge Martín y Pecco Bagnaia, dos carreras y el Mundial en un pañuelo ,.

 

  TITULO: La Hora Musa  -   Guillermo Bárcenas, cantante de Taburete: "No teníamos pensado dedicarnos a la música" ,. Martes -  19 , 26 - Noviembre   ,.


 'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,a las 22:55 horas, en La 2 martes -  19 , 26 - Noviembre ,   fotos,.

Guillermo Bárcenas, cantante de Taburete: "No teníamos pensado dedicarnos a la música",.

LA RAZÓN habla con Guillermo Bárcenas, cantante de Taburete, banda que está de gira hasta final de año. Estarán en el festival de Costa Feira (Rías Baixas),.

El efecto Taburete y otro éxitos del pop español
 
El efecto Taburete y otro éxitos del pop español,.

Desde 2015, Taburete, la banda liderada por Guillermo Bárcenas, comenzó su andadura musical. El cantante, acompañado de Antón Carreño, destacaron en la escena artística española y a día de hoy ya se sienten una banda consolidada, aunque con mucho futuro por delante. Cerca de lanzar un nuevo disco, el grupo continúa con su gira por todo el territorio nacional y cruzará el charco a finales de año llegando hasta México y Chile. Guillermo ha hablado con LA RAZÓN sobre la situación actual de Taburete.


Taburete, Sofía Ellar y Paula Vázquez protagonizan este jueves el concierto solidario del Magdalena en Vivo
 
Taburete, Sofía Ellar y Paula Vázquez protagonizan este jueves el concierto solidario del Magdalena en Vivo,.

Lo primero de todo, ¿cómo estáis?

Estamos en un momento muy bueno, en un año más tranquilo porque hacemos menos conciertos que el año pasado, cuando empezamos la gira de “Matadero 5” y ya estamos ultimando. A la vez, en el mes de junio grabamos el sexto disco, y tenemos muchas ganas de sacar las canciones. Siguen saliendo canciones, siguen llenándose los conciertos y estamos muy felices.


¿Cómo es vuestro proceso creativo a la hora de componer las canciones?

El proceso de composición ha ido cambiando. Al principio lo hacía todo yo, pero poco a poco y con el tiempo Antón también, especialmente a partir de «Madame Ayahuasca». En el caso de este último disco, que es el que más canciones tiene con un total de 14, hay tres de Antón. En cuanto a la composición, lo hago de una manera muy clásica: me gusta solo, de noche, cuando estoy inspirado y siento que tengo algo que contar. En el último disco, por ejemplo, me fui a México y compuse con unos chicos mexicanos, «Tribu», los mismos que nos han producido el disco. Me gusta componer solo pero hacerlo con otras personas enriquece, aprendes mucho y te ayuda a conocer otros campos y estilos en la industria de la música.

Y en este proceso creativo del que venimos hablando, ¿de dónde vienen las letras de tus canciones?

No es tanto que te ocurran cosas sino que sientas cosas. Muchas de mis canciones no son historias conun principio y un final; son ideas que me vienen, frases que cuando las escribes parecen no tener sentido pero después lo entiendes, es todo un poco abstracto en ese sentido. No se trata de que ocurra una anécdota y la escriba. Sin embargo, antes sí era algo que hacía, sin ir más lejos en este disco hay una canción que se llama «12 monos», que habla de toda la gira que hicimos el año pasado en Latinoamérica y sí es una especie de diario. Pero por lo general fluyo y me dejo llevar, me guio por sensaciones y por el momento.

Llegados a este punto, después de cinco discos y a punto de sacar otro, ¿qué aprendizaje te llevas de cada uno de ellos?

La evolución ha sido increíble. Nosotros cuando llegamos a la industria de la música, grabando «Tres tequilas» allá por 2015 estábamos súper verdes, tardamos mucho en grabar el disco, parte de lo grabado lo hicieron otros músicos profesionales porque nosotros no teníamos suficiente nivel... Ahora no tiene nada que ver, es un trabajo de banda con todo lo que conlleva, la preproducción y un proceso mucho más rápido pero más auténtico. Antes todo era más complicado pero porque no teníamos pensado dedicarnos a la música; nos llegó así y tuvimos que ponernos las pilas rápidamente.

Si tuvieras que decir una meta por cumplir para Taburete, ¿cuál sería?

Hay muchas. Por decir una, nos encantaría que lo que ha pasado aquí en España ocurra en Latinoamérica, es nuestro gran objetivo. Estamos creciendo, sobre todo en México y Chile, y querríamos hacer grandes giras en el continente, es un sueño por cumplir.

¿Cómo es la acogida del público fuera de nuestras fronteras?

En Colombia, México y Chile estuvimos el año pasado y la acogida fue realmente buena. Recuerdo que en Chile fuimos a una sala de 1.500 personas y las entradas se agotaron a los cinco minutos de sacarlas a la venta. Por otro lado, este año iremos a México y tocaremos en el Metropolitan, que es un lugar emblemático, todo un sueño para nosotros. Vamos poco a poco, sin parar de trabajar. Al ser una compañía independiente y llevarla nosotros, no tenemos grandes inversiones que nos permitan pegar un pelotazo rápido. Nos gusta también disfrutar del camino.

Ahora que están tanto de moda los festivales y que tan demandados son, sobre todo en verano, ¿cómo es vuestra experiencia en los mismos?

Nos gustan mucho, aunque este año no tenemos festivales y nos hemos centrado en hacer la gira en solitario. No obstante, participamos en algún ciclo, como el caso de Starlite, donde hemos batido récord tocando ocho años seguidos. Hay sitios que en verano no podemos faltar y son una tradición, Starlite es uno de ellos.

Como madrileño y buen conocedor de este público ¿cómo describirías al público de la capital?

Yo creo que es el mejor público. No sé si lo digo porque somos de Madrid, pero sin duda lo pensamos. Un concierto en Madrid es diferente a cualquier otro, se espera y se le tienen unas ganas muy especiales. También es cierto que es donde hemos conseguido meter a más gente, desde que empezamos e hicimos las Rivieras o los Wizinks, siempre ha sido un éxito y un verdadero placer. El último que hicimos en el parque Tierno Galván fue de los mejores de nuestra carrera, nunca lo olvidaremos.

¿El Wizink es el gran reto de un artista?

Sí, el Wizink siempre es la gran apuesta. Recuerdo cuando lo llenamos por primera vez en 2017, fue el mejor día de nuestras vidas. Pero ahora ha llegado el Bernabéu, no estamos en ese nivel todavía (risas).

Pero me gustaría mencionar el concierto del año pasado en Madrid, que fue muy importante y especial porque, tras haber superado el «boom» de Taburete y tantos años después, conseguimos llenarlo. Nos demostró que pese a no estar tan de moda somos un grupo consolidado.

Para terminar, ¿qué plan organizarías si viene un o una colega a visitarte a tu ciudad, Madrid?

Le diría que tiene que tomarse un vino en Bocanada Wine (C/ de León, 5); comer en Tres Por Cuatro (C/ Montesa,9), un lugar genial de precio y con muy buen nivel. Después, cualquier terraza a disfrutar del ambiente que tiene la ciudad. Y como no, acabar en un clásico donde hemos ido mucho, el Toni 2 Piano Bar (C/del Almirante, 9), muy divertido.

El festival Costa Feira

Música y gastronomía se alían, por segundo año consecutivo, en una nueva edición de Costa Feira, el festival de referencia en Rías Baixas que tendrá lugar hasta el 24 de agosto en Sanxenxo (Galicia).

Tras el éxito del pasado verano –donde acudieron alrededor de 45.000 asistentes–, este ciclo de conciertos con formato de festival, versátil y rural es el plan perfecto para disfrutar del verano en el norte.

La programación de Costa Feira ha incluido a artistas como Black Eyed Peas y la que ha sido su única actuación en Galicia y unas de las cinco que harán en España este año. También ese día actuó Malmö040. Continuó el 25 con las actuaciones de Calamaro + Inazio.

Cartel del festival 2024.
 
Cartel del festival 2024.

Ya en agosto, el día 2 será el turno de Mëstiza en Bulla; el 3 de Hombres G y Pavlenha; el 5 de Juan Magán en Bulla; el 7 de Funzo&BabyLoud, Hens y Ters; el 8 de Iván Ferreiro, el 9 de Los Secretos; el 10 de Marlon y 84en Bulla; el 17 de Claptone, también en Bulla; el 12 de Pablo López, el 15 de Loquillo, el 21 de Taburete y Hey Kid; el 22 de Coque Malla y Sidecars y el 24, para cerrar, Natos y Waor.

 

TITULO:  Cachitos de hierro y cromo -  Guille Milkyway (La Casa Azul): "Para nada me considero un intelectual" ,. Martes - 19 , 26  - Noviembre  ,.

   El martes - 19 , 26 - Noviembre   a las 22:30 horas por La 2, foto,.

Guille Milkyway (La Casa Azul): "Para nada me considero un intelectual",.

Guille Milkyway. La casa azul.
 
Guille Milkyway, de La Casa Azul,.

Más allá del pop, esa explanada inmensa, cuesta adscribir a La Casa Azul a un género determinado, y eso quizá sea bueno. El suyo es un cóctel en el que caben demasiadas cosas. Por un lado está la música, electrónica y vitalista, y luego las letras, en donde Guille Milkyway más que desnudarse se desangra y nos sirve emociones que retrotraen a la mejor canción melódica e incluso al machete del flamenco. La Casa Azul es, en fin, un grupo oxímoron: exportan una alegre tristeza. Guille ríe antes de contestar: «Sí que La Casa Azul es un “grupo oxímoron”. Me encantan, por ejemplo, las Shangri-Las, un grupo de chicas que escribían canciones sobre el suicidio y cosas muy trascendentes; que miraban mucho hacia dentro, pero de una manera muy colorida. Me interesa mucho esa parte naíf, aunque es algo que cuesta mantener vivo porque la vida va endureciendo las pieles. De tanto hablar alrededor del arte –explica–, aunque sea tan menor como este que hacemos, y de tanto intelectualizar, tendemos a olvidarnos del primer impulso, que es el resultado de una cosa ultralibre, y es lo que yo no quiero perder. Lo visualizo como un niño que en una exposición va paseando delante de los cuadros y, de golpe, se para ante uno y se lo queda mirando porque le ha dado miedo o lo encuentra curioso o le ha transmitido alegría. Ese primer impulso es el que cuenta. La Casa Azul –prosigue– ha creado un discurso propio que sí que tiene que ver muchas veces, y tú lo has descrito mucho mejor que yo, con esa aparente explosión de color y de luz y cosa vitalista, pero con un trasfondo que es como de otro lugar». A pesar de su reivindicación de las emociones como termómetro infalible para detectar el arte, al poco de escuchar a Guille entiendes que la música es su vida y que podrías desmenuzar con él, durante horas, géneros, corrientes, autores.


¿Es La Casa Azul un grupo intelectual, él es un músico intelectual? «Para nada me considero un intelectual –niega, rotundo–. Me considero más intelectual cuando hablo sobre música, pero cuando ejerzo de músico lo que pretendo hacer para nada emana de la intelectualidad. Procuro no utilizar demasiada figura metafórica e intento que la canción se acerque de alguna manera a la conversación que tendría con David, el del bar de cada mañana a las 8. Creo que ese punto costumbrista se aleja de lo que entendemos por intelectualidad. Me he dado cuenta –reflexiona– de que la gente que nos viene a ver es muy transversal y que el acercamiento viene, en la mayoría de los casos, de esa primera pulsión de la que te hablaba antes. Han sentido un impulso escuchando una canción. Les ha dado una alegría de vivir o un refugio porque vibra en una frecuencia parecida a como vibran ellos a nivel interior».

En La Casa Azul hay una importante dosis de frikismo: ahí están el chocolate Nesquik, el refresco Tang, el polo Colajet. En ese imaginario los nombres y referencias serían infinitos. El «Yo fui a EGB» parece estar muy presente. Y eso, le digo, es una forma de nostalgia: «Sí –concede, aunque con reservas–. Pero es curioso porque todas esas canciones de las que hablas las escribí siendo muy joven. Yo las utilizaba en aquella época porque tendía a militar en lo naíf y lo infantil y hacía caricaturas alrededor de eso, como un discurso que estaba contrapuesto a una cierta elegancia intelectual. Y creo que todos esos movimientos alrededor de este tipo de cosas surgieron un poco después. Cuando iba creciendo me decía: “Hostia. ¿Cómo voy a seguir cantando algunas de estas canciones de mayor?”. Y lo mágico es que, cada vez que las canto hoy día, me siento superidentificado con ellas. Sé que me has dicho lo de la nostalgia –señala– porque sabemos que no nos gusta y queremos militar contra ella. Lo que no me gusta es el acercamiento religioso o dogmático a la nostalgia, porque eso nos hace esclavos de algo que ya está ahí y no te permite ejercer esa mirada libre que decíamos antes. Soy una persona cero nostálgica y me encanta escuchar cosas del pasado y ver fotografías de mi vida, pero no tengo una pulsión, como sí he visto en otras personas, nostálgica, como de recogimiento. Como un refugio al que uno querría volver».

Guille fue el creador de la canción «Amo a Laura», del grupo ficticio Los Happiness, una sátira del conservadurismo hodierno que se hizo muy popular. Más allá de la broma, ¿hay algo en él de tradicional? «No te sabría decir… Supongo que sí. Me siento muy reconfortado con la rutina, por ejemplo. Pero no me gusta lo tradicional cuando se vive como una especie de dogma de fe porque creo que los dogmas, en general, nos hacen daño como sociedad».

Aunque ha hecho otras cosas dentro de la música, cinco discos en 25 años nos hablan de un creador en absoluto prolífico. ¿Es pereza o prolijidad? «Soy cero perezoso y trabajo cada día muchas horas –confiesa–, aunque me doy cuenta de que soy muy poco efectivo. En el estudio sigo trabajando solo. Sé que no es la mejor manera porque no es la más rápida ni la que te garantiza el mejor resultado. Lo normal sería llevar mis cositas grabadas a otro estudio y trabajar con productores y músicos que lo hicieran un poco mejor y más rápido, pero entonces perdería una parte muy importante de mi motivación y la razón por la que me dedico a esto. Además, una grabación está ahí para toda la vida y eso me hace ser muy cauteloso a la hora de dar rienda suelta a todo lo que llevo. El mundo –sentencia– sigue siendo un lugar muy agresivo e incómodo. Y este “business” explicita eso a niveles máximos. Yo pensaba que en la industria alrededor del arte habría otra manera de proceder, pero no es así. Todo es muy agresivo y participo cero de eso porque me crea mucha incomodidad. No sé por qué nos movemos con esa especie de violencia intrínseca». Su último disco, «La gran esfera», es de 2019, prepandémico. ¿Cuántas puntadas le faltan al nuevo? «Espero que salga en la primera mitad del año que viene –anuncia–. Grabé un disco prácticamente entero en pandemia y luego lo tiré a la basura porque estaba muy asociado a ese momento y no quería revivirlo. Es como el pasado al que no quieres volver, una “anostalgia”. Pero ahora estoy en la fase final de escoger y he recuperado algunas cosas. Tengo muchas canciones grabadas», concluye.

TODA ESA «FELICIDAD»

Por Javier Menéndez Flores

Hay caramelos rellenos de lluvia, pompas de jabón que albergan zarpazos, chicles que al morderlos te llevan a esa noche en la que se rompieron todas las lámparas. A veces buscas el sol y te mira a los ojos una nube tan iracunda como una tormenta en el mar de Groenlandia, pero vamos a sonreír y a reír, venga: somos como aquella «gente feliz» que cantaba Yazoo («después de todo, no puedes estar seguro de que lo que decimos sea verdad»).

En la revolución sexual cabemos todos, todas y todes: las niñas bien del Paseo de La Habana; los notarios de la zona nobilísima de Chamberí; los publicistas de Malasaña disfrazados de viejas estrellas de rock; los modernos sin un guil del Carabanchel pujante; los supervivientes de la multirracial Usera y las leopardas escandalosas de Chueca. Aquí el que no se arrima es porque no quiere, ya te lo digo yo (mi, me, conmigo), y quienes mueven los hilos saben bien que es el amor de la gente corriente y sufriente lo que engorda sus arcas.

Puedes amar a Laura (¿Palmer?) pero ser un perfecto caballero inglés y no sacar las manos de los bolsillos hasta que se consume la coyunda sagrada. Y si en el cumpleaños de tu hijo te visita una melancolía feroz, no pierdas un segundo en buscar una respuesta lógica. Los seres (in)humanos somos así, un choque sin fin de corrientes y opuestos. Y uno acaba aprendiendo que detrás de toda noticia grata acecha siempre la espuela de una lágrima. Pero venga, vamos a sonreír y a reír como esa «gente feliz» que cantaba Yazoo («creemos en divertirnos y sonreír todo el tiempo, / y a veces estamos en la televisión si tenemos más de 69 años»).

Guille no ha dejado de ser aquel niño que descubrió el significado del arte sin saber lo que era, pero si algo te explota en la cara y te desordena las tripas da igual lo que diga el oráculo de Delfos. Anda, Milkyway, deja de joder con la pelota y pon a enfriar unos litros de Tang de naranja, que me prometiste que íbamos a ver en bucle «La bola de cristal» y «Doctor en Alaska». Y si aún nos tenemos en pie, enchufémonos en vena «La naranja mecánica» y «2001: Una odisea del espacio». Del genio sin contestación de los maestros nace nuestra mota de talento y por eso debemos frecuentar los mismos paisajes una vez y otra, hasta hacerlos tan nuestros como esos miedos que arrastramos desde la infancia.

(Mis amigos se llaman Jim Croce, Manuel Alejandro, Jeff Lynne, Julio Iglesias, The Shangri-Las, Carlos Berlanga. Y siempre que desemboco en un callejón sin salida ahí están ellos para devolverme a la buena senda. Y la niñez de Serrat es mi niñez y Mama Cass me dio el mejor consejo, que debía cantar mis propias canciones y ondear mi huella digital. Y claro que me emociono hasta el llanto cuando me hablan. Fue así como entendí que Robinson Crusoe no estaba solo porque encerraba multitudes).

Hay veces en que al monte no le queda un solo gramo de orégano y llegas tarde a la estación o al aeropuerto y se ha acabado la cerveza de grifo. Y no dejas de pensar que ojalá Juan de Pablos nunca se hubiera cortado la coleta. Y si el niño se despierta, estallan reproches en la alcoba y los sábados sabadetes se visten de lunes. Pero venga, vamos a sonreír y a reír como esa «gente feliz» que cantaba Yazoo («somos nosotros los que tenemos el control, / somos la gente feliz, feliz»).

Llueve como nunca antes desde hace ya cuarenta días y cuarenta noches y el Congreso de los Diputados es la Torre de Babel y a solo cuatro horas de vuelo tenemos una guerra ominosa. Pero Guille no sabe qué hacer con toda esa felicidad que le quema las entrañas, maldita sea.

TITULO:  Locos por las motos - Jorge Martín y Pecco Bagnaia, dos carreras y el Mundial en un pañuelo ,.

 

Jorge Martín y Pecco Bagnaia, dos carreras y el Mundial en un pañuelo,.

 GP de Malasia MotoGP

foto /  Francesco Bagnaia (derecha) y Jorge Martín (izquierda) durante el GP de Tailandia el pasado domingo.

Los referentes de Ducati llevan todo el curso haciendo la goma en la tabla de tiempos y la clasificación, una igualdad que les ha empujado a mejorarse el uno al otro,.

 Por si no fuera poco con su duelo infinito por el título sobre la pista, Jorge Martín y Pecco Bagnaia han tenido que lidiar estos días desde Malasia con el pesar por una tierra muy querida y la incertidumbre de no saber dónde y cuándo se jugarán un campeonato que llega a esta penúltima cita con el español 17 puntos por delante del italiano. Aquí, en Sepang, ambos guardan el buen recuerdo de su primer campeonato del mundo, que lograron el mismo día en 2018: el primero en Moto3; y el segundo en Moto2. Quienes fueron compañeros de litera en el Aspar, la cuna de campeones,.

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