domingo, 24 de noviembre de 2013

CONOCER HISTORIA ,HABLA LA DEL CREADOR DE AUSCHWITZ, "PAPÁ ERA EL MEJOR HOMBRE DEL MUNDO",.LA CARTERA DEL CINE, EL CONSEJERO, PEGAR ES UNA ELECCIÓN,/ Entrevista Donald Rumsfeld: "¡Claro que estoy preocupado por el espionajede la NSA! Todos deberíamos estarlo".

 TÍTULO; CONOCER HISTORIA,. HABLA LA DEL CREADOR DE AUSCHWITZ, "PAPÁ ERA EL MEJOR HOMBRE DEL MUNDO",.

La hija de Auschwitz

Brigitte Höss, hija de Rudolf Höss, comandante Auschwitz, el mayor centro de exterminio de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, rompió su silencio de más de medio siglo, y cuenta su vida feliz en un “paraíso” exclusivo dentro del campo de concentración y la forma en que la familia logró huir de Alemania. Es una entrevista que ha dado la vuelta al mundo.
Karl Alexander Especial para la revista Crónica

Washington Durante más de medio siglo, Brigitte Höss mantuvo su pasado escondido, aun para sus nietos, hasta acceder a una entrevista en la que ha contado cómo era su vida en el campo de Auschwitz, y la relación con su padre, Rudolf Höss, creador de la máquina más eficiente para asesinar judíos, a razón de 2.000 por hora.
La entrevista, que no revela el nombre bajo el que ahora vive Brigitte –de 80 años y afectada por cáncer en la actualidad– en Virginia del Norte (EU), fue lograda como parte del libro Hanns y Rudolf, que narra como Höss fue capturado después de la guerra por Hanns Alexander, tío abuelo del autor de la obra, y de la entrevista, Thomas Harding.
La razón para mantener en secreto su identidad, es porque ella teme represalias. Hay gente loca por ahí. Pueden quemar mi casa o dispararle a algún familiar, dice con claro acento alemán, antes de reconocer que piensa que ya es momento de decirles a sus nietos la verdad que ha escondido tantos años.
Su padre Rudolf –considerado como uno de los mayores asesinos en masa de la historia– fue quien diseñó y construyó, dentro de un antiguo cuartel militar polaco, un centro de exterminio que para el final de la guerra había cobrado la vida de cerca de 1.1 millones de judíos, junto con 20.000 gitanos, y decenas de miles de prisioneros políticos polacos y rusos.
Ella no quiso hablar sobre el holocausto, es mejor olvidar todas esas cosas, dice Brigitte, aunque se muestra dispuesta a conversar sobre la forma en que vivían en Auschwitz, cómo huyeron de Alemania, la captura de su padre y su vida después de eso.


Paraíso en un campo de concentración
Ella recuerda que su infancia fue extraordinaria, pero siempre cercana a los campos de concentración, ya que primero fue Dechau, luego Sachsenahusen y finalmente el más famoso de todos: Auschwitz. Su padre fue comandante en cada uno.
El período en el que se centró la atención de la entrevista fue precisamente su vida en este último. Entre 1940 y 1944, la familia Höss vivía en una villa de dos plantas en las afueras del campo de exterminio. Ese momento, Brigitte lo recuerda como el paraíso, porque vivían atendidos por cocineros, niñeros, jardineros, choferes y toda clase de ayudantes domésticos.
Ella no lo dijo, pero en el juicio que se dio años después contra su padre se destacó que la casa estaba decorada con obras de arte que fueron robadas a los presos judíos que fueron ejecutados en la cámara de gas. Lo que ella describe es una vida de lujo a tan sólo unos pasos del horror y tormento que se vivía.
No quiso hablar de las acusaciones contra su padre, pero sí dijo que era el hombre más agradable del mundo, fue muy bueno con nosotros y, casi como una meditación, añade que debe haber habido dos lados en él. El que yo conocía y luego otro…
La comodidad de los Höss llegaba más allá. Tenían caballos pura sangre, perreras, un estanque para nadar y una mesa en un amplio jardín para las comidas campestres. Todo en contraste con aquel centro del terror que llegó a albergar 20.000 prisioneros, para ser exterminados sistemáticamente.
Antes de morir asfixiados con el gas Zyklon B, los prisioneros eran utilizados como mano de obra y los castigos eran también de extrema represión. Entre 1943 y mayo de 1944 se llevaron a cabo experimentos de esterilización con mujeres judías. Esto tuvo lugar en el bloque 10 de Auschwitz por el Dr. Josef Mengele.
Muchas mujeres judías y polacas fueron obligadas a prostituirse. Las historias narradas en los juicios contra Höss y Mengele hablan de todo tipo de atrocidades cometidas por los nazis contra la población reclusa. Todo eso sucedía muy cerca del paraíso descrito por Brigitte, y ella comenta que la familia solamente era consciente de que nuestro padre tenía un campo de prisioneros, sin agregar detalles.


Huida y captura
Brigitte narra cuando el fin de la guerra estaba a la vista en 1945. Mi padre decidió que debíamos huir hacia el norte, y nos separamos luego. Los hijos con mi madre y él se fue a una granja muy cerca de la frontera danesa. Luego se supo que asumió la identidad de un granjero de la zona, lo que le valió que le dejaran libre tras ser capturado por primera vez por las fuerzas británicas, que nunca supieron a quien habían detenido.
El encargado de su captura final fue un judío alemán, Hanns Alexander, quien en 1946 servía en el ejército británico. Fue él quien en una fría noche de marzo de 1946, golpeó la puerta de la casa donde se encontraba la familia Höss.
Brigitte tiene presente el momento. Recuerdo cuando vinieron a nuestra casa para hacer preguntas. Yo estaba sentada en la mesa con mi hermana. Tenía 13 años. Ellos (los soldados británicos) estaban gritando: ¿dónde está tu padre? ¿Dónde está tu padre? Sentí un severo dolor de cabeza, y salí corriendo a llorar bajo un árbol. Me obligué a dejar de llorar y mi dolor de cabeza se fue. Tuve migrañas durante años, hasta que se detuvieron hace algún tiempo, pero desde que recibí su carta han empezado de nuevo.
Su testimonio continúa describiendo aquel momento. Mi hermano mayor, Klaus, fue tomado con mi madre y golpeado severamente por los británicos. Mi madre lo escuchó gritar de dolor y, como cualquier madre habría hecho, les dijo en donde estaba mi padre para proteger a su hijo.
Esa misma noche Alexander se dirigió a la granja donde Höss estaba. La historia registra que negó ser el kommandant, pero le atraparon al leer en su argolla de matrimonio los nombres de Rudolf y Hedwin, el nombre de su esposa. En un principio reconoció la matanza que se había cometido en Auschwitz, pero en una segunda declaración intentó negarlo.
Fue juzgado y condenado a muerte. Su ejecución tuvo lugar en una horca colocada junto al crematorio diseñado por él para asesinar judíos en masa.
Brigitte y su familia cayeron en desgracia después de la guerra por ser vinculados con las atrocidades cometidas por los nazis, lo que provocó que buscara salir de Alemania, lo que hizo en 1950, cuando pudo viajar a España para empezar de nuevo.


Su nueva vida
Vivió en España una década. Su bello físico le permitió trabajar tres años como modelo, hasta que conoció a un americano irlandés que trabajaba en una empresa de comunicaciones, con quien se casó en 1961, para luego vivir en Grecia, Irán y Vietnam, lo que le facilitó dejar atrás su pasado.
Él estaba un poco sorprendido, pero comprendía que no era más que una niña que pasó de tenerlo todo a no tener nada. Teníamos un acuerdo tácito de no hablar sobre el tema y seguir adelante con nuestras vidas. Tuvieron un hijo y una hija, de los que ambos se han negado a hablar con Harding para su libro.
En 1972 se mudaron a Washington, en donde Brigitte encontró pronto trabajo en una tienda de moda. Las vueltas que da la vida se hicieron presente. Una señora judía visitó un día la tienda y simpatizó de inmediato con ella, por lo que le ofreció mejor puesto en su salón de moda y en poco tiempo había cambiado de trabajo.
La anécdota que cuenta es que un día se pasó de copas y bajo el efecto del licor le comentó a una compañera que era hija de Rudolf Höss. La verdad llegó a oídos de la propietaria, quien sin embargo me dijo que yo no había cometido ningún delito. La dueña de la tienda y su esposo eran judíos que había huido de la persecución nazi y le dieron trabajo durante 35 años a la hija del mayor exterminador de su raza durante la guerra.
Hedwing, su madre, no tenía ningún impedimento legal para viajar a Washington, por lo que la visitó cada ciertos años, siempre rodeada de aquel secreto familiar. En uno de esos viajes, en 1989, Hedwin decidió quedarse un tiempo más prolongado con ella. Después de cenar el 15 de septiembre, se retiró muy cansada a su habitación y murió mientras dormía. Para que ningún grupo neo nazi pudiera rendirle homenaje alguno, sus restos cremados fueron colocados en una tumba en la que hay judíos, musulmanes y cristianos.
Hoy Brigitte tiene una vida rodeada de doctores y medicinas. En 1983 se divorció de su esposo y vive junto a su hijo, quien sabe la historia de su abuelo. Su hija murió y no habla de ello en la entrevista, pero tiene varios nietos con quienes comparte su tiempo.
Klaus, su hermano mayor, murió en la década de los 80 en Australia. Hans Jürgen y su hermana mayor, Heidetraud, viven aun en Alemania. Ninguno de nosotros hablamos de la infancia que vivimos ni de los acontecimientos que nos rodearon, comenta esta mujer que pareciera tener dos vidas: la que vivió con su padre y la que inició tras la ejecución de este en 1947.


El consejeroTÍTULO; LA CARTERA DEL CINE, EL CONSEJERO, PEGAR ES UNA ELECCIÓN,.

 
Reparto
Michael Fassbender, Brad Pitt, Javier Bardem, Cameron Diaz, Penélope Cruz, Goran Visnjic, Dean Norris, Natalie Dormer, John Leguizamo, Rosie Perez, Bruno Ganz, Rubén Blades,.
 
 Narra la historia de un respetado abogado del sudoeste de Estados Unidos que se introduce en el mundo del tráfico de drogas. Se trata del primer guión cinematográfico del novelista Cormac McCarthy (The Road, No Country for Old Men,.
 
 
TÍTULO; Entrevista

-foto,.Donald Rumsfeld: "¡Claro que estoy preocupado por el espionajede la NSA! Todos deberíamos estarlo"

A sus 81 años, Rumsfeld que fue secretario de Defensa con George W. Bush se siente habilitado para dar lecciones. Y lo hace. No solo en su reciente libro, 'Las reglas de Rumsfeld'.

Desde que dejó de ser secretario de Defensa de los EE.UU. en 2006, Donald Rumsfeld no se ha prodigado en los medios. Pero un documental sobre su labor en los belicosos años de la Administración Bush y un libro que recoge sus enseñanzas, Las reglas de Rumsfeld, lo han situado de nuevo en el ojo público. Una de esas normas reza: «La batalla perfecta es aquella que uno no está obligado a librar». Una excusa ideal para hablar con él de las batallas a las que se enfrenta EE.UU. en la actualidad, reales y virtuales. Empezamos por Siria.
Cuando el 21 de agosto 1429 civiles sirios fueron asesinados con gas sarín, Obama anunció una intervención militar. Sin embargo, con la opinión pública americana e internacional en contra, y sin aliados claros, Obama decidió someter la decisión al Congreso. Y la intervención se rechazó. Rusia, defensor del régimen de Al Assad, se apuntaba el tanto de 'haber logrado frenar la guerra'. A los americanos les quedaba la 'excusa' de que por lo menos Al Assad se comprometía a desmantelar su arsenal químico.
XLSemanal. ¿El presidente Obama hizo lo correcto al renunciar a la intervención militar?
Donald Rumsfeld. Sí, ha hecho lo correcto. Cuando veo lo que pasa en Siria, se me viene a la cabeza otra de las reglas Rumsfeld: «Nunca creas que tu rival no hará algo por el simple hecho de que tú no harías ese algo». La Rusia del presidente Vladimir Putin nos quiere dar lecciones sobre nuestra conciencia como nación y, al mismo tiempo, pretende que aceptemos dejar bajo la supervisión de Naciones Unidas el peligroso arsenal químico sirio.
XL. ¿Pensó alguna vez que Vladimir Putin marcaría la política estadounidense en Oriente Medio?
D.R. El señor Putin es muy listo, es algo que Obama debería tener siempre en cuenta.
XL. ¿Quiere decir que Obama es ingenuo al creer que la propuesta rusa plantea una solución realista al problema?
D.R. Reflexionemos un momento. Hasta donde yo recuerdo, quienes les han suministrado a los sirios su tecnología de armas químicas han sido los rusos. Además, ni siquiera tengo muy claro que los propios rusos se atengan a los estándares internacionales que regulan el armamento químico. Por eso plantearía una contrapregunta: ¿de verdad es conveniente poner al zorro a vigilar las gallinas?
XL. Bueno, reconocerá que la propuesta de Putin tiene la ventaja para Obama de que se ahorra una intervención militar impopular. ¿Qué hay de malo en ello?
D.R. El presidente Obama solo aceptó la propuesta rusa porque no había otras soluciones buenas. Mi impresión es que le habría gustado no haber llegado tan lejos. Los americanos estaríamos ahora mejor posicionados si desde el principio hubiésemos apoyado a los grupos no radicales de la oposición siria, no con nuestros soldados, sino con el envío de armas, informaciones de los servicios secretos y respaldo moral. Como no lo hemos hecho, los grupos que han prevalecido son los que están mejor organizados y financiados, los más disciplinados y duros; es decir, los radicales islamistas, que ni siquiera representan una mayoría en el país.
XL. ¿Hay alguna buena solución para Siria?
D.R. Creo que no.
XL. Sea como fuere, Obama está impulsando un debate público en lugar de limitarse a desencadenar una guerra... ¿Insiste usted en que acudir al Congreso para solicitar una autorización fue una decisión equivocada?
D.R. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial han sido muchos los presidentes que han ordenado intervenciones militares sin una declaración oficial de guerra por parte del Congreso. Pero Obama se ha puesto a sí mismo en una situación complicada al buscar el apoyo del Congreso, a pesar de que eso parecía improbable y también de que, según todas las encuestas, la mayoría de los norteamericanos están en contra de la intervención.
XL. ¿Por lo tanto fue un error dirigirse al Congreso?
D.R. No es una idea inteligente si, como hizo Obama, no se está en condiciones de presentar un plan detallado para el cual se pretende conseguir apoyo. Cuando se es presidente, no se planta uno alegremente ante el Congreso para llevarse una bofetada en una cuestión como la guerra o la paz. Nunca se había dado algo así en la historia norteamericana. Y si uno se expone conscientemente a recibir esa bofetada, luego no cabe sorprenderse de que el apoyo en el resto del mundo sea al final bastante limitado.
XL. Pero un presidente no puede gobernar contra su pueblo. Y los americanos están cansados de guerras.
D.R. Por supuesto, todos los países deberían sentirse cansados de guerras. La guerra es algo espantoso. Pero por eso mismo un presidente debe actuar con prudencia a la hora de trazar una línea roja, como la trazó Obama. Si yo hubiese ocupado un escaño en el Congreso, me habría decantado por el no en la votación sobre la intervención militar, por muy grande que hubiese sido mi disposición natural a no dejar en la estacada al presidente de mi país.
XL. ¿Habría dicho 'no' a pesar de las fotografías de hombres, mujeres y niños que según todos los indicios fueron asesinados con gas venenoso lanzado por Al Assad?
D.R. Es terrible que tantos sirios hayan sido asesinados; entre ellos, cientos de niños. Pero ¿por qué este capítulo en concreto debería llevarnos a inmiscuirnos en un conflicto enormemente complicado? La población norteamericana tiene razón al decir: «Vayamos con calma, que durante los últimos años han muerto más de cien mil personas en Siria por culpa de las granadas, las bombas y los misiles».
XL. Pero Obama fue muy elocuente al decir que la grandeza de los EE.UU. se demuestra precisamente en que no mire para otro lado cuando un dictador gasea a niños.
D.R. ¿Y por qué debería ser únicamente una responsabilidad norteamericana y no también alemana o francesa o británica o de cualquier otro país?
XL. Muchos norteamericanos piensan que las guerras de Bush fueron un error. Quizá esa es la razón de que la disposición a emprender algún tipo de acción militar en siria sea tan escasa.
D.R. Pero, por favor... ese cansancio de la guerra no es nada nuevo, al menos en los EE.UU. Tras la Primera Guerra Mundial ya se produjo una importante sensación de hastío y, cuando se planteó la posibilidad de que los EE.UU. entraran en la Segunda Guerra Mundial, la gente decía: «No queremos luchar otra vez». Y las mismas pocas ganas hubo de embarcarse en las guerras de Corea o de Vietnam.
XL. Pero la intervención en la Segunda Guerra Mundial era un acto noble. Y muy pocos dicen algo parecido de las intervenciones en Irak y Afganistán.
D.R. Obsérvelo con mayor atención: en Irak se han abierto muchas escuelas nuevas, hay una Bolsa, una prensa libre. Y Afganistán, tras diez años de ocupación soviética y el dominio de los talibanes, estaba prácticamente en las últimas. Sin embargo, las personas que viven allí tienen ahora la oportunidad de afrontar un nuevo comienzo. Se han dado una Constitución. Y en Irak, Sadam Huseín, el hombre que utilizó armas químicas contra su propio pueblo, es solo un recuerdo lejano.
XL. Una Constitución y una Bolsa, ¿lo dice en serio? Suena cínico si pensamos en los miles de personas que han perdido la vida a cambio de esos logros. Además, muchos cuestionan que estos países tengan ante sí un futuro mejor. Los EE.UU. están dejando solos a afganos e iraquíes.
D.R. La reconstrucción es responsabilidad del país de turno. Tienen que dirigirla ellos mismos. Al contrario que otros, yo no creo que podamos asumir esa responsabilidad en su lugar.
XL. Cuando provocan un cambio de gobierno en un país como Irak para democratizar la región, resulta casi obligado ayudar en la reconstrucción.
D.R. Pero esa nunca fue la razón oficial de nuestra intervención en la región. Siempre fue el cambio de régimen, no la construcción de la democracia. No recuerdo a nadie del Pentágono o la Casa Blanca que utilizara la palabra 'democracia' como justificación de la guerra de Irak. Unas elecciones sin más no hacen democracia. Cuando Adolf Hitler llegó al poder, lo hizo a través de unas elecciones democráticas. Los Hermanos Musulmanes fueron elegidos democráticamente en Egipto.
XL. Tiene usted una memoria selectiva. El principal problema en Irak es haber iniciado la guerra bajo unas premisas falsas. Y ese es el motivo por el cual Obama no puede contar con el respaldo de la opinión pública norteamericana para una nueva intervención militar.
D.R. Aquí solo hay una cosa clara: Obama no puede culpar de todos los problemas que tiene a George W. Bush. Cuando sale elegido en el primer mandato, cada presidente tiene que vivir con el legado de sus predecesores. Y eso no solo tiene inconvenientes, sino también ventajas.
XL. ¿Podría decirme cuáles son las ventajas que para Obama ha supuesto ser el sucesor de Bush?
D.R. Está en una situación ventajosa porque nosotros dedicamos mucho dinero a nuevos sistemas de armamento, como el programa de drones, artilugios que Obama utiliza encantado en la guerra contra el terrorismo. ¿Es al mismo tiempo una desventaja porque este tipo de inversiones han incrementado la deuda pública norteamericana? Pues claro que sí. Existen ventajas e inconvenientes. Hay que aceptarlo.
XL. ¿Por qué no acepta que la credibilidad de los EE.UU. quedó enormemente dañada cuando ustedes comenzaron la guerra de Irak con la afirmación falsa de que Sadam Huseín poseía armas de destrucción masiva?
D.R. Esas informaciones de los servicios secretos existían, el presidente las vio y las encontró convincentes. Sadam Huseín había utilizado armas químicas contra su propio pueblo y vulnerado 17 resoluciones de Naciones Unidas. El secretario de Estado Colin Powell, un hombre muy respetado y en absoluto sediento de guerra, estudió esas informaciones de inteligencia, también lo hicieron demócratas como Hillary Clinton y John Kerry. Los europeos las examinaron, los alemanes y los franceses, y los británicos, y todos ellos llegaron a las mismas conclusiones.
XL. Porque no les dijeron lo que ahora es de dominio público: que quizá esas informaciones de los servicios secretos no fuesen del todo una invención, pero que fueron presentadas de forma selectiva para llevar a una conclusión única.
D.R. Entiendo que la gente diga ahora: «Se ha demostrado que esas informaciones no eran exactas». Pero en aquellos días la impresión era otra.
XL. ¿Entiende también por qué los europeos estamos indignados por el programa de espionaje de la NSA, la Agencia de Seguridad Nacional?
D.R. Aquí, en los EE.UU., también hay muchos republicanos y demócratas preocupados por esa cuestión. ¿Y deberían estarlo? ¡Por supuesto que deberían!
XL. ¿Usted también está preocupado?
D.R. Claro. A nadie le gusta que se vigile todo lo que hace o dice en Internet.
XL. ¿Cree que unos programas de espionaje tan amplios como esos son necesarios para la seguridad nacional?
D.R. No puedo decirle con exactitud qué tipo de programas son. No soy miembro del Gobierno desde 2006.
XL. Usted ha descrito a Obama como el presidente con el liderazgo más débil que haya conocido jamás.
D.R. Probablemente sea cierto. Tiene que reponerse y mostrar capacidad de liderazgo y a lo mejor jugar un poco menos al golf. Pero tengo que admitir una cosa: ser presidente ahora es mucho más difícil que antes. Vivimos en una era de intercambio vertiginoso de información. Muchas cosas pasan muy rápido y, a diferencia de lo que ocurría antes, el presidente ya no tiene tiempo para reflexionar detenidamente sobre las cuestiones. Todo lo que dice o hace se utiliza para criticarlo. Alguien me ha contado, muy indignado, que en su rueda de prensa tras la Cumbre del G-20 Obama había dicho 'eeeh' 121 veces. Los periodistas las habían contado. Sinceramente, eso no puede ser.
Privadísimo
-Hijo de un piloto de la U. S. Navy, nació en Chicago en 1932. Él también fue piloto de la Armada en los años 50.
-Licenciado en Ciencias Políticas por Princeton, fue campeón de lucha libre y capitán del equipo de fútbol.
-Llegó al Congreso con 30 años. En 1973 ejerció de embajador ante la OTAN, hasta que Gerald Ford lo nombró jefe de Gabinete de la Casa Blanca un año después.
-En 1975, con 43 años, se convirtió en el secretario de Defensa más joven de la historia con Ford. Volvería a serlo con George W. Bush.
-En 1983 se reunió con Sadam Huseín para darle apoyo táctico contra Irán. En 2001 lideraba la guerra contra el dictador iraquí.
-Siempre ha trabajado de pie ante un atril. Asegura que eso le permitía pensar mejor y ser más eficaz.
-Sus aficiones son el squash y, mientras la edad se lo permitió, atrapar ganado con lazo en su rancho de Nuevo México.

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