miércoles, 18 de noviembre de 2015

ME RESBALA - LA TELE INDIA, EN CASA,./ UN PAIS PARA COMERSELO - AQUI MANDA EL FUNCIONARIO,.

TÍTULO: ME RESBALA - LA TELE INDIA, EN CASA,.

ME RESBALA - LA TELE INDIA, EN CASA, fotos.
Un grupo de jóvenes mira uno de los canales de noticias que emite en el país asiático.

La tele india, en casa,.


Un grupo de jóvenes mira uno de los canales de noticias que emite en el país asiático. 

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  • Prasar Bharati, el ente público del país asiático, busca su asiento en nuestra parrilla. Su objetivo principal es llegar a sus compatriotas, pero no descartan enganchar al extranjero. ¿El desafío? Un presupuesto corto, 1,8 millones,.

    Cuando uno enciende la televisión en India puede pasarse un buen rato haciendo 'zapping'. En este país de 1.276 millones de habitantes existen la friolera de 850 canales disponibles. Es decir, que si un indio viera un canal cada día, estaría más de dos años y medio sin repetir. Unas cuatrocientas de estas televisiones se dedican solo a noticias y el resto tiene como principal objetivo entretener. La programación es de lo más variada: hay concursos, series, documentales, películas de Bollywood...
    Es un universo casi inabarcable que no se salva de la guerra por arañar unos puntos de 'share'. «Hay una competencia feroz», explica Jawhar Sircar, el director general de Prasar Bharati, la televisión pública india que en los años 80 consiguió el récord del mundo en audiencia con dos de sus series, 'Ramayana' y 'Mahabharata', que abordaban historias espirituales y mitológicas locales.
    Este politólogo, historiador y antropólogo social de 63 años, que alguna vez ha definido la cuota de pantalla como un «animal carnívoro», ha visitado España para ofrecer una radiografía sobre el mercado audiovisual de su país en 'Encuentro con India. Sociedad, Educación y Arte', organizado por el Asiatic Research Institute. «Si algo es impopular, se retira de la parrilla, salvo que sea subvencionado».
    Sircar ha sido funcionario estatal durante casi cuatro décadas y accedió a la presidencia de la versión india de nuestra RTVE en 2008 después de dejar su puesto como secretario del Ministerio de Cultura. En este tiempo ha encarado varios retos -entre ellos, la incorporación de la tecnología digital- en un mercado con 536 millones de usuarios potenciales. En estos momentos tiene otros dos desafíos entre manos. El primero es combatir el sensacionalismo de los programas de entretenimiento en el país. «Queremos ofrecer un retrato más realista y menos frívolo. Ahora vemos mujeres que cocinan con un vestido de 10.000 rupias (140 euros), algo impensable en el mundo real». No en vano, el sueldo medio en su país ronda los 430 euros.
    La otra meta pasa por la internacionalización del canal, algo que se intenta desde hace veinte años, aunque no termina de cuajar. Y eso que se trata de un asunto interesante en un país que ocupa el segundo puesto en el ranking de la emigración del Banco Mundial: tiene 11,3 millones de ciudadanos viviendo fuera. «Tenemos dos opciones para lograrlo», explica Sircar. Por un lado quiere dirigirse a esa comunidad en el extranjero para contarles lo que pasa en India «sin esconder nada, mostrando todos los aspectos, incluido si se producen agresiones a mujeres». Lo más sencillo sería hacerlo a través de un canal internacional que retransmitiese en hindi, segundo idioma oficial. El otro es el inglés.
    El modelo chino
    Por otro lado, Sircar apuesta por la información hiperlocal y en la lengua del país en el que se han asentado sus emigrantes. Por ejemplo, en castellano para los indios que residen en nuestro territorio (34.088). Con ello también podrían presentar India en el mundo a través de los «miles de buenos documentales» que se pueden hacer sobre esta nación de «enorme diversidad». Esta opción seguiría los modelos de otras grandes televisiones públicas como la china. CCTV tiene en la actualidad cuatro canales que emiten en árabe, francés, español e inglés.
    Su público objetivo no solo son los chinos: el canal de CCTV en español incluye secciones como 'De china a tu cocina' o 'Nihao China' (una especie de guía para no hacer el guiri en vacaciones), además de noticias relacionadas con el país de origen y los de habla hispana. Por su parte, la televisión pública japonesa, que comenzó sus retransmisiones internacionales en 1995, enseña la lengua y la cultura japonesa en NKH en español, donde, por supuesto, no faltan informaciones de actualidad en el país del Sol naciente.
    Son solo dos modelos que podrían guiar a Prasar Bharati, que cuenta con 5.000 empleados y 25 canales locales, en su camino para conquistar el mercado internacional. Eso sí, necesitaría algo más que la voluntad de su cúpula directiva. Replicar el modelo de CCTV «supondría una inversión muy fuerte», reconoce Sircar. «No somos la BBC», lamenta.
    ¿Qué presupuesto maneja la televisión pública india?
    Alrededor de 1,8 millones de euros al año.
    No es mucho si tenemos en cuenta que, según la prensa india, la televisión estatal china se gasta 252 millones de euros solo en su presencia en el extranjero. Y que nuestra RTVE tiene un presupuesto de 342,87 millones para el año que viene.

    TÍTULO:  UN PAIS PARA COMERSELO - AQUI MANDA EL FUNCIONARIO,.

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    Juan Cañamero y Montse Ortiz, en su ludoteca. Aquí manda el funcionario,.

  • Montse y Juan descubren en Cáceres que emprender es padecer,.

    Resultat d'imatges de un pais para comerseloMontse Ortiz tiene 41 años, vive en Mérida, es graduada en Relaciones Laborales e impartía talleres de creación de empresas. Un buen día, decidió montar ella su propio negocio y descubrió la dura realidad del emprendedor: «En un año, me ha salido una úlcera de estómago y mi socio y cuñado, Juan Cañamero, funcionario municipal en Arroyomolinos, ha perdido 14 kilos». ¿Qué ha sucedido para que dos expertos en trámites para emprender padezcan tanto por querer ser empresarios en Cáceres?
    A Juan le podía el gusanillo de montar algo. A Montse la impulsaba la necesidad de dar de comer a sus dos hijos (el padre no les pasa manutención). Primero tantearon tres franquicias, pero les dijeron que en sus planes no entraba Extremadura por rentabilidad. Entonces decidieron apostar por algo nuevo en la región: un espacio lúdico que alquilarían para celebraciones infantiles. Lo llamaron 'Avíatelo tú', alquilaron un local por 500 euros mensuales y empezaron los problemas.
    «Para facilitar el emprendimiento, en Extremadura funciona un modelo anglosajón que permite declarar que cumples los requisitos y empiezas a funcionar a la espera de que los técnicos te digan si debes subsanar algo, lo haces y te conceden la licencia. El problema es cómo se interpretan las normas en Cáceres», explican.
    «Nosotros, prosiguen, quitamos un tabique de pladur, pintamos el local, pusimos una puerta corrediza en el baño y quitamos una bañera. Hicimos comunicación de obra menor y los técnicos del Ayuntamiento de Cáceres adujeron que esas reformas precisaban licencia de obra mayor por afectar a la estructura del edificio, nos catalogaron el local como salón de bodas y banquetes, nos exigieron insonorizarlo como una discoteca (95 decibelios, a las demás ludotecas les exigen 80) cuando no tenemos equipo de música y cerramos a las 21.50 horas, y nos dijeron que no podíamos celebrar cumpleaños (en la publicidad de las demás ludotecas se oferta este posibilidad)», detallan.
    Abrieron en enero de 2015 y llenaron el local durante tres meses. «Pero algo estaba pasando. No se tramitaba nuestro expediente, la policía municipal venía a cada poco a pedirnos licencias, que no podíamos tener y ellos deberían saberlo, y comenzó un acoso en Facebook a base de mentiras como que no teníamos seguro para los niños. Creo que pisamos algún callo, pero yo aún no sé qué callo pisamos», se extraña Montse.
    El caso es que el 31 de marzo, la policía municipal cerró el local. «Fuimos a la Junta a Mérida y allí nos aclararon que los funcionarios municipales habían tramitado mal el expediente. ¿Qué os han hecho?, nos decían. Los concejales nos ayudaron a presentar los papeles de manera que no tuviéramos problemas. Catalogamos como los funcionarios querían y abrimos de nuevo el pasado 14 de septiembre. Pero volvió el acoso con mentiras en Facebook, volvieron los policías a pedirnos papeles que no podíamos dar, nos exigían los funcionarios certificados de reformas que no habíamos hecho», se desesperan.
    Montse había matriculado a sus hijos en el colegio San Francisco de Cáceres, pero ha decidido seguir viviendo en Mérida porque es pesimista y cree que van a volver a cerrarles el negocio. Alquilan el local por 40 euros la tarde, 50-60 los fines de semana. Los meses buenos, sacan 600 euros limpios cada uno como mucho. «Mi mujer es funcionaria y me dice que lo deje, pero yo quiero seguir porque me fastidia que estropeen mi ciudad», apunta Juan. «A mí no me fastidia mi ciudad, a mí me preocupa el pan de mis hijos», replica Montse. Juan es optimista, han contratado a un abogado y cree que no les cerrarán, aunque a veces, se hunde.
    «Después de pasar por esto, entiendo la situación de la calle Pintores de Cáceres y que la gente se vaya a comprar a El Faro o a Don Benito», se lamenta antes de concluir sarcástico: «En Cáceres da lo mismo que haya elecciones. El poder no es de los alcaldes, aquí mandan los funcionarios».

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