jueves, 18 de enero de 2024

La Hora Musa - Verbolario - Albedrío ,. Martes - 6 - Febrero ,. / Cachitos de hierro y cromo - Dospatadismo ,. Martes - 6 - Febrero ,./ Locos por las motos - Honda se lanza a por el triplete,.

 

   TITULO: La Hora Musa -  Verbolario - Albedrío ,. Martes - 6 - Febrero   ,.


 'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,a las 22:55 horas, en La 2 martes  - 6 - Febrero   , foto,.

 Verbolario - Albedrío,.

Acaba de publicar «Quítate las gafas», su octavo disco, y afronta la fase final del programa «La Voz».

Melendi
 
Melendi,.

Acaba de publicar «Quítate las gafas», su octavo disco, y afronta la fase final del programa «La Voz».

Sus respuestas destilan la visión poética y filosófica de quien ha vivido tantas vidas como le corresponden. E incluso alguna más. Tras el éxtasis de un pasado repleto de éxito, se quita las gafas para presentar el octavo disco de su carrera. Melendi es un artista inclasificable, un cantautor que engaña a las apariencias, un amante de las palabras y un lector voraz. Ahora afila su pluma literaria y que nunca dejará de soñar. Estará el 17 de diciembre en la sala Razzmatazz (Barcelona) y el 18, en La Riviera (Madrid) dentro del ciclo Vodafone Music Shows.

–¿Prefiere que le entreviste o que intente conocerle?

–Lo que quieras.

–¿Y qué dicen de usted los que le conocen?

–Que soy obsesivo, orgulloso y trabajador. Soy un soñador al que no le gusta quedarse parado en ningún sitio.

–El Melendi actual, ¿es un destino o una casualidad?

–Una causalidad. Todos nacemos con un destino, pero nuestro libre albedrío está en buscarlo o no.

–¿Es usted un «hijo del mal»?

–Sí. Esta canción es una sátira contra una pregunta que me hago a menudo: ¿podría hacer algo más?

–Contéstese.

–Claro que podría. Tenemos un gran poder individual para cambiar lo colectivo.

–¿Cree en los ángeles?

–Sí, tanto en los terrestres como en los que no se ven.

–Con lo demonio que ha sido...

–¿Tú crees? (Risas) He sido golfete, y lo seguiré siendo. Me gusta divertirme.

–¿Quién le ha visto y quién le ve?

–Eso pueden decirlo quienes tienen más experiencia en la vida, los que saben que todo cambia y que nada es inmutable.

–¿Pero cuántas veces se ha renovado?

–Me renuevo cada día. No existe la razón, ni la verdad. Todo está condicionado.

–¿Cuánto ha durado su adolescencia?

–(Risas) Bastante. Ahora la estoy recuperando tras una época en la que la quería dejar atrás. Los niños creen que no hay nada imposible. El problema es que de mayor lo olvidamos. Yo sigo pensando que todo es posible.

–¿Sin rastas es mejor persona?

–No, pero proyecto un aspecto más limpio. Yo no pongo etiquetas a nadie.

–Las gafas esconden las ojeras y las malas noches. ¿Ya puede quitárselas los domingos?

–(Risas) Sí. Ahora encuentro la diversión en una charla o en una cena tranquila. De vez en cuando salgo a tomar una copa, pero luego me arrepiento. El cuerpo ya no aguanta.

–¿Quién es su superhéroe?

–Los padres y los abuelos que sostienen el país.

–¿Canta cuando nadie le escucha?

–Poco. Oigo a muchos cantautores. Me apasiona Sabina, su capacidad poética, su vocabulario, su cultura, la coherencia de sus incoherencias... Es una wikipedia.

–¿Cuánto pesa la fama?

–Lo que quieras que pese.

–¿A usted le sobrepasó?

–Sí, cuando era joven.

–¿Ahora tiene los pies en el suelo?

–Ésa es mi única responsabilidad. Mantener la conexión con el latir de la gente. Lo mejor que he hecho ha sido poner en valor lo que sé hacer y no hacer lo que no sé.

–¿Y la mente?

–En el cielo.

–¿Se siente «desnudo» a menudo ante el público?

–Cada vez que saco un disco o tengo que enseñar algo nuevo. Un artista siempre está en la cuerda floja.

–¿Por qué ha dejado de caminar por la vida?

–Me estoy reconciliando con todas mis canciones que me aburrían. En la vida todo es cíclico.

–¿A qué es usted adicto?

–A mis hijos, a la vida, a la música. Lo que más me gusta es componer.

–¿Cómo se inspira?

–Si tuviera el secreto... Le dedico muchas horas. La creatividad es la capacidad de conectar con uno mismo.

–¿Entre caladas?

–Sigo fumando, pero tabaco.

–¿Quién sería Melendi sin su voz?

–(Piensa) No lo sé... Aunque siempre me he visto trabajando de cara al público.

–¿Canta o cuenta historias?

–Cuento historias cantando. Me enorgullezco de mi evolución. Mi voz no emociona por sí misma, pero es óptima para cantar mis temas.

–Rebobine 15 años. ¿Se hubiera presentado a «La Voz»?

–No. Mi cabeza de chico malo y el complejo de machito que tenemos con 18 años no habría concebido cantar canciones románticas. Es muy importante la imagen que uno proyecta de sí mismo en la cabeza, que no tiene nada que ver con la que percibe la gente. Si no somos capaces de cambiar la imagen que tenemos sobre nosotros, no podremos cambiar nada.

–¿Dónde tiene más tatuajes, en la piel o en el alma?

–En la piel. Pero mis padres, mi abuelo, mis hijos o mi amiga Joaquina me han dejado mucha huella.

–¿Cuál es su mayor fortuna?

–Un mar, dos libros, la luna... el amor de mis hijos. El dinero sólo te da momentos de felicidad momentáneos y pasajeros.

–¿Y qué es para usted el dinero?

–Durante muchos años no lo he respetado, pero ahora sí. Todos tenemos gran capacidad de hacer dinero. Lo fundamental es la implicación en los proyectos, que te apasionen, que te permitan levantarte cada día con ilusión. Eso te hace feliz, y la consecuencia es el dinero.

–Intuyo que lee mucho.

–Últimamente, sí. Todo lo que a un ser humano le pueda pasar le ha ocurrido a otro. Y está en los libros.

 

TITULO:  Cachitos de hierro y cromo -   Dospatadismo  ,. Martes -  6 - Febrero ,.

   El martes - 6 - Febrero a las 22:30 horas por La 2, foto,.

  Dospatadismo,.

Es uno de los compositores para películas más conocidos. Ahora publica su autobiografía, donde cuenta sus orígenes y los secretos de su relación con el séptimo arte,.

Ennio Morricone se despidió el año pasado por una gira que abarcó varias ciudades europeas
 
Ennio Morricone se despidió el año pasado por una gira que abarcó varias ciudades europeas,.

«Por un puñado de dólares» (1964), «La muerte tenía un precio» (1965), «El bueno, el feo y el malo» (1966), «Érase una vez el Oeste» (1968), «Novecento» (1976), «Érase una vez en América» (1984), «La misión» (1986), «Los intocables de Eliot Ness» (1987), «Cinema Paradiso» (1988), «La leyenda del pianista en el océano» (1998), «Malèna» (2000) y «Los odiosos ocho» (2015).

Estas son sólo algunas de las quinientas películas, italianas y extranjeras, que han disfrutado de una banda sonora fruto de un compositor irrepetible. Ennio Morricone (Roma, 1928) a lo largo de su carrera ha ganado dos Oscar (uno honorífico), tres Globos de Oro, seis Bafta y nueve David de Donatello. Y no muchos saben, como curiosidad, que fue él quien compuso «Se telefonando», la inolvidable canción de Mina.

Publica ahora un nuevo libro, «Inseguendo quel suono» (en español, «Persiguiendo aquel sonido»), una autobiografía en la que cuenta con detalle su vida artística entre bandas sonoras. Las que ha escrito para la gran pantalla y para eventos como la marcha oficial de la Copa Mundial de Fútbol de 1978 o los temas que ha preparados para videojuegos la cuarta y quinta parte de «Metal Gear Solid» y «Blur». No habla más que italiano, lo cual no es un problema, dado que el suyo es precisamente un lenguaje universal. El maestro Morricone, que guarda en estricto secreto que ha participado como actor en dos películas –«Están todos bien» y «La clase obrera va al Paraíso»– relata a LA RAZÓN, cuáles son las claves de su música en una vida que es de película.

–Maestro Morricone, enhorabuena por su Oscar por el filme de Quentin Tarantino «Los odiosos ocho». Creo que no soy el único que piensa que este premio lo merecía ya desde hace tiempo.

–Más de uno ha pensado eso recordando mis cinco nominaciones antes de la victoria de este año. «La misión» (1986) estuvo nominada a los Oscar por su banda sonora. Cuando se supo que la ganadora fue otra... la sala gritó. Pero la realidad es que he recibido muchísimos galardones en mi vida, y todos son muy importantes.

–Entonces, ¿por qué recibe ahora la estatuilla dorada?

–Quizá en aquel entonces me lo quitaron. A lo mejor, en este momento, se convencieron de que ya podían dármelo.

­­–¿Dónde guarda el Oscar?

–Todos mis premios están reunidos en mi estudio para que no estén repartidos por toda la casa. Ahora bien, no le permito a nadie que entre. No se los enseño a nadie, es algo que considero privado.

–¿Por qué?

–Porque es donde yo trabajo, un lugar íntimo en el que sólo mi familia tiene acceso. Y no me gusta presumir.

–Acaba de publicar «Inseguendo quel suono». ¿Qué revela en estas 450 páginas?

–Toda mi vida artística. Tanto en el cine, como en la música en general. No solamente cuento la historia de los míos, también nombro a mi mujer y a mis hijos, entre ellos Andrea, que también es compositor. Hablo de mi técnica, tanto en la música cinematográfica como en la que yo llamo «absoluta», así pues, la de los conciertos.

–¿Cómo nace una banda sonora?

–De varias formas: hablando con el director de cine antes de que empiece a rodar; a través de la lectura del guión; o con el visionado de la película. Pueden ser entendidas separadamente o en conjunto, según la ocasión. También surgen muchas combinaciones a lo largo de un mismo trabajo. Cadacinta es un mundo y, según lo que se necesite y el proceso creativo que implique, se adoptan diferentes estrategias.

–Obras como «Gabriel’s Oboe» despiertan un auténtica pasión por el cine y su música. ¿Cómo se inspiró para componer una de sus piezas más célebres, la banda sonora de «La misión» (1986)?

–Tuve que situarme en la época en la que estaba ambientada la película, entre 1720 y 1725. El protagonista de la historia, el jesuita Padre Gabriel, tocaba el oboe. Por tanto, yo estaba obligado a componer pensando en ese instrumento. «Gabriel’s Oboe», como tal, se oye, en realidad, sólo una vez en la cinta. En el resto de ocasiones, el tema forma parte integrante de la banda sonora que se repetirá en diversas oportunidades, pero de manera desligada de las imágenes. De hecho, es más bien esta última, la imagen, la que sirve para recordar esa banda sonora.

–Usted ha realizado algunas realmente legendarias, desde «Por un puñado de dólares» (1964) hasta «Los intocables de Eliot Ness» (1987), pasando por «Cinema Paradiso» (1988), «Novecento» (1976) y «Érase una vez en América» (1984). Entre todas ellas, habrá alguna favorita.

–Por supuesto que hay una favorita. ¡Pero nunca la digo!

–¿Qué le aporta, en general, la música a la imagen en movimiento? ¿Cuál es su secreto?

–La música de una película tiene que ser simple, clara y breve. Debe representar aquello que no se ve y aquello que no se dice. Es, por tanto, un elemento abstracto que se añade a la imagen de una historia. Un elemento más del proceso narrativo.

–Sin embargo, uno de los aspectos mágicos de la música es que resulta intangible.

–En la vida encontramos las formas, los movimientos y el habla, que son tangibles. Pero la música no y, en principio, podríamos prescindir de ella. Sin embargo, nace con el hombre, entre otras cosas porque, imagino la voz humana como el primer sonido. El ser humano, con el pasar del tiempo, ha terminado cantando con la finalidad de llevar a cabo una forma expresiva de emitir sonidos. De hecho, incluso cuando nosotros hablamos, producimos una melodía oratoria.

–Maestro, ¿cuánto importa saber escuchar para apreciar la música?

­­–La costumbre de escuchar es algo central. Estar familiarizados con escuchar atentamente la música favorece la disponibilidad para apreciarla mejor. Es más, hay una determinada que debe ser escuchada nuevamente. En ocasiones, una segunda escucha puede ofrecer detalles que la primera no había revelado. A veces, esto mismo lo digo incluso a los directores, de cara a cuántas veces insertar un mismo tema en varias escenas: si repetimos uno más de una vez, el espectador lo reconoce y se familiariza con él. Y podemos aumentar la emoción.

–Pronto le esperarán nuevos conciertos. ¿Qué siente Ennio Morricone dirigiendo obras de Ennio Morricone?

–Ante todo, lo importante es que el público me dé su consenso, porque de otro modo mi trabajo en los conciertos no tendría sentido. Fíjese, en una película el público no aporta un consenso tan claro: es, por así decir, menos activo. En los conciertos, sin embargo, la música, que permanece separada de la película, pasa a ser autónoma. De ahí la importancia de la apreciación del público. Es más, incluso para que una banda sonora funcione, también debe marchar de forma independiente.

–¿Qué música escucha en su vida diaria?

–No escucho, no tengo tiempo. Sólo voy a los conciertos de los martes de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia en Roma. No oigo discos en casa porque tengo que dar mi aprobación a mis propios discos.

–Usted ha trabajado con muchísimos directores de cine: Leone, De Palma, Bertolucci, Pasolini, Almodóvar, y más recientemente, Quentin Tarantino. ¿Con quién ha trabajado mejor?

–Todos los directores de cine con los que trabajo son mis preferidos. ¿Sabe por qué? Porque con aquellos que no lo son mis preferidos, simplemente, no trabajo. Prefiero renunciar.

–¿Hay algún género con el que se siente más cómodo a la hora de componer una banda sonora?

–Si uno tiene la técnica, puede lograrlo todo. Prefiero variar en los géneros porque, de otro modo, me aburriría haciendo siempre el mismo tipo de película y sobre mi propio estilo. Siempre es necesario cambiar, lo cual me encanta y me apasiona. Porque es una forma de ejercitar la técnica propia con una gran eficiencia.

–¿En qué momento de su vida supo que se entregaría por completo a componer música cinematográfica?

–Cuando empezaron a llamarme más de lo habitual para componer músicas para el cine en Italia. Eso fue a partir de 1961, año de mi primera película –«El federal», dirigida por Luciano Salce–. Con los años, empecé a entender que seguirían queriendo mi trabajo. Hasta hoy.

–¿Cómo valora su trayectoria?

–Nunca me lo planteo. Cuando se produce una obra para una película, estás siempre ante un examen. Es como si, todas las veces, volvieras a empezar.

El maestro se va de gira

A finales de 2014 Ennio Morricone canceló la gira que iba a ofrecer en 2015 por Estados Unidos y México debido a problemas de salud. Recuperado del todo y con un Oscar bajo el brazo, el maestro tiene previstos nuevos conciertos para este año. Desde el 21 al 24 de mayo ofrecerá sus espectáculos en el Auditorium Parco della Musica de Roma para, posteriormente, finalizar el mes con dos citas seguidas en el Palais des Congres de París. Ya el 23 de junio dará un recital exclusivo en el Blenheim Palace de Woodstock (Reino Unido) dentro del marco del festival Nocturne Live, que cuenta con otros artistas de la talla de The Coors y Elton John. Unos días más tarde de su concierto continuará con dos recitales en el Sint-Pietersplein de Gante, para luego tomar un tiempo de descanso. La última etapa de la gira ya será a finales de noviembre en el frío norte de Europa, concretamente en el Globe Arena de Estocolmo y en el Hartwall Arena de Helsinki. Las entradas se pueden encontrar en la web www.viagogo.es, y las localidades ya son escasas con un precio que ronda los 100 euros en el caso de las más baratas. Una oportunidad para ver a Morricone con su batuta en directo.

 

TITULO:  Locos por las motos - Honda se lanza a por el triplete,.


Honda se lanza a por el triplete,.

foto / La marca japonesa vuelve a copar las tres primeras plazas con Brabec al frente y ahora apuntan a la general, donde Branch se desinfla tras perder casi 4 minutos.

W2RC - Desafío Ruta 40: Tosha Schareina firma un triplete mundial | Marca

La principal intención con la que llegó Honda a este Dakar, era recuperar el Touareg que en los dos últimos años había recaído del lado de KTM. La marca japonesa mejoró el prototipo para la carrera y a pesar de haber sufrido dos abandonos prematuros y algún que otro revés en el prototipo de Quintanilla, la jugada les puede salir mejor de lo esperado. El triunfo es posible, de hecho cada vez más para un Brabec que en las dos últimas etapas ha metido un zarpazo importante en la general, pero también poder sentenciar un triplete del que tan sólo les separa Branch y los tres minutos con el piloto botsuano.

Mientras que las motos japonesas se están reforzando con el paso de los días a pesar de que la mecánica está cada vez más castigada, el botsuano ha sufrido un bajón considerable que se acentuó al final de la especial, porque las primeras referencias le dejaban en cabeza. De estar a menos de un minuto de Brabec hace dos días, a tener más de 10 contra el americano que ganó esta penúltima etapa de la edición y firmó así su décimo triunfo en la carrera. Porque ni siquiera está importando el hecho de abrir pista, una misión con la que cumplió Ricky a partir de la segunda mitad y que antes se encargó de llevar a cabo su compañero Van Beveren, en un recorrido donde las tres Honda que firmaron el triplete en cabeza tuvieron un inicio bastante discreto.

No fue hasta la mitad de la especial cuando apareció Brabec para ponerse en cabeza. Hasta el km 180 donde se puso a mandar el americano, su mejor referencia había sido la cuarta posición en una tabla con sorpresas. La mayor de todas llegó de un piloto indio de Rally 2, Noah, que intentó aguar la fiesta de Honda. Pero en los últimos kilómetros se dejó casi dos minutos, finalizó quinto y fue incapaz de dejar a la marca japonesa sin un triplete que ansían ahora en la general. Van Beveren está a solo un minuto de Branch en la tabla y Cornejo, el tercero en discordia, a tres del piloto botsuano. Lo que quiere decir que, con dos días por delate, la diferencia es más que asequible para cerrar el Dakar a lo grande.

En Honda son ambiciosos, mientras que en el seno de KTM la carrera se vive de una manera diferente. A pesar de que Benavides trató de llevar a cabo la estrategia que hace tan solo un año le dio la victoria en el Dakar, el argentino (que llegó mermado físicamente a esta edición) se dejó demasiado tiempo en la primera semana y la consecuencia es estar fuera de la lucha por un triunfo donde, los de Mattighofen, nunca llegaron a presentarse con seriedad. De hecho, esta es la octava victoria de la edición (de diez posibles) para la marca del ala dorada, en un día donde Kevin fue octavo y un Price desconocido en las piedras, décimo. Pero así es el Dakar, unas veces se gana y otras... se aprende.

No hay comentarios:

Publicar un comentario