lunes, 4 de noviembre de 2013

FICCION IBERICA A PARTIR DE CINCO PULGADAS,./ HALLAN UN PISO DE MUNICH 1.500 OBRAS DE ARTE CONFISCADAS POR LOS NAZIS EN LA II GUERRA MUNDIAL,./ EL CISNE AGONIZA,.

TÍTULO; FICCION IBERICA A PARTIR DE CINCO PULGADAS,.


  1. Ficción ibérica empaquetada en episodios de diez minutos y pensada para saborearla a partir de pocas pulgadas, las que puede ocupar la ...-foto.
     

    APLICACIONES MÓVILES

    Ficción ibérica en cinco pulgadas

    El 'Gran Día de los Feos', una comedia orwelliana cargada de humor negro, es la primera serie española hecha solo para móviles


    Eso de que en toda cuadrilla sea imprescindible un amigo más bien feucho y que derroche simpatía es imposible. Al menos en el mundo gobernado por Mijail I 'El Agraciado', un tirano que a golpe de decretazo ha modelado en 25 años una sociedad perfecta en la que los feos han sido borrados del mapa. Una limpieza de imagen que corre de mano de la UCF, una unidad especializada en echar el guante a orcos, callos malayos y a todo aquel que descuide su aspecto. Será un grupo de decididos adefesios el que, harto de esta situación, decida unir sus fuerzas para tratar de dar un golpe de Estado que acabe con los cimientos de esta estética patria.
    Ese es el argumento que vertebra el 'Gran Día de los feos', una comedia española de corte orwelliano y que exuda acidez en cada fotograma. Ficción ibérica empaquetada en episodios de diez minutos y pensada para saborearla a partir de pocas pulgadas, las que puede ocupar la pantalla de un 'smartphone' o una tableta. «Inicialmente este proyecto estaba pensado para un formato de 'webserie', pero nos dimos cuenta de que este mercado estaba muy saturado», comenta Nabil Chabaan, director de esta innovadora ' app serie ', algo inédito en el panorama nacional. «En ese momento pensamos que la posibilidad que había de destacar era cambiando la distribución», añade el realizador , quien ve que las producciones audiovisuales para 'smartphones' no están del «todo explotadas».
    «El formato no solo responde al cuándo quiere verlo el espectador, sino también al dónde quiere verlo», defiende este usuario, quien ve «un futuro prometedor» a esta receta, entre otras cosas, por la gran penetración de teléfonos inteligentes en nuestro país, así como el gran consumo de aplicaciones.
    «Utilizamos el móvil para todo menos para llamar. Creo que se va a producir un cambio de hábito pero hay que darle tiempo», remacha. Esta primera temporada -sus creadores dejan la puerta abierta a nuevas entregas- consta de ocho episodios de una duración tal que se pueden disfrutar camino al trabajo, en un trayecto corto de metro o en la cama esperando a que a uno le entre el sueño. Este aspecto ha condicionado desde el guión hasta el montaje, que se han visto salpicados de «saltos en el tiempo» y una acción mucho «más trepidante», muy diferente a la que se ve en televisión.
    «Desde el punto de la realización hemos tenido que adaptarnos a la pantalla en el que se va a consumir. Hemos prescindido de planos generales y hemos ido a planos cortos para que el tiempo de lectura sea más asequible», cuenta poco antes de explicar su experiencia a los asistentes a la última edición de 'App Date', una especie de foro especializado en apps que cuenta con el respaldo de Microsoft. Como fórmula para rentabilizar esta apuesta han decidido habilitar un sistema de micropagos. Los dos primeros capítulos están en abierto y a partir de la tercera entrega, el precio por capítulo asciende a 0,89 euros.
    En lo que se refiere a la promoción internacional de la idea, el equipo estuvo presente en el Festival Internacional Campiflegrei de Nápoles, donde se llevaron el reconocimiento a la 'Mejor Fotografía' y también participaron en 'Power to Pixel' del Festival de Londres. Esta semana viajarán a Ginebra para participar en el Certamen Tous Ecrans de la ciudad suiza.
    Desarrollo de la 'app'
    «En la web todo esta trilladísimo. En los móviles, aunque existe gran variedad de aplicaciones, aún se pueden exportar algunos formatos con los que hacer algo nuevo», cuenta Daniel Leal, desarrollador de la aplicación, disponible desde el pasado 19 de septiembre tanto para terminales de Apple como para aquellos que funcionen con Android. La productora Tiempo de Rodar -que ha contado en esta ocasión con el mecenazgo de Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales- ha invertido cerca de tres años y un equipo de 150 personas, de las que solo este joven ingeniero de telecomunicaciones y una diseñadora gráfica se han hecho cargo del desarrollo de la plataforma.
    «A la hora de desarrollarla, personalmente, el principal reto ha sido mi desconocimiento, ya que tuve que formarme para crear una aplicación móvil», explica Leal, a quien este debut en la programación móvil le ha valido para empezar a trabajar para el fabricante BQ. «El hecho de tener que proteger el contenido que se va a distribuir, sin hacerlo de una manera muy restrictiva y sin que sea difícil para el usuario ha sido una de las principales barreras», dice sobre uno de los problemas que ha encontrado en este trabajo.

    TÍTULO;  HALLAN UN PISO DE MUNICH 1.500 OBRAS DE ARTE CONFISCADAS POR LOS NAZIS EN LA II GUERRA MUNDIAL,.

    Hallan en Munich 1.500 cuadros robados por los nazis cuyo valor superaría los 1.000 millones

    Un hombre de 80 años guardaba en Múnich unos 1.500 cuadros, entre ellos obras de Picasso, Matisse, Chagall y Nolde, que los nazis robaron o confiscaron y que podrían alcanzar en el mercado un valor de unos 1.000 millones de euros.
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    La investigación llevó a la Policía a un apartamento de Múnich.La Policía alemana ha recuperado más de 1.500 cuadros en un apartamento de Múnich. Entre estas obras, confiscadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, se encuentran obras de artistas como Picasso o Chagall. El lote podría tener un valor en el mercado superior a los 1.000 millones de euros.
    Los cuadros fueron confiscados por los nazis al considerarlos ejemplos de "arte degenerado" y llegaron a manos del galerista Hildebrand Gurlitt durante las décadas de los 30 y los 40. Después, pasaron a su hijo Cornelius, interceptado por las autoridades en septiembre de 2010 cuando viajaba de Suiza a Múnich con exceso de efectivo.
    La investigación para hallar el paradero de las 1.500 obras comenzó en primavera de 2011. Así, las autoridades llegaron a un apartamento de Múnich donde se encontraban los cuadros confiscados, firmados por maestros del arte moderno. La persona que tenía en su poder estos cuadros vivía de los ingresos que obtenía con la venta esporádica e ilegal de alguno de estos cuadros, por lo que la Fiscalía podría acusarle de un delito de evasión fiscal.
    Según informa el semanario Focus, entre las pinturas se encuentran obras de Pablo Picasso, Henri Matisse, Marc Chagall, Emil Nolde, Franz Marc, Max Beckmann, Paul Klee, Oskar Kokoschka, Ernst Ludwig Kirchner y Max Liebermann. Los historiadores están intentando determinar el origen concreto de las pinturas y tasando su valor con vistas a una posible subasta. Los cuadros se encuentran en la actualidad en una cámara de seguridad del servicio de aduanas de Baviera en la localidad de Garching.
    Entre las obras se encuentra el retrato de una mujer desconocida firmado por el pintor Henri Matisse que en su día perteneció al coleccionista judío Paul Rosenberg, quien se vio obligado a abandonar la pieza durante la invasión de Francia. Se da la circunstancia de que Rosenberg era el abuelo de Anne Sinclair, exesposa del antiguo director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Khan, quien ha dedicado parte de su vida a recuperar las obras robadas por los nazis.
     
    TÍTULO; EL CISNE AGONIZA,.

    El cisne agoniza 

    SOCIEDAD

    El cisne agoniza

    La SGAE ha dado la voz de alarma esta semana y ha agitado las aguas del lago de Tchaikovsky: «La danza está en serio trance de desaparición». Bailarines, compañías, administraciones y coreógrafos analizan los «peligros» del sector

    Pekín, el pasado viernes. El Ballet Nacional de España pone en escena 'Farruca', 'Bolero' y 'Medea' y enloquece al público del Teatro Nacional, el más importante del país. Las funciones arrasan.
    Bilbao, teatro Arriaga, mismo día. La compañía Antonio Gades estrena 'Fuenteovejuna' y logra algo más de media entrada.
    Son dos escenas que ilustran el momento actual de la danza en España. Fuera triunfa y llena recintos. En casa gusta y tiene sus adeptos, pero en muy raras ocasiones sus programadores pueden colgar el cartel de 'no hay billetes'. De hecho, la asistencia del pasado viernes al teatro Arriaga puede considerarse todo un éxito para un sector que, según todas las opiniones, atraviesa un delicado momento. La gravedad y pronóstico del enfermo varía según las fuentes consultadas, pero está claro que algo sucede. Algo muy grave. Para muchos, la danza agoniza.
    La voz de alarma la ha dado esta semana el Anuario de la SGAE de las artes escénicas, musicales y audiovisuales. «La danza está en serio trance de desaparición», diagnosticó el secretario general de la Fundación SGAE, Francisco Galindo. Sus espectáculos apenas atrajeron a un millón de personas a los teatros en 2012. Bajaron los montajes puestos en escena y cayó la recaudación. Fue un mal año. Otro más. Desde 2007 el sector no para de decrecer. El cisne ya no es feliz en el lago: una simple metáfora.
    Según los datos oficiales, en España hay 471 compañías de danza (clásica, contemporánea, urbana, flamenco, folclore) y 274 empresas ligadas al sector. En Euskadi el número no llega a la veintena. Esa es la fotografía 'oficial', la que aparece en el registro. La otra, la del día a día, descubre que apenas una decena de compañías, «como mucho», mantiene un elenco de profesionales con nómina mensual asegurada, con una programación estable, giras... Las más importantes, la Compañía Nacional de Danza y el Ballet Nacional de España (ambas públicas y dependientes del Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música INAEM). Están también, a un menor nivel, el Ballet de Ángel Corella, LaMov de Zaragoza, algunas formaciones de tamaño medio dependientes más o menos de gobiernos autonómicos -en Euskadi no hay ninguna-... Pero en la inmensa mayoría de los casos se trata de pequeñas formaciones que «intentan sobrevivir con los bolos que les van saliendo», aunque sin estabilidad.
    Eso explica que los mayores talentos se vean condenados siempre a la emigración para forjarse una carrera profesional. En Euskadi sobran los nombres: Lucia Lacarra, Asier Uriagereka, Alicia Amatriain, Ander Zabala, Amaya Ugartetxe, Iker Murillo, Itziar Mendizabal, Jon Vallejo, Mikel Jauregui...
    «Somos los más pobres»
    «Es verdad que estamos mal, pero yo tampoco creo que hay que mandar un mensaje tan pesimista como el de la SGAE. Es que en la danza hemos vivido siempre así; toda la puñetera vida en crisis y bajo mínimos y peleándonos, luchando como animales para conseguir algo». Igor Yebra, el bailarín vasco más internacional, habla con las tripas cuando se le pregunta por este tema. «Siempre estamos callados y la gran mayoría trabajamos fuera y no podemos defendernos. Pero la gente de la danza siempre hemos sido, dentro de la Cultura, los más pobres. Ni siquiera la Cenicienta. Es algo que quedaría muy bonito, pero ni siquiera la Cenicienta. Hemos sido las sobras de las sobras. Y cuando ha llegado la crisis, a quienes más ha afectado ha sido a nosotros», analiza el bailarín estrella de la Ópera Nacional de Burdeos.
    Para explicar la situación actual del sector, se puede hablar de 'tormenta perfecta'. La danza siempre ha arrastrado problemas estructurales, como la falta de tirón popular (apenas un 6% de la población va una vez al año a ver una función) y la ausencia de compañías potentes y atractivas. Siempre ha vivido muy atomizada, sin una voz común que articule un mensaje unitario. Un andamiaje un tanto frágil que se apoyaba, para algunos excesivamente, en las ayudas públicas para seguir en pie. «El modelo español para impulsar la danza ha sido siempre el de la subvención. Esto parecía que iba a ser eterno y es evidente que no era así», reconoce Miguel Ángel Recio, director general del INAEM, que tampoco comparte el diagnóstico de la SGAE.
    Así que cuando el dinero público ya no llega para subvencionar giras y sostener programaciones, y los teatros se han visto obligados a apostar por los productos culturales más rentables y seguros (teatro, musicales, conciertos) para garantizar taquillas, todo ese andamiaje ha comenzado a temblar peligrosamente. La danza, sobre todo la clásica, ha desaparecido de los pequeños teatros de provincias y sólo resiste en las capitales. «Por eso estamos en esta grave situación. Se nos han caído todas esas estructuras que nos mantenían en pie», explica gráficamente Fernando Saénz de Ugarte, director general de Dantzaz, compañía guipuzcoana con 11 bailarines y que cuenta con una plataforma para facilitar un primer empleo a jóvenes talentos.
    Y si la situación ya era «complicada», la subida del IVA cultural al 21% -«algo salvaje, brutal y escandaloso» para Igor Yebra- ha venido a apretar un poco más la mano sobre el cuello del cisne. «Es cierto que lo del IVA es preocupante, pero no sólo para la danza sino para todo el sector. Ha supuesto, junto a los ajustes en las Administraciones, recortes e incluso la congelación de programaciones y el coste directo de las entradas», detalla Emilio Sagi, director artístico del Arriaga, que esta temporada programará diez espectáculos de danza. «En estos momentos creo que somos el teatro público que más danza programa en todo el país», asegura.
    Sobre este escenario, en el sector ya se debate cómo salir del foso y volver a la luz de los focos. Nadie cree que los malos augurios de la SGAE se lleguen a cumplir. «¿Desaparecer? Nunca», sentencia Yebra. «Estamos mal pero si te comparas con hace veinte o treinta años, vivimos de lujo. Nunca hemos sido un país volcado en la danza, pero lo que sé es que cuando actúo aquí lleno siempre. Y la gente pide más. No sé lo que ocurrirá en el futuro. Yo haré todo lo posible para que las cosas vayan mejor que cuando empecé».
    Desde la Administración central apuestan por «seguir apoyando a las pequeñas compañías» y el INAEM, por su parte, mantiene tres millones de euros anuales para financiar circuitos, giras y conceder ayudas nominativas. Además, ha lanzado el programa PLATEA, dotado con 6 millones, y al que podrán acceder los recintos culturales que al menos destinen a la danza el 25% de su programación.
    «El que tiene calidad seguirá»
    Desde los propios profesionales ya hay voces que llaman a buscar nuevas fórmulas «amoldadas a la época que vivimos». Jon Ugarriza fue uno de esos jóvenes talentos vascos que tuvo que emigrar en busca de un sueño. Madrid, Berlín, Tokio, Londres... Trabajó en grandes compañías, pero decidió regresar a casa. Fundó una empresa -Masqdanza- y comenzó de nuevo. Y le va muy bien. «No pienso que estemos tan mal, para nada. Estamos en un periodo de transformación, de transición hacia nuevas propuestas más interesantes.
    espectáculos de danza se ofrecieron en España, un 13% menos que el año anterior. En Euskadi fueron 166 (-8,7%). En Madrid, la que más, 761; en Cantabria y Castilla La Mancha, las que menso, sólo 11. Desde 2008, inicio de la crisis, se han dejado de programar cuatro de cada diez montajes en todo el país.
    espectadores acudieron en 2012 a alguna función de danza en España, un 10% menos. En Euskadi la caída fue aún mayor, del 17,2% (de 134.417 a 111.275 personas). El público que ha dejado de ver danza desde el arranque de la crisis supera el medio millón.
    millones de euros recaudaron los montajes de danza en España en 2012, un 14,4% menos. En el País Vasco, el descalabro llegó casi al 40%. Pasamos de 1,2 millones a 732.981 euros.

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