domingo, 1 de diciembre de 2013

REVISTA CON PAIS, IRÁN, EL GRAN DESCONOCIDO,./ LA RAZÓN, LA NOVIA MINISTRO WERT.

TÍTULO; REVISTA CON PAIS, IRÁN, EL GRAN DESCONOCIDO,.
Irán, el gran desconocido

  1. Con la costumbre que tiene el ser humano de reducir lo que no conoce bien a un par de trazos, a Irán le ha tocado un retrato muy poco ...-foto
     REVISTA CON PAIS-foto.

    SOCIEDAD

    Irán, el gran desconocido

    Pese a las normas restrictivas de los mulás, la sociedad persa se las arregla para mantener una forma de vida moderna: «Están conectados al resto del mundo»

    Con la costumbre que tiene el ser humano de reducir lo que no conoce bien a un par de trazos, a Irán le ha tocado un retrato muy poco favorecedor. Para buena parte del mundo, este país se sintetiza en una cara y un concepto: por un lado, estaría el rostro barbudo y severo de los ayatolás, tan poco propensos a la sonrisa; por otro, tendríamos ese programa nuclear que tanto obsesiona a las grandes potencias, sobre el que el domingo pasado se alcanzó por fin un acuerdo. Irán viene a ser el coco de la comunidad internacional, el vecino incómodo con quien evitamos tratar, y esa carga de prejuicios y tergiversaciones acaba convirtiéndolo, por simple contraste, en uno de los países más sorprendentes del mundo. Porque resulta que, cuando entramos en casa del vecino hosco y sospechoso, no nos encontramos la mazmorra que esperábamos.
    «A mí me sorprendieron principalmente tres cosas de la vida cotidiana en Irán -explica a este periódico el canadiense Muhammad Lila, corresponsal de la cadena ABC-. Lo primero fue lo conectados que están los iraníes al resto del mundo: a pesar de la prohibición oficial de las redes sociales, prácticamente todos los iraníes jóvenes que he conocido están en Facebook y Twitter. Lo segundo es hasta qué punto conocen esos jóvenes la cultura pop occidental, escuchan rock y rap y ven las últimas películas de Hollywood. Y, en tercer lugar, asombra lo desarrollado que está el país: pese a las sanciones, la vida sigue con normalidad, y Teherán es una ciudad hermosa, con bonitos parques y torres de apartamentos».
    Lila ha elaborado una serie de reportajes para reflejar ese lado urbano y moderno de la vida en la capital, que resulta tan difícil de conciliar con las restricciones arcaizantes de los mulás. En sus paseos por Teherán charla con 'skaters', con jóvenes que practican el 'parkour' -esa disciplina que consiste en superar los obstáculos callejeros con agilidad de gato- o con chicas que siguen cantando rock aunque las vocalistas femeninas estén prohibidas, y también se mezcla con las cuadrillas mixtas de estudiantes que charlan en locales como el Superstar Fried Chicken, una réplica depurada del Kentucky. Desde luego, no es Afganistán, ni tampoco Arabia Saudí, por citar un ejemplo de ese mundo árabe con el que tanto se confunde a los persas.
    Una tonelada de uva
    Irán tiene una población tremendamente joven: alrededor del 60% de sus 77 millones de habitantes son menores de 30 años, y sus aspiraciones no suelen coincidir con las que quieren imponerles los líderes religiosos. Uno de los datos que mejor delatan esa discrepancia es el de las rinoplastias: cada año se realizan en Irán unas 200.000 operaciones de cirugía plástica en la nariz, la inmensa mayoría a muchachas. Las jóvenes cumplen con la obligación de cubrirse el cabello de maneras que a menudo son heterodoxas, y a los flequillos al aire les suman el maquillaje en la cara y los abrigos ceñidos que marcan la cintura. Los iraníes se han vuelto expertos en la creación de pequeños ámbitos de libertad y procuran ignorar las normas absurdas mientras pueden: actos como el de sacar a pasear al perro, prohibido desde hace tres años, se han convertido en rebeldías cotidianas.
    Claro que, en la calle, los encontronazos con la guardia moral pueden causar serios disgustos. Dentro de las casas, a resguardo de ojos censores, es donde se comprueba el grado de occidentalidad de la amplia clase media iraní. En un libro editado el pasado verano, 'Iranian Living Room', quince jóvenes fotógrafos mostraban la intimidad de los hogares, con muchas escenas que parecían corresponder a un país europeo. «En las casas es donde ocurre todo, porque fuera hay que portarse bien y hay gente que controla. Pero, de puertas adentro, se sacan el chador y los pañuelos y hay cenas, música, televisión por parabólica...», relata la escritora catalana Ana M. Briongos, que estudió Literatura en la Universidad de Teherán y mantiene con el país una estrecha relación, cultivada en viajes frecuentes. Ella asistió, por ejemplo, a una fiesta casera en la que olía fuertemente a vino, pese a que la venta de alcohol está estrictamente prohibida: varios amigos se habían puesto de acuerdo, habían comprado una tonelada de uvas y estaban fermentando en bidones las provisiones para todo el año.
    «Irán es un país muy moderno, con hoteles estupendos, carreteras buenas y más chicas que chicos en la universidad. No hay analfabetismo, ni de niñas ni de niños», destaca Briongos. Aunque la mujer valga la mitad que el hombre por ley, muchas novias se las arreglan para establecer cláusulas matrimoniales en las que fijan sus condiciones. «Pueden imponer que el marido no se vuelva a casar, porque la poligamia está permitida, o que en caso de divorcio les entregue cierta cantidad de dinero y propiedades. Las mujeres iraníes son conscientes de su situación y luchan para cambiarla, no son tontinas que lo aceptan todo».

    TÍTULO: LA RAZÓN, LA NOVIA MINISTRO WERT.
     

    1. La novia del ministro WertH a sido un amor a fuego lento y cocido en el ambiente casi bélico del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. La pareja es explosiva, ...
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      SOCIEDAD

      La novia del ministro Wert

      Se llama Montserrat Gomendio y es la número dos de Educación. Bióloga, especializada en esperma animal, la mujer con mayor patrimonio del Gobierno de Mariano Rajoy abandonó en octubre el domicilio familiar y ahora se enfrenta en los tribunales a su ex

      La relación entre ambos surgió en los despachos de Alcalá
      H a sido un amor a fuego lento y cocido en el ambiente casi bélico del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. La pareja es explosiva, de esas que no dejan indiferente a nadie. Él, José Ignacio Wert Ortega (Madrid, 1950), es el ministro peor valorado por los ciudadanos desde la restauración de la democracia (con una nota de 1,58 en el último sondeo del CIS y bajando), y ella, Montserrat Gomendio Kindelan (Madrid, 1960), secretaria de Estado de Educación, la mujer con el mayor patrimonio declarado entre los integrantes del Gobierno de Mariano Rajoy, con 14,5 millones de euros.
      Dicen que les presentó un antiguo compañero de Wert en el BBVA, que habló maravillas sobre esta investigadora, especializada en esperma animal y biotecnología reproductiva y antigua directora del Museo Nacional de Ciencias Naturales. El hombre no se anduvo con rodeos y la recomendó para un alto cargo, aunque no tenía padrinos conocidos en el PP. Wert y Gomendio se reunieron en tres ocasiones y el ministro, que presume de empollón e intercala en su discurso citas en cinco idiomas, quedó deslumbrado por su capacidad. Pensaba en ella para un puesto de menor nivel, pero el 13 de enero de 2012 la escogió para ser su mano derecha en Educación.
      En junio, y tras compartir «horas y horas de despacho» en el edificio que ocupan en el 34 de la calle de Alcalá, empezaron a salir juntos. Ella llevaba 24 años felizmente casada con el también investigador del CSIC Eduardo Roldán Schuth, a quien conoció cuando ambos trabajaban en el Reino Unido y con quien tiene dos hijos varones, que ahora estudian allí.
      José Wert, divorciado y padre de un chico y de una chica, mantenía por entonces una relación estable con la periodista y profesora vasca Edurne Uriarte. En septiembre del pasado año, Gomendio comunicó a Eduardo Roldán su relación con el ministro. En octubre dejó el domicilio conyugal y se mudó a un apartamento de 200 metros cuadrados en la calle Joaquín Costa de Madrid. La vivienda, según informaciones periodísticas, es propiedad de una de las 18 empresas en las que tiene participación su familia. Su ex encontró algunas fotografías de Wert y otros recuerdos sentimentales, olvidados en la mudanza. «Hay una gran química personal entre ellos. Y salta a la vista», reconoce una persona que los ha tratado en la intimidad.
      Cuando se publicaron las primeras noticias sobre el noviazgo, Wert y Gomendio, que nunca habían ocultado su excelente relación, sintieron caer una barrera y oficializaron su idilio.
      Desde entonces, la relación se ha complicado. Suele suceder cuando el amor y el trabajo caminan de la mano. Montserrat, a quien se atribuye la autoría intelectual de la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, ha acompañado al ministro en viajes oficiales de difícil justificación. Visitaron juntos el espectacular edificio de las Bodegas Protos, bajo el castillo de Peñafiel, en Valladolid, y asistieron en pareja al último Festival de Cine de San Sebastián. Allí, José Wert, que ha mantenido sonoros enfrentamientos con el 'sindicato del cine', recibió un estruendoso abucheo durante su rápido caminar por la alfombra roja del María Cristina; un par de metros por detrás, sin amilanarse y manteniendo el tipo, le acompañaba su novia, la secretaria de Educación.
      Gomendio demostró allí, por si cabía alguna duda, que es una mujer de carácter. Ha superado un cáncer de mama y se declara seguidora del ejemplo y de la música de Luz Casal. Con antepasados británicos e irlandeses, es hija de Doreen Kindelan Everett y de José Manuel Gomendio Fiter. Tiene dos hermanos, José Manuel y Jorge. Licenciada en Biología por la Complutense, realizó su tesina en la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC, en Almería, donde su familia también posee propiedades.
      Becada en el Saint John's College de Cambridge, hizo allí su doctorado e impartió clases como profesora asociada en el Departamento de Zoología. Es miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, ha publicado un centenar de artículos científicos en revistas tan reconocidas como 'Science' y 'Nature'. Después de dirigir el Museo Nacional de Ciencias Naturales de 1997 a 2002, ocupó la vicepresidencia de Organización y Relaciones Institucionales del CSIC, donde trabajaba cuando la fichó Wert.
      Discreta y poco amiga de los oropeles hasta su entrada en política, Gomendio pasaba sus vacaciones en safaris fotográficos por África o recorriendo Europa en coche. Quienes la conocen hablan de su tremenda preparación y, también, de un carácter «cambiante».
      «Acaparadora y exigente»
      «El trato habitual es agradable, puede ser la persona más encantadora del mundo... pero, un día, se le cruza el cable y se vuelve completamente insoportable. Es acaparadora y exigente. Desconfía de la gente. Cree que si no es ella quien hace las cosas están mal hechas. En eso también es idéntica a Wert», la retrata un alto cargo que se relaciona con ella.
      Amante de la Naturaleza, enemiga declarada de los toros (aunque su pareja es un taurino militante) y de las prendas de piel, que no viste nunca, los funcionarios del Ministerio de Educación están habituados a ver cómo cambia sus tacones por unas zapatillas deportivas y sale a caminar por el Retiro o por la Castellana. Comparte esa afición por los paseos con José Wert, a quien una hernia ha alejado del tenis, su deporte favorito. Frugal en la alimentación, pero dispuesta siempre a compartir una buena mesa y una sobremesa bien conversada, Montserrat Gomendio, bautizada así en recuerdo a su abuela mallorquina, es una incondicional de los dátiles, que mordisquea en cualquier ocasión y que la acompañan siempre.
      El pasado verano, la pareja y los dos hijos de ella pasaron las vacaciones de agosto en una vivienda que la familia Gomendio posee en República Dominicana, en el exclusivo complejo urbanístico Casa de Campo.
      Con la la ruptura, Montserrat Gomendio y Eduardo Roldán acordaron el divorcio, que ha tramitado el Juzgado de Familia número 80 de Madrid. Sin embargo, el exmarido ha recurrido la sentencia. Casados en gananciales, ella se niega a ceder a su ex la mitad de las «donaciones» realizadas a su favor por sus padres en los últimos años y que son de carácter «privativo».
      El juez del juzgado de Tetuán ha iniciado una investigación para determinar el valor real de la fortuna de la secretaria de Estado, la mujer con mayor patrimonio del Ejecutivo. Con 14,5 millones declarados, solo está por detrás del secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles (18,1 millones).
      El patrimonio de la novia de Wert está formado por la casa familiar en Pozuelo de Alarcón y un piso en la calle Joaquín Cost (ambos valorados en 1,5 millones de euros); una vivienda en Londres y otra en Cambrigde (tres millones de euros de valor catastral, no de mercado); fincas en Almería y las participaciones en las empresas familiares.
      A Wert solo le faltaba este roto en su traje, un 'affaire' sobre el que la sociedad madrileña prefiere mirar hacia otro lado, amparándose en ese 'pacto de la bragueta' que rige las relaciones personales de los políticos en España. Pero los sables han sido desenvainados y siguen en todo lo alto. Una información reciente señala que, en mayo, Gomendio habría ordenado al Lloyds Bank bloquear «las cuentas y depósitos en común» con su exmarido por temor a «una retirada de fondos». El culebrón se ha instalado en el Ministerio de Educación.
      Montserrat Gomendio procede de una familia de constructores, su padre y su hermano José Manuel figuran al frente de Parque Centro S. A., de Eurocentro S. L., Gesgolan S. L. y Prospecciones Los Cerros S.L., empresas dedicadas a la gestión y a la comercialización de fincas rústicas. Un tío suyo, Esteban Gomendio Fiter, forma parte del Grupo Inmobiliario Gomendio, fundado en 1955.
      Esta misma semana, el ministro Wert ha hecho una encendida defensa de su colaboradora: «No me he planteado ningún cambio en mi equipo y mucho menos ése», señaló a preguntas de este periódico. Wert asegura también que nunca ha pensado en cesar. «Si me lo hubiera planteado, habría dimitido», asegura.
      millones de euros es el valor del patrimonio declarado por la secretaria de Educación, Formación Profesional y Universidades tras acceder al cargo el pasado 13 de enero de 2012.

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