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La de Vivian Maier (1926-2009) es una historia tan
extraordinaria que parece surgida de la imaginación desbocada de un
guionista excéntrico y misterioso que se dejó muchas páginas en blanco. Niñera durante
cuarenta años en Chicago, cuando murió, en el 2009, sola y
terriblemente pobre, nadie podía ni siquiera sospechar que aquella
extravagante anciana que dormitaba en los bancos de los parques y se
alimentaba a base de conservas en lata era en realidad una de las grandes
fotógrafas
americanas del siglo
XX, cuyas obras resisten bien la comparación con las de figuras como Diane Arbus, Helen Levitt, Robert Frank o Garry Winogrand.
Celosa y reservada de su privacidad, casi nunca
desvelaba su nombre real y utilizó decenas de variaciones del mismo, y
mucho menos hablaba de su obsesiva y secreta pasión por la fotografía,
que le llevó a reunir un extraordinario conjunto de 120.000 negativos,
muchos de ellos sin revelar, que nadie más que ella había visto. Un
tesoro escondido que nunca habría sido descubierto de no ser porque, en
el 2007, un joven investigador, John Maloof, que buscaba imágenes del
Chicago de los años 60, adquirió en una subasta una caja llena de
negativos por 400 dólares. Habían llegado hasta allí directamente del
desván donde Vivian Maier los había abandonado en los 90 cuando, ya
jubilada y sin recursos, se vio obligada a vivir en la calle; fue el
propietario quien se deshizo de ellos. A Maloof aquel hallazgo le cambió
la vida (las copias de sus imágenes alcanzan los 5.000 dólares en
galerías); a su autora no, murió dos años después creyendo que llevaba
con ella el secreto a la tumba... Era todo lo que tenía.
¿Cómo habría vivido ella, que escogió la discreción,
convertirse en un fenómeno viral? ¿Realmente habría querido que su obra
y, con ella, su intimidad salieran a la luz? “Es cierto que ella las
guardó para sí, nunca las mostró, pero una cosa es ocultar la obra y
otra destruirla. Y ella decidió conservarla, como si hubiera querido
dejar una puerta abierta”, señala Anne Morin, comisaria de Vivian Maier.
In her own hands, una igualmente extraordinaria exposición en
FotoColectania en la que, una tras otra, las más de ochenta fotografías
allí reunidas proporcionan el inmenso placer de mirar la vida en las
calles a través de su mirada moderna y singular, cargada de talento e
intención, siempre al acecho de los estados de ánimo y las expresiones
humanas que encuentra casi siempre en quienes, como ella, campan en los
márgenes: afroamericanos, niños, ancianos, pobres... Ella misma
autorretratándose como un ser extraño detrás de un espejo, reducida a
una huella en la gigantesca sombra que se extiende en el suelo (era muy
alta, medía 1,80) o en el reflejo de un charco de agua.
En los últimos años se han sucedido en todo el mundo las
exposiciones, las ediciones de libros e incluso se realizó un
documental, Finding Vivian Maier (John Maloof y Charlie Siskel),
nominado al Oscar 2014, que han acrecentado su mito sin conseguir
desvelar los misterios que lo alimentan. Hija de padre checo y madre
francesa, nació en Nueva York en una familia castigada por la violencia y
el alcohol, pero pasó parte de su infancia en una pequeña población de
los Alpes franceses, adonde volvería en 1960 como colofón de una
solitaria vuelta al mundo (de China a Egipto, pasando por buena parte de
Europa) en la que dilapidó la herencia que le acababa de dejar una tía
suya. Lo cual dice mucho de su audacia, su curiosidad y lo que le movía.
Anne Morin cree que su descubrimiento de la fotografía debió tener
lugar en la casa del Bronx de Jeanne Bertrand, artista y fotógrafa,
donde trabajaba su madre como niñera. Maier estaba al tanto de la
fotografía que se hacía en el momento (visitaba exposiciones y entre las
cajas de negativos se encontraban pilas y pilas de periódicos y
revistas que fue acumulando compulsivamente), “pero ella formaba parte
del servicio doméstico y por lo tanto estaba condenada a la
invisibilidad y el anonimato. Se buscaba a sí misma a través de la
fotografía, pero tenía interiorizado que cualquier otra identidad le
habría sido negada”.
Con la cámara colgada al cuello, Maier aprovecha sus
paseos con los niños a los que cuida para deambular por las calles con
la actitud de una flâneuse. Uno de aquellos niños sería el que décadas
después la rescataría de su condición de sintecho y, junto a sus dos
hermanos, le pagó un pequeño apartamento hasta su muerte. La nueva vida
de Vivian Maier pende ahora de los hilos que maneja John Maloof, su
descubridor (en realidad fue Allan Sekula quien le advirtió lo que tenía
entre manos al ver las imágenes que vendía a través de internet),
custodio y en cierto modo propietario de su obra y de los derechos de
autor que se derivan de la misma. Él es quien le está dando una
identidad, quien decide qué y cómo se expone, también qué se revela y
con qué encuadre, y así construye su obra, ya que su autora,
probablemente por falta de dinero, dejó pocas copias impresas.
TITULO: LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA - FRANCESCA EASTWOOD ACTRIZ,.
Francesca Fisher Eastwood - foto,.
Francesca Eastwood | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Francesca Ruth Fisher | |
Otros nombres | Francesca Eastwood | |
Nacimiento | 7 de agosto de 1993 (22 años) California, Estados Unidos |
|
Nacionalidad | Estadounidense | |
Familia | ||
Padres | Clint Eastwood Frances Fisher |
|
Educación | ||
Alma máter | ||
Información profesional | ||
Ocupación | actriz | |
Año de debut | 1995 | |
Filmografía
- 2016 Outlaws and Angels, Florence Tildon
- 2015 Wuthering High School, Ellen filme de TV
- 2015 Final Girl Gwen
- 2015 Mother of All Lies Sara filme de TV
- 2015 Girl Missing Jane filme de TV
- 2015 Kids vs Monsters Candy
- 2015 "Cardinal X" Jeanine
- 2015 Heroes Reborn Molly Walker TV series (3 episodios)
- 2014 Jersey Boys Camarera.
- 2014 Kids vs. Monsters Candy.
- 2013 Final Girl
- 2012 Mrs. Eastwood & Company serie de TV (7 episodios) si misma.
- 1999 True Crime Kate Everett.
- 1995 The Stars Fell on Henrietta Mary Day.
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