TITULO: Cena con mamá - José María Cruz , Viernes -6- Agosto.
Viernes -6- Agosto a las 22:00 en La 1, foto,.
José María Cruz,.
El síndrome del salmón,.
«Nada mejor que las páginas del Hiperlocal HOY Jaraíz para reconciliarnos con nuestro origen»
Aprendemos a amar a medida que aprendemos a perder. Ocurre con las personas, a las que nos unen los vínculos invisibles del apego, que aparecen cuando se adivina la pérdida y aumentan en cuanto nos amenaza la ausencia. Sucede algo parecido con las cosas, también con el lugar en el que se nace, y con el paisaje de la infancia, del que alguien dijo con razón que cobija nuestra verdadera patria.
Quizás por eso necesitemos abrir, de vez en cuando, la caja de pequeños tesoros que no permiten regresar a la Ítaca añorada. Puede que, a fuerza de mudanzas y naufragios, el baúl de los recuerdos haya perdido tanto lastre que apenas mantenga la envoltura, por lo que viene bien tener a mano un soporte escrito, como las publicaciones de HOY, que nos proporciona Pedro Díaz Samino.
Hasta 1975, año de tantos cambios, me consideré tan afortunado por vivir en mi pueblo, como empujado a cambiar de aires en busca de sueños y de perspectivas laborales que se presentaron, precisamente, gracias a la formación recibida en la academia de la calle Pedreros, con cuyo profesorado tengo una impagable deuda de gratitud que merecerá otras citas. Sin querer irme, pero sin evitarlo, empecé a echar de menos el terruño apenas sobrepasaba Navalmoral o Plasencia, aprovechando cualquier oportunidad para volver a Jaraíz.
Luego llega el tiempo en que echas raíces en otra tierra y te enfrentas al dilema de pertenecer a dos lugares, que es cosa parecida a no tener ninguno.
Cuando ocurrió, recordé cómo mi padre saludaba alguna vez, siendo yo niño, a otros 'jaraiceños de la diáspora' –unos desconocidos de paso por el pueblo– con los que nunca esperé compartir la condena del desarraigo. Mal que me pesara, empecé a entender que me había convertido en uno de ellos, cuando en cada regreso mermaban los saludos lo mismo que aumentaban los olvidos.
En una de las interminables charlas con César Trujillo, amigo invisible, me habló del 'síndrome del salmón', sin señalarme con el dedo, pero sin necesidad de hacerlo. Nos conocemos de largo y demasiado bien, sé que me adivina el pensamiento y se limitó a hablarme del anhelo, muchas veces injustificado e imposible, de volver al origen. No todos los salmones regresan al río del que salieron, pero muchos pasan la vida soñándolo.
Y por si ese mal urge remedio y no fuera suficiente la caja de las fotos o el rincón de los recuerdos, César me recomienda echar mano del pimentón de Jaraíz que siempre tengo en la despensa y olerlo con la solemnidad del que toma vahos. Mientras espero que los efluvios patrios hagan efecto, nada mejor que tener a mano las páginas del Hiperlocal HOY Jaraíz como complemento imprescindible para la reconciliación con nuestro origen, el lugar que hemos amado y criticado con la misma ingratitud que lo hicimos con nuestros padres, pero en el que naufragará nuestra mente si algún día nos abandona la lucidez.
Post data. Creo que es importante –me temo que poco valorado– tener en nuestro pueblo una publicación con la solvencia del Diario HOY y el entusiasmo de su corresponsal, que sirva de memoria ordenada y completa del presente local. Si aporta, además, datos y documentación de hechos pasados, adquiere un valor incalculable porque Jaraíz no puede permitirse la torpeza del olvido.
En la distancia, debo decir que su imprescindible lectura me hace sentir que tenemos algo antiguo y común que compartimos los jaraiceños que están cerca y los que, estando lejos, padecemos alguna vez el síndrome del salmón.
TITULO:
Imprescindibles' estrena en La 2 - Adios Mama ,.
Domingo -8- Agosto ,.
Domingo -8- Agosto a las 21:30 horas en La 2, foto,.
Adios Mama,.
Carta a la madre ausente,.
Cuatro hijas y un hijo escriben en su Día a su madre, que ya no está con ellos,.
Un crítico de cine de cuyo nombre no logro acordarme escribió una vez sobre 'Los puentes de Madison' que después de ver la película todos los maridos deberían correr a besar a su esposa. Se me quedó grabada la frase, allá por 1995, aunque no el autor. Después de leer estas cartas de amor para celebrar el Día de la Madre, es muy posible que le entren unas ganas irrefrenables de abrazar a la suya, si es que aún tiene la suerte de disfrutarla, aunque sea de lejos en este confinamiento... Y si ya no está, haga como las hijas e hijo de este reportaje; las perdieron en diferentes momentos, unos hace años, otros no tanto, y alguna, muy recientemente, por culpa del dichoso virus, sin despedida, abruptamente. Ante estas infinitas ausencias, han querido dedicarles unas líneas en este simbólico día. Atrévase, verá que es terapéutico. Leyéndolas, una cosa queda clara, el poder de la palabra madre, ama, mare, naiciña, mamá... dicha, gritada, susurrada, llorada... como cuando éramos niños. Alivia. También escrita, como en estas cartas llenas de cariño y belleza. Atrévase.
Carta de Mónica Lizarbe a su madre, Margarita Villabona (1938-2006). Olite (Navarra)
Me encantaría poder llamarte y decir de nuevo: ¡Mamá!
Querida mamá, me ha costado 14 años escribirte unas palabras, todavía me produce un escalofrío pensar en aquel pasillo largo y oscuro que recorrimos juntas abrazadas después de aquella cita médica en la que te dijeron con buenas palabras que la vida se te acababa. ¡Qué duro vivir aquel año!¡Qué duro acompañarte en ese camino de degradación física que sufriste! Y, sin embargo, ¡qué feliz me siento a la vez por haberte podido acompañar!
Sabes, ahora algunas personas están muriendo solas. ¡Qué triste, qué dolor! Sin embargo, yo tuve la suerte de poderlo hacer contigo. Cuando repaso ahora los mejores momentos de mi vida, uno de ellos es haberte acompañado en ese camino del final de tu vida. ¡Qué lección nos diste! Viviste tu enfermedad con entereza, con optimismo en que aquello no podría contigo... Sin una queja... Recuerdo que cuando te estaba naciendo de nuevo el pelo y salía blanco, me dijiste: «Yo no me lo voy a dejar blanco, en cuanto salga todo me lo tiño»... No dio tiempo. Pero tú no te rendías a que eso fuese el final...
¡Cuántas veces he echado de menos marcar tu teléfono y pronunciar la palabra MAMÁ... Ahora yo soy mamá y, qué curioso, a partir del momento en que lo fui, todavía pienso más en ti. En la pena que me da que no conocieses a tu nieto. ¿Quién te iba a decir que yo tendría un hijo, eh?... Aunque ya sé que de alguna forma le conoces. Cuando le daba pecho, de bebé, y de repente se soltaba del pezón y miraba como si hubiese entrado alguien, yo sabía que te miraba a ti... que tú nos acompañabas.
Querida mamá, hoy es el Día de la Madre. Me encantaría llamarte y poder decir de nuevo: ¡Mamá! Cuánto te necesito todavía y qué afortunada he sido de ser tu hija... ¡Felicidades, mamá!
Carta de Mari Carmen Navarro a su madre Sagrario Bedoya (1936-2013). Santoña (Cantabria)
Mamá, ¿quedamos en Berria o en San Martín?
El verano comienza cuando quedamos todas juntas en la Playa de San Martín. Como cada año, vuelve nuestra rutina estival. Cuatro generaciones de mujeres haciendo lo mismo que tú. Siguiendo tus pasos. Pasear, bañarse y leer. Por ese orden. Rodeada de tus hijas, tus nietas y tus bisnietas. Después, a comer en el Chili: sardinas, jibiones fritos y ensalada. ¡Qué más se puede desear!
A la tarde, con la marea alta nos volvemos a la playa. Es el momento de las historias.
– «Mamá, cuéntale a las niñas lo de Juanillo».
– «Veréis, yo estaba aquí mismo en la playa con mi madre, mojándome los pies, los tenía muy hinchados, estaba a punto de tener mi segundo hijo. De repente pasó por delante de mí un niño arrastrado por la corriente que no podía salir. Era Juanillo. Sin pensarlo dos veces me tiré a por él. Mi madre empezó a chillar. –¡¡Sagrario estás loca. Ayuden a mi hija por favor, está embarazada!!–. Cuando llegué hasta el niño, estaba muy cansado. Tranquilo –le dije–, vamos a salir poco a poco, los dos juntos. Le sujeté por el pecho y nos dejamos llevar, pero corrigiendo la trayectoria hacia la orilla. Y así llegamos a hacer pie y salir andando. El niño tenía 12 años. Juanillo es hoy un hombre que sale a la mar, sin miedo, pero con respeto. Desde entonces, todos los años cuando sabe que estoy en casa, me trae pescado fresco».
Fue la última vez que contaste esa historia. Era un día perfecto, si no fuera porque el agua estaba fría y porque esa misma noche te fuiste. Sin despedirnos. Un agujero negro se me abrió en el alma. Al cerrar los ojos me veía acurrucada en la oscuridad, agarrada a mis piernas y con la cabeza entre ellas. Para no ver. Para que no me vean. Encapsulada, igual que una crisálida. Cuando avanzo mis manos, veo las tuyas. Cuando camino, mis expresiones, mis gestos, mis arrugas son las tuyas. Después de siete años, esa crisálida va saliendo poco a poco. Me estoy transformando en ti. Te quiero.
Mª del Mar Jiménez, a Ángela Arroyo (1939-1990). Granada
Te recuerdo, mamá, con tu moño a la italiana y tu luz permanente...
A mamá. A tu dulce sonrisa, a tu tierno cariño, a tu especial
cuidado, a tu amoroso gesto. A tu incondicional entrega, a tu continuo sacrificio, a tu comprensión infinita, a tu apoyo amoroso. A tu silencio sereno, a tu mirada bondadosa, a tu beso de flor, a tus manos maltratadas. A tu belleza de niña, a tu alma de ángel, a tu amor a papá, a tu amor a tus hijos, a tu amor a los demás. A tu lucha incansable, a tu cuerpo quebrado de dolor y pesar, a tu inmenso dolor y tu sonrisa a pesar. A tu pena y a tu alma, a tus deseos sin realizar, a tu recuerdo alegre de los días en el hogar. A una estrella que brilla y me observa llorar y me observa reír, y me ayuda a soñar y me ayuda a lograr, y me ayuda a ser y me ayuda a sentir, y me ayuda a vivir… Y a una nube en el cielo, y una lágrima más, a la MUJER que fue y es, a mi madre, a mamá, a... mi mamá. Te recuerdo, mamá, por tu sencilla elegancia, siempre con faldas estrechas y tacones de aguja, tu moño a la italiana y tu luz permanente. Y cómo olvidar tu infinita paciencia con tus hijos, siempre viviendo para nosotros. Y nunca, nunca he vuelto a probar en ningún sitio tu exquisita cocina, que compartías con papá, y que estará ahora contigo.
Idoia Larrabide escribe a Mercedes Ramos (1933-2020). Bilbao
Te me has ido solita y lo siento en el alma. Me quedo con los años que hemos pasado juntas
Mi querida ama: Te me has ido, solita, sin avisar. Siento en el alma no haber podido estar contigo. Pero me quedo con todos los años que hemos pasado juntas. Hemos sido una bonita familia junto a aita. Nos hemos divertido y reído.
Siempre recordaré tu valentía, incluso cuando ya te habías quedado sin vista. Has sido imprescindible para la gente que te rodeaba, dispuesta a ayudar a todos de una forma u otra cuando se te necesitaba. En los últimos tiempos, la ayuda la has necesitado tú, y ahí hemos estado todos juntos guiándote el camino para que nunca te sintieras sola.
A pesar de todo, las circunstancias no han sido las mejores, porque sí, porque la vida no es siempre todo lo justa que nos gustaría. Te has acabado yendo sola, como nunca lo habrías querido ni imaginado. Solo espero que, aunque no hayamos podido estar junto a ti en estos momentos, nos hayas sentido igual de cerca que nosotros a ti.
Ahora estás en paz, te llevaremos toda la vida en nuestro corazón y te vamos a echar muchísimo en falta. Danos fuerzas para seguir este camino sin ti. Te queremos.
Canción 'La Grieta', escrita por Goio Gutiérrez para María Quintana (1928-2018). Bilbao
Ahora sé que estás justo aquí, tú en mí y en ti yo.
La grieta se abrió y el mundo se partió en dos, en dos...
Las cosas cayeron adentro una tras otra, como sin alma, como sin cuerpo...
Unas se rompieron y otras no lo hicieron, pero todas cambiaron, todas cambiaron...
Y nada quedó ni en un lado ni en el otro, sólo tú allí y aquí yo...
¿Qué hacer?, ¿qué hacer?...
Lloré primero, de nada sirvió, recé después y de nada sirvió.
Corrí en busca de un puente y de nada sirvió, cerré los ojos y sellé... mi corazón, mi corazón...
De pronto, del fondo del abismo, una voz llegó y alta y clara así se pronunció:
«No, no va a dejar la rueda de girar. No, no hay vuelta atrás, la grieta no se cerrará.
Si te quieres acercar a lo que está más allá, dentro de ti deberás mirar. Sólo así lo podrás encontrar»
Poco a poco el llanto cesó y cesó la oración.
Comencé a caminar y sonreí, casi feliz, casi feliz...
La grieta a un lado al otro yo, abiertos los ojos, abierto el corazón.
Ahora sé que estás justo aquí, tú en mí y en ti yo.
TITULO:
De seda y hierro - Aspace Cáceres concluye un curso protagonizado por la pandemia
,. Domingo -8- Agosto ,.
El Domingo -8- Agosto , a las 20:20 por La 2, foto,.
Aspace Cáceres concluye un curso protagonizado por la pandemia,.
servicios,.
Este centro apuesta por nuevas alternativas para mejorar la calidad de vida de los usuarios,.
El centro de Trujillo de Aspace Cáceres ha vivido un curso duro debido a la crisis sanitaria. No han faltado las restricciones y limitaciones a la hora de realizar actividades. No obstante, la atención a los usuarios, a través de sus diferentes servicios, se ha desarrollado con una 'calma tensa' propia de la situación. Además, aunque ha habido que superar algún susto en forma de positivos de covid, no ha habido ninguna transmisión dentro del centro. «Eso significa que los protocolos y las medidas que se han tomado han funcionado». Así, la directora del centro de Trujillo de Aspace Cáceres, Pilar Mayoral, valora el desarrollo del curso que acaba de finalizar, influido por la pandemia.
Además, resalta los cambios que ha habido en la metodología, sobre todo, en la prestación del centro ocupacional, ya que está financiado por el Fondo Social Europeo. Esos cambios han estado centrados principalmente en aspectos técnicos, como valoraciones y evaluaciones. Considera que el equipo humano se ha adaptado bien. Mayoral también resalta que se ha apostado por nuevos talleres, como el de radio y el de guía y turismo, sin olvidar otras propuestas, como un huerto «Siempre estamos pensando en las personas que acuden a los servicios para que tengan mayor autonomía y calidad de vida». Igualmente, se busca que, con iniciativas, se sientan realizados.
Deseo
El resto de servicios, como centro de día, atención temprana y habilitación funcional, se han desarrollado de forma parecida a otros años. A Mayoral le hubiese gustado tener un mayor contacto de forma presencial con el grupo de padres y, en general, con las familias, con el fin de hacer más actividades.
También hubiese deseado hacer salidas con usuarios para trabajar aspectos que ya se tocan dentro de las aulas, además de realizar actividades de participación con la comunidad. Confía en que, cuando la pandemia dé una tregua, se recuperen estas iniciativas.
Tras el periodo vacacional se retomará el curso confiando en que la situación sanitaria sea estable y se amplien las alternativas que beneficien a los usuarios.
TITULO:
Noche Sexo - Monica y el sexo -Dolly Parton, una conejita de la tercera edad ,.
El viernes -6- Agosto 0.40 / Cuatro, foto,.
Dolly Parton, una conejita de la tercera edad,.
Recrea a sus 75 años su legendaria portada de 'Playboy' como regalo de cumpleaños para su marido,.
«Las comparaciones siempre son odiosas. Así, en general. Pero si la comparación es contigo misma 43 años después... Entonces, además de odiosas, pueden resultar devastadoras. Dolly Parton sin embargo se ha atrevido. ¿Cuándo se le ha puesto algo por delante a Dolly Parton (que ella no haya amortiguado)? La cantante ha querido emular la portada de 'Playboy' de 1978 en la que posó como conejita y para ello se ha retratado de la misma guisa, pero a sus 75 tacos. No lo ha hecho por vanidad, sino para complacer a su marido y que después de 57 años siga pensando que su mujer todavía es sexy, excitante... Y que está tan rica «como el queso crema».
El marido se llama Carl Thomas Dean y hace unos días cumplió 79 años. No ha trascendido cómo reaccionó al regalo que le preparó su mujer (ella misma, embutida en un corpiño, con tremendo escote y unas coquetas orejitas), pero se supone que si lleva casado con Dolly desde mayo de 1966, es que realmente la adora. Lejos de dedicarse al espectáculo, Dean dirige una empresa de asfaltado en Nashville y curiosamente pocas veces ha visto actuar a su esposa. Quizás porque ella ya le hace pases privados en casa.
«Hey, hoy es el cumpleaños de mi esposo Carl y probablemente se pregunten por qué voy vestida así». Con estas palabras comienza el divertido vídeo explicativo que la propia Dolly se grabó para justificar su atuendo. En realidad, todo se debe a una promesa. A su marido le gustó tanto aquella portada de 'Playboy' que ella le prometió que volvería a hacer otra igual a los 75. La reina del country ha cumplido, lo malo es que 'Playboy' ya no existe. «Aun así, deberían pagarme por la sesión», bromea ella.
Dolly ha colocado ambas portadas, la del 78 y la de ahora, en un mismo panel, lo ha enmarcado en un cuadro y se lo ha regalado a su esposo, vestida de conejita, y entonando una canción... Lo sorprendente es que a pesar de las siete (o setenta y cinco) diferencias que puedan existir entre una y otra imagen, hay cosas en Dolly Parton que permanecen inalterables. Por ejemplo, su sentido del humor, su cinturita de avispa... Y, por supuesto, esas sobresalientes turgencias pectorales que, contradiciendo la física, siguen desafiando la ley de la gravedad. Por el contrario, el rostro de la cantante, entre el bótox y los retoques estéticos, resulta menos reconocible. Pero ya dice ella misma, con su retranca sureña, que en esta portada virtual la que posa es «la nueva Dolly o, mejor dicho, la nueva vieja Dolly».
Sus seguidores no han tardado en derretirse. «Te queremos tanto -le ha escrito una fan-. Tú eres eternamente picante». Otros han llenado su perfil de Instagram con símbolos de llamas y hogueras... «Gracias por llenar el mundo de arcoíris», le dice un rendido admirador. No ha trascendido qué le dijo su marido cuando recibió el original regalo, sin moverse del sofá, pero debió de ser algo bonito porque siguen juntos. La pareja no tiene hijos, sin embargo ejercen de abuelos de sus sobrinos nietos. Dolly es además madrina de Miley Cyrus, con la que trabajó en Hannah Montana interpretando el personaje de 'tía Dolly'.
El amor de esta superestrella del country por su marido es legendario. Hace 48 años, cuando llevaba nueve casada con él, sufrió una crisis de celos por culpa de una atractiva empleada de banca con la que su Carl soñaba por las noches... Se llamaba Jolene, y Dolly le compuso una sentida canción que ha terminado por convertirse en una de las más aclamadas de su carrera. «No te lleves a mi hombre solo porque puedes», le suplicaba. Hoy, casi medio siglo después, un fan de Dolly Parton, al verla tan airosa de conejita 'Playboy' a sus 75, no ha podido evitar exclamar en tono de revancha: «¡Jolene, nunca tuviste nada que hacer!».
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