Venció a Serena Williams en Roland Garros y, de la noche a la mañana, ha sido aclamada como el esperado relevo de Arantxa Sánchez Vicario. Descúbrela.
Más de 10.000 espectadores se han congregado en Roland Garros para aclamar a Serena Williams, la incostestable número uno del circuito. Al otro ladode la red está Garbiñe Muguruza, una desconocida (número 28 del ranking) con nada que perder que, precisamente por eso, tiene todo por ganar. Si letiemblan sus largas piernas (mide 1,82), en su juego no se nota: ataca, corre, sube a la red, la trata de tú a tú.
Serena está nerviosa, no acostumbra a ir por detrás en el marcador: sufre, grita,se desespera. Su oponente se entrega en cada golpe y, en una hora de duelo,el milagro sucede: David vence a Goliat. Las 10.000 bocas abiertas de asombro se preguntan entonces:¿quién es esa chica?
Garbiñe tenía seis años cuando ingresó en la academia de tenis Bruguera, un centro de alto rendimiento a las afueras de Barcelona. Desde entonces, cinco horas de entrenamiento diarias: tenis, gimnasio, preparación física… y por la tarde, al colegio. Así se hacen los campeones, con horas, dedicación, esfuerzo, sudor y, sobretodo, disciplina. Pronto se comprobó que sus cualidades superaban a las de sus hermanos. “Era buena estudiante, pero cuando acabé el Bachillerato decidí apostar por el tenis y no tengo un plan B”.
Garbiñe contesta a las preguntas de Mujerhoy sentada en uno de esos bancos a pie de pista donde los tenistas se detienen a tomar aliento. Cuenta que lleva desde los 14 años viajando sola de torneo en torneo. “Este es un deporte solitario. No hay compañeros con los que compartir las horas de trabajo y dividir la responsabilidad; la familia está lejos [su madre vive en España con ella, pero su padre y sus hermanos hace años que regresaron a Venezuela]; y los amigos se quedan en tierra”.
Sin tregua
Solo descansa los domingos. “Es muy difícil acatar tanta disciplina cuando estás en la edad de la rebeldía. A veces desearía ser simplemente una chica normal, pero en este mundo maduras muy deprisa y aprendes en seguida que todo lo demás es secundario”. No hay tiempo para perder el tiempo. Razón por la que Garbiñe mantuvo durante su adolescencia con el tenis profesional una relación de amor odio, pero tuvo una lesión que la mantuvo alejada delas pistas durante medio año y cambió todo: “Me di cuenta de que no quería hacer otra cosa”.
Garbiñe tocó fondo por la lesión que la obligó a operarse uno de sus tobillos. Aunque estuvo seis meses de baja, no duró mucho alejada de las pistas:entrenó sentada en una silla mientras seguía con su recuperación. “Tenía que empezar a jugar de alguna forma. No me podía quedaren casa viendo que las otras estaban entrenando”. Está convencida de que el sacrificio no será en balde. Ella y su entorno (su entrenador, Alejo Mancisidor, su preparador físico, su fisioterapeuta…)están seguros de que tiene lo que hay que tener para ganar: “Tengo buenas condiciones físicas, mi 1,82 de altura es una ventaja, y tampoco me faltan ambición, potencia y creatividad”.
Serena Williams, se lo confirmó. “Si sigues jugando así puedes ganar”, le dijo tras su derrota, y a ella se le ha quedado grabado.Garbiñe es mitad española y mitad venezolana (razón y corazón aún se debaten para decidir bajo qué bandera competirá en la Copa Federación y en losJuegos Olímpicos), pero en la pista, dice, es como las rusas: juego agresivo, rápido, sin peloteos eternos: “Es el tenis del futuro. Si quieres competir con las jugadoras del Este tienes que atacar antes de que te ataquen”.
Su talón de Aquiles dice que está en lamente. “Me falta mejorar psicológicamente, no venirme abajo, entrenar con ganas todos los días, coger experiencia para no estar nerviosa, que el público y el ambiente no me hagan perder la calma. Todas esas son cosas que no puedesconseguir entrenando en casa, se aprenden con el tiempo yla experiencia, no hay otro modo”. Eso es casi como admitir que sí, que claro que le temblaban las piernas al salir a aquella pista abarrotada a plantarle cara a la número uno…
Match point
“Serena es mi ídolo desde que era pequeña, yo encendía la tele para ver tenis y la veía a ella. Te da respeto enfrentarte a ella, pero no solo porque lleva 10 años siendo la número uno y no hay nadie tan buena, sino por todo lo que implica jugar con tenistas de ese nivel: el estadio, la gente que la anima, la atención que suscitan sus partidos…”.Con la victoria en Roland Garros ha habido una inflexión en su carrera. “He ganado a la mejor. Y eso te quita complejos y te da seguridad”.
Los número hablan de su éxito: con 20 años, tres como profesional y un torneo internacional en sus vitrinas, puesto 28 del ranking mundial, tres meses al año en casa, nueve viajando,seis días de entrenamiento a la semana, un millón de euros en premios... “Aunque al final se queda en la mitad”, explica quitándole importancia. “Puede que me compre más ropa que otras chicas de mi edad, pero el dinero fundamentalmente lo dedico a invertir en mi carrera. No me hadado por el despilfarro”.
Se permite a sí misma soñar y acepta gustosa el reto y la presión que supone ser considerada el esperado relevo de Arantxa Sánchez Vicario (“¡Ojalá!”).Tiene mucho sentido del humor, dice su madre“pero no le gusta nada perder, no se lo toma nada bien”. Es muy impaciente y lo quiere todo al instante.Fuera de la cancha adora la repostería: hacer tartas,galletas, brownies, cupcakes…“Justamente lo que yo no puedo comer, aunque aveces caigo en la tentación”, admite entre risas.En la pista número cinco del Club de Tenis Barcino de Barcelona, el equipo de un canal de televisión norteamericano prepara las cámaras. Están grabando un documental sobre ella.También allí, el país donde nació Serena Williams,quieren saber quién es esta chica.Garbiñe Muguruza posa risueña y mira a su alrededor con una mezcla de timidez, incredulidad y diversión. Alrededor dela pista se ha organizado un pequeño alboroto.Su presencia y la de las cámaras han atraído la atención de los niños y jóvenes que van finalizando sus entrenamientos ala caída de la tarde. En Garbiñe ven el reflejo de sus propios anhelos. El match point soñado que locambiará todo.
Origen vasco
Se llama Garbiñe Muguruza,aunque desde que aterrizó en el circuito tenístico internacional atiende también por Garbine (pronúnciese Garbin). Nació en Caracas, hija de padre vasco y madre venezolana. Sus hermanos Asier e Igor, que le llevan 10 años, sacaron a la luz el talento tenístico de los Muguruza Blanco. Pero ella también quería jugar: con cuatro años despuntó y a los seis ya estaba en un centro de alto rendimiento. Las aptitudes deportivas de sus tres hijos cogieron desprevenida a la familia, pero cuando llegó el momento,dejaron Venezuela y se mudaron a Barcelona para apostarlo todo por ellos. El triunfo de Garbiñe frente a Serena Williams confirma que no se equivocaron.