domingo, 10 de noviembre de 2013

EL ABC- LUIS CERNUDA, TRAZOS,./ REVISTA BLANCO Y NEGRO, TRAZOS, SOBRE, DE A RAS DE PIEL,.

TÍTULO; EL ABC- LUIS CERNUDA, TRAZOS,

Ahora, cuando se cumple medio siglo de la muerte de Luis Cernuda, recuerdo aquel verso de la efímera belleza, de la fugacidad ...

 foto- el ABC,.

-foto-Luis Cernuda, honor de una conciencia

Ahora, cuando se cumple medio siglo de la muerte de Luis Cernuda, recuerdo aquel verso de la efímera belleza, de la fugacidad contemplativa de la vida: «Todo lo que es hermoso tiene su instante y pasa». Y mucho tiene que ver con aquellos otros: «Un día tú ya libre / de la mentira de ellos, me buscarás. Entonces / ¿qué ha de decir un muerto?». Tanto en aquel instante del hermoso recuerdo como en este otro de la memoria en libertad, lejos de su hermoso país, contienen el privilegio de sus 'maneras poéticas' del sufrimiento humano: «Estoy cansado del estar cansado».

Porque para Cernuda la vida era dulce recuerdo hasta aquel destierro cruel, nostalgia de una juventud alegre de la que le arrancaron para siempre. Porque el amor, como la arena, era ya memoria no fingida de una pasión íntima. Lo demás es desesperanza y fragilidad, todo creado por el mismo hombre, de la misma rama de nuestro devenir, por la misma creación de un amor sufrido, prohibido: «Infierno y paraíso / los creamos aquí, con nuestros actos / donde el amor y el odio brotan juntos».

Los oteros, las vegas, los magnolios mojados de rocío, en paz, lejos del poeta, son en aquel pasado, el recuerdo del sur («el sur es un recuerdo que llora mientras canta»). Esa tragedia de llegar tarde, de desaparecer sin que pueda el poeta contestar, ni siquiera llorar, es su mejor poesía, la de su destino ya presagiado, a pesar de que nos pida, en aquellos versos de Peregrino, seguir, seguir adelante sin regreso, «tus ojos frente a lo antes nunca visto».

Cayó el mundo, su mundo, con la guerra incivil española y sonaba su infancia en las coplas, su juventud y hasta su retirada total de aquello que pisaba, y emergía como agua de río y crearon en el poeta una suerte poeticidad nunca dicha antes, desde aquel estado de esperanza hasta el más doloroso y afirmado desaliento («Fue un sueño más, porque Dios no existe. Me lo dijo la hoja seca caída, que un pie deshace al pasar. Me lo dijo el pájaro muerto, inerte sobre la tierra el ala rota y podrida»). Esperanza y lamento. Soñaba de niño con la revolución y el sueño quedaba lejos en la juventud. Pero pensaba en la revolución como «un mar cuya ira azul tragase tanta fría miseria», en este continente de mercaderes.

Y siempre las playas parameras, los castillos, cortijos y ermitas, en el recuerdo. Mientras los 'caínes sempiternos' le arrancaban de su tierra, del amor, de la infancia, de una gloriosa juventud llena de amigos, alegría, de amor y desamor. Con amargura, finalmente, entonces, le hablaba a España: «Contigo solo estaba, / en ti sola creyendo».

Todo era hermoso, y pasó. España no pasó, aunque había muerto («en paz, a solas, lejos»). El amor no pasó («te habría dado el mundo, / muchacho que surgiste / al caer de la luz»), pero apareció un violento viento Atlántico que rompió las amarras de aquel destino de amor. Y murió. Y murió un poeta («viven y mueren a solas los poetas»), y vino un silencio de años («disgusto a unos por frío y a otros por raro») en una sociedad hostil, homófoba.

Pero ahora se cumplen cincuenta años de aquel instante único en que termina de escribir el poeta del fino sentimentalismo, ordenada su pasión en una luz inacabada, también las metafóricas sombras de deseo inabarcable, entre una pura realidad onírica y un esteticismo rebelde. Y hemos aprendido de Cernuda que iba en solitario, tanto como en poesía como en sus análisis de teoría literaria. Poeta puro y comprometido, surrealista y romántico, entre un lirismo formalista y racionalista hasta la elementalidad instrumental anglosajona; poeta marginado, republicano y exiliado, en la perspicacia de fundir primero, y deshabitar en sus dudas, la realidad y el deseo. Poeta del Himno a la tristeza, confirma ir sereno bajo los blancos arcos del futuro.

Honor a Luis Cernuda, el que sabía cómo viven y mueren los poetas, retrato de la dignidad, de la sentida poesía como fuente de luz entre la sombra de las penas, alma errante de una autenticidad lírica, escritura y tiempo de honor de una conciencia. Porque después de tantos años de aquella 'arena de las flores' y el silencio de 'la oscuridad temblando', él nos arrebata con su anillo de luna, su pie desnudo sobre el camino, sin la apariencia del viento que lleva la poesía, sino allá más lejos, donde no habita el olvido. Porque como en el sur, su oscuridad y su luz son bellezas iguales.

TÍTULO: REVISTA BLANCO Y NEGRO, TRAZOS, Sobre, en, de... a ras de piel

La atracción del dibujo está en su capacidad evocadora, ya sea como obra «acabada» o esbozo; descansa, además, en la libertad, pareja al carácter intimista del papel

Del dibujo nos seduce su inmediatez, lo que persigue o simplemente insinúa. Los dibujos están cargados de «razón» incluso cuando obedecen a algo transitorio, gracias a ese halo de incertidumbre e indeterminación que los hace inagotables. Recuerdo en este sentido un bellísimo texto con ocasión de la muestra dedicada a la colección de Winn Kramarsky, en el museo Esteban Vicente de Segovia, formada por dibujos minimalistas. «Pensemos en el arquitecto que esboza en una servilleta de papel los primeros rasgos de un edificio. Años después, cuando esas líneas finalmente existan como un espacio construido, la servilleta tendrá tanta capacidad de provocar admiración como el propio edificio, si no más. Y ello es así porque la vemos como lo que es: un pensamiento fortuito suspendido, la incidencia de una energía transcrita».
Esas mismas sensaciones se pueden disfrutar en 'Sobre papel', la exposición comisariada por Estrella de Diego que pueden visitar en Cáceres, en el Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear, con fondos de la misma. En palabras de De Diego, «el conjunto en papel define, además, de forma muy clara las dos líneas esenciales de la colección Helga de Alvear: por una parte un tipo de trabajo próximo a Karin Sander, cierto conceptualismo concretista -por llamarlo de alguna manera--, y, por otro, una línea gobernada por cierta figuración irónica».
A grandes rasgos, en 'Sobre papel' asistimos a las posibilidades del dibujo, donde el peso centroeuropeo se impone frente a la preeminente presencia anglosajona de otras colecciones, con nombres conocidos y otros no tanto -véase el artista judío Maryan (1927-1977)-, lo cual hace más sugerente la visita. Por otro lado, las exposiciones también son reencuentros, aquí una vez más vuelvo a disfrutar de Paul Thek, al que descubrí en una antológica en el Reina Sofía y del que se muestran dos dibujos, o un delicioso Mathias Goeritz -'Personajes de Altamira', 1947-, presente en el stand de la galería La Caja Negra en una de las ediciones de Foro Sur.
No faltan los grandes de las vanguardias históricas, como Kandinsky, Duchamp, Picasso, Sonia Delaunay, Julio González o Miró, este último con un -entre otras obras- «decidido» dibujo infantil, todo un prodigio de ingenuidad. Se suman nuestras «vanguardias», las de la posguerra española, representadas por Palazuelo, con 'Estudio', un gouache de1954; Tàpies, Saura, Chillida, el Equipo 57 y un portentoso Millares, cargado de negros. Hay muchas «capillitas», que denotan un interés por la trayectoria de los artistas frente a la puntual obra que se relaciona más con una «marca», como las dedicadas a Gordon Matta-Clark, José Guerrero o al joven Marcel Dzama, además del siempre delicado Mompó, y un merecido y amplio espacio para Elena Asins, una apuesta de Helga, mucho antes de su actual redescubrimiento; cerca de ella, Nacho Criado y Esther Ferrer. El recorrido se completa con la nueva figuración de Albacete, Barceló, Alcolea y un siempre renovador Gordillo; y figuras internacionales como Louise Bourgeois, Bacon, Dubuffet, Lygia Pape, Robert Smithson, Long, Nam June Paik, Marlene Dumas, Christo, Penck, Rachel Whiteread, Rauschenberg, Lichtenstein. en buena vecindad con creadores nacionales, así Campano, Broto, Dora García, Eva Lootz, Ignasi Aballí, Pepe Espaliú, Federico Guzmán, Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto, Ester Partegás.

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