viernes, 10 de abril de 2015

TAPAS Y BARRAS , COCINA - COSTILLAS CON SALSA DE PEREJIL Y LIMÓN,/ UN PAIS PARA COMERSELO, ENCINAS RESERVADAS,.

TÍTULO: TAPAS Y BARRAS , COCINA - COSTILLAS CON SALSA DE PEREJIL Y LIMÓN,.

Garrote Berasategui'/  foto,.

Costillas de cerdo con salsa de perejil de 'Robin Food' Costilla de cerdo con salsa de perejil

La receta de 'Robin Food'
El 'titán' Berasategui, ganador de siete estrellas Michelín, te enseña varios trucos para asar costillas de cerdo servidas con una salsa de perejil y ajo.  ¡Garrote!
12 costillas de cerdo blanco (1 kg. aprox.)
3 l. de agua
1 cebolla entera (120 g)
1 zanahoria entera (100 g)
1 puerro pequeño (50 g)
1 rama de apio (35 g)
1 hueso de jamón
1 pizca de sal
6 dientes de ajo con piel
1 cucharada sopera de aceite de oliva
30 g de salsa de soja

Para la salsa de perejil y limón,
9 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
6 dientes de ajo asado (10 g)
60 g de zumo de limón
3 cucharadas soperas de vinagre de sidra
6 g de perejil picado
Sal y pimienta,.

Colocar en una olla la cebolla, la zanahoria, el puerro la rama de apio y el hueso de jamón, las costillas, agregar los 3 l. de agua, una pizca de sal y cocer durante 50 min a partir de que rompa el hervor.
Espumar las impurezas, a medida de que vayan subiendo a la superficie.
Pasado el tiempo retirar las costillas del caldo, trocearlas y colocarlas en una bandeja de horno.
Precalentar el horno a 210ºc (modo grill)
Mezclar la salsa de soja con la cucharada sopera de aceite de oliva y pincelar las costillas con la ayuda de una brocha.
Añadir los dientes de ajo y hornear las costillas hasta que tuesten y cojan buen color.
Los dientes de ajo los utilizaremos para la salsa de perejil.
Retirarlas del horno, aliñarlas con la salsa de perejil y servir.
 
Para la salsa de perejil y limón:
Picar finamente el perejil y cubrirlo con el aceite de oliva.
Añadir los dientes de ajo asados, el zumo de limón y el vinagre.
Triturar todo junto con un túrmix.

TÍTULO:  UN PAIS PARA COMERSELO, ENCINAS RESERVADAS,.

Resultado de imagen de ENCINAS RESERVADAS,.Acabaremos comprando las sombras de las romerías en Oferplan, foto,.

En Ceclavín, hacen las cosas a lo grande. En el pueblo de mi madre no reservan tumbonas, reservan encinas. Esta Semana Santa, es posible que se hayan desesperado ustedes al bajar a las piscinas de sus hoteles y comprobar que, a las ocho de la mañana, antes de desayunar, ya estaban reservadas las mejores tumbonas con una toalla encima. Pues en Ceclavín sucede lo mismo, pero con árboles.
En la dehesa boyal del pueblo no reservan las encinas antes de desayunar, sino con una semana de antelación. Les explico: hoy martes se celebra en Ceclavín la fiesta más señalada del año, El Sermón, que consiste en una romería con discurso religioso, misa, procesión de la Virgen, verbenas y puestos de comida en torno a la patrona del pueblo, la Santísima Virgen del Encinar, cuya ermita se encuentra en un suave altozano situado a unos cuatro kilómetros del pueblo, en medio de una preciosa dehesa.
Pues bien, desde hace una semana, los ceclavineros están colgando sillas, carteles con sus iniciales, guirnaldas y de todo en las mejores encinas de la dehesa para poder comer hoy bajo su sombra.
Ir esta mañana al Sermón con la fiambrera llena de filetes empanados sin haber hecho la reserva en el encinar es arriesgado: pueden quedarse sin árbol. Lo bueno de Ceclavín es que en su dehesa hay centenares de encinas y es difícil colgar el cartel de completo.
La costumbre ceclavinera, que tiene ya unos años de vigencia, aunque nunca se habían reservado los árboles con tanta antelación, está extendiéndose por la región: en estos meses de romería continua, las dehesas boyales extremeñas parecen un museo de arte espontáneo al aire libre con tanta colgadura y tanto colorín.
Yo veo en esto un embrión de negocio para ayuntamientos con ideas. No tienen más que prohibir la reserva sin ley ni concierto y entregar las dehesas que rodean las ermitas de las vírgenes patronales o de San Isidro a un consorcio de venta de entradas para espectáculos como ticketmaster, atrápalo o ticketea y que ellos reserven las encinas.
Que usted quiere ir a la romería de Piedraescrita en Campanario o de San Isidro en Villafranca, pues no tiene más que acceder a entradas.com o a la web de El Corte Inglés. Pincha en el icono fiestas populares, escoge la romería deseada y en el móvil, la tablet o el ordenador se despliega el plano de la dehesa escogida con las encinas numeradas y sus precios: más caras, las grandes y próximas a la iglesia, para las familias, y las íntimas y escondidas, para los botellones; más baratas, las pequeñas y a media distancia de la ermita. Se pica en la encina escogida, se paga con tarjeta de crédito o por paypal, la página se queda con una comisión y el ayuntamiento, con el resto. Aunque lo mejor será conseguirlas más baratas en Oferplan. ¿No es buena idea, señores alcaldes?
A algunos les parecerá una boutade un poco tonta, pero mi madre recuerda que, cuando era pequeña y venían los circos a Ceclavín, se iba con sus hermanos al Corral de Bulique, una cerca situada entre la carretera y la panadería del señor Tomás. Llevaban su silla, se sentaban donde les parecía, disfrutaban con malabaristas, payasos, equilibristas y contorsionistas y no costaba nada, salvo la voluntad. Después, empezaron a cobrar entrada y ahora, si se quiere ver una función de circo de categoría, hay que reservar las entradas por internet.
Lo malo es que entonces nos quedaremos sin estas maravillosas dehesas-performance, donde las encinas se convierten en objetos artísticos de los que cuelgan hamacas de playa, cubos de fregona, neumáticos viejos y carteles con los nombres de los artistas.

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