TITULO:
Mi casa es la tuya - Karlos Arguiñano , Viernes -4- Diciembre,.
Mi casa es la tuya',
Este viernes -4- Diciembre a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con Karlos Arguiñano , foto.
Karlos Arguiñano,.
Karlos Arguiñano: "Si el presidente de EEUU tiene 78 años, yo unas albóndigas aún podré hacer",.
Karlos Arguiñano. Beasain, 1948. Cocinero. No hay quien se lo crea, pero dice el DNI que el chef de España tiene ya 72 años. Acaba de publicar libro: La buena cocina: 900 recetas que siempre salen bien. Ambicioso, cuando menos.
- 900 recetas que siempre salen bien... Deberías verme cocinar.
- Nada, esa garantía te la doy yo. Esas 900 recetas siempre salen bien y si no te salen bien, te devuelvo el dinero. Como no salen es si no lo intentas. Otra cosa es que nunca hayas hecho nada, pero a poco que seas un poco apañado en la cocina, las recetas mías están perfectamente explicadas y hechas por mí en televisión. Está todo medido. Si lo haces como yo te he dicho, te sale.
- ¿Cuál es tu receta fetiche cuando tienes invitados, la pasta con cosas de Karlos Arguiñano?
- Cuando tengas invitados haz siempre lo que sabes que te sale bien, nunca intentes sorprender con una receta nueva. Si te sale bien un marmitako, haces el marmitako. Si tienes pillada la mano a la ensaladilla rusa, la haces y, si la quieres adornar, pones unos langostinos encima. Fíjate si es fácil. Yo hago mucho alubias blancas con cuello de cordero. No hay que hacer inventos cuando tienes invitados.
- Visto el panorama, nos vendrá bien cocinar mejor en casa. ¿Cómo estás llevando profesionalmente la situación?
- A nivel personal bien, porque estoy trabajando. Cuando acabe la entrevista contigo, me pinto los labios y voy a grabar el programa de mañana. El restaurante, el hotel y el bar los tenemos cerrados, pero no me siento capaz de enfadarme con nadie por esta situación, porque la culpa no la tiene ni el gobierno vasco ni el gobierno central ni la OMS. No es solamente Euskadi o España, es que todo el mundo está pillado. Estoy deseando que encuentren la solución para que podamos salir de esta historia. Ahora parece que las vacunas avanzan, ojalá sea verdad. Habrá que ver.
- La hostelería, pese a que en muchas zonas de España se ha sido más flexible que en el resto de Europa, es uno de los sectores más afectados.
- La hostelería está haciendo manifestaciones, pero con eso no avanzamos en este viaje. Esto no es reclamar un aumento de sueldo ni mejor horario, esto es una pandemia, un terremoto que nos ha pillado sin tener ni idea porque estábamos viviendo en un mundo de luz y de color. Hace un año, este país era una locura. Habíamos recibido 83 millones de turistas, todo lleno, los agroturismos, los hoteles, las playas, el monte, senderismo, surfeando todo el mundo, bicicletas... Estábamos explotando y, de pronto, pum... Se pinchó el globo. Nos han parado de golpe y nos está haciendo mucho daño, pero no es la culpa de nadie. Ha cambiado la vida y lo que hay que hacer es arrimar el hombro y salir como podamos de esta. Somos un país de gente muy distinta, pero todos muy currantes y muy ocurrentes, así que le daremos la vuelta. Pero nos va a costar un poquito este viaje.
- En Euskadi, por ahora, sí están obligados a cerrar bares y restaurantes.
- Sí, pero no es solamente la hostelería. Yo me acuerdo de los repartidores, los transportistas, los taxistas, los de los autobuses que mueven a la gente del Imserso y excursiones... Esos llevan ochos meses parados. El daño está siendo terrible. Escucho a mucha gente quejarse de que sin economía no se puede avanzar. Ya, pero sin salud no hay economía, eh. La salud va primero.
- Al discutir las restricciones a menudo se desprecia que España sea un país de hostelería y turismo. ¿Te molesta?
- Somos el ojo del huracán y siempre hay quien nos hace de menos y se quiere poner más exigente con nosotros, pero luego vas al avión y te montan codo con codo con un belga que nadie sabe cómo se llama ni de dónde ha venido. Nosotros metro y medio de separación, la mascarilla, los geles... Tengo la sensación de que muchos restaurantes han hecho las cosas bien, no digo todos pero la mayoría, y aun así han tenido que cerrar. Ojalá se hubiera sido tan firmes con los jóvenes.
- ¿Crees que ellos han sido el problema?
- No de un modo voluntario, pero la fuerza de la juventud es así. Cuando tienes de 16 a 30 años, no ves el peligro. Ves en las noticias botellones, pisos, fiestas... Los chavales están de jiji jaja, se quitan las mascarillas, fuman, beben, se les hace de noche y, luego, van a casa y están los padres y los abuelos. Por eso nos encierran y lo entiendo, pues habrá que parar esto como sea.
Si la fama me pilla en Madrid, se me va la cabeza: siempre he sido muy andarín de noche y me ha gustado mucho todo
- Decías que nos ha cambiado la vida, ¿qué crees que no volverá a ser como antes?
- Por ejemplo, va a haber más higiene en todos los ambientes: mercados, restaurantes, bares, hoteles... Nos vamos a preocupar mucho de los asilos de ancianos porque eso ha sido una tragedia terrible. En algunos aspectos vamos a mejorar, pero la alegría esa desbordante que teníamos no sé si va a regresar. Por ejemplo, a mí me me gusta mucho el deporte y verlo sin público se me está haciendo duro de verdad. Ver campos de fútbol de 80.000 espectadores vacíos, un frontón sin gente, ciclismo sin gente empujando... A ver quién aguanta esto.
- Ibas para chapista y, de repente, eras el chef más famoso de España. ¿Cómo fue ese cambio radical?
- No es que fuera para chapista, era chapista. Estudié en Beasain, mi pueblo, y con 16 años ya era oficial de tercera. Ponía los techos y puertas de las locomotoras, pero me gustaba mucho la cocina y era el cocinero de la cuadrilla. A mí me tocó desde muy pequeño meterme en la cocina para echar una mano a mi madre, que falleció este año y era inválida. Como era el hijo mayor, desde los ocho o nueve años le ayudaba y cogí mano, me gustaba. Y vi un día un anuncio de una escuela de hostelería que se abría en Zarautz, fue en el 66 o 67, y dije: "Joder, pues me voy a apuntar a ver qué pasa". Pedí permiso en casa, vine y me eché novia. Pedí baile a una rubia pescadora de Zarautz y aquí seguimos los dos, con siete hijos y 11 nietos. Fíjate, le pedí un baile y ahora somos 27.
- No elegiste mal sitio para echar raíces.
- Ya ves. Elegí para trabajar donde venían los aristócratas a veranear. Para un chaval pobre como yo, eso era una osadía y me salió bien. Marqueses, condes, duques, y gente de título he conocido un montón en Zarautz. Por cierto, mucha gente encantadora... y que paga muy bien (risas). La suerte que tengo ahora es que estamos toda la familia viviendo en el pueblo. Hace 42 años que tengo el restaurante aquí, luego el hotel y tengo tres hijos ahí trabajando. En ese sentido soy un hombre feliz. Estoy en un pueblo que es una maravilla.
- Fuiste clave en la popularización de la alta gastronomía en España. ¿Se ha ido el fenómeno de las manos?
- Yo soy de los fundadores del movimiento de la nueva cocina vasca. Hace 45 años iba a Madrid a hacer semanas gastronómicas, trabajamos todos los días... Me acuerdo que un día tituló El País en la contraportada: "Once vascos en Madrid y no han venido a jugar al fútbol". Íbamos a cocinar sin cobrar, que hoy día sin cobrar nadie hace nada, en el Vogue, que lo regentaba Ramón Ramírez, un amante de la gastronomía y llenamos todos los días a mediodía y por la noche. Fue la primera vez que hablé por un micrófono. Un periodista de Radio Intercontinental nos iba haciendo una preguntita a cada uno y Juan María Arzak, que estaba a mi lado, me dijo: "Tú habla aunque no le contestes a él, habla de lo que quieras, de qué bonito Madrid, qué calles más anchas, lo que sea... Pero no te calles, porque si te callas le pasan el micro a otro". Y fíjate si le hice caso a Arzak que no me he callado desde entonces.
- De intentar que no te quiten el micro a 30 años seguidos en la tele.
- 32, porque hice otros dos años antes en la ETB. Sustituí a Elena Santonja en TVE. Ella hacía Con las manos en la masa y cocinaban los invitados: Almodóvar, Lola Flores... Yo veía esos programas con mucho interés, pero yo quería hacer mis recetas y así empecé en la ETB. Me vieron y me llevaron a Telenorte, que era TVE País Vasco, y a los seis meses me pasaron a La 1. Estuve un montón de años; luego Telecinco, luego cinco años en Argentina, volvía a La2 de TVE, luego Antena 3 y aquí sigo sin parar. Pensaba que lo de la tele iba a durar nada, unos meses, y llevo 32 años y 6.500 programas. La verdad es muy bonito, estoy muy orgulloso. La gente me quiere un montón y eso me anima mucho. Me dicen todo el rato: "Joder, lo que he aprendido contigo". Eso me emociona y me da puntito, me pone las pilas.
- Debes ser el único cocinero en la historia que ha tenido fichajes de futbolista...
- Sí, es verdad. A ver si sólo van a mover el mercado los futbolistas. Lo que pasa es que los futbolistas con 72 años no rematan nada y yo sigo en plenitud. Y lo que me queda. Si en Estados Unidos el presidente va a tener 78, pues Arguiñano unas albóndigas aún podrá hacer.
- En este boom de la gastronomía, ¿se ha colado mucho farsante?
- Farsantes, no. Lo que creo que les ha pasado a algunos es que las guías les aprietan tanto que les arrinconan. Es difícil cocinar si estás pensando todo el rato en las guías. Leí a Pedro Subijana, que es un Tres Estrellas, que muchas veces suele pensar: "Voy a hacer dos cartas: una para los clientes y otra para los inspectores de las guías". Te van apretando y apretando, hasta que al final te despistas del objetivo real de este trabajo: lo que tienes que hacer es dedicarte a tus clientes, a darles bien de comer por el precio justo.
- Me parece que a ti las estrellas te han obsesionado poco.
- Tuve, pero me las quitaron. Empecé en la televisión y les parecí muy guapo. Siempre he dicho lo mismo: no tengo estrellas, pero vivo en las nubes. No pasa nada, yo ya sé que lo que hago lo hago con todo el alma y no me preocupa. Y los que tengan estrellas, pues que sigan sujetándolas y haciendo las cosas bien. Nos va a costar a todos darle la vuelta a esto, porque los restaurantes de lujo han estado viviendo del cliente extranjero que han venido a nuestros restaurantes, y esos veremos cuando regresan. Pero hay mucho buen profesional en España y volveremos a encontrar el camino.
- Llevas décadas siendo uno de los tipos más famosos de España, ¿nunca te ha abrumado?
- Vivir en un pueblo ayuda en este sentido. No me hice famoso con 22 años, como los futbolistas, ya tenía 40, los pies en el suelo, seis hijos y estaba un poco asentado. No tenía pajaritos en la cabeza. Sabía dónde estaba y dónde jugaba. Pero muchas veces he pensado que si la fama me pilla en Madrid, en esas ciudades con marcha de noche, que se inauguran todos los días cosas, miles de discotecas y bares, tiendas de moda que invitan a la gente conocida... a mí se me hubiese ido la cabeza, porque siempre he sido andarín de noche y me ha gustado mucho todo. Pero al estar en un pueblo, haces vida de pueblo. Cuando iba a Madrid, me encantaba la noche y pensaba: "Joder, si me quedo un mes, me vuelvo loco". Me he acordado de eso muchas veces: Arguiñano, menos mal que vives en un pueblo. La vida del pueblo relaja un montón.
- ¿La gente se toma excesivas confianzas contigo?
- Es posible, pero es que estoy todo el día metido en sus casas. Muchos maridos me dicen: "Oye, ¿qué le haces a mi mujer para tenerla tan contenta?" (risas). Y yo respondo: "Y sin tocarla". Gente que no me conoce de nada, me suelta por la calle que vamos a acabar mal porque su mujer sólo habla de mí. Pero siempre en buen plan. Ahora tengo un hijo, Joseba, que está en la ETB y me hace competencia en el mismo horario. Ya me están echando a un lado, se ve que les gustan más los de 34 que los de 72. Es muy gracioso el tema. Dos Arguiñanos en dos televisiones distintas, en dos idiomas distintos y a la misma hora. Me parece una maravilla ser competencia con un hijo tuyo.
- Gustándote como te gusta la buena vida, ¿no te tienta dejarle a él en los fogones y ponerte a viajar y comer?
- Es que yo ya he hecho eso. Yo tengo un buen vivir y siempre lo he cuidado. Por ejemplo, me encantan las motos y he ido durante 20 años al Mundial. Lo he vivido a tope, he tenido un equipo. Pol Espargaró fue piloto mío y yo la primera vez que subí a un podio en un Mundial fue con él en Estoril. Yo no sabía ni cómo me tenía que poner con el himno nacional. En mi vida he sentido esa emoción... ¿Quién iba a pensar que iba a subir un día yo al podio de un Mundial? He vivido cosas fantásticas.
- No has sido un adicto al trabajo
- He trabajado muchísimo, pero he sabido compaginarlo con mi vida. No me pilló con 20 años, que ganas dinero y te vuelves loco. Me pilló ya con mucho pufo y con 40 tacos. Por eso he valorado mucho todo lo que he hecho: he podido pagar todo lo que debía, que era mucho, me ha sacado adelante a mí y a los míos, he tenido un equipo de motociclismo y otro de pelotaris. He hecho cosas... Y, sobre todo, está mi escuela de hostelería. Llevo 29 años con ella, la monté con dinero que saqué de la televisión y es un orgullo, porque la escuela no se monta para ganar dinero sino para enseñar. No vas a conocer a nadie que monte escuelas con su dinero. Las escuelas las montan los gobiernos con dinero público.
- Bueno, para montarla hay que tener la pasta...
- Claro, pero me lo he trabajado y he decidido invertirlo en eso. Chicos y chicas de cualquier lugar del mundo aprendiendo tu oficio, cuando uno se hace profesional me deja el pecho más grande que siendo capitán de la Real Sociedad. Porque eso no me lo ha dado nadie, eso lo he hecho yo con mi familia. Luego yo hago mucha publicidad y el dinero que gano con ella lo utilizo para obras sociales. Dirán: "Joder, Arguiñano, cuántos anuncios haces". Y es cierto, yo de ahí saco un buen dinero, pero lo utilizo para dar de comer a gente que necesita comer.
- Siempre pareces feliz, pero todos sabemos que eso es imposible. ¿Cuándo lo pasaste peor?
- Con la muerte de mi madre, pero ha sido una pérdida natural porque tenía 94 años... En lo demás, soy un tipo con suerte. Está la pandemia esta, claro, que nos tiene a todos contra la pared, pero contra eso no puedo hacer nada. A veces he fracasado, ¿pero quién no ha fracasado nunca? Lo único que tengo que hacer es dar las gracias a todo el mundo que me sigue, porque gracias a ellos sigo estando animoso y sigo haciendo cosas con todo el fundamento. Nunca hago nada para lucirme, siempre lo hago para que tú te animes a hacer lo mismo que yo. Ese ha sido el sentir general de mi vida.
TITULO: Pekín Express - Una derecha moderna ,.
Pekín Express ,.
Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.
Una derecha moderna,.
En 1974, España estaba muy lejos de Francia. Un presidente conservador como Giscard ya había planteado en su campaña la interrupción voluntaria del embarazo. También había ganado a Mitterrand hasta en la retórica cuando le dijo que no tenía el monopolio del corazón. Simone Veil, a la que nombró ministra de Salud para sacar adelante la ley del aborto, cuenta en sus memorias ('Una vida') que era un tipo con una impresionante agilidad mental y capacidad de trabajo. Y que, en las reuniones de gabinete, si uno «se trababa al hablar o se perdía en sus notas, no era raro ver al presidente fruncir el ceño». ¡La excelencia!
Michel Poniatowski, ministro del Interior (y de Salud con Pompidou) era la persona más cercana a Giscard, su único confidente. Y había podido ver la gravedad del problema del aborto clandestino. Giscard solía decir a su entorno: «No podemos tolerar que haya autobuses y trenes que vayan al extranjero sólo para que las mujeres puedan abortar». Había hasta publicidad de los viajes en las farmacias, igual que en los hoteles de Cracovia hay anuncios para ir de excursión a Auschwitz.
Cuenta Simone Veil que Giscard estaba empeñado en la ley, mientras que Chirac sostenía que había problemas más importantes. «Las mujeres siempre se las arreglaron y seguirán haciéndolo», decía el primer ministro. Pero era muy fiel a Giscard. Veil recordaba que para la elaboración del texto trabajó más con el Elíseo que con Matignon. Y que se trató el asunto como un problema de salud, no de feminismo y derechos de las mujeres. Costó (284 votos contra 189 y que a Veil le pintaran esvásticas en su casa), pero salió adelante gracias a una derecha moderna y reformista. Qué cosas había entonces.
TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El contable,.
- Reparto
- Christian Wolff (Ben Affleck) tiene desde niño un leve autismo que le hace ser muy meticuloso con el orden y poco comunicativo, pero al mismo tiempo resulta ser un genio de las matemáticas. Hombre extremadamente tranquilo, obsesivo y con mucha más afinidad con los números que con las personas, lleva sin embargo una doble vida: como contable local con una pequeña oficina, y como contable 'freelance' de algunas de las organizaciones criminales más peligrosas del mundo.
- TITULO: Días de cine - Cine - El actor Pedro Casablanc . Viernes -4- Diciembre,.
- Días de cine',.
Viernes -4- de Diciembre a las 20:35 horas en La 2 / foto,.
‘Días de cine’ - El actor Pedro Casablanc ,.
Repaso a la cartelera en ‘Días de cine’
Esta semana, Días de cine se asoma a los estrenos más destacados de la cartelera en una edición que contará con el actor Pedro Casablanc como padrino. Entre otros, títulos como la película de animación francesa Josep, la irlandesa Volver a empezar o la georgiana Begining, y actores como Robert de Niro en En guerra con mi abuelo o Debra Winger en Cómo sobrevivir en un mundo material. El cine español llega a las salas con dos títulos: protagonizada por Blanca Suárez y Javier Rey, El verano que vivimos y La vampira de Barcelona. El espacio de cine de La 2 prestará también atención a la X edición del Festival online Márgenes y felicitará a Jean-Luc Godard, uno de los cineastas más influentes, aún en activo, en su 90º cumpleaños. La secuencia favorita de Raúl Arévalo, y las recomendaciones completan esta edición.
TITULO: Saber Vivir - Quiero parecerme a mi selfi,.
Quiero parecerme a mi selfi,.
Los filtros del móvil marcan tendencia en medicina estética y ahora queremos parecernos al autorretrato retocado. ¿Es posible?,.
foto / Si Narciso hubiese vivido en nuestra era no se habría enamorado del reflejo de su rostro en las aguas de la laguna Estigia; lo habría hecho de su selfi. Los filtros que mejoran de forma automática los autorretratos realizados con teléfono móvil lo habrían hecho enloquecer más allá de lo que cuenta el mito. Aunque sin llegar a tal extremo de egolatría, algo parecido empieza a sucede a muchos hombres y mujeres que se gustan más en la imagen de su autorretrato digital retocado que en la que ven en el espejo. Tanto es así que cada vez son más los que acuden a la consulta de estética para pedir que les hagan parecerse a sus selfis.
Cirujanos y médicos estéticos constatan que esta moda marca la pauta hoy: los pacientes les muestran el antes y el después de su 'yo' en la pantalla para solicitar ser retocados en la misma línea. Es tendencia y es lícita, pero tiene sus sombras. Además de tener presente que no todo es posible, hay que saber controlar para no caer en la locura narcisista.
Estos populares filtros digitales, de manejo sencillo y gratuitos, eliminan manchas, alisan la piel, tensan el perfil de la mandíbula, afilan la nariz, elevan las cejas y hasta agrandan los ojos. En unos minutos, y con solo pulsar un icono en la pantalla, la faz queda libre de cualquier rastro -incluso rasgo- de imperfección. Como si el tiempo no lo hubiese maltratado a uno.
«Esta tecnología cambiará el canon de belleza, pero hay que evitar: caer en lo artificial y aspirar a cosas irreales» José María Serra-Renom Cirujano catedrático UIC
Petra Vega, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética, reconoce que esta moda está presente en las aspiraciones de los pacientes, pero le ve un aspecto negativo que, según cree, no todo el mundo termina de entender: «El soporte informático aguanta todo, pero la piel no». Aunque muchas mejoras sí son posibles, hay otras que no son fáciles de conseguir. Por eso cree que con la moda de emular al selfi se corre el peligro de caer en «una mayor frustración ante las falsas expectativas» que la imagen digital genera. «Los usuarios de la medicina estética deben conocer los límites», concluye.
Para ello, nada mejor que atender a los consejos de un profesional. Sergio Fernández Mesa, médico especialista en la materia y vocal de la citada sociedad médica, valora que, en general, muchas modificaciones que hacen estas aplicaciones móviles son «relativamente sencillas» de conseguir y reconoce que los filtros han influido en que se pidan más unos retoques que otros.
Por ejemplo: la moda de 'ponerse' labios ha dado paso a la de dar forma al arco de la mandíbula. No obstante, «el principal cambio que ha impulsado esta moda es que en consulta se trabaje ahora más la piel que nunca», advierte Mesa. Y es que no hay selfi bueno que no deje a su protagonista con una piel de bebé impoluta. El filtro -de intensidad variable- elimina manchas, acné, poros dilatados, sombras en las ojeras y da brillo y esplendor al tono facial. Todo genera un aspecto automático de juventud hasta tal punto que muchos adeptos al retoque hasta piden borrar las arrugas propias de la expresión.
Para ello existen multitud de tratamientos, entre los que destaca el láser. Eso sí, tanto este como otros deben ser acompañados con cuidados posteriores en casa. Pero tampoco hay que esperar un resultado milagroso. Un chequeo en la consulta del profesional es el que debe determinar qué técnica soportaría la piel de cada persona y hasta dónde podría llegar. «La calidad del tejido o cómo son las manchas, arrugas o marcas que se quieran tratar requiere de un tratamiento específico. No todas las pieles admiten todos los tratamientos. A diferencia del selfi digital, trabajamos con un tejido vivo», advierte Mesa.
«El problema de esta moda es la creación de falsas expectativas que luego llevan a la frustración» Petra Vega | presidenta Soc. Medicina Estética
Otra de las formas de añadir juventud al rostro es dar forma al mentón y definir el arco la mandíbula. Son dos de las técnicas que se imponen como las preferidas de los pacientes, que también se simulan con los filtros. «Esa angulación de la cara, con un contorno de la mandíbula definido, se pide mucho porque esto es más importante para verse más rejuvenecido que tocar los labios», asegura el médico.
Para lograr la tensión de la parte baja de los carrillos o elevar ligeramente la ceja para restar cansancio a la mirada no sería estrictamente necesaria la intervención quirúrgica. Existen técnicas, como las infiltraciones, que ayudan a remodelar sin bisturí. En este terreno se mueve otra de las intervenciones que se ha puesto de moda: poner la nariz ligeramente respingona. «Antes, este miembro prácticamente solo se podía cambiar con cirugía, pero ahora existe lo que denominamos rinomodelación, que utiliza la aplicación de ácido hialurónico, por ejemplo, para moldear», explica.
También han cambiado las modas con respecto a las narices que más gustan. Hace unos años lo que más preocupaba -explica el doctor- era la giba que podía afear el perfil y se perseguía la perfección de una nariz recta. Ahora, la prioridad es elevarla por su extremo. Algo que también da un toque juvenil porque, con la edad, la nariz cae.
«La influencia del selfi ha cambiado las preferencias: ahora se trabaja más la piel y el arco de la mandíbula» Sergio Fernández Mesa | Médico estético
Los especialistas del sector constatan así que los gustos están cambiando. Incluso hay quienes atisban un cambio en el canon de belleza promovido por la tecnología. José María Serra-Renom, cirujano y catedrático de la Universidad Internacional de Cataluña, es pionero de la cirugía estética en España y ha podido testar esta evolución. «No diría tanto que vamos hacia una belleza más artificial o 'plastificada', pero estos 'inputs' externos de imágenes pasadas por el mismo patrón que recibe la persona constantemente redefinirán su concepto de belleza», reflexiona desde su consulta en Barcelona.
Este médico, que reclama sobre todo la concepción de las intervenciones estéticas como un proceso médico -algo que a veces se olvida-, ve la parte positiva y la negativa a la moda de las pantallas. «Nos ayuda a reafirmarnos con nuestra imagen, nos sirve de conexión entre lo que ven los demás de mí y lo que yo veo», apunta. Lo malo es «caer en lo antinatural y aspirar a resultados irreales».
En este mundo existen malas experiencias y para evitarlas, todos coinciden en la importancia de «saber decir no» a los pacientes. En cirugía, por supuesto, pero también en tratamientos estéticos. Fernández Mesa cree que debería ser obligada una sesión previa para detectar posibles anomalías psicológicas en la conversación. «Cuando ves que una persona no se reconoce (por ejemplo dice que tiene una nariz horrible a todas luces normal) ya sabes que no debes tratarlo».
¿Tanto poder tiene estos filtros? Natalia Ortega, psicóloga, aporta la visión que le da atender sobre todo a niños y adolescentes en consulta. «La publicación en redes sociales de tu mejor imagen y que te den 'likes' genera tantísimo bienestar a corto plazo que se cae en la trampa sin dudarlo. En esa recompensa inmediata se basa el éxito de las redes sociales», explica.
«Al compararte todo el rato, puedes caer en la sobreexigencia continua y esta hace que nunca estés satisfecho contigo» Psicóloga clínica
Así, no le resulta raro ver en su entorno personal y profesional a gente muy joven obsesionada con sus rasgos. «Hace unas décadas no preocupaba tanto», cree. Ahora, la exposición continua y la valoración constante -propia y ajena- pueden afectarnos. «Estar en constante competitividad y sobreexigencia con uno mismo puede llegar a provocar distorsiones del concepto que uno tiene de sí. Este bucle puede sumirnos en un estado en el que no estemos nunca satisfechos», reflexiona esta psicóloga, quien recuerda la importancia, sobre todo en adolescentes, de no prohibir móviles, redes o selfis, sino instruir.
La base para prevenir estados obsesivos, insiste, es tener fuerte la autoestima. «Para sacar de la obsesión a quien ha caído hay que hacerle ver las cosas reales que ha logrado en la vida, que sea capaz de objetivar los pasos que da, sus cualidades y aptitudes y centrarlas en el plano real, y no en la imagen irreal que puedan vender de sí mismos». Mejorar la autoestima era, precisamente, la razón de un alto porcentaje de usuarios de medicina estética, según la última encuesta del sector. Sentirse mejor es lícito, claro está. «El autocuidado es muy importante y entronca con la salud», recuerda Ortega. Pero, como en todo, en la medida está la virtud.
Los filtros y sus posibilidades
- Mentón recto.
- La forma del mentón se corrige sin cirugía y es una de las reparaciones más demandadas. En personas que lo tienen retraído se les pone más recto.
- Nariz respingona.
- Lo que arrasa es poner la nariz ligeramente respingona. Antes preocupaba más la eliminación de la curva en el perfil y ahora con rinomodelación (sin cirugía) se le puede dar forma al miembro y elevarlo por su extremo.
- Piel de bebé.
- Mejorar su calidad es lo más demandado. Los tratamientos de láser son los más eficaces, pero los resultados dependen mucho de cada paciente.
- Mirada limpia.
- Mejorar la piel del párpado, iluminar las ojeras, suavizar las arrugas de expresión o elevar las cejas es posible en el móvil y con tratamientos estéticos.
- Ojos redondeados.
- Hay filtros que los redondean o agrandan los ojos y en la realidad es una cirugía «imposible». Quedaría una especie de ojo del pez sin expresión y caería la lágrima al ser alterado anatómicamente.
Tendencias en medicina estética
- Precio.
- 1.000 euros de media al año es lo que se gasta el usuario de tratamientos estéticos. El precio suele ser el argumento principal para no someterse a ellos.
- Mujeres de clase alta.
- El 73% de los usuarios de medicina estética son mujeres, y un 93% es de clase media alta. Según la última encuesta del sector sobre su penetración en la población, 5 de cada 10 mujeres se someten a tratamientos, frente a los 2 de cada 10 hombres. En ambos casos, los datos indican un incremento en la demanda, más moderado en ellos que en ellas. En general, el 35,9% de la población utiliza estos servicios.
- Cada vez empiezan antes.
- 28-32años es la edad media a la que hombres y mujeres empiezan a someterse a distintas técnicas y tratamientos de estética. Se observa que «cada vez se inician antes» en el caso de tratamientos faciales, capilares y corporales. Cuando se analiza el perfil de los usuarios de tratamientos antiedad en particular, la edad media a la que se comienza se sitúa entre los 35 y los 39 años.
- Objetivos que se persiguen.
- La motivación para hacerse tratamientos de estética cambia cuando se trata de hombres y de mujeres. Estas últimas lo hacen «para verse bien» (53%) y para conservar un aspecto natural y mejorar la calidad de la piel. De hecho, a este objetivo va dirigida la mayoría de tratamientos contratados. Por contra, los hombres quieren «mejorar su autoestima y sentirse mejor consigo mismos».
- Lo más demandado.
- Fotodepilación, inyectables y láserLa fotodepilación sigue siendo el tratamiento rey cuando se habla del cuerpo; si se analizan los tratamientos faciales, los más demandados son los hilos (tensan la expresión y eliminan arrugas), 'peelings', eliminación de manchas, radiofrecuencia, inyectables y micropigmentación. Los hombres solicitan más el fotorrejuvenecimiento junto a tratamientos para eliminar las marcas de acné y las manchas. Un 45% acude a centros especializados para realizarse tratamientos capilares, una tendencia al alza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario