DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - Montaña rusa ,. fotos,.
Montaña rusa ,.
En 'Downton Abbey', la condesa viuda de Grantham preguntaba qué es un fin de semana. Si todas las frases que pronuncia el personaje de Maggie Smith en la serie son para enmarcar, esta es para bordarla a punto de cruz y hacerte un cojín. Para ella, todos los días eran iguales; para nosotros, también. Lo único que diferenció mi domingo del resto de la semana fue que le eché mermelada de arándanos a la tostada. Hoy le he restregado medio tomate para saber que es lunes otra vez, que llevamos un día más de menos. Pero ¿menos de cuánto? Porque aquí seguimos, recluidos sin conocer la duración de la pena impuesta, el tiempo que vamos a estar confinados. Dos semanas más, dicen. Quién sabe. Prisión revisable cada quince días, en función de nuestro comportamiento. Inseguridad jurídica. Y vital.
Mientras, llueve en el exterior. Ya estamos en primavera, pero hemos vuelto al invierno. Parece que el tiempo no solo no avanza, sino que comienza a retroceder: Televisión Española ha recuperado los programas de Eva Nasarre y de Elena Santonja. En la cocina tengo un frutero de 'Con las manos en la masa'. Me lo regaló un amigo que participó como invitado, y al que no sé cuándo volveré a ver. Ni a él, ni a tantos otros. Esta mañana, al ir a coger una manzana medio pocha, me he echado a llorar. Un minuto después me estaba descojonando con un mensaje idiota que me ha llegado al móvil. Y así vamos, pasando sin transición del llanto a la risa, de la risa a la angustia, de la angustia a la esperanza, de la esperanza al miedo. Vivimos en una montaña rusa de emociones, que decía Maggie Gioberti en 'Falcon Crest'. Otra Maggie certera. Que repongan la serie, de paso. Nunca nos hizo tanta falta Chu-Li como ahora.
TITULO: MasterChef 7 - MasterChef Celebrity 4 . Martes -24- Marzo ,.
El martes -24- Marzo las 22:35 por La 1,foto.
REGAÑA CON PIPAS,.
#Miercoles y ya por aquí arriba, hoy aún asimilando la vuelta a la
normalidad ya que llegue ayer, toca clases de cocina como cada
miercoles. Así que os dejo un par de platos de REGAÑA DE PIPAS (
Calabaza y Girasol ), para matar el 🐛gusanillo de la tarde y
REGAÑA CON PIPAS.
INGREDIENTES. ( Salen dos placas )
- 250 gr. Harina de Fuerza W300 ( Gallo )
- 120 ml agua caliente del grifo.
- 1 cucharada de sal gorda ( Café con leche )
- 1 cucharada de azucar blanca ( Café con leche )
- 1 cuchara de salsa de soja ( Café con leche )
- 2 cucharada de aceite ( Café con leche )
- 10 gr. Levadura fresca
- Pipas Girasol y Pipas de calabaza al natural ( Mercadona )
ELABORACION
- Mezclamos en un bol la harina y añadimos el agua con la levadura incorporada, la azucar, aceite y salsa de soja.
- Incorporamos las pipas girasol y pipas de calabaza ( Al gusto )
- Dejamos reposar un par de minutos y empezamos a amasar en el mismo bol.
- La pasamos a la tabla de madera o la encimera y amasamos, echamos la sal y seguimos amasando.
- En un tupperware grande, alto y estrecho, meteremos la bola de masa, taparemos con la tapadera. Duplicará su tamaño ( 1 hora más o menos )
- Colocamos sobre la mesa y con el rodillo estiramos encina de un papel
- Cortamos con un corta pizza la forma deseada.
- Con el horno precalentado a 180° con calor arriba y abajo, con la bandeja de horno en el medio, meteremos durante 15 – 20 minutos mas o menos
- Sacamos del horno y a disfrutar una vez frios, !!!!,.
TITULO: Donde comen dos - Los cerezos no tienen quien les admire,.
Viernes-27- Marzo 23:15 por La 1, fotos,.
Los cerezos no tienen quien les admire,.
El Valle del Jerte ya luce blanco, pero no hay un solo turista en sus alojamientos, que en dos semanas han pasado de estar casi llenos a cerrar,.
Cuatro
trabajadores junto a una hormigonera. Es la mayor concentración humana
que se ve en un viaje de ida y vuelta de Plasencia a Jerte. Están a la
salida de Cabezuela del Valle, cuyo puente fluvial, que en estas fechas
registra colas a cualquier hora, se puede cruzar en solitario, sin
coches delante ni detrás. Con la ventanilla bajada se oye el correr del
río. Pasado el pueblo, a un lado y otro de la carretera surgen los
cerezos en flor, pero este año nadie viajará hasta esta esquina del
norte extremeño para hacerse fotos junto a ellos. El coronavirus ha
vaciado la comarca y le ha dado un puñetazo en el estómago a un sector
entero, el del turismo rural.
Por ello,
plantea conceder a estos empresarios una renta mínima «que les permita
afrontar la situación con cierta calma». También solicita al Gobierno
regional «que medie con los bancos para que suspenda el cobro de
hipotecas y créditos». El catálogo de medidas incluye también la
concesión de préstamos a interés cero y la exoneración del pago de
impuestos regionales y locales (IBI, IAE, IRPF, tasa de basuras,
etcétera) mientras dure esta situación. Además, el sector pone a
disposición de las autoridades las camas de sus alojamientos, por si su
uso ayuda a gestionar la emergencia sanitaria.
Por su parte, la Junta de Extremadura asegura que «está en contacto permanente con todo el tejido asociativo turístico de la región desde el primer momento de la crisis». Y añade que ha tomado ya tres medidas. La primera, detalla la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, ha sido habilitar cuatro teléfonos y dos direcciones de correo electrónico para atender las consultas de los alojamientos. «Todos los servicios de inspección de la Dirección General de Turismo en Cáceres y en Badajoz están dedicados a informar, ayudar y derivar las consultas de las empresas y autónomos del turismo regional, y en los tres primeros días en servicio hemos atendido 66 consultas», detalla la Dirección General de Turismo. La mayoría tienen que ver con las cancelaciones, las ayudas al sector, los cierres de establecimientos y los expedientes de regulación temporal de empleo.
La segunda medida ha sido «la coordinación con otras consejerías y con la secretaría de Estado de Turismo», para atender estas peticiones. Y la tercera, empezar a diseñar las campañas para promocionar a Extremadura como destino turístico. «Ya estamos trabajando en el día después de esta crisis», asegura la Dirección General de Turismo.
A los diez minutos de que el
ministro del Interior pidiera públicamente a los españoles que no
viajaran si no era imprescindible, al hotel Quinta La Encarnación (Casar
de Cáceres) le habían cancelado 18 habitaciones. «Ahora mismo no
tenemos ninguna reserva para los próximos meses, ninguna», afirma
Victoria Bazaga, dueña del alojamiento y presidenta de Fextur
(Federación Extremeña de Turismo Rural), el colectivo que agrupa a un
sector que integra a unas 600 empresas. La mayoría de ellas están en
manos de autónomos que afrontan una realidad matemática que cualquier
familia comprenderá a la primera: mantienen sus gastos pero se han
quedado sin ingresos. No entra nada y sale lo mismo de siempre.
«A los diez minutos de que el ministro pidiera no viajar, me habían cancelado 18 habitaciones» Victoria Bazaga | Fextur
«Tengo varios alojamientos, entre todos suman 350 plazas y ahora mismo están todas libres» Eugenio Rodríguez | Red Turnat
«Es fácil de
entender –expone Bazaga un día antes de que el Gobierno les ordene
cerrar–. La gente no se puede mover de casa, no puede viajar. Y es que
además las autoridades han pedido explícitamente que no se viaje. Si
viene un turista a visitarnos, qué puede hacer, dónde va a ir. No se va a
desplazar hasta una casa rural para encerrarse en una habitación». Esta
lógica se completa con dos claves: el turismo extremeño tiene en abril y
mayo meses claves y su principal mercado es Madrid, el lugar que
concentra a la mitad de los enfermos de COVID-19 del país.
El coronavirus que mantiene a España confinada podría haber llegado en noviembre y quizás su impacto sobre el sector habría sido menor, pero ha aparecido ahora, saludando a la primavera que empezó anteayer. Peor momento, imposible. La región verá una Semana Santa sin procesiones, un puente festivo sin operación salida y un cerezo en flor sin colas de coches en la N-110.
Da igual. En la tesitura actual, ningún gancho funciona. «Yo recibía este fin de semana a 15 personas, y tenía ocupados también los dos próximos fines de semana, incluso me habían contratado varios días entre semana», detalla Marisa Rey, que regenta la casa rural Los Portales, en Cabezuela del Valle (2.194 habitantes), el municipio más poblado del Valle del Jerte. «Es una pena, porque está la comarca preciosa, con los cerezos florecidos, el monte blanco y la nieve en las montañas».
«Los ingresos se han reducido a cero, pero hay que seguir pagando seguros, alquileres, préstamos...» Rafael Pintado | Rutas en barco
«Este fin de semana entraban en la casa rural 15 personas, y tenía reservas hasta para días entre semana» Marisa Rey | Empresaria
«En los alojamientos
turísticos, la actividad es nula, y los cereceros están preocupados
porque la recolección se va a adelantar y es posible que se celebre aún
con el estado de alarma vigente. Creen que puedan tener problemas para
contratar mano de obra», cuenta el trabajador de una oficina bancaria de
la comarca. «Además –añade–, intuyen que esta situación pueda
generarles problemas a la hora de exportar las cerezas, porque habrá
empresas que no querrán saber nada de algo que venga de España».
Esto último lo temen también el conjunto de los alojamientos de la región, que ven venir una caída de los visitantes extranjeros. «El turismo es un sector que ya tiene su peso en la economía regional», apunta Jesús Viñuales, presidente del Clúster de Turismo de Extremadura. «Es, además, un sector transversal, que está tirando del carro de otros, y que morirá en la orilla si no se hace algo rápidamente», advierte el empresario, partidario de «ir preparando ya un plan para poner en marcha una vez que haya pasado este episodio, un plan para intentar atraer al turismo nacional, porque el internacional va a tener miedo de venir a España».
Algo así plantea también Rafael Pintado, que tiene a sus barcos en tierra. Con ellos navega por el parque natural del Tajo Internacional, por Monfragüe y entre Alcántara y Ceclavín. Navegaba, en pasado, porque la actividad se ha reducido a cero. «Presentaremos un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), porque la situación es insostenible», avanza el empresario, que tiene en nómina a una decena de empleados. «Nos hemos quedado sin ingresos –explica–, pero hay que seguir pagando seguros, alquileres, amortizaciones de préstamos...».
No es el único que hará un ERTE. Ni mucho menos. Otro al que no le quedará más remedio es Eugenio Rodríguez, a los mandos de Turnat, una red con alojamientos en Valencia de Alcántara, Montánchez, Valle del Jerte, Castilla y León y Portugal. En total, su negocio suma unas 350 plazas, 200 de ellas en un camping en La Raya. «Ahora mismo no tengo ningún alojado en ningún sitio», resume el empresario. «Antes de todo lo que ha pasado –sitúa–, tenía una ocupación prevista de casi el cien por cien, y me he quedado en nada».
No hace falta ningún estudio oficial para saber que el Valle del Jerte vive más que nada de las cerezas y el turismo. Los dos ejes de la economía comarcal viven horas bajas, como casi todo lo que tenga que ver con la economía, al margen de los comercios de alimentación, las farmacias y poco más. Se nota en la carretera, donde el tráfico es mínimo. Y también al atravesar los pueblos. A las 5 y 25 de la tarde, dos mujeres esperan a la puerta de la farmacia de Jerte, que aún no ha abierto. Poco después, unos metros más adelante, una vecina cruza la carretera en diagonal. Antes de hacerlo, mira a un lado y otro, pero casi que se lo podía haber ahorrado, porque apenas pasan coches. Se ven más furgonetas que turismos.
La consecuencia es que miles de viajeros dejarán de venir a la región, como tenían pensado. Y ese cambio de planes pone en marcha una cadena que acabará repercutiendo sobre el conjunto de la economía regional. «La gente que deja de venir es gente que deja de dormir aquí, de comer y cenar aquí, de contratar visitas, rutas o excursiones en nuestra comunidad», hace ver Rafael Pintado, cuyos paseos en barco atrajeron a la región el año pasado a unos 40.000 visitantes. En 2020 serán muchos menos. «Aproximadamente la mitad de las reservas que teníamos han sido canceladas, estos días estamos precisamente devolviendo fianzas, y la otra mitad ha aplazado su visita a fechas posteriores», añade el empresario, que cree que «si dura más de la cuenta, esta situación va a hacer que muchas empresas turísticas se queden por el camino porque lo que estamos viviendo equivale a expulsar del mercado a los autónomos». «Y en nuestro sector turístico –abunda Jesús Viñuales– hay muchos más autónomos que grandes cadenas».
Esas reservas suspendidas para julio, agosto o septiembre son tanto o más importantes que las primaverales. Porque en contra de la creencia extendida, el mejor momento para el turismo extremeño no es la primavera, sino el verano. El año pasado, los alojamientos de turismo rural de la comunidad autónoma acogieron entre julio y septiembre a 77.779 viajeros, un 47% de los que sumó al acabar el año, según el INE. Agosto, de hecho, es el mes con mejor ocupación, por delante de julio y abril.
es el número de viajeros registrados en alojamientos de turismo rural de Extremadura entre marzo y mayo del año pasado, según el INE. Son un 37% del total anual. De julio a septiembre, el sector sumó 77.779, que equivalen al 47% del total anual de la región.
Fextur pide una renta mínima para los empresarios del sector,.
La Federación Extremeña de Turismo Rural (Fextur) ha presentado a la Junta un plan para proteger al sector mientras no tenga clientes, que es la consecuencia principal del confinamiento. «De prolongarse esta situación, puede producirse un daño económico difícilmente reparable si no hay ayudas claras y rápidas», avisa el colectivo.Por su parte, la Junta de Extremadura asegura que «está en contacto permanente con todo el tejido asociativo turístico de la región desde el primer momento de la crisis». Y añade que ha tomado ya tres medidas. La primera, detalla la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, ha sido habilitar cuatro teléfonos y dos direcciones de correo electrónico para atender las consultas de los alojamientos. «Todos los servicios de inspección de la Dirección General de Turismo en Cáceres y en Badajoz están dedicados a informar, ayudar y derivar las consultas de las empresas y autónomos del turismo regional, y en los tres primeros días en servicio hemos atendido 66 consultas», detalla la Dirección General de Turismo. La mayoría tienen que ver con las cancelaciones, las ayudas al sector, los cierres de establecimientos y los expedientes de regulación temporal de empleo.
La segunda medida ha sido «la coordinación con otras consejerías y con la secretaría de Estado de Turismo», para atender estas peticiones. Y la tercera, empezar a diseñar las campañas para promocionar a Extremadura como destino turístico. «Ya estamos trabajando en el día después de esta crisis», asegura la Dirección General de Turismo.
«A los diez minutos de que el ministro pidiera no viajar, me habían cancelado 18 habitaciones» Victoria Bazaga | Fextur
«Tengo varios alojamientos, entre todos suman 350 plazas y ahora mismo están todas libres» Eugenio Rodríguez | Red Turnat
El coronavirus que mantiene a España confinada podría haber llegado en noviembre y quizás su impacto sobre el sector habría sido menor, pero ha aparecido ahora, saludando a la primavera que empezó anteayer. Peor momento, imposible. La región verá una Semana Santa sin procesiones, un puente festivo sin operación salida y un cerezo en flor sin colas de coches en la N-110.
No hay oferta que valga
Lo certifica Booking, quizás el principal portal de reservas vacacionales. Destino: Valle del Jerte. Dos adultos. Fechas: primer fin de semana de abril, del viernes 3 al domingo 5. Resultado de la búsqueda: 32 alojamientos disponibles, ocho de ellos con un precio que la web cataloga como ganga. La mayoría incluye idéntico mensaje: 'Reserva sin riesgos: Puedes cancelar más tarde, así que aprovecha para conseguir un buen precio hoy'.Da igual. En la tesitura actual, ningún gancho funciona. «Yo recibía este fin de semana a 15 personas, y tenía ocupados también los dos próximos fines de semana, incluso me habían contratado varios días entre semana», detalla Marisa Rey, que regenta la casa rural Los Portales, en Cabezuela del Valle (2.194 habitantes), el municipio más poblado del Valle del Jerte. «Es una pena, porque está la comarca preciosa, con los cerezos florecidos, el monte blanco y la nieve en las montañas».
«Los ingresos se han reducido a cero, pero hay que seguir pagando seguros, alquileres, préstamos...» Rafael Pintado | Rutas en barco
«Este fin de semana entraban en la casa rural 15 personas, y tenía reservas hasta para días entre semana» Marisa Rey | Empresaria
Esto último lo temen también el conjunto de los alojamientos de la región, que ven venir una caída de los visitantes extranjeros. «El turismo es un sector que ya tiene su peso en la economía regional», apunta Jesús Viñuales, presidente del Clúster de Turismo de Extremadura. «Es, además, un sector transversal, que está tirando del carro de otros, y que morirá en la orilla si no se hace algo rápidamente», advierte el empresario, partidario de «ir preparando ya un plan para poner en marcha una vez que haya pasado este episodio, un plan para intentar atraer al turismo nacional, porque el internacional va a tener miedo de venir a España».
Algo así plantea también Rafael Pintado, que tiene a sus barcos en tierra. Con ellos navega por el parque natural del Tajo Internacional, por Monfragüe y entre Alcántara y Ceclavín. Navegaba, en pasado, porque la actividad se ha reducido a cero. «Presentaremos un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), porque la situación es insostenible», avanza el empresario, que tiene en nómina a una decena de empleados. «Nos hemos quedado sin ingresos –explica–, pero hay que seguir pagando seguros, alquileres, amortizaciones de préstamos...».
No es el único que hará un ERTE. Ni mucho menos. Otro al que no le quedará más remedio es Eugenio Rodríguez, a los mandos de Turnat, una red con alojamientos en Valencia de Alcántara, Montánchez, Valle del Jerte, Castilla y León y Portugal. En total, su negocio suma unas 350 plazas, 200 de ellas en un camping en La Raya. «Ahora mismo no tengo ningún alojado en ningún sitio», resume el empresario. «Antes de todo lo que ha pasado –sitúa–, tenía una ocupación prevista de casi el cien por cien, y me he quedado en nada».
De cien a cero
De casi cien a cero en dos semanas. Del todo a la nada. Esta es la realidad del turismo rural extremeño, que ofrece 7.245 plazas repartidas entre 628 alojamientos, según el INE (Instituto Nacional de Estadística).No hace falta ningún estudio oficial para saber que el Valle del Jerte vive más que nada de las cerezas y el turismo. Los dos ejes de la economía comarcal viven horas bajas, como casi todo lo que tenga que ver con la economía, al margen de los comercios de alimentación, las farmacias y poco más. Se nota en la carretera, donde el tráfico es mínimo. Y también al atravesar los pueblos. A las 5 y 25 de la tarde, dos mujeres esperan a la puerta de la farmacia de Jerte, que aún no ha abierto. Poco después, unos metros más adelante, una vecina cruza la carretera en diagonal. Antes de hacerlo, mira a un lado y otro, pero casi que se lo podía haber ahorrado, porque apenas pasan coches. Se ven más furgonetas que turismos.
La consecuencia es que miles de viajeros dejarán de venir a la región, como tenían pensado. Y ese cambio de planes pone en marcha una cadena que acabará repercutiendo sobre el conjunto de la economía regional. «La gente que deja de venir es gente que deja de dormir aquí, de comer y cenar aquí, de contratar visitas, rutas o excursiones en nuestra comunidad», hace ver Rafael Pintado, cuyos paseos en barco atrajeron a la región el año pasado a unos 40.000 visitantes. En 2020 serán muchos menos. «Aproximadamente la mitad de las reservas que teníamos han sido canceladas, estos días estamos precisamente devolviendo fianzas, y la otra mitad ha aplazado su visita a fechas posteriores», añade el empresario, que cree que «si dura más de la cuenta, esta situación va a hacer que muchas empresas turísticas se queden por el camino porque lo que estamos viviendo equivale a expulsar del mercado a los autónomos». «Y en nuestro sector turístico –abunda Jesús Viñuales– hay muchos más autónomos que grandes cadenas».
Autónomos decepcionados
«El gas, la luz, la leña, el IBI, la basura... Todos estos gastos se mantienen. A partir del mes que viene, habrá empresas que no podrán afrontarlos», vaticina Victoria Bazaga, que calcula que «la primavera supone en torno al 40% de la facturación anual del turismo rural extremeño, que estaba viviendo un momento importante, consolidándose como destino de interior en el mercado nacional e internacional después de haber vivido una crisis muy fuerte entre los años 2008 y 2016». «Lo que nos preocupa es que las cancelaciones no están siendo solo para la primavera, sino que ya las está habiendo para el verano», comenta la presidenta de Fextur, que resume la situación afirmando que «ahora mismo, el objetivo es que no haya empresas que quiebren».Esas reservas suspendidas para julio, agosto o septiembre son tanto o más importantes que las primaverales. Porque en contra de la creencia extendida, el mejor momento para el turismo extremeño no es la primavera, sino el verano. El año pasado, los alojamientos de turismo rural de la comunidad autónoma acogieron entre julio y septiembre a 77.779 viajeros, un 47% de los que sumó al acabar el año, según el INE. Agosto, de hecho, es el mes con mejor ocupación, por delante de julio y abril.
La situación del Jerte es extrapolable al conjunto del turismo rural regional, para el que la primavera es una época clave
La N-110, la carretera que atraviesa la comarca, debería tener hoy colas de coches, pero es seguro que no las habrá
En medio de un panorama gris oscuro,
cerrados por decreto y convencidos de que las ayudas anunciadas por el
Gobierno no les valdrán demasiado, Eugenio Rodríguez lanza un mensaje de
positivismo. «Estamos pasándolo mal y lo que viene va a ser muy
difícil, pero saldremos de esta si el sector actúa unido y es solidario.
Vamos a luchar y entre todos ganaremos esta batalla».es el número de viajeros registrados en alojamientos de turismo rural de Extremadura entre marzo y mayo del año pasado, según el INE. Son un 37% del total anual. De julio a septiembre, el sector sumó 77.779, que equivalen al 47% del total anual de la región.