DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - Anne Sophie Mutter . ,. fotos,.
Anne Sophie Mutter: "En tiempos de reclusión por el coronavirus, la música es más importante que nunca",.
Rheinfelden, 1963. La mejor violinista del mundo ha unido su talento a otros dos genios como Daniel Barenboim y Yo-Yo Ma para grabar el 'Triple concierto' de Beethoven en el 250º aniversario del nacimiento compositor.
Música, dice la instrumentista alemana, que nos puede curar. Publica el
sello Deutsche Grammophon: el 3 de abril en digital y el 8 de mayor en
formato físico.
- ¿Qué lugar ocupa este concierto en su relación con Beethoven?
- Bueno, ésta empezó cuando yo tenía 13 o 14 años. Y es emocionante recordar que ya grabé este concierto con Yo-Yo Ma hace 40 años, y en el mismo lugar, Berlín. Con la misma energía, pero una perspectiva diferente de la vida. Y tener a Barenboim como director y pianista es algo sensacional, porque él es el que termina de unirnos.
- Les acompaña la Orquesta West-Eastern Divan, en la que tocan jóvenes músicos de Israel, Palestina y otros países de Oriente Medio.
- Me encanta esta idea de unir a personas a las que se les enseñó a ser enemigos políticos, pero que ahora hacen música juntas y descubren que comparten los mismos miedos, deseos, necesidades, derechos... Desde el punto de vista filosófico, es un ejemplo maravilloso de cómo el mundo debería funcionar.
- Hay quien ve la música de Beethoven como una parte de la identidad europea que hay que proteger frente a los "invasores".
- El origen de todo está en África, es nuestra 'tierra natal'. Y deberíamos entender que todos estamos interconectados entre nosotros, aunque hayamos desarrollado diferentes lenguajes y culturas. Que somos la misma raza. Si pensásemos de manera global, este planeta azul estaría, obviamente, en mucho mejor 'forma'.
- ¿Qué papel desempeña la musica en todo esto?
- Lo que hace que la música sea tan maravillosa es la comprensión de que su raíz es universal. Tal vez intelectualmente nos hayamos separado, pero emocionalmente seguimos en el mismo nivel. Por eso creo que es algo tan valioso para la sociedad, porque es el único espacio donde todos podemos compartir nuestras emociones. Donde no somos juzgados por nuestra tradición cultural. Donde tan sólo hace falta abrazar y disfrutar.
- ¿Cómo está viviendo la crisis por el coronavirus?
- En tiempos de reclusión como estos, la música es más importante que nunca. Ya que no puede ser en vivo, de alguna otra forma al menos. Para elevarnos y recordarnos eso de lo que hablaba Schiller en la 'Oda a la alegría': la hermandad a la que hay que volver una vez que pase el coronavirus. Tenemos que seguir disfrutando de la vida, de nuestra familia y nuestros niños, manteniéndonos sanos.
- Pero parece que, al menos en Europa, el virus está separándonos todavía más.
- Por desgracia, Europa está muy dividida. Pero me parece maravilloso que uno de los 'pegamentos' sea el 'Himno a la alegría' de Beethoven. Porque sólo como comunidad podremos sobrevivir filosófica, intelectual y económicamente. Si seguimos remando por nuestra cuenta y alienándonos, no vamos a ningún lado. Primero, porque es una forma muy triste de vivir. Y segundo, porque sólo así podremos ser socios fuertes de potencias como EEUU, China o India.
- ¿Qué es para usted el 'Himno a la alegría'?
- Es una pieza extremadamente inspiradora y elevadora. A mí me ha esperanzado en momentos de tristeza, como la muerte de mi marido [el abogado Detlef Wunderlich, fallecido por cáncer en 1995; luego estaría casada entre 2002 y 2006 con André Previn, desaparecido el año pasado]. Diría que la música siempre te fortalece, incluso cuando alimenta tu tristeza. Es un regalo tener música para los momentos de celebración de la vida, pero también para el dolor y para llorar a los que nos han dejado.
- ¿Por qué solemos obviar esta parte negativa de la música?
- Esta sociedad no permite el duelo, siempre tenemos que estar de buen humor, no podemos tener dudas sobre el sentido de la vida y la razón detrás de nuestra existencia. Pero son sentimientos, todos ellos, que debemos celebrar.
- ¿Qué nos puede enseñar Beethoven estos días?
- Siempre habrá vicisitudes. Y saldremos fortalecidos de ellas, con la ayuda de amigos y con la confianza de que seremos más resistentes cuando ocurra la próxima crisis. Cuando Beethoven se dio cuenta de que se estaba quedando sordo, decidió continuar. Y habló directamente de estos conflictos y de otros, como los que tuvo con Dios y la religión. Todos nosotros, no sólo en tiempos de coronavirus, necesitamos consuelo. Y alguien como él, que buscó tanto el amor pero que nunca tuvo una vida íntima plena, lo puede proporcionar con su música. Encontró su propósito en la vida y lo hizo extrayendo belleza y gozo.
TITULO: Las rutas Capone - Las 300 manadas de Félix,.
Las 300 manadas de Félix,.
Son las familias de lobos que pueblan España 40 años después de la muerte del icónico naturalista burgalés. Forman parte de su valioso y también conflictivo legado,.
Carlos Sanz, uno de los mayores expertos en la conservación del predador rey en estas latitudes, conoce bien la historia. Le encontramos en la Sierra de la Culebra, al noreste de Zamora, uno de los lugares con mayor densidad de lobos salvajes de toda España. En pleno corazón de este conjunto montañoso, a unos diez kilómetros de Puebla de Sanabria y a otros tantos de la frontera lusa, logró hace cinco años que cuajara por fin un viejo sueño, con el respaldo de la Junta de Castilla y León, el Centro del Lobo Ibérico Félix Rodríguez de la Fuente. Allí viven en semilibertad, en veintiún hectáreas de terreno, once ejemplares –todos menos uno nacidos en cautividad– con los que trata de hacer añicos el mito del predador sanguinario y de mostrarlos ante 42.000 visitantes anuales «como lo que son, animales nobles, jerárquicos y solidarios».
Este madrileño de 64 años fue el miembro más joven del equipo de rodaje de la icónica serie y el criador de algunos de los lobos que el maestro empleó para sacudirnos el miedo hacia este mamífero y reemplazarlo por admiración. Envenenado por el apasionamiento con el que el naturalista castellano transmitía su vasto conocimiento sobre la naturaleza salvaje, Carlos Sanz se enroló en Biológicas. En 1975, en plena preparación del viaje del paso del ecuador, al avispado estudiante se le ocurrió recurrir a su tótem para proponerle que ejerciera de padrino de su promoción –a lo que respondió regalándoles una enciclopedia sobre fauna que rifaron en una cena a la que asistió con su esposa–. Y para, de paso, reclamarle un puesto de ayudante en Pelegrina, Guadalajara, el cuartel general para las filmaciones de 'El hombre y la tierra'. Sin sospecharlo, la mejor de sus fábulas estaba a punto de convertirse en una aventura fascinante.
No eran lobos salvajes
«Unos meses después les llegó una camada de cinco lobitos, procedente de una loba a la que habían matado en un pueblo de Burgos, y nos propuso que los criáramos e hiciéramos un estudio de comportamiento. Apenas tenían quince días de vida. El primer día de vacaciones tras terminar el curso allí estábamos otros cinco compañeros y yo». Aquel inolvidable verano del 75 Sanz lo pasó dando el biberón, pesando, midiendo, observando y jugando con Nerón, Kazán, Luna, Blanca y Belarri, en aquel campamento improvisado junto al río Dulce, hecho a base de tiendas militares y de cercos donde águilas imperiales, zorros, tejones, corzos o búhos aguardaban su turno de rodaje. «La gente pensaba que grabábamos con animales salvajes y aún hoy hay quien lo sigue pensando», se sonríe. «Solo criando lobos desde pequeñitos, acostumbrándolos a las personas, podríamos haberlos mostrado cazando una cabra montesa, aullando en manada, copulando o criando a sus crías», enfatiza el conservacionista.
La difusión de aquellas imágenes, hasta entonces inéditas, de la intimidad del «hermano» lobo, y el relato riguroso y vehemente de su persecución a sangre y fuego por parte de pastores y ganaderos despertó la sensibilidad de los españoles hacia la temida y detestada bestia. «Enseñó a la gente que el lobo mata ganado solo ocasionalmente y para comer, y que teme al hombre, al que instintivamente rehuye porque sabe que no es de fiar. Cambió la mentalidad de todo un país que lo veía como al diablo y, como tal, había que acabar con él. De hecho, en los pueblos existían las juntas provinciales de extinción de animales dañinos y los ayuntamientos tenían un dinero para pagar a quien apareciera con un lobo muerto, un lince, un águila imperial o un oso», recuerda Sanz. «Félix consiguió desmontar esas juntas y peleó con las cortes falangistas para que el lobo pasara a ser considerado una especie cinegética en la Ley de Caza de 1970. No todo el mundo entiende bien o acepta de buen grado que dejara de ser una alimaña para convertirse en una especie de caza mayor. Pero eso es justamente lo que salvó al lobo de la extinción en este país, como ocurrió en Francia, Alemania, Inglaterra o los Estados Unidos, donde no dejaron ni uno».
Hasta ese año, el 'canis lupus' era una especie dañina a exterminar por cualquier medio: cepos, lazos, estricnina.. También se podían saquear las loberas y se premiaba aparecer con uno muerto. «A partir de 1970 únicamente se le podía dar caza con armas de fuego, en las épocas hábiles para ello y en los lugares autorizados. Abatir a tiros a un lobo no es tan sencillo. Es un animal muy listo y esquivo». Como resultado de todo aquello, cuatro décadas después del precoz fallecimiento de su mayor valedor, unas 300 manadas compuestas en total por entre 2.000 y 3.000 individuos pueblan la geografía española, según el último censo oficial, avalado por el Ministerio de Agricultura. «Se trata de una población estable y en crecimiento que constituye la mayor de Europa occidental y una de las mejor conservadas del mundo», certifica el biólogo.
Vitrinas, furtivos y mastines
El regreso de esta emblemática especie ibérica y su expansión por la geografía española perpetúa el legado de Rodríguez de la Fuente, pero también ha servido de acicate para resucitar el conflicto milenario entre el hombre y el lobo. «Chocan dos mundos irreconciliables: el urbano, que tiene al lobo por una especie idealizada y en vitrina, al creer falsamente que se encuentra en extinción, y el rural, donde a menudo se ve como una amenaza para su modo de vida. En especial, en aquellas zonas donde ha reaparecido después de muchos años y donde ya no queda gente viva que conviviera con ellos, como es el caso de Ávila, Segovia, el País Vasco o Madrid», expone Mario Sáenz de Buruaga, biólogo e investigador de especies cinegéticas y protegidas de la península ibérica.
Esquilmado en Andalucía por el furtivismo pese a contar con un estatus de protección, las 300 manadas contabilizadas se distribuyen en Castilla León, Galicia, Cantabria, Asturias, Madrid , y en menor medida el País Vasco, La Rioja y Castilla-La Mancha, cuya presencia se ciñe a una manada en Guadalajara. La primera de esas comunidades y la que cuenta con el mayor número de estos depredadores libra la batalla más enconada entre ganaderos y ecologistas. Allí están censadas 179 manadas. De ellas, 152 patrullan el norte del Duero, donde está considerada como especie cinegética. Otras 27 hacen lo propio al sur del caudal, donde este predador goza de un régimen de protección que sobre el papel impide su caza.
Aunque el uso de mastines y de cercados eléctricos se revelan como eficaces herramientas para mantener al lobo a raya, «no son herramientas aplicables en todos los casos. La ganadería extensiva es uno de los pocos sostenes que le queda a la España vaciada. En pleno siglo XXI no se puede pretender que el pastor coja la manta y se eche al monte durante días. Hay que aflojar por las dos partes», defiende el experto.
En la Sierra de la Culebra, donde Sanz trabaja para desmontar el cuento de 'Caperucita roja y el lobo feroz', coinciden casi a diario y sin saberlo cazadores y turistas que han contratado algún tour privado para observar y fotografiar a alguno de los ejemplares de las once manadas que se esconden entre sus brezales. Unos y otros reportan unos 700.000 euros anuales a una comarca que empieza a dejar de contemplar a este depredador como a un enemigo para empezar a verlo como una firme oportunidad de subsistencia.
La Sierra de Guadarrama, en Madrid, su última reconquista territorial
El lobo no tiene nada fácil su reconquista de los territorios perdidos de España. Los furtivos y en menor medida las carreteras les acechan por el este y al sur. Mientras que Burgos y el País Vasco se aplican en cerrarle el paso a tiros, el predador parece haber desestimado misteriosamente la vía del Sistema Ibérico para ocupar zonas de La Rioja y Soria, en favor del sur. Cinco manadas se reparten ya la Sierra de Guadarrama, en Madrid.El dato
- 400
- Es el número de ejemplares que se estima quedaban en España a finales de los sesenta tras décadas de persecución implacable por parte de ganaderos y cazadores.
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TITULO: Un país mágico - Huesca ,.
El sabado -28- Marzo a las 18:30 por La 2, foto,.
Huesca es la ciudad elegida esta semana en "Un país mágico". Descubrimos los secretos del ultramarinos más antiguo del país, mostramos la cuchilla que lleva cortando el bacalao más de cien años en Huesca y conocemos la jota que más pasiones desata en la provincia. Probamos también algunos dulces que han hecho las delicias de auténticos reyes, nos adentramos en el escenario real de la leyenda de la Campana de Huesca e investigamos los fenómenos que se producen en un viejo monasterio.
TITULO: Diario de un nómada -Las huellas de Gengis Khan: De Barnaul al Altair ruso,.
El domingo -29- Marzo a las 19:00 por La 2 , foto.
Diario de un nómada - Las huellas de Gengis Khan: De Barnaul al Altair ruso,.
Miquel Silvestre se encuentra en la ciudad rusa de Barnaul, en Siberia occidental, así que aprovecha que hay supermercados bien surtidos para hacer la compra y prepararse una opípara cena. Al despertar descubre nuevos desperfectos en La Gorda que debe reparar con pocos medios y salir de viaje pues aun le quedan muchos miles de kilómetros para llegar a Mongolia.
TITULO: Un trío en la cocina - El mundo no se acaba. ¿Por qué el papel higiénico sí?,.
fotos,. Un trío en la cocina - El mundo no se acaba. ¿Por qué el papel higiénico sí? ,.
El mundo no se acaba. ¿Por qué el papel higiénico sí?,.
Lecciones que brinda la crisis del coronavirus para mantener el autocontrol y el bienestar mental frente a la incertidumbre que nos mina,.
De España a Australia, pasando por países tan poco sospechosos de impulsividad irracional como Alemania: ha quedado demostrado que la guerra contra el coronavirus pasa por 'armarse' de rollos de papel higiénico para el confinamiento en casa. ¿Alguien entiende por qué? Las explicaciones de los pocos expertos que han alzado su voz sobre este fenómeno son variopintas: un comportamiento gregario más, producto que simboliza el control, foco puesto en el orden y la limpieza frente a la sensación de caos, la ausencia en las estanterías se nota más porque abultan y la gente reacciona comprando más, la consecuencia de haber prescindido del bidé en las reformas y en las nuevas casas liliputienses... Variopintas y, como reconocen todos, poco firmes. Lo que sí es una certeza es que esta reacción en masa evidencia que, como individuos, necesitamos algún que otro consejo de autocontrol y gestión del bienestar mental para superar una crisis como la del coronavirus. En ella juegan tres factores letales para nuestro frágil cerebro: aislamiento prolongado, incertidumbre y cambio de rutinas.
Quizá el escritor Fernando Aramburu fuese uno de los primeros en sorprenderse al ver los estantes destinados a este producto de higiene vacíos en un supermercado alemán. El pasado sábado difundió la foto en sus redes sociales. En Australia, un periódico famoso por sus 'travesuras', ha impreso un suplemento de ocho páginas en este tipo de papel que hasta incluye las marcas para ser cortado. Precisamente allí, donde los contagios son escasísimos (156 infectados en todo el país y 3 muertos), hay un auténtico furor. Alberto Martín, estudiante de Turismo y Eventos en USC Sunshine Coast Queensland (Australia), así lo constata: «Hace dos semanas me preguntaba por qué las estanterías del papel higiénico estaban vacías. S0lo un escueto cartel daba alguna pista: 'Debido a la inesperada alta demanda, se han agotado las existencias de papel higiénico', decía». En la actualidad se ha llegado limitar la compra a máximo una unidad por persona.
El lunes, cuando se anunció el cierre de colegios en Madrid, se produjo la compra masiva en distintos lugares del país. Dos días más tarde era ya difícil encontrar el producto. ¡Todos a una! a pesar de que nadie diese una directriz, o sea, la definición del comportamiento gregario. Hoy ya ha nacido una iniciativa en Instagram denominada #cuentatusrollos. Al principio daba risa, ahora no tanto.
La patronal de fabricantes ha tenido que pedir oficialmente que se trasmita que España tiene suficiente capacidad de producción para asumir un escenario de picos de demanda. Nuestro país fabrica al año 714.000 toneladas de papel higiénico, pañuelos, papel de cocina, servilletas, compresas y pañales. «Tenemos que evitar situaciones de pánico y de acopio que no están justificadas y que pueden producir desabastecimientos puntuales, que van a ser solo eso, puntuales, ya que estos productos seguirán estando a disposición del consumidor», declaró ayer a este diario Carlos Reinoso, director general de Aspapel, la patronal de fabricantes de pasta, papel y cartón.
La necesidad de certidumbres
La experta en emergencias Mónica Pereira, coordinadora del grupo especializado del Colegio Oficial de Psicólogos, cree que este comportamiento no está catalogado por la ciencia como tal. Desde su punto de vista, puede explicarlo que en esta crisis se hablan mucho de higiene y, en nuestra sociedad, este producto es el símbolo máximo de ella. Reinoso, se pronuncia en esta línea: «El papel es sanidad y es higiene y en estas situaciones el consumidor confía en este tipo de productos».
En otra línea reflexiona la citada psicóloga, desde su opinión personal, para explicar el acopio de productos que puedan llegar no ser considerados de primera necesidad (el papel higiénico puede no serlo mientras haya agua corriente) o de alimentos duraderos. «Este país tiene aún en la memoria la Guerra Civil; no ha pasado suficiente tiempo como para que se olviden las carencias que se pasaron. La gente no está asustada porque mañana no vaya a haber nada, sino porque se alargue. Hacen una previsión a largo plazo», valora.
Lejos de comprar de más, lo que sí está recomendado es aplicar el sentido común. Incluso en cuarentena, como en Italia, los supermercados siguen funcionando y la población ha tenido acceso a lo que necesitaba. Por cierto, en este país, rey del bidé, lo que se ha comprado en masa ha sido la pasta de dientes.
El miedo o, más bien la incertidumbre sobre qué sucederá, está en el origen del comportamiento impulsivo. Frente a ella, intentamos ejercer el control sobre algo que está a nuestro alcance, nuestro hogar, cuando lo de allá fuera se llena de amenazas. «Cuando vivimos estas situaciones necesitamos agarrarnos a la certidumbre», afirma Pereira. Eso sí, para ello hay mejores fórmulas que agotar las existencias de ciertos productos.
El miedo es útil, sí. Es una emoción que nos avisa de un peligro y que nos ha hecho evolucionar a lo largo de la historia porque nos ha mantenido a salvo. Nos ayudará, por ejemplo, a cumplir las normas (no besarnos, lavarnos las manos, asumir distanciamiento, etc.), pero si nos ciega deja de ser útil. «No se trata de eliminarlo, sino de enfocarlo a buscar soluciones». Así, cumplir las normas, solo consultar fuentes de información fiables y aplicar el sentido común nos ayudará a encontrar la certidumbre que evite la preocupación o el rumiar constante, verdadero enemigo del bienestar mental.
Uno de los trucos recomendados por la experta es ocuparse en una actividad. «A pesar del teletrabajo, el confinamiento, si se mantienen las rutinas y se planifica qué se puede hacer a lo largo del día, incluso recuperar aquello que normalmente no tenemos tiempo de hacer, me dará sensación de control». ¿Por qué?
Ayudar ayuda
La mente entiende así que hace algo para cambiar las cosas y ofrece esa sensación de control tan necesaria. «Lee todo aquello que no podías, ve esa serie, repara cosas del hogar... ¡O escribe un libro! Por qué no. Hay que buscar el lado positivo de la situación. Eso sí es una buena arma», dice Pereria.
También ayuda el mantener las rutinas porque con ellas el tiempo pasa con más facilidad. El acopio puede resultar insolidario, pero es solo un gesto irracional fácilmente reconducible. Lo cierto es que nuestra sociedad ha demostrado en otras crisis, como se vio en el 11M, que es empática y da todo lo mejor de sí ante la adversidad. Con la actual, florecen las iniciativas de estudiantes que cuidan a niños en las urbanizaciones, jóvenes que se ofrecen a hacer la compra e ingenieros organizados para fabricar respiradores sanitarios de bajo coste.
«Ayudar al prójimo nos da también esa sensación de control que necesitamos frente a la incertidumbre», valora la experta en emergencias. ¿Nos cambiará como sociedad? Está por ver si esta crisis dará la vuelta a otra, la de valores de la que tanto se habla. Por ahora, ya nos está dando a todos más de una lección.
Cómo mantener el bienestar mental
- Información fiable
- Atender a rumores, archivos de audio y vídeos sin procedencia identificada y compartida en redes sociales y aplicaciones de mensajería y centrar la conversación continua en la evolución de la crisis del coronavirus contribuye a llenarnos de preocupación. Hay que atender solo a expertos, medios solventes y elegir dos momentos al día para informarse.
- Mantener rutinas
- A pesar del cambio que impone el estar en casa y limitar las relaciones personales, hay que elaborar un plan de nuevas rutinas permitidas. Horas de levantarse, horas de acostarse, actividades principales, dividir trabajo, esparcimiento personal y atención a los demás. La planificación nos da seguridad y ayuda a que pasen las horas con más facilidad.
- Cuidado personal
- El descuido en la higiene y el estado físico es uno de los primeros síntomas de las personas que han sido invadidas por el caos mental y vital. Esta crisis, al tratarse de un tema sanitario, obliga a ser más exigente que nunca con la higiene. Para evitar otros problemas de salud, la alimentación sana y el ejercicio físico, aunque sea en casa, se imponen.
- Buscar la oportunidad
- La mente se entrena y el cerebro necesita órdenes claras. Dile que no se preocupe más de lo necesario, pero que sea una orden verbal. Funciona para parar el rumiar. Busca lo positivo de esta crisis. ¿Más tiempo solo? Lee, escribe, recupera ese hobby que dejaste por falta de tiempo... Si no estás solo, disfruta de la compañía de los que echas de menos habitualmente.
- Ayudar a los demás
- Prestar nuestro apoyo al prójimo hace que nos sintamos útiles. Esto nos reconforta frente al caos que puede suponer una crisis como la del coronavirus porque da la sensación de que estamos contribuyendo a combatirla dando bienestar a nuestro entorno más cercano. No hay mejor forma para recuperar el control que apostar por la solidaridad.
- Mantenerse activo
- Lo que nos hace falta es ser previsores. Plantearnos tareas y si alguna es diferente cada día, mejor. La televisión y las adoradas series están bien, pero no es recomendable pasar la crisis del coronavirus tumbado en el sofá. Cualquier actividad que mantenga la mente ocupada es buena porque evitará que la preocupación por la situación tome más terreno del necesario.
- Enfocarse en lo positivo
- Los expertos de la OMS aconsejan centrarse en los datos positivos que arroja la evolución de la crisis: número de personas que han superado el virus (casi 66.000 en el mundo), el valor de los sanitarios que velan por el bienestar de la población, que es una enfermedad que se supera con síntomas leves en un alto porcentaje de casos, cómo China sale de la crisis...
- Comunicarse virtualmente
- No podemos darnos la mano y mucho menos besarnos para saludar, pero tenemos tecnología de sobra y podemos hablar por teléfono, mensajearnos, hacer videollamadas... El aislamiento puede hacer mella fácilmente en la salud mental y abocarnos a la ansiedad. No hay que llegar a esto. En Italia, por ejemplo, la gente queda virtualmente para 'brindar' con un vino.
- Cuidar al vulnerable
- No atribuir la enfermedad a ninguna etnia o nacionalidad, ser empático con los afectados y no hablar de ellos como 'casos' o 'enfermos'. Sí, en cambio, 'personas que están siendo tratadas o personas que tiene COVID-19'. Con los mayores y niños, hay que comprender que puedan sentirse más ansiosos y utilizar palabras que puedan entender para dar información clara.
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TITULO: Documentos TV - Las leyes de la guerra,.
- Martes 24 Marzo , a las 23:55 horas en La 2 / foto,.
Documentos TV - Las leyes de la guerra,.
Actualmente en los conflictos armados intervienen más mercenarios y se llevan a cabo acciones terroristas que ignoran las leyes humanitarias y desequilibran las acciones de los ejércitos de los estados.