TITULO : MAS QUE COCHES - Los cinco líquidos del coche que deberías revisar antes de un viaje,.
Los cinco líquidos del coche que deberías revisar antes de un viaje,.
foto / Aparte de las revisiones oficiales en el taller, no olvides comprobar el nivel del aceite, el refrigerante o el líquido de frenos. Mejor prevenir que reparar.
Aparte de las revisiones oficiales en el taller, no olvides comprobar el nivel del aceite, el refrigerante o el líquido de frenos. Mejor prevenir que reparar.
Por tanto, además de sustituirlo cuando indique el fabricante (entre 5.000 y 30.000 kilómetros, según modelo), hay que revisar su nivel con frecuencia. Al menos una vez al mes y siempre antes de un viaje largo. Y si el coche es antiguo, mejor cada dos semanas.
¿Cómo comprobar el nivel?
1. Coloca el coche en un lugar plano y horizontal y deja que el motor se enfríe, ya que en caliente el nivel siempre es más alto.
2. Saca la varilla de medición y límpiala.
3. Vuelve a meter la varilla hasta el fondo y extráela. En el extremo de la varilla hay dos muescas que indican el nivel mínimo y máximo: comprueba dónde está la marca del aceite.
Si el nivel es bajo…
Lo más apropiado es acudir directamente al taller y pedir un cambio de aceite: los coches, especialmente los vehículos más antiguos, a veces consumen más lubricante de lo esperado y conviene hacer el cambio cada menos kilómetros.
Si el nivel es mínimo, también puedes pasar el trance (aunque tarde o temprano tendrás que ir al taller) añadiendo algo de lubricante. Conviene saber qué graduación de aceite utilizaron la última vez para añadir uno de la misma clase.
Si el nivel es alto…
Directo al taller. Allí retirarán el sobrante y comprobarán que ese exceso no ha producido ninguna avería por una presión excesiva.
Refrigerante
El refrigerante cumple una misión fundamental entre los líquidos del coche: circula por el circuito interno del motor y absorbe parte del calor que genera la combustión, por lo que evita un sobrecalentamiento peligroso. Un exceso de temperatura podría fundir los pistones e incluso desencadenar una peligrosa explosión interna.
El refrigerante está compuesto, habitualmente, de agua destilada y anticongelante concentrado, que también se encarga de que el líquido no se congele y estropee el circuito en invierno. En resumen, el refrigerante debe tener una temperatura de ebullición muy alta y una temperatura de congelación baja, aparte de propiedades anticorrosivas y antiincrustantes.
Conviene revisarlo cada 20.000 o 30.000 kilómetros y sustituirlo (antes de que pierda propiedades) cada 40.000 kilómetros o cada dos años.
¿Cómo comprobar el nivel?
1. Como en el caso anterior, el coche debe estar colocado en terreno llano y horizontal y con el motor parado y frío (de lo contrario, el líquido podría estar muy caliente y expulsar vapor).
2. Localiza la botella: es grande, cuadrada por lo general y traslúcida. Dos marcas indican los niveles mínimo y máximo.
Si el nivel es bajo…
Tan sencillo como coger un embudo y rellenar. Debes usar el que recomiende el fabricante y nunca mezclar dos distintos. Si no encuentras el que necesitas o no estás seguro de cuál es, rellena solo con agua destilada. Si el nivel es muy bajo y es invierno, rebajar la concentración de anticongelante echando mucha agua destilada puede resultar arriesgado, así que tal vez convenga una sustitución completa en el taller.
Si el nivel es alto…
Taller. Porque vaciar el depósito implica buscar (y soltar) el tapón de vaciado, situado en la parte baja del radiador. Y esta operación puede resultar sucia y engorrosa y no puede hacerse en la calle.
Agua del limpiaparabrisas
Uno de los líquidos del coche menos importantes a primera vista, pero que también puede darte un disgusto. Aparte de que un parabrisas sucio resulta peligroso (sobre todo cuando da el sol de frente), quizá tengas problemas en la ITV. No siempre ponen pegas por llevar el depósito vacío, pero a veces sí, por lo que conviene llevarlo por lo menos medio lleno.
¿Cómo comprobar el nivel?
Muy fácil: si accionas la palanca y se mueven los limpiaparabrisas, pero no sale agua, es que se ha terminado. También sirve una simple observación del depósito ubicado bajo el capó, que también es traslúcido, para verificar cómo está.
Si el nivel es bajo…
Cuando has llegado al punto anterior, toca rellenar. Resulta sencillo.
1. Deja enfriar el motor para no quemarte al tocar alguna pieza todavía caliente.
2. Localiza el depósito: estará bajo el capó, generalmente en uno de los laterales y cerca del parabrisas (el tapón lleva grabado el dibujo del limpiaparabrisas).
3. Para rellenar, por lo general necesitas un embudo (o muy buen pulso) y un líquido específico, sobre todo para evitar que se congele con temperaturas muy bajas.
Si el nivel es alto…
Esto solo puede pasar si te pasas al rellenar, así que basta con prestar atención.
Líquido de frenos
No hace falta decir que el de frenos es otro de los circuitos hidráulicos del coche fundamentales para la seguridad, así que conviene revisarlo periódicamente (un par de veces al año, por ejemplo). El cambio de líquido será cada dos años, aproximadamente, ya que la humedad acelera su deterioro y el punto de ebullición se reduce también con el tiempo.
¿Cómo comprobar el nivel?
1. Con el motor frío, localiza el depósito. Lleva un tapón negro con letras amarillas.
2. Comprueba que el nivel está entre los indicadores de máximo y mínimo.
Si el nivel es bajo…
No queda más remedio que acudir al taller, porque lo más frecuente es que las pastillas de freno estén desgastadas (lo cual hace que el nivel aparezca más bajo).
Si el nivel es alto…
Será extraño que pase esto, pero también habrá que ir a preguntar al experto.
Líquido de dirección
Si tu coche tiene dirección asistida hidráulica o electrohidráulica, deberás comprobar (al menos una vez al año) el líquido de la dirección.
¿Cómo comprobar el nivel?
1. Con el motor caliente, localiza el depósito. Lleva un volante grabado en el tapón.
2. El mismo tapón suele llevar incorporada la varilla de medición. Límpiala, como hiciste con el aceite.
3. Vuelve a introducir la varilla y, al sacarla, comprueba que el nivel está entre el máximo y el mínimo
Si el nivel es bajo…
Puedes rellenarlo tú mismo, siempre con el líquido que recomiende el fabricante.
Si el nivel es alto…
En el rarísimo caso de que esto ocurra, consulta con el taller.
TITULO: Para Todos La 2 -Los hogares extremeños registran 26,6 grados de media en el interior en junio y julio,.
Los hogares extremeños registran 26,6 grados de media en el interior en junio y julio,.
fotos / Los hogares extremeños registraron una temperatura media de 26,6 grados, de las más elevadas de España, durante junio y julio, según un estudio realizado por la compañía de gestión de la climatización 'tado'. El estudio revela que la temperatura interior media en España es de 27,2ºC, la segunda más elevada de Europa.
El otoño que comienza este miércoles se presenta más caluroso y seco de lo normal. Es la previsión que ha realizado este lunes en rueda de prensa el delegado territorial de la Aemet en Extremadura, Marcelino Núñez.
Básandose en valores estadísticos y en la media de los últimos años, Núñez afirmó que existe «una probabilidad moderada,.
TITULO: Gigantes de La 2 - Marín Castán ,.- Jueves -3 , 10 - Noviembre,.
Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2 Jueves -3 , 10 - Noviembre - 23:50 de Televisión Española.
Marín Castán ,.
Marín Castán, un conservador moderado, sucederá a Lesmes por antigüedad,.
El presidente de la Sala Civil del Supremo asumirá “de forma automática” el mando del Poder Judicial sin necesidad de acuerdo por parte del Consejo,.
El mismo día que Carlos Lesmes sorprendió en la apertura del año judicial con su amenaza de dimisión, los ojos se volvieron hacia Francisco Marín Castán, presidente de la Sala I (Civil) del Tribunal Supremo desde 2014 y vicepresidente interino del alto tribunal desde 2019. Este último cargo lo abocaba a sustituir a Lesmes como jefe del Supremo si se consumaba la renuncia de aquel, aunque algunos magistrados y vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) mostraron ese día dudas de que también tuviera que asumir la presidencia del órgano de gobierno de los jueces. Un informe encargado por el propio Lesmes al gabinete técnico del Consejo ha resuelto el dilema y Marín Castán presidirá ambos órganos si el presidente dimite.
Marín Castán, de 69 años (cumple 70 en noviembre), será el sustituto de Lesmes por antigúedad: cuando en 2019 dimitió el anterior vicepresidente del alto tribunal, Ángel Juanes, el CGPJ estaba ya en funciones (desde diciembre de 2018) y la ley impide a sus vocales elegir un nuevo presidente o vicepresidente. Hasta entonces, esta era de las pocas competencias que tenía vetada por ley el Consejo cuando tuviera el mandato prorrogado. Ante la imposibilidad de elegir un sustituto, los técnicos determinaron que tenía que asumir el puesto de forma interina el más antiguo de los cinco presidentes de sala del alto tribunal, y el encargo recayó en Marín Castán. La interinidad se ha prolongado ya tres años y el bloqueo en la renovación del CGPJ le llevarán ahora a hacerse cargo no solo de la presidencia del Supremo, sino también de la del órgano de gobierno de los jueces, del que no forma parte hasta ahora.
Marín Castán, nacido en Segovia en 1952 y con fama de juez serio pero de carácter amable, ingresó en la carrera judicial en 1977 con el número uno de su promoción. Sus primeros destinos fueron en La Roda (Albacete) y San Roque (Cádiz), y ha sido magistrado de las audiencias provinciales de Huelva y Madrid. Llegó al Supremo primero como magistrado del gabinete-técnico y en 2000 fue nombrado magistrado del alto tribunal. Desde 2020 comparte destino con su hermano Fernando, magistrado de la Sala V (Militar).
El presidente del Supremo y del CGPJ es habitualmente elegido por el pleno del Consejo, pero Marín Castán no tendrá que someterse al consenso de los vocales ni su ascenso precisa de ningún acuerdo de estos, ya que el informe encargado por Lesmes establece que asume la presidencia “de forma automática”. Esta conclusión permite sortear el veto a hacer nombramientos discrecionales que tiene el actual Consejo desde que una reforma legal impulsada por el Gobierno en 2021 prohibió este tipo de designaciones mientras el CGPJ tuviera el mandato caducado, como ocurre ahora. Esto elimina también la posibilidad de que el puesto de Lesmes pudiera quedar vacante de forma indefinida por la falta de acuerdo entre los vocales para elegir un sustituto, un procedimiento que podría haberse eternizado como está ocurriendo con el nombramiento de dos magistrados del Constitucional.
La posibilidad de que Marín Castán se convierta en el nuevo presidente ha sido recibida de forma desigual por los miembros del Consejo. No gusta al núcleo duro del bloque conservador, que reprocha a Lesmes su decisión de dimitir porque consideran que deja el CGPJ a la deriva. El perfil de su posible sustituto, miembro de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria —de tendencia conservadora moderada— no es tampoco el que más gusta a este grupo de vocales, entre los que abunda un perfil más duro y cercano a la Asociación Profesional de la Magistratura (APM). De hecho, el presidente de la Sala Civil es uno de los magistrados conservadores del Supremo que han admitido su interés por dar el salto al Constitucional, pero el bloque conservador del Consejo, que asegura no tener candidatos porque ningún magistrado se les ha ofrecido, no lo considera un aspirante afín.
TITULO: ¡ Atención obras ! - Cine - De ‘Euphoria’ a ‘Cardo’: cómo el pene se ha convertido en protagonista de las grandes series de la temporada,.
De ‘Euphoria’ a ‘Cardo’: cómo el pene se ha convertido en protagonista de las grandes series de la temporada,.
foto / Ya sea en series de éxito como ‘Euphoria’ o ‘Cardo’ o en películas de prestigio como ‘El poder del perro’ o ‘El callejón de las almas perdidas’, ellos empiezan también a desnudarse. Pero mientras unos lo celebran como un éxito de la igualdad, otros se preguntan si no hay consecuencias perversas en esta supuesta victoria,.
“Y el actor, ¿qué? Ellos siempre el culete. Pues no, si yo enseño tetas y chichi que enseñe él polla”, explotaba Maribel Verdú hace unos años, preguntada por ICON sobre la cantidad de escenas sin ropa que había protagonizado. Durante décadas, el desnudo frontal femenino ha estado mucho más presente en el cine que el masculino: Maria Schneider en Último tango en París (1972), Nicole Kidman en Eyes Wide Shut (2001), Kate Winslet en Titanic (1997)… todas tuvieron que exponerse mucho más que sus compañeros de reparto ante el objetivo de la cámara porque las cosas siempre habían sido así. Hasta ahora.
Solo en los últimos se han paseado por la pequeña y gran pantallas (el tamaño aquí no importa) los miembros de Benedict Cumberbatch en El poder del perro y Bradley Cooper en El callejón de las almas perdidas; uno achacado a Kieran Culkin en Succession, el del marido de Charlotte en And Just Like That más el abundante desfile fálico de Euphoria. Estos tres últimos provienen de una cadena, HBO, que siempre tuvo la desnudez y el sexo explícito como pilares de su éxito. Al ser una cadena de pago podían mostrar todo lo que otros tenían que ocultar: palabrotas y carne y violencia explícita. Los Soprano, True Blood y Juego de Tronos fueron un festival de pechos. True Detective y Vinyl lograron casi más repercusión por los desnudos de Alexandra Daddario y Olivia Wilde que por sus guiones. A lo largo de seis temporadas, Sexo en Nueva York mostró en varias ocasiones a sus protagonistas desnudas, sin que apenas se vieran esos penes de sus compañeros de cama de los que tanto hablaban (la misma palabra pene no se oyó en una serie guionizada en prime time hasta la primera temporada de Friends, en 1994).
Sí hubo contadas excepciones en series como en Oz (HBO), ambientada en una cárcel de hombres, o Dime que me quieres, que mostraba de manera muy explícita la vida sexual de sus tres parejas protagonistas. Pero por lo general, nada reseñable hasta que se ha abierto el grifo. El cambio, según Peter Lehman, Profesor Emérito en la Universidad del Estado de Arizona y autor de Running Scared: Masculinity and the Representation of the Male Body, es la llegada de compañías como Netflix, que han facilitado la creación de un mercado sin censuras para los creadores. Ahora hemos visto bálanos en Easy, Élite, Sex/Life, Sex Education o American Gods. Incluso Disney+, bajo su sección de contenido no familiar Star, ha estrenado Pam & Tommy, en la que un hombre tiene discusiones a viva voz con su pene, un falo parlante.
Se argumenta que la proliferación de órganos viriles nos acerca a un mundo más igualitario y justo. Lo hacen, por ejemplo, el creador de Euphoria, Sam Levinson, y el co-creador de Perdidos, Damon Lindelof, que ha defendido la normalización del desnudo masculino en sus dos series para HBO, The Leftovers y Watchmen. “Hay una desproporción increíble entre mujeres desnudas y hombres desnudos en la televisión. Y si haces una serie en HBO no hay excusa para no poner más pollas”, dijo Lindelof a TVLine. “La audiencia aún tiene una reacción extraña al ver genitales masculinos. Sin embargo, cuando ven genitales femeninos o pechos al desnudo, les es completamente indiferente”.
“Los cuerpos son cuerpos y hay que empezar a ser menos conservadores y mostrar las cosas como son”, dice tajante Claudia Costafreda, directora de Cardo. En esta serie de Atresplayer, donde Costafreda debuta como creadora junto a Ana Rujas, hay una escena de sexo en un restaurante de kebab en la que podemos ver desnudos tanto a Rujas como a Diego Ibáñez, e incluso se muestra el pene erecto del personaje interpretado por Ibáñez (cantante de Carolina Durante). “Queríamos mostrar sin ningún tipo de pudor una escena de sexo, que fuera erótica, que pudiera poner cachonda a la gente. Sexualizamos a Diego igual que sexualizamos a Ana, y no solo los genitales sirven para sexualizar, también los cuerpos, los besos, los tocamientos… Al final los genitales forman parte de un todo y no tiene mucho sentido taparlos”. La directora y guionista cita la influencia de la serie británica reciente Normal People (se puede ver en Starzplay) como ejemplo de un producto que muestra con naturalidad el sexo y los cuerpos desde un tono estilizado y preciosista. “No tiene por qué ser nada porno ni obsceno”.
Pero Lehman nos advierte que la idea de una balanza que se está nivelando es una simplificación: “Están implicadas muchas cuestiones de poder patriarcal. Gran parte de la desnudez masculina en el cine pretende afirmar el poder fálico como si estuviera unido a los penes grandes, que no lo está”.
El desnudo masculino, por lo general, no se muestra para provocar placer en el espectador o por su belleza estética, sino que normalmente lleva asociada una carga de violencia, humor o vulnerabilidad en relación al tamaño del pene o su exposición ante otros individuos. Borja de la Vega, representante de actores que debutó el año pasado como cineasta con Mía y Moi, se lo pensó mucho antes de mostrar en pantalla el desnudo frontal de uno de sus personajes, interpretado por Joe Manjón. “Había algo de que él estaba desafiando al personaje que tiene en frente con su desnudo, con su sexo”, explica. “Teníamos muy claro que en esa escena era muy importante la incomodidad que generaba el desnudo en el personaje que hace Ricardo Gómez”.
En ese escaparate de glandes llamado Euphoria hay muchos momentos donde elegir. El primer pene que se ve en la serie es el miembro erecto de un hombre adulto que está a punto de practicar relaciones sexuales y de dominación con una menor, una escena cargada de violencia y tristeza subrayadas por la voz en off de Zendaya. El segundo episodio de la primera temporada generó titulares por mostrar unos 30 miembros en pantalla, una muestra del exceso que caracteriza a la serie pero también una forma de destacar la incomodidad y la rabia que causan esos penes en un joven que no está del todo cómodo con su orientación sexual.
Solo un minuto y medio tarda el primer episodio de la segunda temporada en mostrar otro pene erecto. Esta vez es el del dueño de un local de striptease, que está recibiendo una felación por parte de una sus empleadas. Lejos de ser un objeto de deseo este hombre, cuyo sentido de la ética es tan dudoso como el de la estética, se convierte en objeto de chiste, y su miembro erecto en primer plano junto a la herida de bala que recibe en el muslo solo sirve para destacar su patetismo. Unas pocas escenas después, un grupo de personas son obligadas a desnudarse ante un narcotraficante que les está interrogando, y el pene flácido de un yonqui enfatiza la vulnerabilidad que está sintiendo en esa situación.
Una de las paradojas que se extraen de estos ejemplos es que la mayoría de los penes mostrados en pantalla no pertenecen a los actores principales. En esa escena de Euphoria el actor Angus Cloud, que interpreta a Fezco, se tapa su miembro con las manos. Jacob Elordi tampoco ha tenido que exponerse a ese nivel en ningún momento. Lindelof dejó claro que, a pesar de su defensa del desnudo masculino, nunca mostraría el pene de Justin Theroux, el protagonista de su The Leftovers, porque el intérprete no se sentiría cómodo haciéndolo. Bradley Cooper ha incidido en que él se desnudó de forma voluntaria para la película de Guillermo del Toro porque lo pedía la historia.
¿Recibieron las actrices del pasado estas consideraciones? “Todas nos hemos desnudado. Lo que pasa es que si no me hubiese desnudado me habría perdido Amantes, Y tu mamá también, La buena estrella…”, nos contaba Maribel Verdú. Un buen ejemplo de cómo las relaciones de poder influyen en estas decisiones lo encontramos en Juego de Tronos: Emilia Clarke, que debutaba como actriz profesional a los 23 años dando vida a Daenerys Targaryen, se desnudó en numerosas escenas en las primeras temporadas hasta que dijo basta. Lena Headey, sin embargo, tuvo una doble de cuerpo para rodar el humillante paseo de Cersei Lannister al final de la quinta temporada. De la Vega propone que, al menos en este sentido, sí haya un equilibrio: “Enfrentarse al desnudo masculino o femenino de aquí en adelante debería conllevar hacerse las mismas preguntas. Debe haber un motivo creativo para todo desnudo, pero no tiene que haber ningún tabú con el masculino”.
Las creadoras de Cardo sí fueron tajantes a la hora de fichar al actor que interpretara a Gabriel. “A los candidatos les explicábamos antes de hacer el casting que si no estaban dispuestos a mostrarse o iban a tener problema con eso, no hacía falta que siguieran, porque para nosotras era importante”. No son las únicas: en 2015 muchos se escandalizaron con las condiciones que desgranaban los contratos de figuración en Westworld, de HBO, que avisaban que el rodaje podía llevar a contacto de genitales con genitales, simulaciones de sexo oral con contacto manual con genitales o acabar con los genitales pintados. Según explicó a Vulture una productora, la búsqueda de penes para mostrar en pantalla puede conllevar contratar a modelos que estén dispuestos a mostrar su miembro erecto, buscar en bancos de imágenes para adultos o incluso pedirle a una persona que ha enviado una “fotopene” en la intimidad usarla para una producción (por no más de unos 250 dólares).
Toda esta logística y gestión administrativa se ve bastante aliviada con las prótesis, que convierten el desnudo frontal masculino en una ilusión, no más que “un disfraz de Halloween”, según Lehman. En los últimos años ha centrado parte de su investigación en el uso de prótesis fálicas en el audiovisual, como en su artículo académico El pene protésico y el pene trans: cambiando representaciones y discursos culturales alrededor del pene, y considera que este elemento tiene algunas consecuencias perversas. Su tesis es que estas prótesis (que en España también se están utilizando, como en el caso de Mario Casas en Instinto o Diego Ibáñez en Cardo), perpetúan nociones tradicionalmente patriarcales como la idea de que cuanto más grande sea un pene, mejor, y que un miembro de gran tamaño es un espectáculo impresionante.
“En la pornografía, por ejemplo, los penes no solo son grandes, son muy grandes. En los chistes sobre el tamaño de los penes, por otro lado, los penes pequeños normalmente son motivo de risa. Como la cultura occidental patriarcal representa el falo simbólico como una señal de privilegio y poder masculino y pretende unir ese falo simbólico al pene, el tamaño y la forma de este están en primer plano. Pero la verdad es que el pene es solo un órgano y no nos dice nada de la fuerza, el poder o la sexualidad del hombre”, remata Lehman. En definitiva, aunque parece que la ficción es ahora mismo un campo de nabos, no todo el monte es orégano.