lunes, 9 de septiembre de 2024

VIVA LA VIDA - Baltasar Garzón - La Justicia esquiva la larga mano de la izquierda política ,. SABADO - 21 - Septiembre ,. / VIVA LA VIDA - Roberto Vaquero - Gobierno a la deriva ,. DOMINGO - 22 - Septiembre ,. / No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna - Gracias por el mejor año de su vida ,. / LOS TOROS LA SER - Castella, Manzanares y Roca Rey, triple Puerta Grande en Sanse de una nobílisima corrida de Zalduendo ,.

 

 TITULO:  VIVA LA VIDA - Baltasar Garzón - La Justicia esquiva la larga mano de la izquierda política,. SABADO -  21 - Septiembre   ,.

 El sabado  -  21 - Septiembre    a las 16:00 por Telecinco , fotos,.

 Baltasar Garzón - La Justicia esquiva la larga mano de la izquierda política,.

 Baltasar Garzón: «Siempre que ocurre un golpe de Estado me pregunto por qué los soldados obedecen al general»

  Baltasar Garzón,.

El magistrado y abogado Baltasar Garzón (Torres, Jaén, 1955) echa un trago de agua —con una rodaja de limón— para aliviar su garganta y aclarar la voz, afectada por las secuelas de la CoVid. Su relato, por momentos, parece desvanecerse con el ruido de la fuente que preside el patio del Hotel Intercontinental. Garzón presenta Los disfraces del fascismo (Planeta, 2022), un libro que en realidad es una mirada «en primera persona» que repasa los casos de fascismos, anteriores y actuales, que han enraizado en la democracia.

Con la Revolución de los Claveles en Portugal, el 25 de abril de 1974, Baltasar Garzón tuvo un primer enfrentamiento con la policía armada española, que pretendía arrebatarle el clavel rojo que llevaba entre las hojas de su libro de derecho civil. Contaba el juez en Un mundo sin miedo (Plaza & Janés, 2005) que en ese momento se empezaban a respirar los primeros aires de libertad, que ya hacían «alardes de insumisión» con la música, los libros y las revistas: «Llevar la revista Triunfo bajo el brazo era todo un desafío. Oír las canciones de Paco Ibáñez, Lluís Llach o Raimon me hacía sentir que los tiempos estaban cambiando. Leer los poemas de Pablo Neruda, Federico García Lorca o Miguel Hernández era como recuperar el tiempo perdido», escribía antes de citar los versos del poema Sentado sobre los muertos: «Aquí estoy para vivir / mientras el alma me suene, / y aquí estoy para morir, / cuando la hora me llegue, / en los veneros del pueblo / desde ahora y desde siempre. / Varios tragos es la vida / y un solo trago es la muerte».

En otra ocasión, cuando el subcomandante Marcos le llamó fascista, Baltasar Garzón le dedicó unas palabras de Antonio Machado —«hoy es siempre todavía»— albergando la tenue esperanza de que Marcos recobrara la razón que parecía haber extraviado «y ese fondo democrático que, quizá alguna vez, tuvo». En la actualidad —con otro buche de agua—, Garzón celebra que el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas le haya dado la razón al exhortar a España a «borrar sus antecedentes penales» tras haber sido condenado por prevaricación por las escuchas ilegales del caso Gürtel.

—¿Con el fascismo sucede lo mismo que al cruzar la calle, que hay que mirar a izquierda y derecha?

"El fascismo se nutre precisamente de todo este conjunto de aspectos que nos llevan a la anulación de los derechos humanos"

—De alguna forma sí, pero si lo de «izquierda y derecha» quiere decir políticamente a izquierda y derecha, tendríamos que interpretar un fascismo en un sentido amplio. Es decir, regímenes autoritarios, totalitarios… Históricamente se han definido en un sitio o en otro: comunismo, fascismo… con una base ideológica diferente, lo que ocurre es que con el desarrollo de esas ideologías y del tiempo y del espacio donde han sido aplicadas, casi llega un punto en el que se unen y se rigen por las mismas coordenadas. Si tú tomas el ejemplo hoy en día de un régimen comunista como es el de China o un régimen autoritario totalitario fascista como puede ser la figura de Vladímir Putin y otros espacios donde rige el populismo, como Jair Bolsonaro en Brasil, hay determinadas características que son muy parecidas: en una, evidentemente, la democracia no existe, como es el caso de China, y en otra hay una formal aunque militarísima democracia como es Rusia. Y en Brasil hay una democracia pero hay un líder que está degradando sistemáticamente la democracia con acciones y desarrollo de políticas que se nutren de ideas fascistas. En ese sentido habría que mirar a todos lados: izquierda, derecha, atrás y adelante, porque, en definitiva, el fascismo se nutre precisamente de todo este conjunto de aspectos que nos llevan a la anulación de los derechos humanos.

—Federico Finchelstein proponía analizar el fascismo como una ideología transnacional con importantes variaciones nacionales. Considera que, partiendo de una ideología global, «el fascismo se reformuló a sí mismo una y otra vez en distintos contextos nacionales y experimentó constantes permutaciones nacionales».

—El fascismo tiene una característica que no tiene el comunismo, por ejemplo, en su formulación teórica. Y es que en su formulación teórica el fascismo ya deja abiertas todas las puertas para que vaya acomodándose a cada sociedad. El ejemplo histórico es bastante claro. Puede haber distintas variables dentro de la ideología comunista, pero todas tienen una base común. El fascismo en cada lugar tiene sus características propias. Hay algunas comunes: el culto al líder, infundir el miedo en la sociedad, la mentira y la manipulación del grupo contrario, la anulación de cualquier oposición, la búsqueda de un objetivo vulnerable para hacer estallar, en definitiva, cualquier posibilidad de un estado democrático o una libertad. Esto es así, pero en cada país el fascismo fagocita a instituciones, cambia de forma y se metamorfosea. Es camaleónico. Donde llega, ve cuál es la situación y la aprovecha. En Argentina tuvo sus manifestaciones y en el franquismo tuvo las propias, incluso la negación de ser fascista, que se suele producir. Ocurre actualmente, cuando en realidad, si analizas todas las circunstancias y características, ves que hay componentes fascistas en la sociedad democrática actual.

—¿Qué buscan?

"Ocultar que hay comportamientos fascistas puede ser tan grave como decir que hay un fascismo permanente"

—El objetivo, si se les deja, si llegan a ese límite, es acabar con ese sistema que los acoge. La gran polémica que hay es si se les deja dentro o se les combate y se les expulsa. Es algo que no está resuelto, y lo vemos en distintos países, que no es así. De modo que lo que hay que hacer es un poco lo que yo trato de llevar a cabo en el libro, que no es tanto definir el fascismo, sino analizar sus características y sus manifestaciones y, a partir de ahí, establecer si hay realmente unos comportamientos que llevan en sí mismos esa ideología y la están desarrollando. El debate que yo establezco, aunque no se desarrolla en profundidad, porque la idea del libro no es penetrar en las teorías fascistas o en el estudio del fascismo, es descubrir esos disfraces entre Emilio Gentile y Umberto Eco y la propia que yo mantengo. Gentile dice: «La tesis del eterno retorno del fascismo puede favorecer la fascinación por el fascismo de los jóvenes que poco o nada saben del fascismo histórico pero se dejan sugestionar por su visión mítica, que se vería agigantada ulteriormente por la presunta eternidad del fascismo». Y yo en eso estoy de acuerdo. Eco dice: «El fascismo puede volver de nuevo bajo las vestiduras más inocentes». O como decía George Orwell también: «Cuando vuelva el fascismo lo hará vestido de todos los valores democráticos para eliminarlos». Es el retorno eterno del fascismo o el fascismo eterno. Lo que yo digo es que las dos posturas son ciertas, pero lo que no podemos hacer es no llamar a las cosas por su nombre. Ocultar que hay comportamientos fascistas puede ser tan grave como decir que hay un fascismo permanente. Las actitudes y comportamientos fascistas subyacen y van evolucionando de conformidad con el inicio, desde que un líder de extrema derecha comienza con un populismo dentro de un esquema democrático y da un siguiente paso. Y si no se le detiene, no se le descubre, pasa a una fase siguiente y llega a un punto de inflexión. Y en España, en concreto con Vox, estamos en ese punto de inflexión.

—«Mientras en el mundo las izquierdas continúan en cierta forma una confrontación ideológica interna, hay un movimiento que se percibe cada vez con más fuerza y que no se detiene frente a ninguna circunstancia. Es la conformación de una extrema derecha», dijo usted durante la presentación de La encrucijada. ¿El problema de que el fascismo esté llegando y se esté asentando es entonces culpa de la izquierda, que no termina de llegar a un acuerdo?

—Yo creo que hay una mezcla. Es verdad que lo que menciono está produciéndose y de alguna forma lo sigo sosteniendo; hay una especie de burocratización del poder, un desarrollo de los gobiernos progresistas, y eso es muy peligroso, porque con la «burocratización del poder» se pierde la referencia con la calle y lo que hoy está sucediendo en la calle es muy peligroso. Las ideologías de corte fascista o de ultraderecha están penetrando más en la juventud, y eso es la consecuencia, la causa de que estén elevándose mucho más los adeptos o quienes más confían en ellos. Eso genera un marco de indiferencia y un orden de relaciones en las que ahora parece que sí ha pasado a un primer plano. Todos esos discursos tienen una base, que ha sido dejar durante mucho tiempo que crezca esa ideología, porque si tú te quedas sin trabajo o tienes una mala cosecha, basta con llegar y decir «esto es culpa de aquél, que se está dedicando a pasearse por el mundo», y no se valora si es verdad que se está gobernando. Pero claro que se está gobernando, se están haciendo muchas cosas importantes, pero no se presta atención. Es decir, es peligroso desentenderse de lo que es el problema o los problemas reales de la calle.

—Le iba a preguntar cuántas veces le han tachado de fascista, pero tengo entendido que el subcomandante Marcos le llegó a llamar «fascista» y «payaso grotesco».

"Alguna vez me han llamado fascista, pero yo creo que eso va en el propio sueldo cuando desarrollas un trabajo de servicio público, como en mi caso ha sido el de la justicia"

—Sí. Tuvimos un intercambio de correspondencia bastante interesante. Defendí al subcomandante Marcos en su propia lucha y la comprendí, porque estoy absolutamente próximo a los pueblos originarios y a las comunidades indígenas y a las luchas sociales. Yo le contesté dialécticamente e iniciamos un debate, que es lo que se tiene que hacer si crees que alguien está en un segmento que no corresponde: lo dices, se confronta y después se analizan los resultados. Alguna vez me han llamado fascista, pero yo creo que eso va en el propio sueldo cuando desarrollas un trabajo de servicio público, como en mi caso ha sido el de la justicia. Evidentemente hay personas, entes, instituciones, organizaciones que no están de acuerdo con lo que estás haciendo y la aplicación de la ley. Es libre cada cual de calificar a quien considere de la forma que quiera, pero luego hay que analizar la realidad y hay que descender a los hechos, y si todas las garantías han sido cumplidas, aunque no te gusten, si ha habido motivación, si hay una explicación, entonces podemos llegar al encuentro de que, quizás, la denominación no era correcta.

Decía Nicolás Maquiavelo que un pueblo que puede hacer lo que quiere no es sabio: «Una multitud sin cabeza es, en efecto, inútil. El pueblo necesita siempre un guía que le muestre su auténtico bien y lo libre de engaños». Pero en Los disfraces del fascismo usted cuenta: «Nunca he entendido esa fe ciega en un rey. Ese fervor de masas del que se rodean los dictadores, esa entrega incondicional hacia el líder carismático». ¿No hay aquí una contradicción?

—Evidentemente yo no coincido con el criterio de Maquiavelo en ese caso. He tenido ocasión de leer mucho de Maquiavelo, incluso de hacer algún estudio sobre El príncipe, y creo que su doctrina se ha entendido mal en algunos ámbitos, pero ahí lo contrapongo a la postura exactamente contraria. La teoría de la división de poderes o separación de poderes no se acomoda a la actualidad. Debe haber un contrapoder. Ese es el discurso adecuado, porque el Estado es uno, democrático, y todos los poderes deben trabajar por ese fortalecimiento de Estado. Hay que interpretar los grandes aportes de Maquiavelo en los mismos conceptos y ámbitos políticos a los que se refería.

—¿Por qué dice que nunca ha entendido la fe ciega en el líder?

—Primero, en cuanto a los militares, porque soy antibelicista. Siempre que ocurre un golpe de Estado me pregunto por qué los soldados obedecen al general. Pues por miedo, porque si no lo hacen los matan. Hay que soportar esa tensión y, a lo mejor, si se opusieran veinte, dos no cruzarían. Siempre es la misma dinámica en el mundo de hacer o no hacer, del miedo, y hasta dónde llega el miedo o el sacrificio, pero no la he entendido jamás. No he entendido que se anule en una escala de jerarquía de poder, que se anule la capacidad del libre albedrío. Tampoco entiendo la fe ciega en el rey. ¿Por orden de quién el padre es bueno, el abuelo deja de ser bueno y el hijo es mejor? Es decir, no hay una razón lógica. Por eso siempre, y lo digo claramente, me proclamo republicano.

—¿El presidente no se puede equivocar?

"En una dictadura, si obedeces al dictador, entras a formar parte de la propia dictadura"

—Sí, pero al menos puede cambiarse, puede caer y puedes discrepar, y con esa discrepancia conseguir que algo cambie. En una dictadura, si obedeces al dictador, entras a formar parte de la propia dictadura. No tienes excusas para decir «no pude hacer otra cosa», porque hay muertos que están en las cunetas y porque hay personas que están en el exilio. Es decir, hay alternativa y hay personas que también confrontan la dictadura y hacen caer al dictador. No estoy diciendo con esto que tengamos que ser todos héroes ni sacrificarnos ni irnos a que nos maten, pero hay alternativa. Siendo juez, yo tenía la opción de quedarme quieto, como muchos, de no buscarme complicaciones, como bastantes, o, por el contrario, asumir lo que es el servicio público de la justicia, lo que demandan los ciudadanos; lo que perjudica al Estado de derecho tiene que ser corregido desde el ámbito de la justicia, no desde otros ámbitos. Entonces tomo una decisión.

—¿Qué ha supuesto esto en su vida?

—Me ha traído muchas complicaciones profesionales, vitales, familiares, sociales y políticas. Pero para eso estamos aquí.

—Y le han amenazado… ¿Tiene cuidado allá por donde va?

—Sí, bueno… Yo no soy un hombre que no se cuide, pero tengo muy claro que cuando tomas decisiones tienes que asumir las consecuencias. Y no solamente de riesgo físico, sino también de otro tipo que te puede causar problemas. Hay una anécdota… Cuando ya estaban prácticamente para suspenderme por la investigación de los crímenes franquistas, algún mensajero del Consejo del Poder Judicial llegó a decirme: «Bueno, apártate, que esto se calma». Algo así como que «la sala segunda del Tribunal Supremo es un trasatlántico y algo que se pone en medio lo pasa por encima». Si eso es así, ¿por qué no?

—¿Porque dirán que es una acción soberbia?

—No es una acción de soberbia, sino de compromiso con las víctimas y de compromiso, en este caso, con la verdad. A mí me correspondió investigar este tema, sabía las consecuencias y, judicialmente, yo no debía hacer algo diferente a intentar investigar estos hechos. Después, recibí la sanción de suspensión, un juicio, otro… y finalmente [con el caso Gürtel] me condenaron por prevaricación, que es lo peor que se le puede decir a un juez, y a once años de inhabilitación. Mientras, yo he seguido mi lucha, porque creía que tenía que seguir. Han sido muchas dificultades, pero, finalmente, nueve años después, el comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas me da la razón. Ha sido un proceso arbitrario y una sentencia parcial, porque no había previsión legislativa en el código penal por lo que se me condenó, y eso se me debe reparar. Ya está. Hay sentencias justas, hay jueces que se equivocan y aciertan, fiscales que trabajan, que no trabajan, que aciertan, que se equivocan… Es la vida. Lo cual no quiere decir que yo no crea en la justicia; necesito creer en la justicia porque la justicia es el equilibrio. Y como juez no soy superior a nadie, soy igual al ciudadano, pero tenemos funciones distintas. Aún cuando se trate del más perverso de los criminales, tenemos funciones distintas: has quebrantado la justicia y yo te juzgo, pero no soy más que tú. Me preocupa que esa cuestión que para mí es esencial y es baluarte de la democracia, haya colegas que no la compartan.

—Giovanni Falcone era un juez al que acusaban de tener cierta prepotencia y llegó hasta el final de sus consecuencias: fue asesinado por la Cosa Nostra el 23 de mayo de 1992.

"Yo estuve en el entierro de Giovanni Falcone junto con otros compañeros. Fue un hecho que me marcó"

—A la coherencia se le llama prepotencia o exaltación del ego, y a mí «juez estrella». Siempre me ha hecho mucha gracia ese título, y no sé quién lo diría o qué pensaba cuando lo dijo, pero represento exactamente lo contrario de lo que quería decir o de lo que entendieron muchos. Yo estuve en el entierro de Giovanni Falcone junto con otros compañeros. Fue un hecho que me marcó. Para mí ha sido un modelo de juez, un modelo de coherencia. También en lo personal, en lo que pude conocerlo. Lo he seguido como a otros jueces y fiscales a los que directamente he conocido, he estado con ellos y me han nutrido de todas esas experiencias y esa educación en la lucha contra el crimen organizado. Yo identifico el crimen organizado como un disfraz del fascismo y Falcone sabía que lo que estaba haciendo o lo que había hecho le iba a costar un precio, y lo dijo en más de una ocasión: «Yo sé que soy el número uno en la lista de la Cosa Nostra para acabar conmigo». Después es verdad que le protegieron y se va, pero la mafia, el crimen organizado, aguarda, es paciente, mucho más paciente que quienes lo persiguen. Entonces esperaron su momento y Totó Riina emitió las órdenes correspondientes. Pero no desapareció el ejemplo de Falcone.

—Cuando la Operación Nécora, el crimen organizado en España no se investigaba.

—No se investigaba como tal. Lo mismo que en Italia. Los magistrados italianos antimafia de Manos Limpias en Milán sí confrontaban las investigaciones de las organizaciones criminales como tal. Aquí había una visión muy local, por lo cual era imposible llegar a los responsables de las organizaciones criminales. Entonces nosotros pusimos en marcha todos los mecanismos para confrontarlos. Sabían que hasta ese momento no se estaba haciendo y se sentían muy cómodos; se iba a por un pequeño traficante de drogas, a por algún alijo, y se quedaban en los autores materiales y no pasaban a los financiadores, a los que estaban detrás. Yo lo que hice contra el narcotráfico, y muchos años contra el terrorismo, era ver cómo se estaba haciendo: quién lo financiaba, quién lo apoyaba… Descubierto, estudiado y detectado cuál es ese complejo, vayamos a confrontarlo con toda la fuerza del Estado y con toda la panoplia. No se estaba abordando de forma legal como creo que habría que hacerlo, porque los indicios eran evidentes, y entonces nos pusimos de acuerdo: fiscalía, juez, policía, la gente joven de la policía… Ten en cuenta que en un programa electoral hasta el año 93 no se utilizó la expresión «crimen organizado».

—Sito Miñanco y Jesús Gil. ¿Qué diferencia tienen con la mafia, con el crimen organizado italiano que conocemos y con el fascismo? Tanto Gil como Miñanco utilizaban el fútbol para hacerse querer, por ejemplo.

"Sito Miñanco significó a escala local, pero también con pretensiones claramente internacionales. Financió obras lúdicas, un equipo de fútbol, campañas de Navidad, etcétera"

—Creo que la mafia, los cárteles colombianos y mejicanos siempre han tenido ese componente. Aquí fue a un nivel diferente. Sito Miñanco significó a escala local, pero también con pretensiones claramente internacionales. Financió obras lúdicas, un equipo de fútbol, campañas de Navidad, etcétera. Otros que fueron investigados por casos de corrupción utilizaron la política para sentarse y luego hubo una degradación de esa política donde se cometieron hechos delictivos, y algunos siguen coleando a día de hoy en la zona de Marbella. Y las inversiones, probablemente en muchos casos legales, también patrocinaban esa imagen (una cosa es la imagen y otra son los hechos que subyacen). Puede haber una persona que en su desarrollo político fuera populista claramente, como Jesús Gil, y que sus hechos delictivos enjuiciados no tuvieran nada que ver con esa dinámica. Las financiaciones que se hacían de todos esos eventos, en el caso de Miñanco, eran procedentes del narcotráfico. Ésa es la diferencia entre un caso y el otro. De cualquier manera, una de las características que se producen en las organizaciones criminales es que necesitan de la comprensión de un segmento determinado de la población y hacer algo para decir «no solamente blanqueamos dinero». Obviamente, de forma simultánea ocultan lo que hacen, aunque en el caso de Pablo Escobar no lo ocultaban, porque Medellín era suya.

—El 29 de diciembre del 1997, en un partido contra la droga en el Santiago Bernabéu, Lorenzo Sanz y Jesús Gil se apostaron 250.000 pesetas con Luis del Olmo en una tanda de penaltis con usted de portero.

—Como yo jugaba siempre de portero con el Barça, porque yo soy del Barça, si les paraba un penalti al presidente del Real Madrid y al presidente del Atlético de Madrid, ellos aportaban un poco más de lo recaudado al Proyecto Hombre. Era una forma, en ese momento, agradable de motivación. Fue importante porque gracias a esas iniciativas se abrieron varios centros de Proyecto Hombre que siguen funcionando a día de hoy, y miles de personas se han beneficiado.

—Se le ha visto con Jesús Gil, una persona que fue procesada. También con (José Manuel) Villarejo. En los audios que ha publicado El País, el ex comisario le cuenta a Dolores de Cospedal, dos meses antes de que fuese detenido, que se había enterado de la investigación de la Fiscalía Anticorrupción a través de usted: «Baltasar Garzón me sigue diciendo: «Oye, la Fiscalía Anticorrupción sigue yendo a por ti, ten cuidado. ¿Por qué no llegas a un acuerdo con ellos?»».

—¿Eso es grabación o es anotación?

—Grabación y anotación. De hecho, está publicada la transcripción.

"He buscado siempre la colaboración por parte de las personas en todos y cada uno de los terrenos, en grandes casos de narcotráfico, terrorismo, yihadismo..."

—En esa época pudo hablar conmigo, me pudo decir eso, y yo lo que le digo —si es así, porque no lo recuerdo bien— es que llegue a un acuerdo con anticorrupción. ¿Qué significa que llegue a un acuerdo con anticorrupción? Hablar, declarar, contar todo aquello que sepa. A lo largo de mi carrera profesional lo que he buscado siempre ha sido la colaboración por parte de las personas en todos y cada uno de los terrenos, en grandes casos de narcotráfico, terrorismo, yihadismo… «Colabora. Cuenta todo lo que sepas, la verdad… Pon todo sobre la mesa y asume las consecuencias». Sin lugar a dudas, eso tiene cabida en el código penal. Tiene un impacto determinado y todo eso está previsto. Recuerdo una anécdota: la fiscal del caso de la Operación Temple (Dolores Delgado) y yo hablamos con el señor (José Manuel) Vila Sieira y le dijimos, tomándole declaración: «El código penal dice que si usted colabora, tiene esta rebaja». Y con ese argumentario nos contó que en A Pobra do Caramiñal había tantos kilos de cocaína, y se incautaron. Que yo le pueda decir a esa persona o a cualquiera que colabore con la Fiscalía y llegue a un acuerdo, es lo que hay que hacer.

—Pero entonces, ¿por qué es noticia?

—Porque en el caso donde están compartiéndose mil publicaciones, mil filtraciones y demás, creo que se está desnaturalizando prácticamente todo, porque realmente no ha colaborado. ¿Por qué es noticia? Porque un medio de comunicación ha publicado unas grabaciones que no sé si están dentro o no del procedimiento. Y en todo caso, si están, tienen que ser valoradas. ¿Y eso es noticia? Eso es noticia porque me llamo Baltasar Garzón, puede ser. Pero si lo analizas, lo que yo le estoy diciendo ahí, en el caso de que sea una grabación, es algo lógico: «habla». Los fiscales tendrán la palabra, y el juez, y ese procedimiento de Gürtel, no en el momento en que yo estoy investigando, sino después. Ha habido múltiples acuerdos con los fiscales con sentencias más leves a cambio de esa colaboración. Es el mecanismo normal. No sólo en España. En Estados Unidos, en Francia… es lo normal. A mí me da igual que esto se publique o no se publique, porque no creo que esto signifique nada más que el consejo de que hable con la Fiscalía.

 

TITULO:   VIVA LA VIDA -   Roberto Vaquero - Gobierno a la deriva  ,. Domingo -  22 - Septiembre,.

El domingo  - 22 - Septiembre -  a las 16:00 por Telecinco , foto,.

  Roberto Vaquero - Gobierno a la deriva ,.

 Roberto Vaquero: «Si no reaccionamos, España va camino de ser Marsella»

 Roberto Vaquero ,.

En una mañana más que amable, desde el punto de vista meteorológico, de un agosto agonizante con ínfulas de septiembre, en la que todos los magacines televisivos y los periódicos de papel informan sobre la crisis de inmigrantes ilegales —¿en qué momento, por cierto, se convirtió en peyorativo el adjetivo sustantivado “inmigrante”?— que padecen Canarias, Ceuta y Melilla, y sobre el viaje a Mauritania del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, donde ha asegurado que España necesita que vengan entre 200.000 y 250.000 inmigrantes al año para que al Estado de bienestar nuestro no se le quiebren los tobillos.

"El líder del Frente Obrero defiende que nuestro modelo migratorio no es sostenible"

No seré yo quien se meta en el fregao de analizar/opinar sobre un tema que me parece delicado en extremo. No tengo alma de tertuliano todólogo. Tampoco manejo los datos suficientes y, sobre todo, pertinentes. Recientemente, he leído los magníficos artículos de Soto Ivars y de Pérez-Reverte sobre la cosa y, volviendo al principio, el libro del amigo Vaquero, en el que dedica un generoso puñado de páginas a analizar un fenómeno que es más viejo que la tos.

El líder del Frente Obrero defiende que nuestro modelo migratorio “no es sostenible” y que quienes “más lo sufren son los primeros interesados en que alguien haga algo para cambiarlo”. Vaquero no es un tipo racista ni xenófobo, digan lo que digan sus enemigos —sí, digo “enemigos”, no “rivales”—. Denuncia que cuando el inmigrante ilegal pringa, en general, lo hace en un régimen de esclavitud que también devalúa el salario de los obreros nacionales. Ahora bien, según el autor, si una de estas personas “que no tiene la cultura española, que no está asimilada ni integrada en nuestra sociedad, no debería poder acceder a la nacionalidad, aunque haya nacido aquí”. Por ello, “los requisitos para ser español deben endurecerse y restringirse. España no debe convertirse en un país de desarraigados, de guetos, de separación y de islamismo”.

"Roberto Vaquero lamenta que la izquierda actual haya abandonado la lucha obrera"

Denuncia el colaborador de Zenda que “los principales señaladores y defensores de este modelo migratorio y de no integración viven en zonas donde no sufren sus consecuencias”: “Los que deciden las políticas migratorias viven, por lo general, en zonas con seguridad privada, blindados ante cualquier tipo de incidente”. Nihil obstat. Lamenta que la izquierda actual haya abandonado la lucha obrera, abrazando el pensamiento “de las élites económicas y políticas que antes, se supone, combatían” y concluye que “el auge de la derecha radical se debe a condiciones materiales, a la realidad política, social y económica en que vivimos, entre otras cuestiones, y al mal hacer de la nueva izquierda, no a simples relatos construidos en el aire, pues si fuese así no tendrían el apoyo y relevancia que han logrado”.

Así pues, échenle un vistazo a Por qué el obrero vota a la derecha. Estén de acuerdo o no con los postulados de Vaquero, el muy canalla les hará pensar y, en ocasiones, volteará su imaginario sobre algunos temas políticos y sociales troncales. También se divertirán. He disfrutado como un cochino en un barrizal leyendo el apartado sobre el maldito “lenguaje inclusivo”.

Y otros que sólo comentaré con él en privado, claro.

 

TITULO: No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna - Gracias por el mejor año de su vida  ,.

No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna -  Gracias por el mejor año de su vida  , fotos,.

 Gracias por el mejor año de su vida ,.

 Cada día es una vida

Y entonces la tarde cae sobre la llanura. Le mete un brochazo de oro a los prados, espachurra sus manos sobre las colinas, remueve la cuchara dentro de la chatarra de la tierra. La luz entra así, con pinceladas grandes, rasguña, hurga, como si quisiera meterse en la carne misma de esa tierra que se hace tierna, como si quisiera tirarse ahí, allí, de cabeza, de pezones, y no volver nunca más a levantarse, porque ahí cada día es eso, es una vida. Así terminó la primera tarde que pasamos juntos, en medio de los lienzos, con un buen verdejo en la mano, afrutado, coloreado, y Carlos, en toda su gloria, porque detrás los cuadros que no paraban de soltarse la melena, porque delante la vida misma, con todo su fulgor, con todo su amor.

 La Galleta de la Fortuna, el nuevo RASCA de la ONCE que incorpora una suerte  de "filosofía" y una campaña de lanzamiento a lo grande - AZARplus

El libro de Carlos León, que ahora publica La Cama Sol, está dedicado a los que aman. A todos los que lo hacen de verdad, de cuerpo entero, a la proa de su alma. Porque todo lo demás son bambalinas. A la tarde te examinarán en el amor, lo decía también San Juan de la Cruz, quien, por estas tierras segovianas, donde Carlos León ahora vive, también pasó. Y traigo al cuento a San Juan porque de eso se trata: de lo carnal que puede también ser rotundamente espiritual. El cuerpo es lo de menos o lo de más, como se quiera ver, a la vertical, a la horizontal. El cuerpo es solo la punta de la lanza, el altar, todo lo que sigue tampoco importa. Lo que nos hace nacer es eso que brilla en la pulpa de los ojos cuando dos se encuentran, tropiezan el uno con el otro y la vida entonces no tiene remedio y, lo sabes, entonces nunca más volverás a morir. Mientras tragamos el vino, se escucha ladrar una manada de perros, la luz sigue saqueando, metiéndose en el vientre desnudo de la tierra, metiéndose ahí, en su calor, porque el día se apaga, porque la noche sube. Ahí están ellos, los lienzos desparramados, patas arriba, testigos de una vida entera que supo amar.

"En ambas obras está, pues, plasmada esa alegría del vivir, los cuerpos sueltos, soleados, de Bonnard; los colores carnales, repletos de otoños y de veranos, de León"

No tengo pinceles, solo tengo este puñado de palabras. Así que haré con esta miseria, con esta misericordia, para buscar decir lo que sé de Carlos, de su arte, de su poesía. Hay pintores que tienen la alegría en la sangre. Y no es cuestión de colores. A veces los oscuros iluminan, como esos negros salvajes, todos ellos llenos de melenas, que Soulages pintó sin parar durante dos cuartos de siglo, que se dice pronto. Pero quién me viene a la mente es otro, es un artista figurativo, en la otra punta del espectro de la pintura abstracta. En quién pienso ahora es en ese maestro que ha sido Pierre Bonnard, un pintor inmenso, que sabía retratar como nadie la alegría de vivir, un pintor que el poeta Guy Goffette retrató de manera infinita en Elle, par bonheur, et toujours nue, un libro, una joya, un diamante breve publicado por Gallimard. Como Pierre Bonnard, Carlos León no entra en ninguna casilla, y en ambos casos tampoco importa mucho la biografía —salvo quizás la amorosa— porque en lo íntimo está lo infinito, en todo caso la pulpa misma de nuestro palpitar.

En ambas obras está, pues, plasmada esa alegría del vivir, los cuerpos sueltos, soleados, de Bonnard; los colores carnales, repletos de otoños y de veranos, de León. Ambos saben que todo lo que clarea, la luz del día, los ojos que se abren, no siempre es bueno para lo que se trama, lo que gatea, en el vientre de una habitación. El amor necesita de colores, pero también de claros y de oscuros, de rubios y de hoyos. Una mañana te levantas y entonces el día te atraviesa de par en par, como lo hacen los recuerdos. Entonces la infancia te entra por la garganta, demasiado tarde, aquí está ese souvenir de cuando, palma contra palma, él, ella, se ponían de cuerpo en cruz, subiendo, bajando, en el altar. Fuera el soplo del viento que trepa por los cipreses, o serán robles, o será, no importa, ahí están los troncos, ahí están, hincándose, los manantiales de las ramas, las copas de los pinos, los bodegones de los montes. Y esos árboles entonces dejan de ser de cera, dejan de ser velas muertas, candelabros que nadie ya quiere soplar. Hace muchos años hubo una primavera, hace siglos hubo un verano, hubo una mano, miles de combinaciones de la sangre, que baila, que brinca, que salta.

"Por el mosaico del cielo las nubes se agachan, se hincan, estornudan, ellas también saben que es otro día que se va, ellas también se aprietan, se encogen, viven"

De eso nos habla la pintura de Carlos y su poesía. La vida se queda entonces en blanco para siempre y en ese trazo que nos lleva está el fulgor del color. Todos los colores: los repletos, los que se quedan vacíos, los que arden, los que se apagan y vuelven a encenderse. Ahí están, en sus lienzos, como arañas, como alacranes, como salamandras, se enroscan debajo de otros, como víboras debajo de las piedras porque fuera calienta el sol, ellos se retuercen como animales que llevan dentro el veneno mismo de la vida, esa vida que mata, que empuña, que se enzarza a palos con la muerte, que le mete mano, la patea, se impone aunque sea un breve latir, aunque solo sea un fingir. Entonces el verdejo nos entra, nos baja por la tráquea, nos atraviesa toda la tubería del cuerpo, mientras sobre la colina el sol se hace más crujiente, aplasta sus barnices, se hace cálido, íntimo, entra en el vientre de la tierra. Y ahora leo lo que escribe Carlos, leo esa escritura también en blanco, llena de colores, llena de ardores. Las horas pasan como arena en mano, la noche y el día se mezclan sobre el lienzo. Por el mosaico del cielo las nubes se agachan, se hincan, estornudan, ellas también saben que es otro día que se va, ellas también se aprietan, se encogen, viven.

Cada día es una vida y por eso no apetece quitarse esta ropa, meterte entre las sábanas, sacudirte sobre el colchón. Por eso te quedas erguido, esperando que algo, alguien, te cornee, para recibir la vida de pie, a la vertical, como lo hacen los árboles, como lo hacen los gaiteros, los que nunca se tumban. Ahora, mira, la noche esparce su cuchilla por el campo, la tarde se quedó sin aliento, ella también esparcida, sin barba. El viento se lleva los pájaros que voltean en el área para meterse en esa garganta que los traga, la noche tiene hambre, ansia de día, de luz, de color. A veces lo conseguimos, un poema atraviesa la página, brota en medio de ese blanco y se queda a su ancho, frágil, indestructible, como si fuera una taza de leche, algo de pan perdido que flota en medio de un recuerdo de infancia. La felicidad a veces es eso, una pizca, un pezón, algo que se pinza entre los dedos, que se alza sobre la escalera breve para ver si la vida sigue bien viva, por encima, más allá de ese muro, que crece, y a cada escalón, a cada peldaño, año, el cuerpo se hace más gruñón, se cierra como un cañón. Pero no importa, porque seguimos siendo ese niño travieso que lo atraviesa todo, ese veinteañero al que le gusta meter mano entre esas piernas, porque la muerte no le pillará.

"Cierro los ojos, abro otro lienzo, atravieso otro poema. Y entonces leo: una boca está buscando otra boca, unos labios están buscan otros labios"

Y tendremos, verás, un porvenir repleto de manos, eso nos dicen nuestras infancias, nuestros veinte años. El lenguaje nace como una mañana en el puerto o en la montaña. Un día habrá un tiempo en el que no tendrá ni prisas ni risas, un tiempo sin carcajadas, que dejará de patearnos, que nos soltará las manos y nos dejará ir a por libre, como cuando los montes o cuando los mares eran sin fin. La vida sabrá entonces de nuevo a manzana, a cuento perdido, y la palabra tendrá, entonces, para siempre tu rostro. Eso nos dicen los poemas de Carlos. Las frases no pesan nada sin las palabras, las frases no importan si no hubo un antes, días, meses, años, que se llenaron. El cuerpo no importa nada sin el alma. Él se hace ligero, se esfuma, se muere, pero basta una mirada, solo una palabra tuya, y entonces la vida se encarna, se hace carne, se libera. Tu vida, mi muerte, son ambas caras de una misma moneda, pero de las muy rubias, de las que se tensan y aguantan, que son cielos y raíces, algo que se va y algo que vuelve. Los álamos son como mujeres ancianas, de las que se vestían antes de negro, eso pienso mientras la noche se tira de cabeza por la ventana. Ahí está la oscuridad que se ata los cordones, para irse por los montes, para calzar los ríos. La muerte se irá con ella y se llevará esas sandalias, esos zapatos de viento que nunca se cansan, que caminan sin parar.

Cierro los ojos, abro otro lienzo, atravieso otro poema. Y entonces leo: una boca está buscando otra boca, unos labios están buscan otros labios. Buscan algo que les acantila, buscan ese barranco dónde el mundo se hace nudo, deja de irse por fin a la deriva, irse en balde. El acero caliente de la vida se nos mete entonces por todo el cuerpo y ese ácido entonces se hace viña, cosecha, otoño, palpitar, habitar, el mundo deja de ser un pueblo vacío, un camino sin andar. Y entonces uno y dos, y dos y dos, y una multitud de cuerpos en llamas, llenos, que se hacen barro, oro, cuerpos sueltos, sin ataduras, todo llanuras, hasta que la vida los fulmine, hasta que los deje como un banquete después de la boda, cuando las copas tiradas, cuando ni la novia ya sabe dónde quedarse a dormir, cuando la misma muerte se ha ido, con sus sandalias de viento, vete a saber dónde ella también se habrá metido. Apretamos esa mano que no quisiéramos que nunca se fuera, nunca soltar, ni ella, ni la nuestra, aquí está la mesa, el pan esparcido, los invitados que se han ido. Aquí nos quedamos con el cuchillo cortando el mollete, y detrás del viñedo los labios llenos de carmines, detrás el sol que aplasta sus manos sobre la masa rubia del aire.

"Un día podremos ser como un barco sin mar, algo que se queda en tierra, bajo tierra, sin crestas, pero siempre, para siempre, despeinados, porque allí, dentro de nuestra garganta, seguirán anidando las olas"

Y entonces los recuerdos nos llenan la pileta. Recuerdo como metía mis pasos en tu caminar, detrás, delante, recuerdo el panadero, la calle cortada por los campos, había un girasol, quizás alguno más, había nada y ese nada lo es todo. Entre esos cuatro muros, allí estuvimos, mientras el sol gateaba por las colinas, la nada entonces era todo, andaba por todas partes, la vida en vivo, sin ataduras. Allí estuvimos mientras por la ventana el azul se asomaba, él también quería entrar, sentarse detrás de la cocina y esperar que llegaras, que atravesaras el día, la mañana, la tarde. La tierra no para de girar. La vida es un vértigo. Pronto llegará otro día que abrirá el frasco de la mañana, las horas soltarán sus aromas y el sol, sin pedir permiso, se nos meterá de nuevo por la garganta. Nos levantaremos, saldremos, iremos entonces a descolgar esa lámpara mal enroscada en el techo del aire, iremos a cosechar flores, alguna que otra amapola, o lirio, o delirio, dos o tres acras de mar, quién sabe. Quizás lo hagamos en alguna que otra ciudad y entonces, también erguidos, saltaremos de tejado en tejado, chillando, gritando, para que nos escuchen bien, que todos sepan el recuerdo que hemos sido. Para que todos sepan que mañana nunca terminará.

Y entonces otro día. Nos podremos entonces quedar sin quilla ni timón. Un día podremos ser como un barco sin mar, algo que se queda en tierra, bajo tierra, sin crestas, pero siempre, para siempre, despeinados, porque allí, dentro de nuestra garganta, seguirán anidando las olas. No te creas lo que dicen por aquí y allá los que dicen que el mar un día se acaba. Todo, al contrario, sigue. Toda esta sed de sol, de viento, de yodo, incluso aquí en medio de estos campos, cuando la meseta se atraganta, cuando el día arde, se hace calcio, se hace ceniza. Y entonces nos quedan las palabras, nos quedan los lienzos, las carnes que hemos amado, las almas que nos han atravesado, las tibias, los fémures, las fiebres. Nos quedamos con todo, dando vueltas, revolcones, porque ni en ese hoyo, ni en esa tierra, nos quedaremos quietos, seremos como niños. Los amantes se muerden, su alimento es el hambre, y esa hambruna, incluso bajo tierra, ahí sigue, gime, boquea, se hace insomnio. Incluso siendo barro, cuenco, aljibe, playa sin reposo o montaña sin mañana, no nos quedaremos quietos, nos daremos la vuelta en el hoyo, porque fuera el otoño ardiente, porque fuera el pezón que nos llama, es el verbo que se hace carne, son las horas cada vez más altas. Fuera la vida, dando vueltas sin parar, sin cesar.

"El sol es una víbora que cada día cambia de piel. Cada día se hace orquesta y se pone a tocar para todos los que quieren, para todos los que recuerdan esos veranos que nunca acabaron"

Tocar la madera de otro cuerpo, atravesar el bosque de una vida. Incluso cuando los libros sean polvo, cuando los lienzos se quiten del medio, nos quedarán estos besos que nos dimos, nos quedarán estas manos que, un día, una noche, lo que sea, hemos compartido. Las frases sólo son un poco de leña que quemará como lo demás. Los verbos apenas despiertan, se quedan roncos, no saben nada de la vida, de cuando uno cae y otro sube, cuando uno entra y otro recibe. La mesa se queda entonces vacía, se han ido todos los invitados. Debajo del mantel el trigo, sin embargo, se agita, la hierba crece, debajo del mantel el día tiembla. Ya lo tengo todo preparado para el gran viaje, he colgado mi mochila sobre la ventana, la que se quiere escapar monte arriba, los armarios, las puertas, todos tiran de las riendas. De proa llegan los campos, hacia el oeste la tarde se desangra, aquí estamos, listos para salir y esta lámpara nos mira, ella quisiera ser algo más, quiere ser ese sol, quiere ser esa gloria. La alegría lo sabe, es roja, roja como la sangre, roja como el hambre. Y por mucho que la muerte saque su cuchilla, ahí estaremos, dando vueltas, entre las sábanas del tiempo.

Lo sabemos por instinto: el mar siempre será algo muy joven, algo que nunca deja de palpitar, de gruñir, será como esos pájaros verdes o quizás amarillos, que un día atravesaron el horizonte de la ventana y se metieron como si fueran dedos, en los ojos grandes, abiertos, del cielo que no dejó de mirarlos pasmado, enamorado. El sol es una víbora que cada día cambia de piel. Cada día se hace orquesta y se pone a tocar para todos los que quieren, para todos los que recuerdan esos veranos que nunca acabaron. Ahora escucho las ruedas de la carreta que se ponen a gemir, los bueyes tiran del carro mientras las rutas se desangran. No importa que ya no nos queden cuerpos para vivir, no importa que ya no tengamos piernas, troncos, pechos, porque ahora que se cierran tus nalgas, ahí todavía estoy, aprieto, me quedo. Porque un día, de nuevo, aunque nada, aunque todo, ahí estaremos de nuevo, con esa copa de vino brindando el aire, mientras los campos se ensanchan, mientras los cielos se estiran. Allí estaremos a ciegas, sedientos, felices como cepos, tanteando la tierra como lo hacen las setas o los hongos, como lo hacen todos los que sabe que la muerte no es nada.

Porque nos quedan aún, todavía, para siempre, un millar de horas por abrir. Porque aún nos quedan miles de años que quemar. Porque nos abraza ahora, de nuevo, la noche y, como dices Carlos, ella es un fandango, algo que nos entra en la carne, que viene para quedarse. Porque los ríos son siempre jóvenes, porque siempre el olor de las vísceras, de las cepas, de los viñedos, y allí está el embrión que late, los ojos que buscan, las manos que encuentran, ahí están todos los que fuimos, fósforos, lámparas, sudarios. La tarde se acaba de quitar el guante, en el aire brilla el bisturí, el cielo tiembla, entre las zarzas el sol se ríe a carcajadas, serán los nervios, por el monte el viento patea, cabezudo, terco. La tarde se acaba, brindemos una última vez, que todo aún queda por vivir, nada se ha pintado, nada se ha escrito. No importa que la huerta se quede a la deriva, que la tarde se quede sin hoguera o el trigo sin espiga. Aún ahí debajo, mezclados a la tierra, la lluvia nos despertará, las fresas nos comerán los labios a bocados y el amor se quedará hambriento, sabroso como el mosto, ahí lo tienes atravesando el río, sembrando, corriendo a campo abierto, por fin libre.

 TITULO: LOS TOROS LA SER -  Castella, Manzanares y Roca Rey, triple Puerta Grande en Sanse de una nobílisima corrida de Zalduendo ,.
  

 

 LOS TOROS LA SER,.
 

 Los toros es un programa radiofónico que dirige el periodista especializado Manuel Molés en la Cadena SER. Desde abril de 2015 se emite los lunes de madrugada tras ser sustituido de su horario habitual de emisión de los domingos por el programa Contigo dentro. Contó con la colaboración de Antonio Chenel Antoñete, fallecido en Madrid el 22 de octubre de 2011, siendo uno de los espacios más antiguos del panorama radiofónico nacional ya que continúa emitiéndose de manera ininterrumpida desde 1982.
 Es un espacio taurino a modo de repaso informativo semanal. Consta de tertulias, entrevistas con los personajes de actualidad y crónicas de los eventos taurinos más destacados de la jornada., etc.

 

Castella, Manzanares y Roca Rey, triple Puerta Grande en Sanse de una nobílisima corrida de Zalduendo,.



fotos / Sebastián Castella, José María Manzanares y Andrés Roca Rey se repartieron ocho orejas -tres lograron francés y peruano- y abrieron este sábado la Puerta Grande de la plaza de toros de La Tercera en San Sebastián de los Reyes. Por encima del resto, sobresalió la faena de Castella al cuarto, un gran toro de Zalduendo que fue ovacionado en el arrastre y al que cuajó a placer en una faena templada y rotunda. Roca Rey, poderoso y exhibiendo valor, no le fue a la zaga en cuanto al número de trofeos, mientras que Manzanares brilló gracias al trazo largo de su toreo al segundo de un encierro muy noble y propicio de Zalduendo.

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Sebastián Castella, José María Manzanares y Roca Rey hacían el paseíllo, este 31 de agosto, en la plaza de toros “La Tercera” en San Sebastián de los Reyes (Madrid), lidiando un encierro de Zalduendo.

Oreja para Castella, notable faena a un enclasado primero de Zalduendo, de gran pitón derecho

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Abrió plaza un ejemplar abrochado de cuerna y lavado de cara, que salió frío y enterándose, sin permitir el lucimiento de capa de Castella. Blandeó el animal, pese a la medida lidia de Rafael Viotti. Comenzó la faena Castella por bajo, casi una decena de doblones apretando al toro que, sacó la raza, y se vino arriba. Buen toro este “31” de Zalduendo con prontitud, ritmo, boyantía y clase a raudales, especialmente por el pitón derecho. Por ahí, construyó el armazón de su trasteo Castella en tandas largas, bajando mucho la mano a un animal que, pese a abrirse varias veces para rajarse -algo que acabó haciendo en el epílogo por manoletinas-, respondió con transmisión siempre. Lo mató de estocada desprendida y tendida que necesitó de un golpe de cruceta antes de pasear el primer trofeo de la tarde.

Empaque y trazo largo de Manzanares, oreja de un segundo noble y colaborador

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José María Manzanares recibió con tersas verónicas al segundo, un animal bajo y con kilos, lleno y cornidelantero, que mostró celo en esos templados lances de recibo. Apenas recibió castigo en el peto, muy medido todo. Manzanares, que brindó a uno de los areneros, hilvanó un trasteo basado en la diestra en el que buscó siempre prolongar las embestidas de un astado que repitió y humilló, pero que miró y amagó en más de una ocasión con rajarse. Para evitarlo, el alicantino tuvo la virtud de dejarle siempre la muleta muy puesta, empaparlo de ella, para poder ligar con empaque y trazo largo. Lo mató de buena estocada, arriba, en dos tiempos y paseó un trofeo.

Dos orejas para Roca Rey, faena de cercanías a un tercero manejable pero sin entrega

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Con briosas verónicas, abrochadas con chicuelina y revolera, saludó Roca Rey al tercero. Un ‘Zalduendo’ que repitió en los engaños a su aire y que tendió a salir algo desentendido de los mismos. Hierático y angosto fue el quite por gaoneras, muy ceñido. Comenzó luego por estatuarios en el tercio aprovechando siempre las inercias de un toro que pasaba y pasaba, pero no tenía clase, siempre a su altura. Roca Rey, que en los primeros compases le aliviaba al final del muletazo, terminó sometiéndole después a base de mando y de recortar las distancias. Acabó incrustado entre los pitones en un final en el que obligó al burel a pasar por todos lados. Muy jaleados los circulares finales. Estocada caída fulminante y dos orejas para el peruano.

Dos orejas para Castella, que cuaja a placer a un excelente cuarto toro de Zalduendo

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Lleno y también acapachado, el quinto enseñaba las puntas. Fue un toro que colocó bien la cara en los suaves lances a la verónica de Manzanares. Muy medido el castigo de Paco María desde el caballo, el burel llegó a la muleta con una embestida algo descompuesta que obligó al torero dinástico a perderle pasos para poder ligarle los muletazos. Deslucido, el animal tendió a defenderse cada vez más, aunque Manzanares logró arañar varias series con cierta rotundidad para llegar a la ‘piedra’. Tras pinchazo, enterró media estocada muy efectiva, que le alcanzó para cortar otra oreja y asegurar la salida en hombros con sus compañeros.

Manzanares, oreja de un quinto desrazado y que se defendió

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Lleno y también acapachado, el quinto enseñaba las puntas. Fue un toro que colocó bien la cara en los suaves lances a la verónica de Manzanares. Muy medido el castigo de Paco María desde el caballo, el burel llegó a la muleta con una embestida algo descompuesta que obligó al torero dinástico a perderle pasos para poder ligarle los muletazos. Deslucido, el animal tendió a defenderse cada vez más, aunque Manzanares logró arañar varias series con cierta rotundidad para llegar a la ‘piedra’. Tras pinchazo, enterró media estocada muy efectiva, que le alcanzó para cortar otra oreja y asegurar la salida en hombros con sus compañeros.

Toma y daca de Roca Rey, oreja de un sexto áspero y sin entrega: cierra con otra oreja la tarde

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Bajo y voluminoso, acapachado y con cuna, el sexto se pensó mucho su paso por el peto y esperó lo suyo en banderillas. Dificultosa fue su lidia. Roca Rey comenzó el trasteo agarrado a las tablas para sacárselo luego a los medios con muletazos llenos de suavidad. Fueron los pases en los que pudo relajar más la figura el peruano, pues el animal, toro medio al que costó humillar, pidió mando y firmeza. Lo sometió Roca Rey con aplomo antes de meterse, muy cómodo, de nuevo en los terrenos del toro. La estocada caída no impidió su tercer trofeo.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Tercera de Feria. Corrida de toros. Dos tercios de entrada.

Toros de Zalduendo. El 1º, buen toro, tuvo ritmo, clase y mucha transmisión; el 2º, noble y con transmisión, aunque amagó varias veces con rajarse; el 3º, manejable, repitió pero le faltó clase; el 4º, excelente toro, pronto, de enorme nobleza, humilladora embestida y mucha profundidad; el 5º, el de peor condición, descompuesto, cada vez se defendió más; el toro, más brusco que sus hermanos y sin humillar el 6º.

Sebastián Castella, marino y oro: oreja y dos orejas tras aviso.

José María Manzanares, sangre de toro y oro: oreja y oreja.

Roca Rey, blanco y plata: dos orejas y oreja tras aviso.