jueves, 28 de julio de 2016

EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - África, en el nombre de las mujeres ,./ CALLEJEROS - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - ¿ POR QUE CACERES ?,.

TITULO: EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - África, en el nombre de las mujeres,.

El programa entrevista a la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf. En portada se pregunta si las mujeres pueden ser el motor del cambio en el continente africano,.

  • En Portada - Making of: 'África, en el nombre de las mujeres'Jueves 28 de julio, a las 23:38 en La2 de TVE - foto,.


En enero de 2006, Ellen Johnson-Sirleaf, se convertía en presidenta de Liberia y en la primera mujer jefa de Estado de un país africano. 10 años después nos planteamos que sería interesante comprobar cuál ha sido su papel y ver también si las mujeres son o pueden ser el motor de cambio en el continente africano. Lógicamente, el realizar el reportaje dependía de la entrevista con Ellen Johnson. La ONG “Mujeres por África” que desarrolla el proyecto “Stop Fístula” en Liberia, proyecto apoyado por la presidenta Johnson-Sirleaf, nos echó una mano con las gestiones. Finalmente, a principios de enero, nos llegó el sí a la entrevista.
Llegamos a un país todavía bajo los efectos de la epidemia del ébola. Liberia fue uno de los tres más afectados por el virus y en el que más personas murieron. Además, supuso un parón en seco del desarrollo y la recuperación que venía experimentando desde la llegada al poder de Ellen Johnson tras las elecciones después del final, en 2003, de 14 años de dos sangrientas y devastadoras guerras civiles.
La entrevista con la presidenta se celebró un par de días antes de su discurso anual del estado de la nación ante el parlamento en cuya preparación estaba inmersa. Pero no por eso dejó de ser clara y tajante en sus convicciones sobre el destacado y definitivo papel que las mujeres liberianas desempeñaron en el final de la guerra y en el mantenimiento de la paz. Tampoco ocultó su convencimiento de que si las mujeres gobernasen, el mundo sería mejor y más pacífico. Desde su llegada al poder, Ellen Johnson-Sirleaf se ha ganado la admiración de propios y extraños, aunque tampoco se ha librado de críticas por corrupción entre algunas personas de su gobierno y de nepotismo por colocar en altos cargos a familiares, como a sus propios hijos.
En Portada - Making of: 'África, en el nombre de las mujeres'
Ellen Johnson recibía en 2011 el Premio Nobel de la Paz por su trabajo en pos de los derechos de las mujeres y de la paz. Junto a ella lo recibía también Leymah Gbowee, que puso en marcha durante la guerra el movimiento por la paz de las mujeres en Liberia y consiguió con manifestaciones, sentadas e incluso con una huelga de sexo que los señores de la guerra se sentaran a negociar y firmase la paz. Hablamos también con Leymah, una mujer que sigue al pie del cañón y que no tiene pelos en la lengua a la hora de criticar al gobierno o de denunciar el hecho de que a pesar de que la igualdad de derechos está reconocida sobre el papel en Liberia, la violencia de género es todavía el pan de cada día, sobre todo en las zonas más deprimidas, como el barrio de West Point de la capital, Monrovia, en el que también estuvimos hablando con sus mujeres y con jóvenes que se ven enfrentadas a esa violencia y a violaciones y a embarazos adolescentes.
Esa es una de las grandes paradojas de Liberia. A pesar de tener una mujer presidenta y mujeres en importantes cargos y como activistas en sectores diversos, el machismo vigente y profundo en las estructuras sociales impide que la igualdad de derechos sea una realidad y no se consigue acabar con la violencia contra las mujeres, una violencia que ha quedado como remanente de los años de guerra, durante los que, como nos comentaba Leymah, la violación se convirtió en un arma de guerra pero sobre todo era vista por los hombres como un derecho. Y todas las mujeres con las que hablamos coincidieron en asegurar que la educación, y en especial la de las niñas, es el vehículo principal para conseguir el cambio.

TITULO:  CALLEJEROS - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - ¿ POR QUE CACERES ?,.

Perspectiva de la ciudad monumental de Cáceres. :: hoy¿Por qué Cáceres?, foto .

  • Si se conjugan la luz, la quietud y la silueta, uno entiende el asombro,.

    Sigo subiendo a la Montaña de Cáceres cada día. Mejor dicho, cada atardecer. Ahora, con el calor tan horrible, he de salir de casa a eso de las nueve para regresar con el sol ya puesto. Es bonito porque la luz tamizada del crepúsculo vespertino te hace ver la ciudad de otra manera. Diría más, esa luz que no es casi luz, esa oscuridad que aún no lo es del todo, te permiten 'ver' la ciudad: está ahí, vives en ella, es tuya.
    El otro anochecer, mientras descendía por un atajo que me lleva a mi Montaña, un atajo por el que subía siendo niño y sigo subiendo ahora, distinguí a lo lejos la silueta de la parte antigua de Cáceres. Se dibujaba en relieve sobre un fondo azul cobalto y su nueva iluminación la convertía en una ciudad fantasmal, inasible, una especie de dibujo sugerido, impresionista, pura lírica y más emoción que forma o perspectiva. Vamos, que era una tarde preciosa y la ciudad antigua se veía bonita.
    Es en esos momentos, cuando todo se conjura para que se agite en ti, efervescente, incandescente, la poca o mucha sensibilidad que te queda, es ahí cuando te percatas de lo que normalmente no percibes. Y fue ahí, en ese instante, cuando me di cuenta de por qué mi ciudad es elegida por productoras de televisión de todo el mundo para conseguir emocionar a millones de espectadores, que han decidido que la mejor diversión es ver una serie.
    He contemplado desde lejos muchas ciudades, quizás algunas de las que tienen más fama por su perspectiva. Por ejemplo, San Gimigniano con sus torres toscanas. Siluetas urbanas medievales bretonas, normandas y del Loira; visiones de Lovaina, Aquisgrán, Maastricht y Colonia; la belleza de las ciudades portuguesas más extraordinarias... Pero nada, Cáceres me sigue pareciendo lo sublime.
    Soy subjetivo. Es más, quito valor a esta ciudad para no caer en la autocomplacencia, pero a veces, cuando la luz se conjuga con la piedra, la atmósfera se queda quieta y el cielo se pone de colores imposibles de conseguir con paleta humana alguna, justo en esos momentos, he de reconocer que ninguna otra perspectiva de torres medievales, barrocas y neoclásicas tiene el poderío y la fuerza de la línea del cielo cacereña.
    Shakespeare situaba sus obras en territorios que desconocía. Los imaginaba, pero los desconocía. Sin embargo, sabía que con solo nombrarlos eran capaces de sugerir el escenario y el ambiente que él necesitaba para sus dramas. Verona, por ejemplo, era para el dramaturgo inglés una ilusión, un lugar que suponía bello, pero del que poco sabía. Es más, cuentan que cuando los turistas preguntan en Verona si existieron Romeo y Julieta, los nativos se carcajean y responden que, en realidad, quien no debió de existir fue Shakespeare pues era imposible inventar tanta patraña sucediendo en aquella ciudad.
    Shakespeare ya no está ni se le espera. Los dramas que hoy tienen éxito son las series televisivas de época, llámense 'Isabel' o 'Juego de tronos'. Es en ese punto donde aparece Cáceres como espacio imaginado. Los guionistas desarrollan las tramas, pero ni tan siquiera llegan al truco de Shakespeare de situarlas en ciudades reales intuidas. Es la historia de 'Juego de tronos' la que exige un escenario y ahí aparece la silueta de la ciudad.
    Es verdad que Cáceres es Verona, Segovia o Barcelona, nunca Cáceres y dudo que en 'Juego de tronos' se la nombre ni en los títulos de crédito. Pero no importa por dos razones. La primera es meramente mercantil y de imagen: hoy en día, nadie lee los títulos de crédito, lo que cuenta son las redes sociales y ahí sí se relacionará la serie con Cáceres.
    La segunda es para mí más importante: que los directores de arte y de exteriores se hayan fijado en Cáceres corrobora que habito en un lugar que asombra. A veces, me olvido de ello, pero basta un anochecer perfecto y una luz sobrehumana para entenderlo todo y sonreír satisfecho, pero no por asombrar al mundo, sino por poder asombrarme yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario