martes, 19 de abril de 2022

VIVA LA VIDA - Ramón Akal ,. SABADO-23- Abril ./ VIVA LA VIDA - El naturalista Jonathan C. Slaght ,. DOMINGO - 24 - Abril ,. / Ese programa del que usted me habla con - 'Apartheid' israelí,. / Tarde de toros - La peña taurina organiza un tentadero en la plaza de toros el día 30 de octubre,.

         TITULO:  VIVA LA VIDA - Ramón Akal ,. SABADO- 23 - Abril  ,.

 El sabado-   - 23 - Abril  a las 16:00 por Telecinco , foto,.

Ramón Akal,.

Ramón Akal, medio siglo publicando libros incómodos y críticos: “Me secuestraban obras de libre circulación en cualquier país de Europa”,.

El fundador de la prestigiosa editorial que lleva su apellido celebra 50 años de trayectoria volcado en los textos de corte progresista,.

Ramón Akal (Lugo, 1940) es inseparable de su gorra azul de aire marinero. Desde los ventanales de su despacho, que es como la proa de un barco varado en mitad de la meseta, se divisa el cielo en la lontananza y los bloques de la localidad madrileña de Tres Cantos. Pasa un avión entre las nubes, luego otro. Akal fundó hace 50 años el grupo editorial que lleva su apellido y todavía, a la edad de 82, lo sigue capitaneando, como presidente, por las procelosas aguas del mundo editorial, siempre guiado por la brújula del progresismo.

No me gustan las entrevistas”, dice con la mirada clara y sin dejar de sonreír, “pero como es el aniversario mi hija [Ariadna, ahora directora editorial] me ha insistido”. ¿Por qué no le gustan las entrevistas? “Bueno, por una razón de peso para mí: los editores no somos los protagonistas”, responde, “para conocer a un editor lo mejor es mirar su catálogo”. Habría mucho que mirar: Akal tiene a sus espaldas un catálogo de unos 6.500 títulos.

Empezó en 1972, sacando libros que no le comprometieran hasta conseguir el llamado “número de editor”, un requisito de la época, que, de alguna manera, protegía ante las autoridades. Así, su primer lanzamiento fue una inocente y muy útil guía para reparar automóviles. “Mi tendencia, sin embargo, era de otro tipo”, recuerda Akal. Su tendencia eran los libros incómodos, críticos, perseguidos. Así, una vez conseguido el dichoso número, y hasta el fin de la dictadura, se ganó el dudoso honor de ser “el editor más secuestrado de España”: trece de sus libros fueron secuestrados por el Régimen, doce veces acabó el editor sentado ante el Tribunal de Orden Público por sus libros políticos, y una, la última, por escándalo público, debido a la novela erótica Fanny Hill, memorias de una mujer galante, de John Cleland, publicada por primera vez en el siglo XVIII.

“Podían pedir hasta 30 años de cárcel”, recuerda Akal aquellos tiempos opresivos. En el último lance le condenaron, por primera y última vez, a dos años de inhabilitación. Pero le acabaron levantando la pena por la presión pública. “Lo curioso era que me secuestraban libros que eran de libre circulación en cualquier país de Europa”, se lamenta el editor. Luego, cuando le detenían en manifestaciones juveniles contra la dictadura, el policía que le tomaba los datos en la Dirección General de Seguridad de Sol (de infausto recuerdo) le confesaba que era admirador de su trabajo.

El género erótico no le era ajeno a Akal. Siendo un chaval, en la Coruña de su infancia, comenzó a leer novelitas de aventuras y eróticas que sacaba del quiosco, y eso le llevó a formarse en la lectura en el Círculo de Artesanos, en cuya biblioteca estaban Guy de Maupassant o Sartre y se encontraban otros libros prohibidos disfrazados de clásicos castellanos, esos que no estaban en el Casino, donde se juntaba la alta sociedad. “Pasé muchos años allí, leyendo y jugando al ajedrez”, recuerda el editor. Fue mal estudiante: a los 12 años su padre le mandó a la aldea castigado, hasta que se rindió y pidió socorro: “Aquello era todavía el medievo: no había luz eléctrica, la casa se calentaba con el calor de los animales de la planta de abajo y con lámparas de gas que teñían el techo de negro”, recuerda. Así que volvió a estudiar.

En su despacho se ven algunos de sus libros: las obras completas de Lenin y El Capital de Marx al lado de lujosas ediciones de Lovecraft o La divina comedia, y también de coloridos libros de divulgación científica en gran formato. Es una muestra de la amplia horquilla que cubre Akal, muy conocido por sus sellos de pensamiento político de izquierdas (como Siglo XXI, adquirido en 2010), pero también muy exitoso en otras facetas como la educación, el libro universitario o la divulgación, en campos como la ciencia o el arte. Entre sus sellos, además, se encuentran Istmo, Foca o H. Blume, formando un grupo que también tiene sede en países como Argentina, México y ahora Colombia. Ha publicado a grandes del pensamiento crítico como Zizek, Negri, Althusser, Adorno o Jameson y al preguntarle por un autor por el que sienta orgullo nombra a los desaparecidos Eduardo Galeano y Juan Carlos Rodríguez.

Ha reunido algunos mandamientos como editor: “Yo nunca me fijo en el autor o en su currículum, me fijo en el texto y, sobre todo, si en todo lo que se dice está bien contrastado”, explica, “además, es importante lograr construir una colección que sea coherente: si lo consigues es que eres buen editor”. Habla con admiración de otros grandes como Gonzalo Losada, Javier Pradera o Juan Grijalbo. Cincuenta años después, Akal conserva el 99% de la empresa. El otro 1% es de su mujer, con la que lleva 44 años: su secreto es haber vivido siempre en casas diferentes. “Nunca me interesó que los amigos pusieran dinero en la editorial: luego, si las cosas van mal, las amistades se rompen”, dice.

Siempre progresista, siempre crítico con el neoliberalismo, lamenta que a veces parezca que se rompa la izquierda: “Nunca he entendido esa costumbre que tiene la izquierda de pelearse. Por ejemplo, cuestionar las reivindicaciones de las mujeres me parece retrógrado, no tiene por qué haber confrontación. Además, el concepto tradicional de clase obrera ha finiquitado”. No habla en vano: por su aniversario ha sacado una edición especial de Mujeres, raza y clase, de Angela Davis.

¿Cómo ve un mundo que parece siempre al borde del abismo? “Fui niño en la posguerra, lo normal en aquella época era ver por la calle a gente a la que le faltaba una pierna y edificios derrengados, los juegos bárbaros consistían en golpear mejor al otro, incluso hasta sacarle un ojo… eso cambia la percepción de las cosas”, concluye el editor.


TITULO:   VIVA LA VIDA - El naturalista Jonathan C. Slaght , DOMINGO -24- Abril,.

El domingo -24- Abril  a las 16:00 por Telecinco , foto,.

El naturalista Jonathan C. Slaght ,.

La belleza salvaje de los misteriosos búhos del helado Este,.

El naturalista Jonathan C. Slaght consagra un libro fascinante a su extraordinaria aventura para investigar y preservar en parajes inhóspitos de Rusia la rapaz nocturna más grande del mundo. “Todo el tiempo había peligro”, afirma el autor,.

Todavía hay historias que despiertan la emoción de los relatos clásicos de aventuras en la naturaleza de Jack London, James Curwood o Fenimore Cooper. Aunque en este caso la referencia más exacta sería Por el territorio del Ussuri Dersu Uzala, los libros del explorador y naturalista Vládimir Arséniev que dieron pie a la inolvidable película de Akira Kurosawa. Bosques inabarcables, animales salvajes, hombres y tierras indómitos, peligros, la poesía de la soledad extrema bajo un cielo inabarcable y la pletórica sensación de llenar los pulmones de un aire limpio y libre en una remota esquina del mundo. Todo eso, desde una sensibilidad actual, de ecologismo, conservacionismo y nature writing, salpimentada de un sentido del humor indispensable cuando acechas a un ave rara a más de 20 grados bajo cero y mojado, es lo que ofrece Búhos de los hielos de Esteuna apasionante expedición (Siruela, 2022). El libro del naturalista estadounidense Jonathan C. Slaght es una de las grandes sorpresas de la temporada literaria: libro del año sobre la naturaleza para The Times, seleccionado para el National Book Award en la categoría de no ficción, alabado por Helen Macdonald y Jennifer Ackerman, no deja indiferente a ningún lector en su forma de sumergirnos en las inmensidades heladas del lejano oriente ruso para encontrarnos con el extraño y extravagante búho manchú o búho pescador de Blakiston (Bubo blakistoni), un pájaro legendario de penetrantes ojos amarillos, la mayor rapaz nocturna del planeta, en competencia con el búho real. Llega a pesar como 11 cuervos,más de 4,5 kilos (las hembras, un 25 % más grandes que los machos), y tener una envergadura alar de 2 metros.

Slaght dedicó cinco años a perseguir a este verdadero fantasma -un evanescente duende aéreo que anida en árboles altísimos y se alimenta de los peces y ranas que captura en los ríos- en los sobrecogedores parajes del Primorie, una región rusa indómita que limita con China, Corea del Norte y el Mar del Japón. El misterioso búho pescador, del que quedan en el Primorie 186 parejas y menos de 2.000 individuos en el mundo, es un símbolo de esas tierras como el tigre siberiano lo es de la vecina región del Amur. Qué hacía un biólogo de Minnesota en el Far East ruso persiguiendo búhos se explica por la relación personal de Slaght con el territorio.

Lleva más de 20 años recorriendo aquellas tierras, la primera vez fue en 1995 tras acompañar a su padre en un viaje de negocios a Rusia; después, tres años allí como joven voluntario del Cuerpo de Paz, la agencia federal de ayuda internacional de EE UU —cuando aprendió ruso y trabó amistad con naturalistas locales, desarrollando su interés por la ornitología y el birdwatching—, y finalmente en 2005 como posgraduado de la Universidad de Minnesota con el proyecto de investigación del búho pescador, una criatura amenazada y muy poco conocida. El plan consistía primero en localizarlos en las diferentes áreas en que habían sido reportados, después capturarlos y colocarles dispositivos de seguimiento, y por último, con los datos obtenidos, evaluar el estado de la especie y diseñar un programa de conservación.

Dicho así suena sencillo, pero el libro sigue los inmensos problemas, frustraciones y peligros de hacer trabajo de campo y tratar de establecer relación con una esquiva rapaz nocturna (afortunadamente los búhos pescadores, a diferencia de sus congéneres, hacen ruido al volar, por la adaptación de su plumaje a zambullirse) en 20.000 kilómetros cuadrados. Viajes en helicóptero, en todo terreno, en motos de nieve, pernoctaciones en cabañas solitarias, larguísimas excursiones nocturnas a pie y esquiando en un medio hostil y helado, crecidas de ríos (en una Slaght salvó a brazo a un corzo que se ahogaba, estirándolo de las astas), hielo frágil, fieras (la zona es abundante en osos, tigres y leopardos), compañeros de viaje correosos, dudosos y extravagantes, entre ellos cazadores furtivos y exdelincuentes, literalmente empapados en vodka, y los propios búhos: animales de fuertes picos y grandes garras capaces de producir dolorosas heridas y hasta —le cuentan a Slaght los locales— de arrancarte un testículo.

La dureza de la misión y su objetivo científico no son óbice para que el naturalista describa con gran hálito literario la monumental belleza de los parajes. ¿Qué es lo más hermoso que ha visto allí? “No es fácil de responder”, explica Slaght en conversación con este diario. “Tengo más de 20 años de experiencia en esa parte del mundo y hay tantas cosas maravillosas... Uno de mis recuerdo favoritos es una mañana navegando en la costa, mirando hacia los acantilados entre la nieblal, con cormoranes y otras aves acuáticas volando a ras del agua, y una manada de ciervos sika moviéndose lentamente en la playa rocosa en busca de algas ricas en nutrientes. Todo irradiaba una gran sensación de paz”. Para el naturalista, traductor por cierto de Arséniev, es “una experiencia liberadora” estar en esas latitudes salvajes. “Vivo la mayor parte del año en una ciudad, así que pasar meses en un lugar en el que las huellas de tigre son más abundantes que las pisadas humanas resulta muy excitante”. ¿Qué tal están los búhos, esos trasgos emplumados? “¡Los búhos están OK! Ha habido problemas recientes con el cambio climático, cuando grandes tormentas han derribado los enormes y viejos árboles en los que instalan sus nidos, pero el trabajo que hemos hecho localizando esos nidos está ayudando”.


De la sensación que produce tener un búho pescador en las manos explica: “Es una experiencia muy especial, son aves que hacen todo lo posible para permanecer ocultas a los humanos, tienden a apartarse a distancias de 100 o 150 metros si te ven acercarte, así que ¡definitivamente no quieren que los cojas! Son tranquilos en la mano, más de lo que yo pensaba al principio. Pero aun así tienes que tener cuidado, especialmente con las garras”.

De los descubrimientos que han hecho sobre los búhos manchúes señala: “En general la ciencia conocía muy poco de los búhos pescadores de Blakiston. Por ejemplo, antes de nuestra investigación, nadie sabía siquiera cómo distinguir un macho de una hembra [se los sexa por la proporción de blanco en las plumas de la cola]. Lo que nuestro proyecto ha aportado es determinar los mejores tipos de bosque para estos búhos, lo que nos proporciona un conocimiento básico de sus necesidades. Hay bastante más que aprender aún”. Slaght indica que hay cuatro especies de búho pescador en Asia: Blakiston, castaño o de Ceilán, leonado y malayo, “aunque recientemente hemos publicado un artículo en Avian Research sugiriendo que el Blakiston debe ser dividido a su vez en dos especies: una en el noreste de Asia continental y otro mayormente en Japón -Using bioacoustic tools to clarify species delimitation within the Blakiston’s Fish Owl (Bubo blakistoni) complex-”.

¿Qué hay en los búhos en general que nos los hacen tan misteriosos y fascinantes? Parece que en realidad —y no se lo tome como algo personal— no se encuentran precisamente entre las aves más inteligentes. “El simple hecho de que sean nocturnos, activos de noche, o crepusculares, activos entre la puesta de sol y el amanecer, los hace enigmáticos para nosotros. Normalmente no vemos búhos tan a menudo como halcones o águilas, posados en postes o en las carreteras, así que la percepción de rareza hace cualquier encuentro especial.”

De la gente, tan importante en su libro como los animales y el paisaje, ¿qué personajes le impresionaron más? “Cualquiera que puede vivir y prosperar en semejante entorno inhóspito tiene el mayor de mis respetos. Conocí a un individuo llamado Volodya Loboda en el pueblo de Agzú. Solo tenía un brazo, pero estaba considerado el mejor cazador de la región. Que no solo pudiera todavía disparar un rifle sino ser el mejor con él es muy impresionante”. En cuanto a si hubo momentos en que se sintiera realmente en serio peligro contesta: “¡Todo el tiempo! Había continuamente el riesgo de ahogarse. Nunca estuve realmente preocupado por los ataques de tigres u osos, de las ventiscas o de la gente rara, pero ahogarse era definitivamente un peligro”.

Tigres y osos aparecen en el libro. “He visto ambos. Los osos hibernan en invierno, que es cuando transcurre la mayor parte del libro, así que no coincidimos mucho. Explico que vimos cantidad de rastros de tigres. Sin embargo, los propios tigres pueden ser bastante complicados de ver. Como prevención para osos y tigres llevaba bengalas de mano, de las de los barcos, eso debía bastar para ahuyentarlos”. En el libro menciona el caso de un tigre devorador de hombres que mató en 2010 a un individuo que pescaba en el Serebrianka, en el corazón del territorio de los búhos, ¿conoce El tigre, de John Vaillant, sobre la caza de una de esas fieras en la zona? “He leído el libro de Vaillant, sí, y me he encontrado con John varias veces. De hecho, él estaba en Primorie documentándose para El tigre al mismo tiempo que yo estudiaba los búhos pescadores, y en un momento dado afrontamos la misma tormenta, ¡él en un lado de la montaña y yo en el otro! Pero no lo supimos hasta después”.

Cuando se le dice a Slaght —actualmente director de proyectos de la Wildlife Conservation Society y cofundador del Proyecto Búho Pescador de Blakiston con el ornitólogo ruso Sergei Surmach— que el Primorie parece una tierra olvidada de Dios, en términos de la vida de los seres humanos, y bastante infeliz, reacciona vivamente: “Pienso que es lo opuesto, es un lugar muy favorecido. La gente puede vivir vidas honestas y saludables ahí cazando y pescando, y disfrutando de la naturaleza. No confían demasiado en la infraestructura ofrecida en rincones más ricos de la civilización, pero eso no significa que sean infelices”.

Dueto con Colin Thubron

¿Conoce y ha leído Slaght a Colin Thubron, el veterano escritor de viajes británico? Thubron ha hablado con admiración de Búhos de los hielos del Este y su último libro recientemente publicado es precisamente un viaje siguiendo el curso del río Amur hasta el Pacífico. ¡En el cruce de ambas voces, Slaght y Thubron, hay una reminiscencia de los sonoros duetos de los búhos manchúes! “No conozco personalmente a Thubron, pero por supuesto sé quién es y he leído algunos de sus libros de tema ruso. No sabía que había disfrutado de mi libro de los búhos. Es bonito saberlo. Tengo su nuevo libro, The Amur river, en mi lista de lectura. La comparación es muy amable, y estaría muy contento de hacer dueto con Colin en cualquier momento”.

Búhos de los hielos del Este tiene una calidad literaria rara en la mayoría de los libros científicos. ¿Cuáles son las referencias literarias de Slaght, en general y en literatura de naturaleza?, y ¿qué opina del nature writing? “Tengo gran admiración por Bernd Heinrich, su libro Ravens in Winter me hizo comprender que yo podía convertir mi interés por las aves en una profesión, y además me dio la confianza de escribir sobre mis propias experiencias de campo. John McPhee [el autor de Coming into the country, sobre Alaska] escribe maravillosamente, como lo hace Peter Matthiessen. Son probablemente mis autores favoritos de temas de naturaleza. Soy un fan obviamente de la escritura de naturaleza. El medio natural esta en constante peligro y la gente no puede tener cuidado de algo si no siente una conexión con ello. El nature writing proporciona esa importante conexión”.


TITULO: Ese programa del que usted me   habla con - Apartheid' israelí,.

El martes -26- Abril por La 2 a las 21:30, foto,.

Apartheid' israelí,.

En este 2022 se cumplirán 55 años de la ocupación israelí de Palestina y la información sigue generando una alarma creciente no solo por el conflicto territorial sino por las condiciones objetivas de los derechos humanos. En un detallado informe de 182 páginas, Amnistía Internacional ha acusado a Israel de practicar la discriminación racial contra la población palestina sin eludir denominarla apartheid israelí, cosa que no había hecho hasta ahora, aunque sí otras organizaciones como Human Rights Watch.


El informe que presentó el martes pasado la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, documenta de forma amplia y detallada un elenco de prácticas sistemáticas y prolongadas en el tiempo que acumulan evidencias sobre la discriminación institucionalizada de la población palestina. La organización considera que encajan con la definición que da del término el Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional, y la consiguiente obligación de actuar contra ello: homicidios ilegítimos, traslados forzosos, confiscaciones masivas o negación de la ciudadanía, entre otros. Todo ello constituye parte de una política de acoso a la población palestina independientemente de quién esté a cargo del Gobierno israelí.

No es una acusación puntual porque otras importantes organizaciones internacionales, y también israelíes, defensoras de los derechos humanos, así como voces autorizadas dentro de su sociedad —el exfiscal general y exmagistrado del Tribunal Supremo Michael Ben Yair desde este mismo periódico—, han denunciado que millones de palestinos son despojados de sus derechos siguiendo un patrón de discriminación racial similar al que rigió en Sudáfrica hasta 1992. Se trata, según esta visión, de un modus operandi avalado por un sistema legal que sirve de escudo a estas prácticas discriminatorias y otorga en la mayoría de los casos impunidad ante los crímenes que se puedan cometer.


Pero la política israelí contra la población palestina se ha aprovechado también de la inacción internacional. Durante décadas Israel se ha visto protegido por su posición de aliado privilegiado de Estados Unidos en Oriente Próximo y ha estrechado lazos con regímenes autoritarios árabes. Desde el año 2000 es socio comercial preferente de la Unión Europea y, en 2017, el presidente estadounidense Donald Trump reconoció unilateralmente la capitalidad israelí de Jerusalén contraviniendo las resoluciones de la ONU. Tampoco fue rechazada en 2019 la anexión de los territorios sirios en los Altos del Golán y la actual Administración de Joe Biden no ha revocado esas decisiones.


TITULO:  Tarde de toros -  La peña taurina organiza un tentadero en la plaza de toros el día 30 de octubre,.  


La peña taurina organiza un tentadero en la plaza de toros el día 30 de octubre,.

Se lidiarán cinco reses de las ganaderías de Diego García de la Peña y Miguel Higuero y tras ello habrá tapeo y música en directo,.

foto / La peña taurina Luis Reina de Almendralejo organiza el sábado 30 de octubre un desafío ganadero en la plaza de toros de la ciudad, en la que se lidiarán cinco reses de las ganaderías de Diego García de la Peña y Miguel Higuero.

Se trata de una actividad habitual en esta peña taurina, que reúne cada año a decenas de aficionados en una jornada taurina, según fuentes de la organización.

La actividad comenzará a primera hora de la tarde de ese sábado y después del tentadero, se servirán comidas a los asistentes y habrá música en directo con el coro rociero Puente Real.

Esta V Jornada Práctica Cultural Taurina servirá para retomar la agenda de actividades por parte de esta peña taurina.

El precio para los asistentes es de 8 euros para los socios y de 15 euros para los que no sean socios. Es imprescindible inscribirse previamente en la peña para poder asistir.

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