No son jerséis ni pantalones último modelo o el último
videojuego sacado de alguna de las factorías más secretas del mundo.
Tampoco son las estaciones de esquí, tan conocidas por los amantes de
los deportes invernales, el principal reclamo comercial de Colorado para
este comienzo de 2014. No. El principal atractivo de este estado es el
cannabis. Desde que el 1 de enero se comenzó a comercializar de forma
legal la marihuana para uso recreativo, las ventas de este producto no
han hecho más que subir gracias a la voracidad de los locales y, sobre
todo, al reclamo turístico que ha supuesto para los consumidores de
estados cercanos. Tal es la demanda que está habiendo un problema de
abastecimiento que ha provocado que se venda solo una onza por persona
-unos tres gramos- cuando el máximo permitido por ley es de 20 gramos y
que el precio se haya disparado: ha pasado de 2.500 dólares (1.847
euros) por casi medio kilo a los 6.000 dólares (4.434 euros).
Colorado y Washington son los dos únicos estados del
gigante mundial que permiten el consumo de marihuana para uso recreativo
y ha encontrado el apoyo del propio presidente Barack Obama. «Como ha
quedado bien documentado, fumé marihuana de joven y yo lo veo como un
mal hábito y un vicio no muy diferente a los cigarrillos que he fumado
durante mi juventud y en gran parte de mi vida adulta. No creo que sea
más peligroso que el alcohol», explica en New Yorker, aunque aseguró que
no anima a sus hijas a fumar. «He dicho a mis hijas que es una mala
idea, una pérdida de tiempo y no muy saludable».
Además de las presiones de los diferentes grupos a favor de
la legalización de las drogas más blandas, el apartado económico ha
jugado un papel fundamental. Los impuestos estatales y locales se llevan
una cuarta parte del precio final del producto, que va a dar pingües
ganancias a las arcas públicas. La Universidad Estatal de Colorado
consideró que la venta de cannabis generará unos 443 millones de euros,
de los que 96 millones procederán de los nuevos gravámenes anuales. Unas
cifras que espera aumentar Washington cuando a mediados de año abra el
mercado de la marihuana siguiendo la estela de su estado del Medio Oeste
y, sobre todo, de Uruguay.
El país latinoamericano se ha convertido en un verdadero
laboratorio de pruebas desde que legalizó un mercado para los mayores de
18 años, residentes en Uruguay, que estén dados de alta en una base de
datos y que se quieran llevar 45 gramos mensuales en una farmacia. Sin
embargo, la normativa del pequeño país está produciendo ya un efecto
contagio. Marruecos también va a estudiar cómo aprovecharse de ocupar un
puesto de dudoso honor: el reino alauí es el primer productor mundial
con 47.500 hectáreas según el último informe de Naciones Unidas. Una
cantidad ingente de resina (hachís) que se vende sobre todo en los
mercados europeos. En 2013, Marruecos vivió dos movimientos para
intentar legalizar su cultivo y venta posterior. El primero, se produjo
en primavera por parte de varias asociaciones; el segundo, a final de
año, cuando el partido opositor Istiqial lo propuso en el Parlamento con
lo que obligará al resto de los partidos y al Gobierno a pronunciarse.
Su objetivo es recuperar una vieja ley de la época colonial -Marruecos
se independizó de Francia en 1956- en el que el kif era legal. De salir
adelante esta propuesta, el Ejecutivo alauí debería permitir la creación
de cooperativas agrícolas para su producción y una agencia estatal para
la supervisión de todo el proceso y su posterior venta y se encargaría,
también de evitar los cultivos ilegales.
Consumo en Europa
A pesar de estas nuevas tendencias, la situación en España y
en Europa no va a sufrir demasiados cambios salvo pequeños experimentos
como el de Copenhague. La capital danesa va a desarrollar un programa
piloto para que el Ayuntamiento controle la venta de maría; mientras en
el distrito berlinés de Kreuzberg se van a instalar 'coffee shops' para
distribuir productos con marihuana.
Programas que en España no tendrán futuro. El Gobierno no
tiene previsto modificar «sus políticas contra la droga», según
indicaron fuentes del Ministerio de Sanidad, que se remiten a las cifras
del último Observatorio Europeo de Drogas. España ocupa la tercera
posición (19,4%) por detrás de Italia (20,3%) y de República Checa
(20,7%) en consumo.
- Pasado el ecuador de la cuesta de enero, muchos siguen escuchando en su cabeza vociferar a la mala conciencia cebada a base de ...Sociedad
Sudar al son de 'Rocky'
'Eye of the Tiger' o 'Wake me up' son las canciones favoritas en España a la hora de hacer deporte
Pasado el ecuador de la cuesta de enero, muchos siguen escuchando en su cabeza vociferar a la mala conciencia cebada a base de langostinos, cordero, cava y turrón en las pasadas -y olvidadas si no fuera por el poso de esos excesos- fiestas. Mientras algunos se entregan de forma devota a las dietas milagro y llenan de piña, alcachofa y espárragos los cajones de la nevera, otros rescatan de las profundidades del armario las zapatillas de deporte, se animan a darle al 'running' o se apuntan a algún gimnasio, negocios que tienen en esta época una oportunidad de oro de hacer su agosto.Cinta, elíptica, bici, carrerita de cinco o seis kilómetros... todo ello jalonado con música para que este rosario de sacrificios físicos se dirigiera mejor. Y es que uno ya puede estar echando el higadillo que si escuchan 'Eye of the tiger' se sienten como el mismo Rocky Balboa, aunque no les queden fuerzas ni para alzar los brazos al final del recorrido que se han marcado.Según un estudio, el mítico tema que acompañó a Stallone en una de las entregas de la mítica saga cinematográfica es una de las canciones más escuchadas en España a la hora de hacer ejercicio... Pero, ¿por qué parece más efectivo este esfuerzo cuando uno le da al 'play' y se enchufa los auriculares a todo volumen? «Cuando sincronizas tus movimientos con el compás de la música es posible incrementar la intensidad del entrenamiento mediante la aceleración del tempo de la música, en torno a uno o dos latidos por minuto por encima de tu zona de confort», asegura el doctor Kostas Karagoerghis, subdirector de Investigación de la Escuela de Deporte y Educación de la Universidad de Brunel de Londres.«Esto aumentará tu tasa de trabajo, con el beneficio añadido de que la diferencia en el esfuerzo será casi imperceptible», agrega este especialista en psicología del deporte sobre los datos publicados por el servicio de música en 'streaming' Spotify, que ha escrutado más de 6,7 millones de listas de música para dar con los temas más apropiados para no tirar la toalla cuando uno está sudando la gota gorda.Entre los usuarios españoles de la plataforma las canciones más repetidas son la bandas sonoras de 'Rocky', 'Titanium' de David Guetta y 'Wake me up' de Avicii. A nivel global, el podio lo componen en primer lugar 'Can´t Hold Us', del rapero Mackelmore, Ryan Lewis y Ray Dalton; en el segundo escalón repite Avicii y en tercera posición, 'Till I Collapse de Eminem y Don't You Worry Child' de Swedish House Mafia y John Martin.Según este trabajo, las mujeres prefieren entrenar a primera hora de la mañana, sin desayunar, y con clásicos 'modernos' de divas como Rihanna. El informe sostiene que los patrones rítmicos del pop o el dance son regulares, lo que se adaptan mejor a los ejercicios de repetición. Los hombres son más de la hora de comer y, en más de una ocasión, dejan pasar el lunes y empiezan con la rutina de quemar calorías más avanzada la semana con ritmos como 'Till I Collapse' de Eminem.Karagoerghis cuenta que una selección de canciones «adecuada» puede ayudar a «poner color» a esas señales que el cuerpo envía cuando empieza a llegar al límite, como quedarse sin aliento y tener palpitaciones, y que sean traducidas «más positivamente». «Esto significa que en el punto en el que tu cuerpo está gritando 'Para', la música tiene el poder de hacerte señas y cambiar tu estado de ánimo», prosigue el investigador, que añade que lo que uno escucha tiene «tiene importantes implicaciones» para mantener los propósitos de Año Nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario