martes, 18 de marzo de 2014

REVISTA DOMINICAL, El Circo Romano se proyecta a Europa,./ LAS MANZANAS VERDES, CASTELLA GANA UNA PEQUEÑA BATALLA,.


  1. Fue el comentario generalizado entre las distintas partes del comité organizador. Traer el Europeo de cross al Circo Romano de Mérida ... 
    El Circo Romano se proyecta a Europa

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    El Circo Romano se proyecta a Europa

    Tras el enorme éxito del Campeonato de España, la Federación Extremeña de Atletismo estudia organizar en el futuro la gran cita continental de campo a través por selecciones nacionales

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    Fue el comentario generalizado entre las distintas partes del comité organizador. Traer el Europeo de cross al Circo Romano de Mérida empieza a tomar fuerza y pasa a ser una posibilidad muy real. El Campeonato de España de Campo a Través resultó un éxito rotundo y la Federación Extremeña de Atletismo se plantea dar un salto más. Salió todo a la perfección y el escenario encandiló tanto a atletas y público como a federativos y políticos. Extremadura demostró con creces que está capacitada para celebrar competiciones de gran nivel. «Se habló de organizar el Europeo de Cross. Ya en la presentación del campeonato el alcalde de Mérida se lo pidió al presidente de la Española», señala Pedro Talavera.
    Para presentar la candidatura del Circo Romano como sede del Campeonato de Europa de Cross hay que seguir unos plazos y una serie de requisitos y sobre todo contar con el apoyo institucional y económico de la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Mérida. La idea pasaría por un proyecto deportivo global con el turismo como motor y reclamo para proyectar y dar a conocer la capital autonómica en el Viejo Continente. «Odriozola lo volvió a recordar el domingo y nos animó a presentar el proyecto. Dijo que ya nos avisaría de los plazos, pero hay que valorar el proyecto a nivel deportivo y de presupuesto y después la Española tendría que aprobarlo», sostiene el secretario de la Federación Extremeña. Talavera apunta que todos los organismos implicados estarían dispuestos a dar el paso para organizar en unos años la gran cita europea de campo a través por selecciones nacionales. «Prácticamente es lo mismo que un Campeonato de España, incluso con menos atletas y ya lo hemos hecho, aunque aquí entrarían idiomas. Para el año que viene no sería porque hay que solicitarlo con dos años de antelación».
    Y es que el marco milenario sedujo a todos los asistentes. «Del circuito todo el mundo ha hablado de maravilla. Es verdad que para algunos atletas era muy llano y rápido para correr, pero sólo hemos recibido felicitaciones. Odriozola puso en valor que se abriera el Circo Romano en las condiciones que lo tenemos los extremeños para el deporte y también la carrera de promoción, que para ellos fue una grata sorpresa porque nunca se había hecho». La ocupación hotelera en Mérida fue total y algunos atletas pernoctaron en Almendralejo y alrededores. «Diez presidentes de federaciones me expresaron que había sido el mejor campeonato en el que habían estado y el responsable de la Española no recordaba una organización así. De hecho, reflejó en el informe que había sido el mejor Campeonato de España de los que había estado», cuenta Talavera.
    La lástima fue alguna alegría más al triunfo sin podio de Houssame Benabbou para poner broche de oro a una jornada inolvidable. Aún así pone un notable en el aspecto deportivo. «Deportivamente se valoran las medallas y esperábamos una más, la de las chicas. Pese a la retirada de Urbina han quedado sextas, un excelente puesto que no corresponde a Extremadura porque en todo estamos por detrás, infraestructuras, medios, recursos... Con Cristina (Jordán) y Teresa (Urbina) habríamos podido luchar por el oro con Cantabria. Es complicado ganar medallas y más cuando se da este nivel, en Mérida no ha faltado nadie», expone el secretario federativo. 
     
    TÍTULO: LAS MANZANAS VERDES, CASTELLA GANA UNA PEQUEÑA BATALLA,.

    Castella gana una pequeña batallaLAS MANZANAS VERDES, CASTELLA GANA UNA PEQUEÑA BATALLA,.-fotos,.
    1. Castella anduvo suelto, sereno, serio, templadito y a gusto con el toro de la apertura. Cuando el toro se desinfló, Castella se pegó el arrimón ...
       

      TOROS

      Castella gana una pequeña batalla

      Al cabo de los años, reedición del mano a mano con Perera que en su día fue de grandes tensiones pero ya no. Con el mejor lote de Zalduendo, éxito del francés, que cortó una oreja

      Los tres mejores toros de la corrida de Zalduendo se jugaron por delante. Cerraron los tres de peor condición. Cinqueños los seis. Muy bien armados todos sin excepción. Los dos más astifinos se corrieron por delante. Tal vez porque eran los de menos romana. Estaban, sin embargo, gloriosamente rematados. Aleonado el primero, como el antiguo juampedro legítimo: hecho para galopar. Solo que no le sobraron las fuerzas, se empezó a salir distraído de suertes y fue o quiso menos de lo prometido. También galopó el segundo, y descolgó enseguida, pero se pegó un volatín de los que tronchan por el cuello a tantos toros.
      Castella anduvo suelto, sereno, serio, templadito y a gusto con el toro de la apertura. Cuando el toro se desinfló, Castella se pegó el arrimón de su repertorio antiguo: circulares con cambio de mano. Severo dominio de la escena. Un pinchazo, una estocada atravesada. Perera salió embalado: dos largas afaroladas en tablas para recibir al segundo. Ya en la vertical, de rayas a medios Perera, se interpuso el viento, que se le metió por debajo de los vuelos. No hubo manera. Después de esa pelea sorda de hombre, viento y fiera, el toro cobró el volatín que valió por un puyazo y medio. Los dos que tomó el toro fueron un simulacro reglamentario. Joselito Gutiérrez banderilleó por el pitón izquierdo tan bien como siempre.
      Perera brindó desde los medios, donde el toro iba a pesar seguramente más. No llegó ni a poder comprobarse la causa, porque a los diez muletazos, por abajo, de poder y obligar, el toro estaba casi para el tinte. Le costó mucho venirse. La embestida, preciosa, pero sin motor. Dos claudicaciones. Se deshizo en hechizo. Un par de primores de Perera con la izquierda. Una estocada desprendida. Bramó dolido el toro al final. ¿Bramar? El maestro Juan Posada decía «mugir». Perera no quiso salir a saludar.
      Estaba frío el mano a mano para entonces. Primero, porque más que mano a mano era corrida de dos matadores y no otra cosa. El duelo en serio y de fondo de Castella y Perera fue hace tres, cuatro o cinco años, y entonces se sintió el ruido de sables propio. O de navajas. Aquellas batallas las ganó Perera. No puede decirse que la guerra, porque guerra no hay. No hubo ni siquiera pelea en este asalto de Valencia que ganó a los puntos Castella. El extremeño Perera no tuvo suerte en el reparto de toros: se aplomó el cuarto, que pareció de salida un gallito bueno, pero solo lo pareció, y el sexto, al que trató de convencer con la mano izquierda en suaves toques, punteó nervioso, adelantó por las dos manos, tardeó y acabó probando. En un momento, ya en la prórroga gratuita de la faena, el toro estuvo a punto de prender a Perera cuando se le columpiaba entre pitones.
      Castella, en cambio, gozó del beneficio de un tercer toro muy completo. El mejor de los seis, el sello de las joyas familiares de Zalduendo. Castella pareció entenderse con ese toro desde la misma salida. Tres lances a pies juntos bien librados, cuatro o cinco de rodillas cosidos entre sí y con los precedentes, y un farol de broche que puso a la gente en pie.
      Luego riñeron en quites los dos espadas. Riña apacible. Castella quitó por chicuelinas, revolera y larga tras la primera vara. Perera salió por gaoneras tras la segunda. No fue redondo el quite pero tuvo la marca del valor y el ajuste. Y entonces replicó Castella por valencianas o saltilleras, aprendidas de la genuina fuente mexicana. Con su golpe de sorpresa: el cite primero pareció para un lance clásico de frente por detrás. Y no.
      Muy a su antojo Castella con la muleta. Su apertura clásica: la madeja de ocho ligados en los medios -tres de ellos, los primeros impares, cambiados por la espalda- y el remate con el de la firma, el de pecho y el del desdén. Fue casi coser y cantar. Más breve, la faena se habría valorado el doble, porque el toro estaba juzgado y sentenciado a los veinte viajes. Mucho más brillante Castella con la zurda que con la diestra. Y eso es novedad. Un aviso. Una estocada a morir pero soltando el engaño.
      El quinto, grandón, veleto, cornipaso del derecho, bizco, bastante feo, salió frío y renco, se salió suelto del caballo -Pepe Doblado anduvo listo para cazarlo con dos puyazos arriba en otras tantas oleadas- y anduvo de acá para allá en correrías sospechas. Toro de varias caras, Castella le buscó las vueltas, lo sujetó con criterio de torero hecho y derecho, lo dejó planchado, se puso pesadito -otro aviso-, un pinchazo, estocada tendida y un descabello. No fue propiamente un combate. Pero cantó victoria Castella.

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