RAFA LOMANA. foto.
Volvió de la isla hecho un espectro. ¿Cuántos kilos perdió en 'Supervivientes'?
Me deterioré física y nutricionalmente, pero mentalmente salí reforzado. He perdido mucho peso y cuando llegué, los niveles de los análisis de sangre estaban bastante trastocados. En total, creo que perdí 18 kilos y fácilmente 10 eran de magro.
Se comería dos corderos...
Tengo mucha hambre, pero allí pasé una sensación que no puedo describir. Hay muchas cosas que te faltan como por ejemplo, bañarte con agua dulce. Estuve en un régimen de aislamiento en el palafito (el solitario hogar de los expulsados) y en esa situación, tienes que estar atento a muchas cosas si quieres sobrevivir. Si llovía, se mojaba la leña y ya no podías comer lo que habías pescado.
Supervivientes no es una broma.
Para mí, no. Había 22 personas y el nivel de exigencia es para cada uno distinto. Hay carencias de muchos tipos y funciona como selección natural. Llegan los que son más fuertes.
A usted, deportista profesional, le ganó un tipo con bañador fardapaquete de colores...
Eso es otra cosa. Yo respeto mucho a Abraham, pero yo no siento que me haya ganado nadie. Yo competía contra mí mismo, ni con los concursantes, ni contra los medios, ni contra la audiencia. En ese sentido, he cumplido mi objetivo. Nunca pierdes si juegas contra ti mismo y aprendes de tus errores.
¿Cuál es el secreto para sobrevivir?
La labor mental es la que te da el éxito porque pase lo que pase, tu cabeza es una roca. En muchos casos, en la vida la diferencia está en la fortaleza mental. Es lo que diferencia a un soldado de un guerrero. Soldados hay muchos y guerreros, pocos.
¿Y usted es?
Un guerrero, que nadie lo dude.
¿Qué fue lo más cochino que comió?
Larvas de termitas tomadas de troncos podridos. Con dos huevos fritos no estarían mal, ahora que lo pienso.
El miedo salva?
El miedo es bueno porque te hace estar más alerta. Lo malo es el pánico, que te lleva al error. Yo no quiero morir. Prefiero ir a los funerales de los demás que al mío. Quiero seguir viendo a mi hija de seis años crecer y sonreír.
En un conocido supermercado deportivo le pondrán la alfombra roja.
Nunca he comprado nada en ese conocido supermercado deportivo. Para el material sí que soy un morro fino y gasto dinero. Y tengo mis patrocinadores. ¿Los puedo nombrar? ¡Llevo botas Birkenstock!
Su hermana es Carmen Lomana con la que ha tenido algún roce. ¿Cómo pueden ser hermanos siendo tan distintos? ¿Es algún experimento genético?
La verdad es que no tenemos nada que ver. Su enfoque y sus preocupaciones en la vida son absolutamente distintas de las mías. Ella está preocupada de la peluquería, de tal zapato... Yo de sobrevivir, de inculcar valores a mi hija y de comer. Espero que nunca manche el buen nombre de los Lomana, que para mí es sagrado.
¿Ella huele mejor?
En algunas ocasiones.
Pero usted tiene más pelo...
Es verdad. Y si cayera una bomba atómica, igual sobreviviría... Igual no. No le vendrían mal unas vacaciones en el palafito.
Con tanto viaje, ¿cuál es el sitio más raro en el que ha ido al váter?
¡En el Everest! Allí con el culo al aire, semicongelado... Para esa tarea, siempre me gusta la naturaleza, dar pista libre a todo.
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