Fue el responsable de que medio mundo en Occidente aprendiera a decir 'om' mientras adiestraban su cuerpo con contorsiones asombrosas. Bellur Krishnamachar Sundararaja Iyengar, el gurú indio del yoga e introductor de esta disciplina en los países desarrollados, ha muerto. No hay duda de que el ejercicio del yoga procuró a Yyengar salud y longevidad: ha desaparecido a la edad de 95 años. La fundación que lleva su nombre informó de que el maestro falleció en la ciudad de Pune, en el oeste de la India, al no poder superar los problemas cardiacos y renales que sufría. Aquejado de palpitaciones y dificultades respiratorias, desde hace unos días tenía que someterse a sesiones de diálisis para depurar su sangre.foto.
Iyengar aprendió los fundamentos del yoga a los 14 años, cuando enfermó de tuberculosis y, como no disponía de medicamentos para curarse, su hermana le aconsejó que practicara 'asanas', las posturas que buscan incidir en el control del cuerpo y la mente mediante una respiración relajada. Elegido por la revista 'Time' en 2004 como uno de los hombres más influyentes del mundo, Yyengar fue profesor del violinista y director de orquesta Yehudi Menuhin y del escritor Aldous Huxley, entre otras muchas celebridades que buscaron la ayuda del gurú.
Gracias a sus enseñanzas, en la actualidad un sinfín de personas han incorporado la postura del loto a sus hábitos en búsqueda del bienestar físico y espiritual. Iyengar bautizó con su nombre uno de los métodos más extendidos hoy para practicar el yoga. La modalidad que enseñaba el profesor es el hatha yoga, que huye de esculpir cuerpos hercúleos y persigue, en cambio, la conquista de la elegancia en cada fibra, sin que ello se traduzca en la más mínima tensión corporal.
Formado por el famoso yogui T. Krishnamachar, B. K. S. Iyengar empezó a transmitir su saber a los 18 años. Desde entonces su método se imparte en cientos de ciudades de todo el mundo. En 1991 recibió el Padma Sri Award, la mayor distinción civil concedida por el presidente de la India, en reconocimiento a su labor. «Si todo el mundo practicara yoga, todas las farmacias tendrían que cerrar», solía decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario