Un ingeniero madrileño monta un hotel en los árboles de Gata,.
En lo más intrincado de un bosque de robles de Villasbuenas de Gata,
ha surgido una nueva experiencia vital basada en la armonía con la
naturaleza de Extremadura. En este caso, se trata de un complejo
turístico de casitas situadas en lo alto de los árboles, es decir, una
oferta hostelera muy original consistente en pasar unos días de
vacaciones al estilo Tarzán. En España, solo es posible tener esta
experiencia, con esta calidad y lujo, en otros tres bosques situados en
País Vasco, Navarra y Cataluña.
Como casi siempre, esta imbricación entre la naturaleza extremeña y la vida personal vuelve a estar protagonizada por alguien que no es extremeño. Por 'Un país que nunca se acaba' han desfilado filólogos madrileños que venían a La Vera y montaban un huerto biológico o una granja de huevos ecológicos; franceses que creaban en Acebo una utopía de cuento; monjas budistas que levantaban un monasterio en las faldas del Jálama; ingleses que se iban a vivir a lo más profundo del bosque de Hoyos para escribir sobre las costumbres españolas; economistas vallisoletanos que instalaban una panadería ecológica en Aldeanueva del Camino.
Podríamos seguir refiriendo casos similares, pero vamos a centrarnos en Luis y Aurelia, matrimonio que inauguró hace 15 días sus cabañas en los árboles y el pasado fin de semana ya colgó su primer cartel de completo. Fuimos a verlos el lunes pasado y nos recibió Luis porque su mujer sigue viviendo, por ahora, con su hijo de 11 años en Altea (Alicante), donde es concejal de Cultura, y sus otros dos hijos están en Tailandia y en Estados Unidos.
Luis Mulió tiene 50 años. Es ingeniero forestal y ejercía de profesor de Jardinería y Medio Ambiente en El Escorial. Por razones de salud de su hija, la familia se trasladó a Altea, donde montaron una empresa de jardinería. Cansados de aquel ritmo de vida, se plantearon habitar en la naturaleza, hacer la agricultura en la que creen y montar un negocio de turismo rural adaptado al entorno.
«Cogí el Mapa Climático Digital de España. Busqué el clima que me atraía: lluvia y temperaturas suaves. Descubrí que solo se daba en zonas de Asturias, Cantabria y norte de Cáceres y empecé a buscar fincas en esos lugares. Esta de Villasbuenas de Gata es la última que visité. Analizamos el suelo, la antigüedad de la vegetación, los insectos. Nos convenció y la compramos», cuenta Luis.
Este bosque de robles tiene 12 hectáreas, da al embalse de la Rivera de Gata y era propiedad de Luciano, un vecino del pueblo que nos manifiesta su orgullo por que en su finca ahora haya cabañas en los árboles. Luis ha plantado cientos de castaños, madroños, chopos, ciruelos, manzanos y perales. Han comprado tres cabañas de madera, que han colocado entre los robles sostenidas por estructuras metálicas elevadas, y prevén instalar otras tres el próximo año, pero ninguna más.
A las cabañas de 20-25 metros cuadrados se accede por unas cómodas escaleras. Tienen una cama de matrimonio, una mesa con sillas, una palangana y una jarra para lavarse. También hay un wáter seco de última generación y una calefacción de queroseno muy moderna y eficaz. Junto a la vivienda familiar de Luis, está la recepción (un salón acristalado con ordenador, telescopio y comedor), donde cada cabaña tiene su propio cuarto de baño completo y exclusivo. La inversión ha sido de 300.000 euros. El precio de la habitación doble (80 euros de domingo a jueves y 120 euros viernes, sábado y vísperas de festivo) incluye navegar en canoa, pasear en bicicleta y un desayuno ecológico que les llega en una cesta por el método de cuerda y polea tras sonar un cencerro en la base de la cabaña. Por 15 euros se puede cenar (20 en la habitación).
Estos días, los vecinos de la sierra acuden a conocer estas inesperadas cabañas arbóreas y se sorprenden de que cosas así se puedan hacer en Extremadura. Pues sí, se pueden hacer. Estas cosas y otras muchas. Aunque normalmente no las hacen extremeños.
Como casi siempre, esta imbricación entre la naturaleza extremeña y la vida personal vuelve a estar protagonizada por alguien que no es extremeño. Por 'Un país que nunca se acaba' han desfilado filólogos madrileños que venían a La Vera y montaban un huerto biológico o una granja de huevos ecológicos; franceses que creaban en Acebo una utopía de cuento; monjas budistas que levantaban un monasterio en las faldas del Jálama; ingleses que se iban a vivir a lo más profundo del bosque de Hoyos para escribir sobre las costumbres españolas; economistas vallisoletanos que instalaban una panadería ecológica en Aldeanueva del Camino.
Podríamos seguir refiriendo casos similares, pero vamos a centrarnos en Luis y Aurelia, matrimonio que inauguró hace 15 días sus cabañas en los árboles y el pasado fin de semana ya colgó su primer cartel de completo. Fuimos a verlos el lunes pasado y nos recibió Luis porque su mujer sigue viviendo, por ahora, con su hijo de 11 años en Altea (Alicante), donde es concejal de Cultura, y sus otros dos hijos están en Tailandia y en Estados Unidos.
Luis Mulió tiene 50 años. Es ingeniero forestal y ejercía de profesor de Jardinería y Medio Ambiente en El Escorial. Por razones de salud de su hija, la familia se trasladó a Altea, donde montaron una empresa de jardinería. Cansados de aquel ritmo de vida, se plantearon habitar en la naturaleza, hacer la agricultura en la que creen y montar un negocio de turismo rural adaptado al entorno.
«Cogí el Mapa Climático Digital de España. Busqué el clima que me atraía: lluvia y temperaturas suaves. Descubrí que solo se daba en zonas de Asturias, Cantabria y norte de Cáceres y empecé a buscar fincas en esos lugares. Esta de Villasbuenas de Gata es la última que visité. Analizamos el suelo, la antigüedad de la vegetación, los insectos. Nos convenció y la compramos», cuenta Luis.
Este bosque de robles tiene 12 hectáreas, da al embalse de la Rivera de Gata y era propiedad de Luciano, un vecino del pueblo que nos manifiesta su orgullo por que en su finca ahora haya cabañas en los árboles. Luis ha plantado cientos de castaños, madroños, chopos, ciruelos, manzanos y perales. Han comprado tres cabañas de madera, que han colocado entre los robles sostenidas por estructuras metálicas elevadas, y prevén instalar otras tres el próximo año, pero ninguna más.
A las cabañas de 20-25 metros cuadrados se accede por unas cómodas escaleras. Tienen una cama de matrimonio, una mesa con sillas, una palangana y una jarra para lavarse. También hay un wáter seco de última generación y una calefacción de queroseno muy moderna y eficaz. Junto a la vivienda familiar de Luis, está la recepción (un salón acristalado con ordenador, telescopio y comedor), donde cada cabaña tiene su propio cuarto de baño completo y exclusivo. La inversión ha sido de 300.000 euros. El precio de la habitación doble (80 euros de domingo a jueves y 120 euros viernes, sábado y vísperas de festivo) incluye navegar en canoa, pasear en bicicleta y un desayuno ecológico que les llega en una cesta por el método de cuerda y polea tras sonar un cencerro en la base de la cabaña. Por 15 euros se puede cenar (20 en la habitación).
Estos días, los vecinos de la sierra acuden a conocer estas inesperadas cabañas arbóreas y se sorprenden de que cosas así se puedan hacer en Extremadura. Pues sí, se pueden hacer. Estas cosas y otras muchas. Aunque normalmente no las hacen extremeños.
TÍTULO: LIBRO, A LEER,. Platero y yo
Platero y yo es una narración de Juan Ramón Jiménez que recrea poéticamente la vida y muerte del burro Platero. Es muy célebre el primer párrafo:Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...La primera edición se publicó en 1914 (Ediciones de la lectura), y en 1917 se publicó la edición completa, compuesta por 138 capítulos (Editorial Calleja, Madrid). Quedaba claro que Platero era un texto adulto, aunque por su sencillez y transparencia se adecuara perfectamente a la imaginación y al gusto de los niños. Algunos capítulos encerraban una cierta crítica social, revelando una dimensión del autor que muchos tardaron en advertir. El propio Juan Ramón Jiménez, en un «prologuillo» a la edición aclaraba: «Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se le ocurren».
El poeta tenía la intención de ampliar el texto hasta los 190 capítulos; de hecho, existen tres adicionales, escritos en la década de 1920. Juan Ramón Jiménez planeó también una segunda parte, denominada Otra vida de Platero, de la que incluso esbozó algunos títulos. Un proyecto que, como el de publicar Platero y yo en cuadernos sueltos, no llegaría nunca a ver la luz.
Por la cuadra en silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo de sol de la ventanilla, revolaba una bella mariposa de tres colores...
Centenario
Con motivo del centenario de su publicación, la Fundación Juan Ramón Jiménez editó una edición especial para repartir de forma gratuita entre todos los ciudadanos que acudan a la Fundación Zenobia, en Moguer, Huelva, el lugar de nacimiento del poeta.1TÍTULO: VIERNES-- CINE-- LA VERDAD SOBRE PERROS Y GATOS,.
- Reparto
- Uma Thurman, Janeane Garofalo, Ben Chaplin, Jamie Foxx, James McCaffrey, Richard Coca, Stanley DeSantis, Mitch Rouse,.
- Abby es una joven y simpática locutora de radio que tiene un programa sobre animales. A pesar de ser una mujer inteligente y dulce, está acomplejada por su físico, así que cuando Brian, un chico que conoció por una llamada a su programa, le propone que se encuentren, Abby le pide a una vecina, modelo, que se haga pasar por ella.
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