Ramón Villaamil: "La moda del "running" no es tan sana. Es mejor andar; ayuda a pensar",.
Ramón Villaamil: "La moda del "running" no es tan sana. Es mejor andar; ayuda a pensar"
Madrileño de 54 años. Investigo desde
hace 30 las técnicas del bienestar. Dirijo canalbienestar.com. En mi
libro 'Estar bien para vivir mejor' (Planeta) explico cómo mejorar
física y mentalmente.
XLSemanal. Dice que solo puede pensar si pasea. ¿Empezamos la entrevista al trote?
Ramón Pérez Villaamil. Es una frase de Rousseau, pero yo la suscribo. Cuando andas, la mente se distrae lo suficiente en una parte para poder concentrarte en otra.
XL. «La fuerza de voluntad puede aguantar tres meses», mucho parece.
R.P.V. Esa es una media que está estudiada en los gimnasios. Hacen precios anuales porque saben que la gente aguanta poco y luego lo deja.
XL. Dice que hacer el amor cuenta mucho. Esto anima.
R.P.V. Los chinos aseguran que hacer bien el amor es suficiente para estar bien física y mentalmente, y a lo mejor tienen razón.
XL. Pero hay que hacerlo bien.
R.P.V. No es cuestión tanto de técnica como de confianza en la relación. Con la desigualdad que hay entre hombre y mujer no se da esta confianza.
XL. Las excelencias del sexo tántrico ¿no son un poco cuento chino?
R.P.V. No, no; es mucho más profundo de lo que se cuenta. El sexo tántrico se basa en el respeto entre las personas, en la igualdad entre hombre y mujer.
XL. Hace una rotunda defensa del yoga que algunos traumatólogos no suscribirían.
R.P.V. Tengo pasión por el yoga. Es el mejor ejercicio que existe, pero hay que saber hacerlo bien. Te pone en forma a la vez que te relaja y te equilibra.
XL. Y se muestra contrario a correr, prefiere que andemos.
R.P.V. Andando nunca te vas a hacer daño porque ni fuerzas las articulaciones ni te sofocas y, además, respiras bien. El punto exacto es que puedas hablar y no puedas cantar. La moda del running no es tan sana porque hacerlo bien y seguro es complicado. Exige una técnica que la gente no aplica.
XL. Aznar era de correr y Rajoy, de andar. ¿Algo que comentar?
R.P.V. Pues que Rajoy está a la moda, aunque cueste creerlo [ríe].
XL. ¿Cree que Angela Merkel respira bien?
R.P.V. De primeras, no tiene pinta. Parece tener bloqueada la respiración.
XL. ¿Piense en un político sin rigidez?
R.P.V. Obama; tiene más swing que el resto.
XL. En su libro dice que hay que levantarse a las seis, comer a las diez, cenar a las seis y acostarse a las diez.
R.P.V. Eso parece. Pero reconozco que eso yo no lo he hecho en mi vida [ríe].
Su desayuno: «Pan integral con aceite, fruta y un café solo, sin azúcar. Para mí, el desayuno no es la comida más importante del día: no puedo empezar con el estómago lleno».
La cena un bocadillo pan de queso y jamon , lechuga y tomate, beber agua, postre un platano,.
TÍTULO: VIAJANDO CON CHESTER, ¿ESTAMOS LOCOS, O QUE ?
foto- VIAJANDO CON CHESTER,
No sé si es reconfortante -o tal vez todo lo contrario- darse cuenta de que no solo en España somos víctimas de lo políticamente correcto y de la imbecilidad más rampante. He aquí mi último pasmo en este sentido. En los Estados Unidos acaban de meter en la cárcel a Robert Durst, un multimillonario con tres muertes en su haber, que hasta ahora había logrado esquivar a la justicia. La primera víctima fue su mujer, treinta años atrás; la segunda, una de sus amantes (que aparentemente sabía del asesinato anterior); la tercera, un pobre tipo al que, según confesión del propio Durst, mató y descuartizó, pero logró que lo absolvieran, alegando defensa propia (sic). Estos antecedentes hicieron que se interesara por su caso la HBO, que ha rodado sobre él una serie llamada The jinx -El gafe-, cuyo último capítulo se emitió con audiencias récord semanas atrás. El programa, grabado a lo largo de dos años de investigación, parecía apoyar la tesis exculpatoria de Durst, pero, solo días antes de la emisión del último programa -oh, casualidad-, sus responsables hicieron un sensacional descubrimiento. Una grabación en la que el asesino, en una visita que hizo al cuarto de baño y sin darse cuenta de que aún llevaba puesto el micrófono de solapa, dijo para sí y en voz alta: «¿Qué hice? Matarlos a todos, por supuesto». Lo curioso viene ahora porque, en vez de congratularse de que un tipo de esta calaña acabe por fin entre rejas, resulta que el caso no ha hecho más que generar problemas y polémicas. Según la productora, esta no descubrió que contaban con confesión tan sensacional -registrada, por cierto, dos años atrás- hasta un par de días antes de que se emitiera el desenlace de la serie, por lo que no pudo alertar a las autoridades.
«Nosotros no somos la Policía -se defienden diciendo los productores de The jinx-. Queremos mantener nuestra posición como periodistas y no que el público perciba que somos aliados de las autoridades». Oído esto, la pregunta obvia que se le ocurre a cualquiera es si entonces son aliados de los criminales. De aquellos, por ejemplo, a los que, para que su programa tenga más audiencia, encubren durante años aun a riesgo de que puedan cometer nuevos crímenes. De hecho, se cree que en el caso de Durst así ha sido. Ahora que está por fin entre rejas, se sospecha que pueda estar relacionado con otro caso sin resolver: la desaparición de Karen Mitchell, una joven de dieciséis años. Pero no. No es esta forma de moral de que el fin justifica los medios por parte de periodistas y productores lo que me sorprende. Ni siquiera que gran parte de la opinión pública se haya puesto de parte de ellos. Lo que me ha dejado patidifusa es algo ocurrido a continuación en The New York Times.
Midiendo muy bien sus tiempos, la productora, un par de días antes de la emisión del programa, había anunciado que existía una prueba sensacional que relacionaba al asesino con las tres muertes. Y solo entonces alertaron a la Policía, que procedió al arresto. Esto, como es lógico, multiplicaba por mil el interés por la emisión del desenlace de The Jinx, pero, al mismo tiempo, planteó a los redactores del The New York Times el siguiente y difícil dilema ético. ¿Qué hacer? ¿Dar la noticia de la detención y hacer spoiler a los televidentes de California, que no habían visto aún el programa por la diferencia horaria, o retenerla hasta que se emitiera allí? Al final optaron por darla, pero argumentaba contritamente la defensora del lector días más tarde dándose algún que otro golpe de pecho «para paliar el dolor de los televidentes que no vieron el programa en tiempo real, tal vez deberíamos haber advertido de alguna manera a nuestros suscriptores en las alertas que hacemos a sus teléfonos». Qué les parece. Uno de los periódicos más importantes del mundo reteniendo información para no destripar el final de una serie a sus lectores. Yo creí que lo había visto todo en lo que a ética mal entendida se refiere, pero está claro que soy una cándida paloma.
TÍTULO: SABADO, DOMINGO, CINE, INDIANA JONES Y LA ULTIMA CRUZADA,.
Ramón Pérez Villaamil. Es una frase de Rousseau, pero yo la suscribo. Cuando andas, la mente se distrae lo suficiente en una parte para poder concentrarte en otra.
XL. «La fuerza de voluntad puede aguantar tres meses», mucho parece.
R.P.V. Esa es una media que está estudiada en los gimnasios. Hacen precios anuales porque saben que la gente aguanta poco y luego lo deja.
XL. Dice que hacer el amor cuenta mucho. Esto anima.
R.P.V. Los chinos aseguran que hacer bien el amor es suficiente para estar bien física y mentalmente, y a lo mejor tienen razón.
XL. Pero hay que hacerlo bien.
R.P.V. No es cuestión tanto de técnica como de confianza en la relación. Con la desigualdad que hay entre hombre y mujer no se da esta confianza.
XL. Las excelencias del sexo tántrico ¿no son un poco cuento chino?
R.P.V. No, no; es mucho más profundo de lo que se cuenta. El sexo tántrico se basa en el respeto entre las personas, en la igualdad entre hombre y mujer.
XL. Hace una rotunda defensa del yoga que algunos traumatólogos no suscribirían.
R.P.V. Tengo pasión por el yoga. Es el mejor ejercicio que existe, pero hay que saber hacerlo bien. Te pone en forma a la vez que te relaja y te equilibra.
XL. Y se muestra contrario a correr, prefiere que andemos.
R.P.V. Andando nunca te vas a hacer daño porque ni fuerzas las articulaciones ni te sofocas y, además, respiras bien. El punto exacto es que puedas hablar y no puedas cantar. La moda del running no es tan sana porque hacerlo bien y seguro es complicado. Exige una técnica que la gente no aplica.
XL. Aznar era de correr y Rajoy, de andar. ¿Algo que comentar?
R.P.V. Pues que Rajoy está a la moda, aunque cueste creerlo [ríe].
XL. ¿Cree que Angela Merkel respira bien?
R.P.V. De primeras, no tiene pinta. Parece tener bloqueada la respiración.
XL. ¿Piense en un político sin rigidez?
R.P.V. Obama; tiene más swing que el resto.
XL. En su libro dice que hay que levantarse a las seis, comer a las diez, cenar a las seis y acostarse a las diez.
R.P.V. Eso parece. Pero reconozco que eso yo no lo he hecho en mi vida [ríe].
Su desayuno: «Pan integral con aceite, fruta y un café solo, sin azúcar. Para mí, el desayuno no es la comida más importante del día: no puedo empezar con el estómago lleno».
La cena un bocadillo pan de queso y jamon , lechuga y tomate, beber agua, postre un platano,.
TÍTULO: VIAJANDO CON CHESTER, ¿ESTAMOS LOCOS, O QUE ?
foto- VIAJANDO CON CHESTER,
No sé si es reconfortante -o tal vez todo lo contrario- darse cuenta de que no solo en España somos víctimas de lo políticamente correcto y de la imbecilidad más rampante. He aquí mi último pasmo en este sentido. En los Estados Unidos acaban de meter en la cárcel a Robert Durst, un multimillonario con tres muertes en su haber, que hasta ahora había logrado esquivar a la justicia. La primera víctima fue su mujer, treinta años atrás; la segunda, una de sus amantes (que aparentemente sabía del asesinato anterior); la tercera, un pobre tipo al que, según confesión del propio Durst, mató y descuartizó, pero logró que lo absolvieran, alegando defensa propia (sic). Estos antecedentes hicieron que se interesara por su caso la HBO, que ha rodado sobre él una serie llamada The jinx -El gafe-, cuyo último capítulo se emitió con audiencias récord semanas atrás. El programa, grabado a lo largo de dos años de investigación, parecía apoyar la tesis exculpatoria de Durst, pero, solo días antes de la emisión del último programa -oh, casualidad-, sus responsables hicieron un sensacional descubrimiento. Una grabación en la que el asesino, en una visita que hizo al cuarto de baño y sin darse cuenta de que aún llevaba puesto el micrófono de solapa, dijo para sí y en voz alta: «¿Qué hice? Matarlos a todos, por supuesto». Lo curioso viene ahora porque, en vez de congratularse de que un tipo de esta calaña acabe por fin entre rejas, resulta que el caso no ha hecho más que generar problemas y polémicas. Según la productora, esta no descubrió que contaban con confesión tan sensacional -registrada, por cierto, dos años atrás- hasta un par de días antes de que se emitiera el desenlace de la serie, por lo que no pudo alertar a las autoridades.
«Nosotros no somos la Policía -se defienden diciendo los productores de The jinx-. Queremos mantener nuestra posición como periodistas y no que el público perciba que somos aliados de las autoridades». Oído esto, la pregunta obvia que se le ocurre a cualquiera es si entonces son aliados de los criminales. De aquellos, por ejemplo, a los que, para que su programa tenga más audiencia, encubren durante años aun a riesgo de que puedan cometer nuevos crímenes. De hecho, se cree que en el caso de Durst así ha sido. Ahora que está por fin entre rejas, se sospecha que pueda estar relacionado con otro caso sin resolver: la desaparición de Karen Mitchell, una joven de dieciséis años. Pero no. No es esta forma de moral de que el fin justifica los medios por parte de periodistas y productores lo que me sorprende. Ni siquiera que gran parte de la opinión pública se haya puesto de parte de ellos. Lo que me ha dejado patidifusa es algo ocurrido a continuación en The New York Times.
Midiendo muy bien sus tiempos, la productora, un par de días antes de la emisión del programa, había anunciado que existía una prueba sensacional que relacionaba al asesino con las tres muertes. Y solo entonces alertaron a la Policía, que procedió al arresto. Esto, como es lógico, multiplicaba por mil el interés por la emisión del desenlace de The Jinx, pero, al mismo tiempo, planteó a los redactores del The New York Times el siguiente y difícil dilema ético. ¿Qué hacer? ¿Dar la noticia de la detención y hacer spoiler a los televidentes de California, que no habían visto aún el programa por la diferencia horaria, o retenerla hasta que se emitiera allí? Al final optaron por darla, pero argumentaba contritamente la defensora del lector días más tarde dándose algún que otro golpe de pecho «para paliar el dolor de los televidentes que no vieron el programa en tiempo real, tal vez deberíamos haber advertido de alguna manera a nuestros suscriptores en las alertas que hacemos a sus teléfonos». Qué les parece. Uno de los periódicos más importantes del mundo reteniendo información para no destripar el final de una serie a sus lectores. Yo creí que lo había visto todo en lo que a ética mal entendida se refiere, pero está claro que soy una cándida paloma.
TÍTULO: SABADO, DOMINGO, CINE, INDIANA JONES Y LA ULTIMA CRUZADA,.
- Reparto
- Harrison Ford, Sean Connery, Alison Doody, Denholm Elliott, John Rhys-Davies, River Phoenix, Julian Glover, Michael Byrne, Kevork Malikyan, Robert Eddison, Alexei Sayle, Richard Young, J.J. Hardy, Bradley Gregg, Andre Gregory, Michael Sheard, Isla Blair, Vernon Dobtcheff, Pat Roach,.
- En esta tercera entrega, el padre del protagonista (Harrison Ford), Henry Jones, también arqueólogo (Sean Connery), es secuestrado cuando buscaba el Santo Grial. Indiana tendrá que ir a rescatarlo y, de paso, intentar hacerse con la preciada reliquia, que también ambicionan los nazis.
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