Muere José Carnicer , foto.
El exentrenador de fútbol sala José Carnicer, fundador del ya desaparecido club Carnicer Torrejón, ha fallecido a los 67 años después de una larga enfermedad. El ciudarrealeño, que fundó el club en 1984, dirigió al equipo desde entonces hasta 2010, cuando cedió la batuta a José Antonio Valle.
Durante ese tiempo, Carnicer logró ascender al conjunto hasta División de Honor; dirigió más de 700 partidos oficiales desde el banquillo, siendo el único entrenador que pasó por todas las categorías del fútbol sala en España, nunca descendió de categoría y sólo fue expulsado en una ocasión a lo largo de su trayectoria.
Desde que en 1984 Carnicer Torrejón comenzara su participación en Tercera Regional, las limitaciones económicas y deportivas no fueron obstáculo para lograr el ascenso a un ritmo de dos temporadas por categoría hasta 1992.
En la temporada 1996-97 logró el ascenso a División de Honor, ganando la liga en División de Plata sin perder ningún encuentro. Carnicer ha sido galardonado con el Premio al Mérito Deportivo y la Insignia de Oro de la Federación Madrileña de Fútbol Sala.
TITULO: EN LA TUYA O EN LA MIA - MIERCOLES 18 MAYO - LOS TESOROS ITALIANOS DEL DIBUJO ESPAÑOL,.
EN LA TUYA O EN LA MIA,.
En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos, por La 1 22:30, miercoles 18 mayo,.
LOS TESOROS ITALIANOS DEL DIBUJO ESPAÑOL,.
El Museo del Prado propone un mapa del dibujo español,foto .
La colección del British Museum desvela los tesoros que apuntalan la versión más pura del arte,.
Durante mucho tiempo ha sobrevivido la tesis de que
los artistas españoles del Renacimiento y comienzos de la Edad Moderna
no dibujaban. Se creía que la costumbre general consistía en ejecutar
directamente sus pinturas y que el carácter emocional hacía que primara
la inmediatez sobre el detalle. Lo cierto es que, a diferencia de las
escuelas alemanas e italianas, en España se han conservado pocos
dibujos; pero no porque los españoles no fueran amantes del detalle y de
esa exquisitez artística que es el dibujo, para muchos la esencia del
Arte. El problema era, ya entonces, que el género no interesaba a los
coleccionistas españoles y que los propios autores no lo valoraran más
que como meros recuerdos.
Lo cierto es que aunque se conserven pocas pruebas,
los artistas sí dibujaban. Lo hacían a modo de apunte, como trabajo
preparatorio o como estudio de detalle. Lo mismo que sus colegas
europeos. Así se demuestra en la exposición que hoy se ha presentado en
el Museo del Prado bajo el título El trazo español en el British Museum,
una relevante selección de 71 obras que por primera vez se pueden ver
en España y que viene a completar el conocimiento que se tiene de
artistas como Goya, Murillo, Velázquez (una atribución), Vicente
Carducho, Francisco Rizi, Alfonso Berruguete o Francisco Pacheco.
Comisariada por Mark McDonald, conservador del Gabinete de Dibujos del
British y coordinada por José Manuel Matilla, responsable del
departamento de Dibujos y Estampas del Prado. La exposición, patrocinada
por la Asociación de Amigos del Museo, ofrece una compleja cartografía
de la historia del dibujo español.
Miguel Zugaza, director del Prado, considera que por
vez primera nos podemos aproximar a la definición de lo que ha sido el
trazo en el dibujo español. “Esta exposición desmiente la tendencia
generalizada al naturalismo sin el paso previo por el diseño. El
catálogo es un trabajo de investigación definitivo y un homenaje al
coleccionismo inglés, gracias al cual podemos ver ahora todas estas
obras”.
La más que notable colección de dibujos del British
cuenta con más de 250 obras de artistas españoles. Ya en 1846, el
Británico se hace con una importante tanda de piezas en la subasta del
vizconde de Castel Ruiz. Por otro lado, el coleccionista John Charles
Robinson acumuló una importante colección durante sus numerosos viajes
por España. El diplomático y coleccionista los vendió después a un
millonario escocés y finalmente fueron adquiridos por el Museo
Británico.
De los tesoros y lecciones incluidos en la colección
habla Matilla. Cuenta que los artistas italianos que vinieron al
Escorial para decorar los frescos y las casullas difundieron una forma
de trabajar que fue asimilada por los artistas nacionales. Felipe II era
siempre partidario de que todos los artistas le presentan el diseño del
proyecto para tener controlado el resultado final y para evitar lo que
ahora llamaríamos derramas presupuestarias. De manera que italianos,
flamencos y españoles realizaron dibujos previos de sus posteriores
obras.
Pero no hubo una manera única de ejecutar el trazo. El
mapa de esta peculiar historia del dibujo así lo demuestra y el montaje
divide la exposición en seis áreas bien definidas: Castilla
(1550-1600), Madrid (1600-1700), Andalucía (1550-1700), Valencia
(1500-1700), Siglo XVIII y Goya (1746-1828).
El recorrido empieza con trabajos de algunos de los
artistas extranjeros que trabajaron para la decoración de El Escorial,
como Pellegrino Tibaldi del que se expone el estudio para la decoración
de la Biblioteca del monasterio, una de las obras cumbre del siglo XVI.
Las telas del manto de una virgen dibujada por Alonso Berruguete dan
idea de la huella que los extranjeros estaban dejando en los españoles.
La ciudad de Madrid, espejo del arte cortesano, cuenta
con maestros que viven de muy niños las aportaciones de los italianos.
Juan Carreño de Miranda, Francisco Camilo o Francisco de Herrera son
algunos de los que se adelantan en la combinación de técnicas
dibujísticas y papeles de gran tamaño que luego darán paso a proyectos
de escenarios teatrales o proyectos arquitectónicos.
Uno de los dibujos más sorprendentes de la zona es El enano Miguelito, realizado por Francisco Rizi. Se trata de una de las decenas de figuras que forman parte del cuadro titulado Auto de fé en la plaza Mayor el 30 de junio de 1680, en el que se da cuenta de los cinco días durante los que el Tribunal de la Inquisición juzgó y condenó a decenas de personas.
El dibujo, como algunos otros, va acompañado de una
cartela en la que se hace referencia a la pintura y a su ubicación
dentro del museo, de manera que la exposición puede tener una
continuidad por las diferentes salas del edificio.
Andalucía, principal centro comercial del imperio
desde comienzos del XVI, tuvo tres sedes artísticas: Sevilla, Granada y
Córdoba, tres sedes donde los encargos que recibían los artistas
procedían de la Iglesia y de particulares. La cabeza de monje,
atribuida a Francisco de Zurbarán, es una de las obras más deslumbrantes
de un espacio en el que ocupan un lugar especial seis dibujos
realizados por Murillo. En su calidad de haberse formado en la escuela
sevillana, se incluyen aquí también obras de Francisco Pacheco, Antonio
del Castillo y Velázquez, si bien, el autor de Las Meninas, ha
sido incluido con un triple estudio de un caballo que se atribuye sin
que conste su autoría definitiva. “Se cree que se conservan menos de
cinco dibujos de Velázquez,” asegura el coordinador de la exposición.
“No sabemos bien las causas. Se perdieron, no los guardaron....Lo cierto
es que apenas existen”.
El dibujo en Valencia incluye los trabajos napolitanos
de Ribera, uno de los artistas que se entregó al dibujo como una
actividad independiente de su pintura. Como característica de la región,
se muestran trabajos en los que se hace un alarde del dominio de la
aguada realizados por Francisco Ribalta o Pedro de Orrente.
El siglo XVIII se adentra en maestros como Luis Paret y su Baile de máscaras en el Teatro del Príncipe o José Camarón y su Mujer oriental bajo un toldo,
pero, inevitablemente, el protagonismo lo alcanza Francisco de Goya con
toda una sala en la que demuestra el poderío que le convirtió en un
referente mundial en la historia del arte. El dibujo preparatorio para
la estampa de El agarrotado, una imagen alusiva a los abusos del poder judicial, o Locos, una de sus últimas obras firmadas en Burdeos, son dos piezas que por si solas justificarían la visita a esta exposición.
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