El bus del hachís,.

Cada noche, una coctelera social recorre Extremadura,.
Solo he asistido a una montería y fue en un autobús. Cazamos un jabalí a las dos de la madrugada entre Salamanca y Zamora, a la altura de la cárcel de Topas. El bicho cruzaba la carretera y, deslumbrado por los faros del autocar, se quedó quieto, el vehículo lo embistió y así culminó mi primera y única aventura de caza mayor.
Lo que siguió fue una historia única, de esas que solo suceden en los guiones de Rafael Azcona. El conductor detuvo el autobús, él y su relevo cogieron el jabalí y lo metieron en el portaequipajes, no sin antes colocar un plástico debajo para que aquel coche de línea no fuera dejando un reguero de sangre.
Mientras culminaba la cacería, los viajeros aprovechamos para estirar las piernas y entablar amistad. En las monterías, ya se sabe, prima la campechanía y el buen rollo. Así, un señor de unos 50 años nos confesó a dos chicas de alterne, a un servidor y a una monja que había pasado largas temporadas en aquella cárcel cuyas luces alumbraban la llanura castellana. La monja, ingenua, se interesó: «¿Era usted funcionario de prisiones?». El viajero no disimuló: «Era preso, señora. Me detuvieron en este mismo autobús en la estación de Salamanca por llevar hachís».

Nunca olvidaré aquellos viajes novelescos e inenarrables entre Pontevedra y Cáceres. Los hacía cada 15 días. A las 11 de la noche salía de Cáceres y a las 8 de la mañana llegaba a Pontevedra. El horario y el autobús siguen vigentes y las aventuras que se viven a bordo del Daínco, que así se lama la empresa filial de Alsa que cubre el trayecto, son parecidas a las de entonces: el pasado sábado, se repitió en Plasencia una escena semejante a la del 'colega' detenido en Salamanca cuando Llimi, el pastor belga de la policía local placentina, descubrió en la maleta de un viajero del Daínco 1.500 gramos en bellotas de hachís. En las estaciones de autobuses de Mérida y Zafra, son también frecuentes las intervenciones policiales sobre el tráfico de hachís a pequeña escala entre el puerto de Algeciras, de donde parte la expedición a las 14.30 horas, y A Coruña, adonde llega al amanecer del día siguiente.
La historia del jabalí acabó en Puebla de Sanabria a las cuatro y media de la madrugada. Allí se detenía el bus, entre la nieve la ventisca, y obligaban a bajar a los viajeros, que solíamos estar dormidos, para evitar contratiempos (robos y demás). Los conductores llevaron el jabalí a la cocina y encargaron que lo guisaran para la noche siguiente y así cenárselo en el viaje de vuelta. Nos invitaron a la monja, al expresidiario, a las chicas de alterne, a un servidor.
Aquel autobús tenía y tiene el pasaje más variopinto que jamás he conocido. Se mezclaban muchachos que bajaban al moro a comprar hachís con monjas en tránsito de un convento a otro. Solían montar chicas de alterne que cambiaban de club: se iban de los de la provincia de Ourense, donde, decían ellas, ya estaban muy vistas, a los de la provincia de Cádiz o viceversa. Eran habituales los profesores universitarios (los delataban sus grandes cartapacios), que iban a exponer proyectos, juzgar tesis o dar conferencias, no faltaban los marinos mercantes, que se movían entre los puertos atlánticos, los militares de la Armada, de Cádiz a Marín y de Marín a Cádiz, ni las esposas de marineros, felices por ir a ver a sus maridos, que hacían escala en Algeciras o Vigo, y, sorprendentemente, más felices aún cuando volvían del reencuentro.
Esa coctelera social de traficantes, monjas, profesores, meretrices, marinos y viudas de vivos (esposas de marinos), salpimentada en temporada por frikis del mundial motero de Jerez, del festival womero de Cáceres, de la Semana Santa de Zamora, de las ferias de Sevilla y Zafra o de la semana taurina de Salamanca, sigue cruzando cada noche Extremadura. De vez en cuando, un perro policía en Plasencia o un jabalí en Topas ponen una nota de rock duro en el blues del autobús, pero es solo una nota.

TITULO: EL JUEGO OCA - BOTIJO - EL CACEREÑO A TUMBA ABIERTA.

EL JUEGO OCA - BOTIJO - EL CACEREÑO A TUMBA ABIERTA. fotos.

segunda b

El Cacereño, a tumba abierta,.

La plantilla del Cacereño está conjurada para lograr el objetivo.
Los verdes, que recuperan a Ismael tras sus dolencias, tiran los precios del partido del sábado en venta anticipada para contrarrestar el 'efecto Womad',.
En foro público, sin testigos protegidos ni secreto de sumario. Para bien o para mal, el juicio final se acerca para el Cacereño y para la ocasión el club quiere contar con el máximo apoyo posible. En un último sprint a tumba abierta, la entidad de la carretera de Salamanca ha fijado para hoy y mañana la venta anticipada de entradas para el partido de este próximo sábado frente al colista y ya descendido Peña Sport (Príncipe Felipe, 18.00 horas). Todos los aficionados que así lo deseen podrán adquirir su pase por un euro en la grada de Preferencia y por dos para la de Tribuna. Una oferta promocional que se extenderá durante estos dos días en el Punto 24 horas, situado en Avenida de Alemania, junto a la Plaza de América.
En su último partido en casa de la temporada, al menos en lo que a la liga regular se refiere, el Cacereño pretende así crear el ambiente propicio para que los tres puntos, vitales de necesidad, no se escapen del feudo verde. Lo cierto es que en los partidos frente al Racing de Santander y a la Arandina, también con precios atractivos pero sin llegar al actual extremo, ya se logró superar con creces la entrada media registrada durante esta temporada. Lo que se quiere ahora es rebasar incluso estos dos últimos registros y luchar, a su vez, contra el 'efecto Womad'. Y es que cabe destacar que el festival multiétnico, caracterizado por una afluencia masiva, se celebrará este fin de semana en la capital cacereña.
Por su parte, tras la jornada de descanso del pasado martes, la plantilla regresó ayer a la rutina de trabajo en el estadio. Los jugadores gozaron después del entrenamiento de una jornada de confraternización a la que asistió el consejero delegado de la entidad, Antonio Martínez Doblas.

En lo meramente deportivo, esta semana la buena noticia viene motivada por la recuperación del mediocentro Ismael, quien podrá llegar en buenas condiciones al encuentro del sábado. El canario, que se perdió el último partido frente al Logroñés por sanción, se ha estado recuperando a su vez en la última semana de unas molestias derivadas del partido contra la Arandina.
Así, el entrenador Ángel Marcos podrá contar con toda la plantilla a su disposición, a excepción del delantero centro José Collado. Un fichaje invernal que el Cacereño no ha logrado rentabilizar debido a los constantes problemas físicos del atacante.
Si se diesen los resultados oportunos (una derrota del Sporting B en Burgos y un empate o una derrota del Astorga en San Lázaro frente al descendido Compostela), el Cacereño podría afrontar la última jornada en Estella frente al Izarra dependiendo de sí mismo para jugar la promoción. Para ello tendría que hacerse primero con los tres puntos frente al Peña Sport. Un objetivo, este primero, para el que la plantilla ya está conjurada.