En la tuya o en la mía - MIERCOLES 6 JULIO - VIRGINIA NARANJO - ,./ CALLEJEROS - DON RAFA SE JUBILA,.
TITULO: En la tuya o en la mía - MIERCOLES 6 JULIO - VIRGINIA NARANJO ,.
En la tuya o en la mía ,.
En la tuya o en la mía', presentado por Bertín
Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de
personajes relevantes de diversos ámbitos, el miercoles 6 julio a las 22:30 por La 1,.
VIRGINIA NARANJO,.
De niña cocinaba porque mi abuela estaba enferma,.
Virginia está casada y tiene dos hijos, Paula, de 15 años y José Luis, de 8. / fotos,.
Virginia Naranjo, el ama de casa de Jérez, conquista los estómagos
de 'MasterChef'. «Con el premio montaré una empresa de catering»,.
En Jerez de la Frontera (Cádiz) el triunfo de Virginia Naranjo lo han
celebrado como si ganara ‘La Roja’. «¡Me ha felicitado hasta la
alcaldesa! Dice que mi hermana y yo somos muy graciosas, que lo hemos
hecho genial», se emociona la nueva ganadora de ‘MasterChef’. Hasta el
estómago de Juan María Arzak, uno de los cocineros más famosos del
mundo, cayó rendido a sus pies. «Échame un poquito más de esa carne»,
pedía con una media sonrisilla, después de probar las delicatessen de la
gaditana.
A Virginia le enseñó su abuela, y eso que apenas se podía mover del
sofá del salón. «Nosotras –Raquel, su inseparable gemela, y ella–
empezamos a cocinar por necesidad. Como mis padres trabajaban, y no
podían atendernos, vivíamos con nuestra yaya, que estaba enferma. Por
eso nos encargábamos de preparar la comida. Ella nos iba guiando desde
su sillón como si fuera un juego: ‘Una que corte los pimientos y la otra
la cebolla’, ‘cuando esté marroncito es que está doradito’... Y así
aprendimos, un poco por obligación, pero había que ayudar en casa».
El premio se lo dedica a las amas de casa como ella y a su hermana.
«Porque somos las que más estamos entre los fogones: en los desayunos,
las comidas, las meriendas y la cenas. Se habla mucho de la gastronomía
de vanguardia, pero los grandes chefs se acuerdan de las recetas de su
madre», defiende. «El verdadero ‘chuchu’ (lo esencial) es la cocina de
toda la vida».
Con su hermana gemela, el día que la expulsaron.
Con esa elaboraciones tradicionales se metió al jurado en el
bolsillo. Preparó unas anchoas marinadas con cítricos de las que come
ella cuando va de tapitas por el pueblo, un plato principal de presa con
salsa de cerezas y kumquat (naranjitas chinas) y de postre unos
tocinillos de cielo con crema mascarpone. ¡Una delicia! «Son los sabores
típicos del sur: la naranja, la lima, el pepino... Todo muy fresquito.
Me inspiré en mi tierra y en sus vinos, que son maravillosos».
Virginia derrocha arte andaluz por los cuatro costados. Con gracia
cuenta cómo la apuntó su hija Paula, de 15 años, al concurso: «¡Lo
primero que le dije es que inscribiera a su tía también! Porque sin ella
yo no iba. ¡Y ahí que fuimos a la aventura! Decíamos: ‘¡Si nos echan
en el primer casting nos vamos de tapas por Sevilla y sino de
compras!’», confiesa resuelta. Esta vez, en esta nueva aventura que
comienza como chef, su gemela no estará a su lado. «Yo le quería pagar
otro máster en el Basque Culinary Centre, pero no está por la labor.
Dice que ella se encarga de cuidarme a los niños, ¡que vaya yo!». Aún
así, confía en que la visite: «¡Hombre! Seguro que viene a verme y
comemos unos pinchos por San Sebastián». – ¿Tiene más hermanos?
– ¡Qué va! Somos solo nosotras dos. Porque a mi madre le dijeron que
en cada embarazo era probable que tuviera dos. ¡Y cuatro niños de
repente era un poco fuerte! Ja, ja, ja. ¡Y encima éramos muy trastos! – ¿Se han cambiado alguna vez los novios?
– No, nunca. ¡Los novios no se cambian! Pero en algún examen sí. Mi
hermana iba por mí a unos y yo a otros. ¡Ten cuidado al ponerlo a ver si
me van a quitar los títulos! (Risas).
Rumbo a Nueva York
«Con el dinerito del premio (100.000 euros) montaré un catering.
Quiero estar en los momentos más felices de la vida de la gente: en su
boda, en las comuniones, los cumpleaños... Que se acuerden de mí por lo
bien que han comido». Pero antes se pegará un viaje romántico por la
Gran Manzana con su marido. «Mis vacaciones siempre han sido
gastronómicas y estas también lo serán. Me gustaría ir a Nueva York para
probar comidas de todo el mundo. No soy de grandes lujos, pero ir a
restaurantes y luego imitar sus platos es mi hobby», confiesa.
Y de tal palo, tal astilla. Su hijo José Luis, con 8 años, ya quiere
seguir sus pasos. «Me dice que le tengo que preparar para entrar en
‘MasterChef Junior’. Y si él quiere, yo para delante. ¡Porque mi
experiencia ha sido maravillosa y quiero que él la viva también!». – Ha heredado su gracia.
– ¡Es un clon mío! No paraba de hablar en la final. Ya le he dicho:
‘¿Por qué no te callabas la boca?’ (Carcajadas) Y mi marido me ha
contestado que porque no me la callaba yo (más risas). ¡Soy una
terremoto y mi niño es igual!
Menos suerte va a tener el pequeño de la casa con su sueño de tener
un caballo. Y eso que lo pidió a los cuatros vientos, delante de media
España. Porque éramos muchos: casi 4 millones de espectadores aguantaron
hasta la una y media de la madrugada. La Comisión Nacional para la
Racionalización de los Horarios Españoles ya ha recogido 25.000 firmas, a
través de Change.org, para que TVE dé ejemplo y la próxima edición
termine «a una hora más temprana».
El relevo en los fogones de casa de Virginia lo cogerá su marido.
«¡Aunque se defiende fatal!, ya me ha dicho que va a comprar los tuppers
más grandes del mundo», se ríe. «Pero encontraremos la solución: o
pedirá una reducción de jornada o una excedencia. Es mi momento, quiero
hacerlo y me va a apoyar en todo. ¡Qué apechugue un poquito!». Sí, chef.
TITULO: CALLEJEROS - DON RAFA SE JUBILA,.
Don Rafa se jubila, foto,.
La mejor revista escolar de España se queda sin su 'cosedor'
Un papelito en el buzón: «Tengo un sobre en casa». Es un mensaje de
Toñi, la entrañable portera del edificio de La Estrella. Llamo al timbre
interrumpiendo su comida. Perdón. Sale con el sobre. Lo abro. Es
Peraluna, la mejor revista escolar de España. No lo digo yo, que
también, sino los premios y, sobre todo, la calidad y variedad de una
revista trimestral de 100 páginas que editan en el Colegio Público de
Perales del Puerto.
Así que subo a casa hojeando la revista, que tiene un punto naif, un
punto antropológico, un punto social y muchos puntos pedagógicos. Antes
de sentarme a comer, ya estoy leyendo sus artículos, sus debates y sus
reportajes. No sé si recuerdan uno muy significativo que les comenté en
torno a la expresión: «Como me quite la zapatilla», coletilla que sigue
formando parte de la condición materna en muchos hogares de Extremadura.
Peraluna es un trasunto del mundo rural extremeño, que dicho sea de
paso, es lo mejor de esta tierra. Las ciudades están bien, pero son como
todas las ciudades. Es en Perales del Puerto y en cualquiera de los más
de 300 pueblos de Extremadura donde se conoce de verdad esta región. Y
se disfruta.
En este número, el 21, se recoge la crónica escolar de lo bueno y lo
malo, de las novedades y las necesidades de Perales, que son las de
cualquier pueblo de Extremadura. En un artículo infantil, se manifiesta
la alegría por contar con un nuevo consultorio médico y en otro, los
niños relatan sus excursiones a los montes de Gata para limpiar de
maleza la zona repoblada.
Me ha divertido una anécdota que cuenta en la revista un profesor
sobre una visita de su madre al apartamento donde convivía con una chica
muy guapa. La madre, curiosa, quiso saber si eran novios y el hijo le
respondió que no, que solo eran compañeros de apartamento. Acabada la
visita, la madre regresó a su casa y, al cabo de unos días, el profe
echó de menos un cucharón de plata. Intrigado, le escribió a su madre
por si sabía algo del cucharón y la madre, lista como todas, le
respondió: «Hijo, no sé si te acostarás con tu compañera de piso, lo
cierto es que si ella se acostara en su cama, habría descubierto el
cucharón porque lo puse allí».
Como ven, Peraluna es una revista muy divertida. Se pueden leer
cuentos, frases, crónicas, poemas, entrevistas.... Todo ello escrito por
los alumnos.
También hay páginas muy críticas sobre el tema de los refugiados o el
racismo y reivindicaciones: que se arreglen las goteras del
polideportivo, la fachada del colegio de arriba y el parque viejo. Piden
más cine y más música, un carril bici, que se limpien los excrementos
de los animales y la suciedad que deja el mercadillo. Y lamentan
vivamente la pérdida de una de las aulas de infantil.
Me ha gustado especialmente el artículo de Mónica, una madre que
cuenta la primera vez que su hija le confesó que se le había olvidado la
hoja de los deberes de Matemáticas y le pidió que la solicitara por el
WhatsApp del grupo de madres del colegio.
Mónica narra cómo dejó las bolsas de la compra en el suelo y, cual
madre solícita, moderna y siempre atenta a cualquier necesidad de su
hija, se dispuso a hacer caso inmediatamente a la niña hasta que
reflexionó, se detuvo y le dijo: «Cariño, no es mi responsabilidad que
se te hayan olvidado los deberes, es la tuya. Por lo tanto, mañana le
dices a la profesora que no los llevas porque se te olvidaron y que la
próxima vez no se te olvidarán».
En este número de Peraluna, hay una carta de Diego Mostazo, el
inspector del colegio, donde describe cómo él también disfruta abriendo
su sobre y leyendo Peraluna, pero, al final de su carta, cuenta que el
alma de la revista, Rafael Girón Echevarría, don Rafa, se jubila. Este
es su último número como 'cosedor', no director, de Peraluna, la crónica
de un pueblo y de una escuela... Para mí, la verdadera crónica de un
país que nunca se acaba.
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